lunes, 22 de abril de 2013

La lectura estimula la actividad cerebral y protege de las enfermedades neurodegenerativas

La lectura estimula la actividad cerebral, fortalece las conexiones neuronales y aumenta la reserva cognitiva del cerebro, un factor que se ha demostrado ser protector ante enfermedades neurodegenerativas, recuerdan desde la Sociedad Española de Neurología (SEN), con motivo del Día Internacional del Libro, que se celebra este martes.

   "Nuestro cerebro, para que goce de una buena salud, necesita que lo mantengamos activo, que lo ejercitemos. Sin embargo, y a pesar de que es uno de los órganos más importantes de nuestro cuerpo, no siempre dedicamos el tiempo suficiente a cuidarlo", señala el doctor Guillermo García Ribas, Coordinador del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la SEN.
   En este sentido, añade, "fomentar la lectura es una de las actividades más beneficiosas para la salud, puesto que se ha demostrado que estimula la actividad cerebral y fortalece las conexiones neuronales", además, en los últimos años, han sido muchos los estudios que han relacionado el nivel de lectura y escritura con un aumento de la reserva cognitiva.
   "Desde el punto de vista de la Neurología, el concepto de reserva cognitiva ha cobrado una gran importancia, no solo porque se ha visto que existe una relación directa entre la misma y el buen funcionamiento cognitivo y ejecutivo de nuestro cerebro cuando envejecemos, sino porque se ha demostrado que es un factor protector ante los síntomas clínicos de las enfermedades neurodegenerativas", mantiene García Ribas.
   "Se ha comprobado que cuanto mayor reserva cognitiva posee un individuo, mayor capacidad tiene su cerebro para compensar el daño cerebral generado por ciertas patologías", advierte. Asimismo, las demencias, dentro de las enfermedades neurológicas, son las que más se han ligado al concepto de reserva cognitiva.
   Caracterizadas por un deterioro persistente y progresivo de las funciones cerebrales superiores: memoria, lenguaje, orientación, cálculo o percepción espacial, etc, la forma de demencia más prevalente es la enfermedad de Alzheimer, que supone entre el 60% y el 80% de los casos de demencia, aunque existen numerosas patologías que también la producen, como por ejemplo, las enfermedades cerebrovasculares.
   García-Ribas alerta de que debido al envejecimiento progresivo de la población, en los próximos años, el número de afectados por estas enfermedades crecerá exponencialmente. "Llevar a cabo actividades preventivas, como por ejemplo fomentar la lectura, puesto que se ha comprobado que leer retarda y previene la pérdida de la memoria, permitiría retasar la aparición de estas enfermedades y, por lo tanto, reducir el número de casos", asegura.
   Diversos estudios demuestran que un cerebro activo no sólo realiza mejor sus funciones, sino que incrementa la rapidez de la respuesta, ya que mientras se lee,  se obliga al cerebro a pensar, a ordenar ideas, a interrelacionar conceptos, a ejercitar la memoria y a imaginar, lo que permite mejorar la capacidad intelectual estimulando nuestras neuronas.
   "La lectura también genera temas de conversación, lo que facilita la interacción y las relaciones sociales, otro aspecto clave para mantener nuestro cerebro ejercitado", destacan desde la SEN, que recuerda que fomentar la lectura también tiene otras ventajas para nuestra salud, como reducir el nivel de estrés o , antes de acostarse, desarrollar buenas rutinas de higiene de sueño.
   Aunque la lectura es buena a cualquier edad, niños y personas mayores son los dos grupos poblacionales en los que, destacan, se debe insistir más en el fomento de la lectura. En los niños, porque es el mejor momento para inculcarles este hábito y, además, su cerebro y sus funcionalidades están todavía desarrollándose; y en los mayores, para que puedan seguir manteniendo su cerebro activo a pesar de que su actividad sea más reducida, la lectura diaria es un estímulo más para su cerebro.
  "Algo que se detecta es que hay muchas personas que, aunque tienen el hábito de la lectura, al hacerse mayores dejan de hacerlo, principalmente por perder capacidad visual, lo que les dificulta mucho realizar estas actividades. En esos casos, animamos a estas personas a participar en grupos de lectura o a utilizar otro tipo de soportes", concluye.

Correr o andar más de 30 minutos 3 días por semana aporta más beneficios a corto plazo que si se realiza una hora diaria

Con la llegada del buen tiempo, muchas personas deciden salir a la calle a correr o a andar para ponerse en forma. Unos nuevos deportistas que, según ha asegurado el presidente de la Federación Española de Medicina del Deporte (Femede), Pedro Manonelles, van a conseguir unos mejores resultados a corto plazo si realizan 30 minutos de ejercicio durante tres días a la semana que si lo realizan una hora todos los días.

   Esto se debe a que cuando una persona está mucho tiempo practicando ejercicio su nivel de exigencia física es mayor, por lo que requiere realizar otras pruebas para obtener los mismos resultados. No obstante, por debajo de los 30 minutos no se obtiene "ningún tipo" de beneficio físico.
   Estas declaraciones han sido corroboradas por el actual récord nacional de los 3.000 obstáculos y exatleta olímpico, Luis Miguel Martín Berlanas, quien ha asegurado que es "impresionante" la mejora que experimentan las personas sedentarias cuando comienzan correr o andar rápido durante media hora 3 días a la semana.
   "El atletismo es la matriz de todos los deportes porque agrupa todas las habilidades físicas básicas. Evidentemente, si una persona ya ha alcanzado un nivel muy alto de exigencia física, su margen de mejora será muy bajo con respecto a otra que no ha realizado apenas ejercicio físico", ha comentado Martín Berlanas.
   Se trata, por tanto, de un deporte que mejora el estado cardiocirculatorio, inmunológico, disminuye el peso e, incluso, mejora el estado psicológico de las personas. Ahora bien, y aunque los beneficios son similares en ambas modalidades, no se consiguen los mismos resultados corriendo que andando de manera rápida.
   En este sentido, Martín Berlanas ha explicado que aunque las caminatas tienen un menor impacto en las articulaciones, la quema de calorías es "mayor" cuando estás corriendo al igual que la fuerza muscular y la capacidad aeróbica que adquieres. No obstante, ha puntualizado, el problema de desarrollar esta actividad es que tiene un "mayor impacto" articular y a nivel de tendones.
   "Cuando se corre se queman antes las calorías porque al cuerpo le pides más exigencias que cuando andas. Lo que pasa es que son los condicionantes de cada uno los que determinan el ejercicio que debes hacer, ya que si uno tiene sobrepeso no puede empezar corriendo porque le va a repercutir en las rodillas, tobillos, tendones o, incluso, la espalda. Sin embargo, cuando una persona no tiene estos problemas, en muy poco tiempo, el cuerpo le va a pedir que corra", ha explicado Martín Berlanas.
   Ahora bien, se tenga el estado saludable que se tenga, lo recomendable es comenzar a andar a paso ligero y, "poco a poco", ir subiendo la intensidad. Por ello, tanto el presidente de la Femede como el exatleta olímpico han recomendado acudir a un médico, en el momento en el que se pretenda empezar a correr de una manera continuada, para realizarse un electro, una radiología del corazón o una prueba de esfuerzo en las que se descarten una serie de problemas que pueden aparecer en el futuro, cuando la persona ya está preparada para hacer, por ejemplo, una maratón.    
   Respecto al ejercicio físico que realizan las personas mayores, Manonelles recomienda andar a aquellos que nunca han tenido el hábito de correr, mientras que a los que siempre se han mantenido activos físicamente les ha aconsejado continuar con sus rutinas deportivas dado que, a pesar de su edad, "no hay ningún motivo" para que dejen de hacerlo.
   Este consejo lo ofrece también Martín Berlanas, quien, además, asegura que cuando una persona mayor deja de realizar ejercicio pierde tono muscular, provocando que se sienta peor tanto física como anímicamente.
   "Hay que realizar un ejercicio moderado durante el mayor tiempo posible y varios días a la semana para, así, minimizar el efecto rebote que produce dejar de hacer deporte de alto nivel. Y es que, está demostrado que entrar en sedentarismo cuando se ha sido una persona activa no trae nunca buenas consecuencias ni físicas, ni mentales", ha señalado.
   Por último, el presidente de Femede ha recordado que las personas que practican regularmente actividad física tienen una esperanza de vida mayor que las que son sedentarias. Un factor "muy positivo" que, a su juicio, debe animar a la gente a "salir del sofá" y a disfrutar del buen tiempo haciendo ejercicio.