sábado, 10 de agosto de 2013

Las mujeres que viven en zonas urbanas son más propensas a padecer depresión postparto

Las mujeres que viven en las zonas urbanas son más propensas a desarrollar depresión postparto que aquellas que viven en zonas rurales, según ha mostrado una equipo de investigadores liderados por el doctor del Instituto de Investigación del Colegio de Mujeres de Toronto (Canadá), Simone Vigod.

   Y es que, durante las primeras semanas después del parto las mujeres suelen estar de mal humor y padecer ansiedad debido a los cambios hormonales. En este sentido, hay madres que a los pocos días consiguen mejorar por sí solas estos síntomas, lo que se conoce como 'baby blues', aunque, no obstante, entre un 10 por ciento y un 15 por ciento padecen depresión grave durante el primer año después del nacimiento.
   Por este motivo, Vigod y su equipo, cuya investigación ha sido publicada en la revista médica canadiense 'CMAJ', analizaron datos de una encuesta realizada en 2006 a de 6.126 madres con el fin de determinar si el lugar en el que vivían influía en la depresión postparto.
   Así, mostraron que el 7,5 por ciento de las mujeres tuvieron síntomas de depresión, de los cuales el 9 por ciento vivían en ciudades de más de 500.000 habitantes y el 6 por ciento en municipios de menos de 1.000 personas.
   "Esa es una diferencia bastante grande en la población. No es el aire que se respira en una zona urbana que lo que te deprime, sino que las características de la gente que vive en ciudades es diferente a las que viven en el medio rural", ha comentado Vigod.
   De hecho, los expertos han desvelado que las mujeres que viven en zonas urbanas no suelen pedir apoyo social durante el embarazo y después del parto y, además, son menos propensas a decir que están en "excelente o en muy buena salud".
   "Tal vez se debería apoyar de una forma más explícita a estas mujeres por lo que puede merecer la pena invertir en estos tratamientos. Además, los médicos deberían preguntar con más detalle a las mujeres sobre las personas que tienen a su disposición para cuando nazca el bebé", ha zanjado el experto.

Expertos investigan en una nueva vacuna más segura contra la malaria

Investigadores del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID, por sus siglas en inglés), del Instituto Nacional de Salud, el Instituto del Ejército Walter Reed de Investigación y el Centro de Investigación Médica de la Marina, de Estados Unidos, están investigando una nueva vacuna contra la malaria.

   Se trata de la vacuna 'PfSPZ' que, según los resultados de un ensayo clínico en fase inicial de investigación, publicados en la revista 'Science', puede ser más eficaz y segura contra la infección por malaria en personas sanas. Para ello, se compone de esporozoitos vivos, aunque debilitados, de la especie 'Plasmodium falciparum', el más mortal de los parásitos que causan esta enfermedad.
   "La carga global de la malaria es extraordinaria e inaceptable. Los científicos y los profesionales de la salud han hecho importantes avances en la caracterización, tratamiento y prevención de la enfermedad. Sin embargo, la vacuna sigue siendo un objetivo difícil de conseguir aunque nosotros estamos esperanzados con este importante paso hacia delante", ha comentado el director del NIAID, Anthony S. Fauci.
   En concreto, el ensayo en fase I ha tenido lugar en el Centro Clínico de los NIH en Bethesda y ha contado con la participación de 57 voluntarios sanos de 18 a 45 años que nunca habían padecido malaria. De ellos, 40 participantes han recibido la vacuna y 17 no. Asimismo, con el objetivo de evaluar la seguridad de la vacuna, las personas que fueron vacunadas fueron divididas en grupos a los que se les suministró diferentes dosis de forma creciente.
   Posteriormente, los participantes fueron monotorizados durante siete días y ninguno tuvo ningún tipo de efectos adversos asociados a la vacuna y, además, no se observaron infecciones de malaria relacionadas con 'PfSPZ'. En este sentido, los investigadores encontraron que aquellos que recibieron las dosis más altas generaron anticuerpos contra la malaria así como más "celdas", un tipo de sistema inmune celular específico de la vacuna T.
   Del mismo modo, para evaluar si esta vacuna consigue prevenir la infección, todas las personas que participaron en el estudio fueron expuestas a las picaduras de los mosquitos portadores de la cepa a partir de la cual se desarrolló la vacuna.
   Así, comprobaron que aquellos que recibieron la dosis más alta de la vacuna estuvieron protegidos contra la infección y, sólo 3 de 15 fueron infectados, en comparación con los 16 de 17 participantes del grupo de dosis más baja que fueron infectados. Respecto a las 12 personas que no recibieron ninguna dosis de la vacuna, 11 de ellas contrajeron la malaria después de exponerse a los mosquitos.
   "En este estudio hemos demostrado que los esporozoitos se pueden desarrollar en una vacuna contra la malaria que le confiere un alto nivel de protección y se basa en las buenas prácticas de fabricación que se necesitan para ser aprobada", ha asegurado el jefe de sección de Inmunología Celular del Centro de Investigación de Vacunas del NIAID e investigador principal del ensayo, Robert A. Seder.
   Ahora bien, el único "desafío" que presenta esta vacuna es que se administra por vía intravenosa. No obstante, estudios previos a dosis más bajas han demostrado que las rutas más comunes para administrarla es la intradérmica --en la piel-- y la subcutánea --debajo de la piel-- no han dado una respuesta inmune tan fuerte como la vía intravenosa.
   "A pesar de este desafío, los resultados del ensayo son un primer paso prometedor en la generación de protección de alto nivel contra la malaria, y permiten futuros estudios para optimizar la dosis, el horario y la ruta de entrega de la vacuna", ha señalado Seder.