La investigación, que publica la revista Cell Reports, demuestra que la desactivación de esta proteína hace que las células tumorales progresen hacia un subtipo más agresivo y resistente al tratamiento con radioterapia.
El estudio lo ha coordinado la doctora Núria de la Iglesia, investigadora asociada del equipo de investigación en Genómica Traslacional y Terapias Dirigidas en Tumores Sólidos del IDIBAPS y la primera autora del trabajo es Marta Moreno, investigadora predoctoral del grupo de gliomas que lidera De la Iglesia.
Según ha explicado De la Iglesia, "el glioblastoma es un tipo de tumor del sistema nervioso central de baja prevalencia pero muy agresivo y para el que no hay cura. Es un tipo de cáncer muy heterogéneo que varía en función de sus características epigenéticas y de expresión génica".

Cuatro subtipos

Los glioblastomas adultos se pueden clasificar en 4 subtipos diferentes. Uno de estos subtipos, llamado mesenquimal, es el que presenta el peor pronóstico, con una mayor resistencia a la radioterapia y una supervivencia más baja.
Según la especialista, "los glioblastomas tienen una gran tendencia a evolucionar de un subtipo hacia otro y estos cambios están relacionados con la adquisición de resistencia a los tratamientos. La diferenciación mesenquimal es la transición más frecuente y, aunque se conocen algunos de los mecanismos que promueven este cambio en las células tumorales, se desconoce por qué vías se podría bloquear".
"Descifrar los mecanismos moleculares que controlan la diferenciación mesenquimal tiene un interés crucial para entender tanto la evolución natural del glioblastoma, como la adquisición de resistencia a los tratamientos", según Núria de la Iglesia.
En este estudio, los investigadores, mediante estudios in vitro e in vivo, han identificado una proteína que está muy expresada en los subtipos menos agresivos y que inhibe la transición hacia el subtipo mesenquimal.
"Esta proteína tiene la capacidad de inhibir la radioresistencia", ha señalado Núria de la Iglesia, que ha apuntado que los resultados sugieren que esta proteína podría jugar un papel similar en otros tipos de cáncer.
"El estudio representa un punto de partida para el diseño de herramientas diagnósticas que predigan la respuesta al tratamiento con radioterapia en glioblastoma. Además, proporciona una diana terapéutica para resolver la radioresistencia en este tipo de tumor y, posiblemente, para otros tipos de cáncer", ha concluido la coordinadora del estudio.