lunes, 7 de febrero de 2011

Danaher compra por 5.020 millones el fabricante de equipos médicos Beckman Coulter

El fabricante estadounidense de equipos tecnológicos Danaher Corporation ha llegado a un acuerdo definitivo de fusión con Beckman Coulter mediante el cual adquirirá el fabricante de material de biomedicina por aproximadamente 6.800 millones de dólares (5.020 millones de euros), según informó la empresa en un comunicado. 

   En concreto, el fabricante de equipos médicos de rayos X adquirirá todas las acciones ordinarias en circulación de dicha empresa a un precio de 83,5 dólares por título y se hará cargo de su deuda. El precio ofrecido supone una prima de aproximadamente el 45% en comparación con el valor de cierre a fecha de 9 de diciembre, fecha en la que mercado comenzó a especular con una posible venta de la compañía.
   El consejo de administración de Beckman Coulter ha recomendado a sus accionistas que acepten esta oferta de compra, que aún esta sujeta a las condiciones habituales de cierre y está previsto que concluya en la primera mitad de 2011. A partir de entonces, pasará a forma parte de la división de Diagnósticos y Ciencias de la Vida, que engloba empresas como Leica, AB Sciex, Radiometer y Molecular Devices businesses.
   Con ingresos anuales de aproximadamente 3.700 millones de dólares (2.730 millones de euros), Beckman Coulter desarrolla, fabrica y comercializa productos que simplifican, automatizan e innovan complejas pruebas biomédicas.
   El presidente y consejero delegado de Danaher, H. Lawrence Culp, destacó que Beckman Coulter es una compañía "emblemática" con una "gran marca, de gran alcance y líder en tecnología", que además está bien posicionada en los mercados en los que opera. "Beckman supone un excelente complemento a nuestro negocio actual de Diagnóstico y Ciencias de la Vida", agregó.

Mas de un 25% de la población de EE UU toma antidepresivos sin motivos psiquiátricos

Más de un cuarto de los estadounidenses que consumen antidepresivos nunca fueron diagnosticados con ninguna de las condiciones para las que suelen usarse esos fármacos, según reveló un estudio. 

Como consecuencia, millones de personas podrían quedar expuestas a los efectos secundarios de esas medicinas sin beneficios probados para la salud, dijeron Jina Pagura, psicóloga y actual estudiante de medicina de la University of Manitoba en Canadá, y colegas que trabajaron en el estudio.
"No podemos estar seguros de que los riesgos y los efectos colaterales de los antidepresivos sean superados por los beneficios de tomarlos en las personas que no cumplen los criterios de depresión mayor", dijo Pagura a Reuters Health.
Para la investigación, publicada en Journal of Clinical Psychology, el equipo de Pagura acudió a datos de sondeos que incluían una muestra nacionalmente representativa de más de 20.000 adultos estadounidenses entre el 2001 y el 2003.
Aproximadamente una de cada 10 personas dijo a los entrevistadores que había estado tomando antidepresivos en el año previo, aunque un cuarto de esas personas nunca había sido diagnosticada con ninguna de las condiciones que los médicos suelen tratar con esas medicinas, como la depresión mayor y el trastorno de ansiedad.
"Estos individuos probablemente se estén acercando a sus médicos con preocupaciones que podrían estar relacionadas con la depresión y que podrían incluir síntomas como problemas de sueño, mal humor, dificultades en las relaciones, etc.", señaló Pagura.
"Aunque un antidepresivo ayudaría con esos asuntos, los problemas también podrían irse por sí solos con el tiempo, o serían más susceptibles al asesoramiento o la psicoterapia", añadió la experta.
Según el Instituto Nacional de Salud Mental, casi 15 millones de personas en Estados Unidos padecen depresión mayor y 40 millones más tienen trastornos de ansiedad.
Aunque el sondeo no incluyó todas las enfermedades mentales que podrían haber llevado a los médicos a recetar antidepresivos, otros expertos indicaron que los últimos resultados no son exagerados.
"Las revisiones (...) sugieren que sólo alrededor del 50 por ciento de los pacientes a los que se les prescriben antidepresivos recibe un diagnóstico psiquiátrico", dijo Mark Olfson, psiquiatra de la Columbia University de Nueva York.
Con ventas por 9.900 millones de dólares en el 2009, un 3 por ciento más que el año anterior, los antidepresivos están en cuarto lugar entre los fármacos de venta bajo receta en Estados Unidos, según IMS Health, una empresa que analiza la industria farmacéutica.
Si bien estudios han demostrado que ayudarían a algunas personas con depresión, tienen un coste adicional, más allá de los 100 dólares mensuales o más que se gasta en ellos: algunos usuarios experimentan problemas sexuales o aumento de peso.
Pero los especialistas en salud indican que aun no es fácil decir concluyentemente si los antidepresivos están siendo recetados en exceso.
"Sin duda hay muchas personas a las que se les están recetando antidepresivos que no serían efectivos para ellas, pero también hay millones de estadounidenses que padecen depresión y que no reciben antidepresivos o que se les recetan en dosis por debajo del nivel óptimo", dijo Jeffrey Harman, de la University of Florida en Gainesville, que no participó del estudio.

Salir con grandes bebedores puede perjudicar la salud

Un estudio con más de 3.000 personas, publicado en "Addiction", indicó que las personas con un familiar, amigo o compañero de trabajo que bebe mucho habitualmente suelen dar bajos niveles en su propia salud o bienestar.
Comparado con las personas que no tenían bebedores intensos en sus vidas, también tenían más problemas generales de salud como dolores crónicos, ansiedad y síntomas depresivos y, en general, tenían menor satisfacción con su vida.
El efecto promedio fue similar a lo que se ha visto en estudios de personas que cuidan a alguien con una discapacidad, dijo la investigadora principal Sally Casswell, de la Universidad Massey en Auckland, Nueva Zelanda.
"Hay una relación entre estar expuesto a grandes bebedores y la reducción del estado de bienestar y de salud en este estudio transversal de población", escribió.
"La exposición a grandes bebedores puede tener efectos negativos para otros".
Casswell reconoció, sin embargo, que los hallazgos no prueban que estar cerca de un gran bebedor era la causa de los problemas de los participantes en el estudio, apuntando que la encuesta era sólo "una instantánea de un momento".
"Así que... alguna otra explicación es posible", dijo a Reuters Health por correo electrónico, añadiendo que las personas con peor bienestar pueden ser más propensas a atraer a los grandes bebedores en sus vidas.
Además, la gente que conoce a grandes bebedores puede beber mucho también, y tiende a ser menos educados o a tener ingresos más bajos. Pero ninguno de estos extremos se explica en los resultados.
El nuevo estudio incluyó a 3.038 personas de entre 12 y 80 años a las que se les preguntó si tenían algún bebedor intenso en sus vidas. No se definió "gran bebedor" sino que se dejó la definición a cada participante.
En general, aproximadamente uno de cada tres encuestados dijo que al menos habían tenido un gran bebedor en sus vidas en el pasado. Principalmente era un amigo, un familiar o una pareja, pero en algunos casos un compañero de trabajo.
No es de extrañar que la gente que vivía en la actualidad con un gran bebedor dieran los niveles más bajos en bienestar y salud.
Pero incluso las personas con una exposición relativamente menor a los grandes bebedores, tales como aquellos con un compañero de trabajo o un pariente lejano, por lo general manifiestan una menor satisfacción en sus vidas.
Casswell dijo que el estudio debería ser tenido en cuenta en los debates sobre las políticas destinadas al consumo excesivo de alcohol, tales como el aumento del precio de la bebida, leyes de conducir más estrictas con los bebedores o la edad mínima para consumir alcohol.