martes, 19 de febrero de 2013

La dieta mediterránea no previene el envejecimiento de la válvula aórtica

Un estudio conjunto del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona y de nueve equipos de atención primaria del Instituto Catalán de la Salud (ICS), también de la capital catalana, revela que la dieta mediterránea no previene contra el envejecimiento de la válvula aórtica, aunque sí que lo hace de otras enfermedades del corazón.

   El trabajo, que publica la revista 'European Journal of Preventive Cardiology', sugiere que la esclerosis y la estenosis aórtica --ensanchamiento o estrechamiento de la válvula por la que sale la sangre del corazón-- tiene una tasa de afectación similar en Barcelona que en otros países con climas y dietas diferentes, lo que lleva a los investigadores a concluir que la dieta mediterránea no afecta en la aparición de esta dolencia.
   La esclerosis y estenosis valvular aórtica son dos de las consecuencias más habituales de cirugías complejas en la población de más de 65 años, y de hecho el 60% de las intervenciones quirúrgicas que se practican en el Vall Hebron sobre la válvula aórtica están motivadas por "enfermedad degenerativa", ha informado el hospital catalán en un comunicado.
   De este modo, el estudio indica que "la estenosis aórtica es una patología mucho más ligada al proceso de envejecimiento de la persona que al proceso de arteriosclerosis", si bien subraya al mismo tiempo que la dieta mediterránea sí disminuye la gravedad y la mortalidad de las enfermedades coronarias.
   Por tanto, los investigadores concluyen que para prevenir la estenosis aórtica es prioritaria la prevención y el control de los factores de riesgo, como el tabaco, la hipertensión y la diabetes.
   El trabajo ha sido dirigido por la coordinadora del programa de valvulopatías del Servicio de Cardiología del Vall d'Hebron, Pilar Tornos, con la colaboración de la Unidad de Epidemiología del mismo centro y la coordinación en atención primaria de Josep Pinar.
   Los médicos analizaron los casos clínicos de más de 900 individuos elegidos aleatoriamente de entre las personas de más de 65 años que formaban parte de los listados de usuarios de los nueve equipos de atención primaria del ICS, de entre los que el 45,4% presentaba cierto grado de ensanchamiento o calcificación.
   "Se ha demostrado que la investigación científica no solo está reservada a los grandes centros hospitalarios, sino que también se puede realizar con calidad y experiencia desde el ámbito de la salud pública más cercana a la ciudadanía", ha indicado Tornos.

Determinan la frecuencia de variantes genéticas relacionadas con el alcoholismo

  Investigadores de la Universidad del País Vasco (UPV) han determinado la frecuencia de variantes genéticas relacionadas con el alcoholismo en la población española, y su incidencia tanto en personas con un fuerte consumo de alcohol, como en aquellas con dependencia del alcohol, en un estudio, que ha sido publicado en 'Addiction'.

   Las investigaciones realizadas por David Celorrio Herrera del grupo de investigación Biomics de la UPV han analizado genes codificadores de enzimas que participan en el proceso de metabolización del alcohol, y genes que codifican receptores y enzimas relacionados con el sistema dopaminérgico.
   "La etiología de la adicción se debe a un desorden del sistema que regula la dopamina, ya que este neurotransmisor modula el sistema de recompensa cerebral", ha señalado Celorrio.
   En todos los casos, se ha estudiado la incidencia de polimorfismos de un solo nucleótido (SNP). De la familia de genes metabólicos se han analizado SNPs de los genes ADH1A-ADH1B-ADH1C, ADH4, ADH6, ALDH2 y CYP2E1. "El 70 por ciento  del alcohol es metabolizado por enzimas codificadas por estos genes", ha apostillado Celorrio.
   De los genes del sistema dopaminérgico, los SNPs analizados corresponden a los genes TH, SLC18A2, DRD1, DRD2, DRD3, MAOA y COMT. "Se trata de los genes relacionados con toda la vida útil de la dopamina: su producción, vehiculización, actuación ante los receptores y destrucción", ha añadido.
   La incidencia de las dos familias de genes ha sido analizada en consumidores excesivos y en pacientes con dependencia. Entre los primeros se han hallado polimorfismos que incrementan significativamente el riesgo asociado al consumo perjudicial de esta sustancia en los genes ADH1B y DRD2 para ambos sexos y en el gen MAOA únicamente en mujeres.
   El análisis de las variables ambientales con relación al consumo perjudicial de alcohol mostró un perfil de alto riesgo: hombres, fumadores, grandes consumidores de carne y poco consumidores de fruta y vegetales, con profesiones que no requieren un alto nivel educacional y físicamente poco activos.
   Por otro lado, la asociación significativa de la dependencia al alcohol con polimorfismos en genes del metabolismo y de la ruta dopaminérgica se ha observado con un SNP del gen ADH1B en ambos sexos y con SNPs de TH, COMT, DRD2 solo en hombres, mientras que la asociación con DRD3 ha tenido lugar solo en mujeres.
   El estudio de consumidores excesivos se realizó sobre una muestra de 1.533 individuos (653 casos y 880 controles) proveniente del proyecto EPIC ('European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition'), de los cuales la mitad eran hombres y la otra mitad mujeres.
   El valor crítico de inclusión en este grupo fue el de consumo de alcohol superior a 70 gramos diarios en hombres, y 42, en mujeres, valores muy similares a la clasificación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el grupo de individuos de consumo perjudicial.
   El gran tamaño de la muestra posibilitó su estratificación por sexo y el ajuste por variables ambientales que inciden en el consumo de alcohol, "lo que confiere a los resultados obtenidos una gran fiabilidad", ha asegurado Celorrio.
   Algunas variaciones en genes codificadores de enzimas que metabolizan la molécula de alcohol están fuertemente asociadas a un mayor consumo, ya que causan variación en la velocidad de metabolización del mismo, que puede ser hasta 30 veces mayor.
   El consumo de alcohol representa un importante problema de salud y económico en España. Se estima que entre un 2 y 20 por ciento de la población española son individuos que abusan del consumo de alcohol.

Desarrollan prótesis cerebrales que podrían proporcionar el sentido del tacto a extremidades artificiales

Un equipo de investigadores de la Universidad de Duke, en Estados Unidos, ha provisto a un grupo de ratas con un detector de infrarrojos conectado a electrodos implantados en la parte del cerebro de los animales que procesa la información relacionada con el sentido del tacto al detectar la luz como una sensación de contacto. Así, las señales de los infrarrojos podrían crear sentido del tacto en extremidades artificiales.

   Uno de los principales defectos de los actuales humanos con prótesis es que los pacientes no pueden sentir la textura de lo que tocan, explica el neurobiólogo de Duke Miguel Nicolelis. Su objetivo es dar a los tetrapléjicos no sólo la capacidad de mover de nuevo sus miembros, sino también sentir la textura de los objetos colocados en sus manos o experimentar los matices del terreno bajo sus pies.
   Sus estudios de laboratorio muestran cómo se conectan las células cerebrales con electrodos externos para las interfaces cerebro-máquina y prótesis neuronales en pacientes humanos y los primates no humanos, dándoles la capacidad de controlar las extremidades, tanto reales como virtuales, usando sólo sus mentes. Nicolelis y su equipo han demostrado que los monos, sin mover ninguna parte de su cuerpo real, podrían utilizar la actividad eléctrica del cerebro para guiar las manos virtuales en contacto con objetos virtuales y reconocer sus texturas simuladas.
   Su último estudio, publicado en 'Nature Communications', demuestra que las cortezas de las ratas responden tanto al sentido del tacto simulado creado por los sensores de luz infrarroja como al tacto del bigote, como si la corteza se estuviera dividiendo de forma pareja para que las células del cerebro procesaran ambos tipos de información.
   Esta plasticidad de los contadores de la corriente cerebral "optogenética" incita el cerebro, lo que sugiere que un tipo particular de células neuronales deben ser estimuladas para generar una función neurológica deseada. En su lugar, azuzando una gama más amplia de tipos de células podría ayudar a una región cortical a adaptarse a las nuevas fuentes sensoriales, según Nicolelis.
Nicolelis y su equipo han realizado un trabajo de interfaz cerebro-máquina como parte de un esfuerzo internacional de construcción de un exoesqueleto de cuerpo entero que podría ayudar a personas con parálisis a recuperar las capacidades motoras y sensoriales con la actividad cerebral para controlar el aparato. Estos investigadores esperan utilizar primero el exoesqueleto en la ceremonia inaugural de la Copa Mundial de Fútbol en junio de 2014.
   Nicolelis subraya que los sensores infrarrojos pueden ser construidos en el exoesqueleto para que los pacientes que usen el traje tengan información sensorial acerca de dónde están sus miembros y cómo siente los objetos cuando los tocan.

Las mujeres tienen mayor riesgo de fracaso de implante de cadera

Las mujeres parecen tener un mayor riesgo de fracaso de los implantes que los hombres después del reemplazo total de cadera, según un informe en el que se analizó al paciente, la cirugía, el cirujano, el volumen y los factores de riesgo de implantes específicos, según publica 'JAMA Internal Medicine'. El reemplazo total de cadera, conocido como artroplastia total de cadera (ATC), se realiza más a menudo en mujeres que en hombres. 

   Maria CS Inacio, del Southern California Permanent Medical Group, en San Diego (Estados Unidos), y sus colegas examinaron la asociación entre el sexo y el riesgo a corto plazo de la revisión de la ATC mediante el seguimiento de 35.140 ATC en una población de estudio en la que el 57,5 por ciento de los pacientes eran mujeres y la edad media de los pacientes 66 años. Los pacientes fueron incluidos en un registro de reemplazo total de la articulación desde abril de 2001 a diciembre de 2010.
   A los cinco años de seguimiento, la supervivencia del implante fue del 97,4 por ciento. El dispositivo para la supervivencia de los hombres (97,7 por ciento) frente a la mujer (97,1 por ciento) fue significativamente diferente y tras los ajustes, las razones de riesgo para las mujeres fueron 1,29 para todas las causas de revisión, 1,32 de revisión aséptica y 1,17 para la revisión séptica, según los resultados del estudio.
   "El papel del sexo en relación al fracaso del implante después de la artroplastia total de cadera es importante para el manejo del paciente y la innovación del dispositivo", concluye el estudio. En un comentario relacionado, Diana Zuckerman, del Centro Nacional de Investigación para Mujeres y Familias, en Washington, escribe: "El sexo es especialmente importante en ortopedia debido a las importantes diferencias sexuales anatómicas. Estos proporcionan un primer paso importante en la comprensión de mayores tasas de revisión THA en las mujeres".
   "Es necesario un seguimiento más prolongado para implantes de cadera. El número relativamente pequeño de las revisiones y el gran número de variables de confusión potenciales en estos datos a corto plazo hacen que sea difícil utilizar estos datos para ayudar a reducir la posibilidad de una cirugía de revisión", continúa Zuckerman .

El síndrome metabólico se triplica en la población con artrosis

El síndrome metabólico, un cuadro clínico que aúna una serie de factores de riesgo cardiovascular, entre los que se encuentran la obesidad, la hipertensión arterial, alteraciones lipídicas, insulinoresistencia y niveles elevados de azúcar, se triplica en la población con artrosis de rodilla y se duplica en la de mano.

   Además, empeora el pronóstico y provoca mayor incapacidad en los pacientes, según ha explicado a Europa Press el reumatólogo del Hospital Parc Taulí de Sabadell, Cristobal Orellana, quien desmitifica que la artrosis sea una enfermedad benigna, "como era hasta ahora considerada".
   Por orden de frecuencia, los estudios realizados muestran que estos pacientes sufren hipertensión arterial el 57%; diabetes el 19%; enfermedad vascular periférica el 8%; enfermedad pulmonar obstructiva crónica el 8%; insuficiencia cardiaca el 7%; enfermedad cerebrovascular el 5%; infarto de miocardio el 3%; neoplasia el 2,4%; enfermedad renal moderada o grave el 2%, y enfermedad hepática el 2%.
   Aunque los datos pueden variar dependiendo de la articulación afectada, el porcentaje más llamativo es el de sobrepeso y obesidad, más frecuente en rodilla, donde afecta al 50%; mientras que en manos se reduciría a la mitad.
   Quizá la relación más preocupante es la que se establece con la enfermedad cardiovascular, explica Orellana, quien recuerda que inicialmente son dos tipos de enfermedades frecuentes que, hasta ahora, podía pensarse en una coincidencia en un mismo paciente y en una misma población, "más aún cuando ambas con el paso de los años tienen un cierto factor acumulativo".
   Sin embargo, "se sabe que más allá de la simple coincidencia tienen una cierta relación entre si y que está puede ser importante". Así, se ha descubierto en investigaciones recientes que la artrosis puede afectar sobre las enfermedades cardiovascular del mismo modo que ésta puede repercutir sobre la artrosis".
   Por un lado, explica, los pacientes con artrosis, sobre todo de rodilla y cadera, son personas que por la limitación que tienen caminan menos, son más sedentarios, y el sedentarismo está relacionado con la obesidad, dos factores que inciden negativamente en la hipertensión, diabetes, dislipidemia o colesterol y, por tanto, tiene un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares".
   Por otra parte, la hipertensión sobre el paciente con artrosis disminuye el flujo sanguíneo al hueso subcentral, lo que "puede producir problemas de nutrición a nivel de cartílago, lo que desarrolla que sea más propenso a dañarse"; del mismo modo, la diabetes o la hipergluciemia tiene un efecto negativo porque genera una serie de alteraciones a nivel metabólico que daña el condrocito que es la célula principal de cartílago; y con respecto al síndrome metabólico, recuerda que a nivel general sistémico puede influir negativamente sobre la artrosis.
   En cuanto al sobrepeso u obesidad, merece una mención aparte, ya que es considerado como un factor muy negativo sobre el desarrollo de la artrosis porque "confiere una sobrecarga mecánica sobre las articulaciones que están mal, además la persona obesa en su tejido graso sintetiza una serie de miradores inflamatorios (adipocitoquinas) que aumentan tanto la inflamación que se puede ver el daño sobre la articulación, tanto a nivel de cartílago como de otras estructuras articulares.
   Una vez explicada la relación entre artrosis, trastornos metabólicos y comorbilidad cardiovascular, que recuerda tiene especial incidencia en el caso de la artrosis de rodilla, ya que es su localización más prevalente, Orellana destaca la necesidad de incidir en un tratamiento diferenciado para el resto de pacientes sin enfermedades asociadas.
   En el grueso de paciente el tratamiento va enfocado a disminuir el dolor y mejorar la calidad de vida, "hay fármacos de varios tipos pero se debe de tener cuidado con este tipo de pacientes en cuanto a dosis y tipos de fármaco, sobre todo cuando hablamos de antiinflamatorios no esteroides (AINE)", ya que, explica, "estos pueden tener a largo plazo una consecuencia negativa por las comorbilidades cardiovasculares".
   "Aunque tanto los especialistas como los médicos de cabecera usamos estos fármacos, su uso se debe hacer con una cierta racionalidad; y en los pacientes donde la artrosis coincide con el síndrome metabólico o con enfermedad cardiovascular hay que cuidar aún más el tratamiento", añade, al tiempo que recuerda que "hay fármacos para la artrosis a los que se les da menos protagonismos que los antiinflamatorios y que están desprovisto de estas consecuencias".
    Acompañando al tratamiento, aconseja a los pacientes la pérdida de peso, independientemente de la articulación afectada, y la practica de ejercicio, ya que protege la articulación y aumenta la fuerza de los músculos.