miércoles, 5 de septiembre de 2012

Un estudio muestra que los alimentos ecológicos no son mejores para la salud


Investigadores de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, aseguran que los productos orgánicos o ecológicos, que no han recibido ningún tratamiento químico de síntesis en su desarrollo, no son más nutricionales ni ofrecen más beneficios o menos riesgos para la salud que sus alternativas convencionales.

   Así se desprende de los resultados de una revisión de más de 200 estudios publicada en la revista 'Annals of Internal Medicine', en la que no encontraron ninguna evidencia científica de que sea más sano consumir estos productos.
   Los estudios analizados incluían 17 investigaciones que comparaban a consumidores de productos ecológicos con quienes no los consumían y 223 estudios que comparaban los niveles de nutrientes, bacterias, hongos y pesticidas de diversos productos, incluidos frutas, verduras, cereales, carne, leche y huevos.
   Todos los estudios fueron llevados a cabo con humanos pero ninguno, dicen los científicos, duró más de dos años, con lo que no es posible obtener conclusiones sobre el impacto a largo plazo de su consumo.
   Además, han reconocido que la evidencia disponible era relativamente débil y altamente variable, algo que "no les sorprende dadas las variantes que intervienen, como el clima y el tipo de tierra", según han explicado a la BBC.
   De este modo, los resultados obtenidos muestran que las frutas y verduras, tanto ecológicas como convencionales, tienen cantidades similares de vitaminas.
   La leche tiene la misma cantidad de proteínas y grasa, aunque algunos estudios mostraban que la ecológica contenía más omega 3.
   Asimismo, detectaron que los productos ecológicos contienen más nitrógeno, lo que puede deberse a las diferencias en el uso de fertilizantes y la madurez de la cosecha, aunque en cualquier caso ven poco probable que esto ofrezca algún beneficio para la salud.
   Estos resultados apoyan los resultados que presentó en 2009 una investigación de la Agencia de Estándares Alimenticios (FSA) del Reino Unido sobre las afirmaciones de la industria de productos ecológicos.
   Dicho estudio encontró que las diferencias en el nivel de nutrientes de alimentos ecológicos y convencionales no es suficientemente grande para tener una relevancia para el público. Entre los nutrientes analizados estaban la vitamina C, calcio, hierro de frutas y verduras, carne, leche y huevos orgánicos y convencionales.
   El profesor Alan Dangour, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, quien dirigió ese estudio, ha reconocido que "los consumidores eligen alimentos orgánicos por varias razones, sin embargo esta nueva investigación muestra que, actualmente, no hay diferencias convincentes entre el contenido de nutrientes o los beneficios a la salud de los alimentos orgánicos y los convencionales".
   "Esperemos que esta evidencia sea útil para los consumidores", ha añadido la doctora Crystal Smith-Spangler, principal autora del estudio, quien ha señalado que hay muchas otras razones por las cuales la gente elige alimentos ecológicos, como "el bienestar de los animales o la preocupación por el medio ambiente".
   No obstante, ha admitido que "hay quienes creen que la comida orgánica es siempre más sana y más nutricional", y es en estos casos en los que debería tenerse en cuenta que "no hay muchas diferencias entre los alimentos orgánicos y los convencionales".
   Ante estos datos, la organización Soil Association, que promueve la agricultura y alimentación ecológica en Reino Unido, ha reconocido que el estudio tiene muchos fallos al tiempo que admiten que hay más estudios que demuestran lo contrario.

Una mujer británica, primera en utilizar un exoesqueleto de forma permanente para poder andar

Una mujer británica paralizada del pecho para abajo tras un accidente de hípica se ha convertido en la primera persona que utilizará de forma permanente un exoesqueleto biónico para poder andar, un dispositivo que hasta ahora sólo se utilizaba en hospitales y centros de rehabilitación.

   Claire Lomas es la primera que se lleva el traje 'ReWalk' a su casa para darle un uso diario, después de haberlo utilizado previamente durante 17 días para participar en la Maratón de Londres, lo que le sirvió para recaudar unas 200.000 libras (unos 253.000 euros) para investigar la espina dorsal. Además, se encargó de encender el pebetero de los Juegos Paralímpicos de Londres en Trafalgar Square.
   La beneficiaria ha reconocido que las actividades rutinarias le resultan muy gratificantes, ya que estar de pie "lo es todo" para ella. "Una de las mejores experiencias fue estar de pie en un bar", dijo.
   Larry Jasinki, consejero delegado de Argo Medical Technologies, la empresa que desarrolló el traje, ha explicado a Reuters que al principio estaba nervioso por apoyar la participación en la carrera porque el traje aún estaba en pruebas, pero Lomas dijo que había aguantado bien. "El traje fue muy fiable en el peor clima, y 17 días después llegué (a la meta)", dijo.
   La persona que lleva el exoesqueleto lo activa inclinándose para indicar su deseo de dar un paso. Además de soportar el peso del cuerpo, permite al usuario subir o bajar escaleras, así como sentarse o estar de pie de forma independiente.
   El dispositivo cuesta unas 45.000 libras (unos 57.000 euros), y aunque se están realizando estudios clínicos que podrían respaldar la idea de que las autoridades sanitarias financien la compra del dispositivo, sus desarrolladores indican que los ahorros en el tratamiento de problemas de salud relacionados con la inactividad podrían compensar el coste.
   Los pacientes paralizados son propensos a sufrir heridas de presión y a perder densidad ósea, así como a problemas relacionados con una mala postura. Jasinski estima que el coste de tratar estos problemas oscila entre los 500.000 y los 3 millones de dólares (entre 398.000 y 2,4 millones de euros) a lo largo de la vida del paciente.
   La empresa calcula que de los seis millones de usuarios de sillas de ruedas en Estados Unidos y Europa, en torno a 250.000 podrían ser aptos para utilizar el dispositivo 'ReWalk'.
   Un informe de 2010 de la firma de investigación estadounidense ABI predijo que el mercado para esta tecnología podría valer 320 millones de dólares (unos 255 millones de euros) dentro de 10 años. De hecho, según indicó Jasinski, los ejércitos de Estados Unidos e Israel se han mostrado interesados en su uso para soldados heridos.
   La investigación sobre exoesqueletos comenzó hace 50 años, pero ha sido hace poco cuando los avances en sensores y sistemas de gestión de software han permitido que fueran prácticos.
   Argo, respaldada por las firmas israelíes de capital riesgo SCP Vitalife e Israeli Healthcare Ventures, está trabajando en un dispositivo similar para cuadripléjicos, así como en una interfaz cerebral que podría permitir un control "de pensamiento" más intuitivo del exoesqueleto.
   Aunque Jasinsiki indicó que aún quedan años de trabajo, los científicos han presentado dispositivos que pueden controlarse en tiempo real con la mente utilizando un escaneo cerebral avanzado.
   Lomas dijo que después de su accidente rechazó las peticiones de los médicos de abandonar la idea de utilizar sus piernas, diciendo que siendo una mujer joven y activa antes de su accidente en 2007, "no quería tener una tripa grande y piernas flacuchas".
   Desde el accidente se ha casado, ha sido madre y el año que viene planea viajar en bicicleta de Londres a París utilizando un sistema de Estimulación Eléctrica Funcional, que estimula de forma artificial los propios músculos del corredor paralizado para impulsarla hacia delante.

El 80% del genoma humano es biológicamente activo

El proyecto internacional Encyclopedia of DNA Elements (Encode) ha logrado identificar hasta 4 millones de "interruptores" en el genoma humano implicados en la activación de genes, lo que representa que hasta el 80% del genoma que se creía menos importante en realidad está implicado activamente en cuándo y dónde se producen las proteínas.

   La investigación ha contado con la participación de 442 científicos de 32 laboratorios de Reino Unido, Estados Unidos, España, Singapur, Japón y Suiza, entre ellos 20 investigadores del Centro de Regulación Genómica (CRG) de Barcelona, ha informado el centro en un comunicado.
   De hecho, los descubrimientos se han publicado en 30 artículos diferentes de acceso abierto conectados entre sí a través de las revistas 'Nature', 'Genome Biology' y 'Genome Research', y conforman una información tan "exhaustiva y compleja" que ha dado lugar a un nuevo modelo de publicación.
   El proyecto Encode está liderado por el National Genome Research Institute (NHGRI) de EE.UU. y el European Bioinformatics Institute (EMBL-EBI) de Reino Unido, y para el presente descubrimiento se han analizado unos 15 billones de bytes de datos en bruto.
   Fruto del hallazgo, los científicos saben ahora que los lugares del genoma que determinan si un gen se enciende o se apaga son en realidad la mayor parte del mismo y tienen un papel "útil y muy importante", lejos de lo que se pensaba en un inicio.
   De hecho, el primigenio Proyecto Genoma Humano mostró que solo el 2% del genoma contiene genes y con ello fabrica proteínas, si bien ahora se conoce que la activación de dichos genes es en realidad mucho más compleja.
   Más allá del trabajo de los 20 científicos del CRG --algunos de ellos actualmente en otros centros como el Centro Nacional de Análisis Genómico--, a nivel español también han participado dos investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (Cnio) y el Instituto Nacional de Bioinformática.
   El CRG ha participado en dos de los manuscritos publicados en 'Nature', en cuatro publicados en 'Genome Research' y en dos de 'Genome Biology', principalmente en relación con la actividad transcripcional del genoma.
   "El CRG ha sido la base para almacenar los datos sobre ARN, y eso a menudo ha puesto a prueba la capacidad de la infraestructura informática del centro", ha señalado en el comunicado el responsable de informática para el proyecto del CRG, Julien Lagarde.

Los suplementos de vitamina D no reducen el colesterol a corto plazo

Tomar suplementos de vitamina D para compensar su deficiencia no reduce el colesterol -por lo menos a corto plazo-, según una nueva investigación publicada en 'Arteriosclerosis, Thrombosis and Vascular Biology'.

   Los investigadores estudiaron a 151 personas con deficiencia de vitamina D que recibieron una mega-dosis (50.000 unidades internacionales) de vitamina D3 o placebo, cada semana, durante ocho semanas. Los niveles de colesterol de los participantes se midieron antes y después del tratamiento.
   La corrección de deficiencias de vitamina D con dosis orales altas de suplementos de la vitamina no modificó los niveles de colesterol, según los investigadores -a pesar de aumentar efectivamente la vitamina D a los niveles recomendados. Los niveles de vitamina D casi se triplicaron en el grupo que recibió suplementos efectivos, pero se mantuvieron sin cambios en el grupo placebo.
   "Nuestro estudio desafía la noción de que la vitamina D mejora la reposición de los niveles de colesterol", afirma Manish Ponda, autor principal del estudio y profesor en la Universidad Rockefeller, en Nueva York.
   Los investigadores también evaluaron el efecto de la suplementación con vitamina D sobre las medidas de biomarcadores más sofisticados del colesterol, tales como el tamaño de las partículas y el número. "Estas medidas de colesterol, que no se utilizan en la práctica clínica habitual, tampoco cambiaron en respuesta a la terapia con vitamina D", señala Ponda.
   Como era de esperar, los sujetos que tomaron altas dosis de suplementos de vitamina D oral mostraron una disminución de los niveles de hormona paratiroidea y mayores niveles de calcio.
   El estudio cuestiona el uso de suplementos de vitamina D para mejorar el colesterol. Aunque las dosis de vitamina D en este estudio fueron altas, eras apropiadas para la corrección de una deficiencia de vitamina D durante un período de ocho semanas.
   Sin embargo, estudios a largo plazo sobre el impacto de los cambios en el colesterol LDL, como resultado de altas dosis de suplementos de vitamina D, son necesarios para hacer recomendaciones más enérgicas. Además sigue habiendo dudas sobre si el aumento de los niveles de vitamina D con la exposición a la luz solar, la fuente natural predominante de la vitamina, tendría un efecto diferente que solo con altas dosis de suplementos orales.
   Para abordar estas cuestiones, Ponda comenzará otro ensayo clínico para comparar el efecto de la vitamina D combinada con la exposición a luz ultravioleta, con un período de seguimiento más prolongado.

Los largos intentos de reanimación podrían mejorar la supervivencia después de un paro cardíaco

Nuevos hallazgos sugieren que la prolongación de los esfuerzos de reanimación tras un paro cardíaco por 10 o 15 minutos puede mejorar los resultados. Las buenas noticias son que este enfoque podría tener sólo efectos modestos sobre los resultados neurológicos y de uso de recursos, una vez que los esfuerzos de reanimación hayan comenzado, explica Zachary D. Goldberger, de la Universidad de Washington, quien dirigió la investigación publicada en 'The Lancet'.

   A pesar de varios avances en las técnicas de reanimación, la supervivencia general después de un paro cardíaco extrahospitalario sigue siendo pobre. Entre uno y cinco de cada 1000 pacientes hospitalizados en los países desarrollados tendrán un paro cardíaco, pero menos del 20% sobrevivirán. Poco se sabe acerca de cuánto deben durar los intentos de reanimación, y se ha planteado que prolongar el intento podría ser inútil.
   Goldberger y sus colaboradores usaron datos del mayor registro sobre paro cardíaco hospitalario (The American Heart Association Get with the Guidelines -- Resuscitation registry) para examinar si la duración de los esfuerzos de reanimación varía entre los hospitales.
   El estudio incluyó a más de 64.000 pacientes de 435 hospitales de Estados Unidos que fueron reanimados tras una parada cardiaca entre 2000 y 2008. Los hospitales se clasificaron en función de la duración media de los intentos de reanimación en los no sobrevivientes - 16, 19, 22, y 25 minutos.
   Se observó que la media de los intentos de reanimación en los no sobrevivientes varió ampliamente entre los hospitales. Los pacientes en los hospitales donde los intentos de reanimación duraron más fueron significativamente más propensos a ser revividos con éxito (lograr la restauración de un pulso durante al menos 20 minutos) y sobrevivir para ser dados de alta del hospital, que los que estaban en los hospitales donde los intentos eran más cortos.
   Según el autor principal del estudio, Brahmajee Nallamothu, del Centro Médico Ann Arbor VA y la Universidad de Michigan, "estos datos son observacionales, por lo que lamentablemente no los podemos utilizar para definir específicamente una duración óptima de los intentos de reanimación. Sin embargo, nuestros hallazgos sugieren sugerir que la duración de los intentos de reanimación puede ser un enfoque para mejorar los resultados en esta población de alto riesgo".