domingo, 18 de marzo de 2018

El virus del constipado puede destruir células madre del tumor cerebral

HOUSTON.- El virus que causa el constipado es capaz de destruir las células madre del tumor maligno cerebral conocido como glioblastoma, según los últimos estudios científicos en los que participa el neurólogo del centro oncológico MD Anderson de la Universidad de Texas, Juan Fueyo.

El facultativo ovetense y su esposa, la neuróloga Candelaria Gómez, modificaron genéticamente hace quince años el virus que causa el constipado para combatir el glioblastoma, el tumor cerebral más mortal, y que padecen diez personas por cada 100.00 habitantes.
“Ahora mismo es uno de los cánceres más letales”, asegura el investigador en una entrevista  en la que ha explicado que el virus que modificaron, al que llamaron Delta 24, lo eligieron porque el resto de virus que se utilizan para la viroterapia pueden producir cáncer.
El Delta 24, según expone, es un virus inteligente porque diferencia “si una célula es cancerosa o normal”.
En el primero de los casos, el virus se multiplica y la célula cancerosa se convierte en una fábrica de virus hasta que se rompe y, en ese momento, todas las células de alrededor son infectadas y cada una de ellas produce millones de virus, por lo que la dosis inicial se multiplica.
“No hay ningún gen que mate a las células, es el mismo virus”, detalla Fueyo, quien subraya además que el virus del constipado es “muy seguro” y es “fácil” de trabajar en el laboratorio.
Explica que el problema de los tumores es que aunque se destruya el 99 por ciento de las células, el uno por ciento que queda es capaz de repoblar el tumor otra vez, y ese es el que el citado virus puede destruir.
En un estudio aplicado a 25 pacientes con ese diagnóstico hace cinco años, cuatro de ellos vivieron más de tres años, un resultado que “abre la puerta a que se desarrollen tratamientos que se basen en disparar una respuesta inmune contra el tumor”.
En la actualidad el reto se encuentra en “comparar” el citado virus junto a tratamientos como la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia.
Para Fueyo, el tratamiento actual del cáncer es “muy tóxico”, de forma que si “el tratamiento con el virus funciona” se eliminarían los otros tres y el paciente ganaría “calidad de vida”.
Fueyo ha avanzado que ahora la investigación pretende que el facultativo inyecte el virus en un catéter, de forma que “pueda subir por el brazo o por la pierna, entrar en la arteria carótida y llegar al tumor”, donde se liberaría.
Ha indicado que en el hospital MD Anderson de Houston se están haciendo estas pruebas con perros que padecen tumores cerebrales, una investigación que, de funcionar, supondría que el paciente solo pasaría unas horas en el hospital y no permanecería ingresado días.
El neurólogo, no obstante, ha advertido de que transcurren siete años de media desde que se produce un descubrimiento en el laboratorio hasta que llega al paciente.
En España, la Clínica Universidad de Navarra va a iniciar un ensayo clínico con el citado virus, junto al tratamiento convencional con radioterapia, en niños con tumores en el tronco cerebral.
Fueyo ha aventurado que en un futuro se podrá “manejar” el sistema inmune de tal manera que el paciente se cure “no solo de este cáncer, sino de todos”.

Una terapia con células madre puede ayudar a revertir los efectos de la menopausia prematura


CHICAGO.- Una investigación reciente sugiere que las mujeres jóvenes con insuficiencia ovárica prematura (POI, por sus siglas en inglés) pueden usar sus propias células madre de la médula ósea para rejuvenecer sus ovarios y evitar los efectos de la menopausia prematura. Los resultados preliminares del ensayo clínico en curso 'ROSE' se presentan este martes en ENDO 2018, la 100 ª reunión anual de la Sociedad Endocrina de Estados Unidos, que se celebra en Chicago, Illinois.

«En las dos participantes que completaron el tratamiento hasta la fecha, los niveles séricos de estrógenos aumentaron apenas en tres meses después de la inyección de células madre, y el efecto duró al menos un año. Sus síntomas menopáusicos se han aliviado, y seis meses después de la inyección de las células madre en los ovarios, han reanudado la menstruación», apunta el autor principal Ayman Al-Hendy, profesor de Ginecología y director de Investigación Traslacional de la Universidad de Illinois en Chicago, Estados Unidos.
Los investigadores planean inscribir a 33 participantes en su ensayo clínico. En el caso de las dos pacientes que se han sometido al procedimiento hasta ahora, recogieron las células madre mesenquimales de cada mujer de su cresta ilíaca posterior y usaron laparoscopía mínimamente invasiva para inyectar las células en un solo ovario, manteniendo el segundo ovario no tratado como control.
Los autores siguieron de cerca a las pacientes con frecuentes análisis de sangre, imágenes de los ovarios, cuestionarios de síntomas de la menopausia y estudios de seguridad. Ahora que los niveles de estrógeno en ambas mujeres han aumentado significativamente y han comenzado a menstruar, el equipo de investigación espera con ansias la posibilidad de que vuelvan a ser fértiles.

Aumento del tamaño de los ovarios

«Las imágenes de ultrasonido de los ovarios tratados muestran un aumento de tamaño significativo en los ovarios tratados en comparación con los ovarios contralaterales no tratados. En los casos completados hasta ahora, las pacientes han tolerado el tratamiento muy bien sin complicaciones o efectos secundarios», subraya Al-Hendy.
Los ovarios producen hormonas y óvulos típicamente hasta la menopausia a principios de los años cincuenta, cuando dejan de funcionar. Alrededor del 1 por ciento de las mujeres tienen POI, y algunas a edades tan jóvenes como su adolescencia, escriben los autores en su resumen.
Con el POI, los ovarios dejan de funcionar y las mujeres entran en la menopausia de manera temprana, de forma que pierden la capacidad de menstruar, ovular y tener hijos usando sus propios óvulos, y pueden estar en mayor riesgo de presentar síntomas de menopausia que incluyen sofocos, sudores dulces, cambios de humor y sequedad vaginal, y por enfermedad cardiovascular, fractura relacionada con osteoporosis y deterioro de la función cognitiva, señala Al-Hendy.

Una píldora se muestra prometedora como anticonceptivo masculino

CHICAGO.- Una nueva píldora anticonceptiva para hombres parece ser segura cuando se usa diariamente durante un mes, con respuestas hormonales consistentes con anticoncepción efectiva, dicen los investigadores del estudio. Los resultados de su trabajo, realizado en 83 hombres, se presentan este domingo en ENDO 2018, la 100ª reunión anual de la Sociedad Endocrina estadounidense, que se celebra en Chicago, Illinois, Estados Unidos.

Al igual que la píldora para mujeres, el anticonceptivo oral masculino experimental -denominado dimendrolona undecanoato, o DMAU- combina la actividad de un andrógeno (hormona masculina) como la testosterona y un progestágeno, y se toma una vez al día, detalla la investigadora principal del estudio, Stephanie Page, profesora de Medicina en la Universidad de Washington, en Seattle, Washington, Estados Unidos.
«DMAU es un importante paso adelante en el desarrollo de una píldora masculina una vez al día -dice Page-. Muchos hombres dicen que preferirían una píldora diaria como anticonceptivo reversible, en lugar de inyecciones de acción prolongada o geles tópicos, que también están en desarrollo».
El progreso hacia una píldora anticonceptiva masculina se ha visto obstaculizado porque, según Page, las formas orales disponibles de testosterona pueden causar inflamación hepática y se eliminan del cuerpo demasiado rápido para su administración una vez al día, por lo que requieren dos dosis diarias. Sin embargo, DMAU contiene undecanoato, un ácido graso de cadena larga, que Page dice que ralentiza esta expulsión. DMAU está siendo desarrollado por los Institutos Nacionales de Salud, el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver, que financiaron este estudio.

Marcada supresión en los niveles de testosterona

El estudio incluyó a cien hombres sanos, de entre 18 y 50 años, y se llevó a cabo en el Centro Médico de la Universidad de Washington y en el Centro médico Harbor-UCLA en Torrance, California, dirigido por la coautora Christina Wang. Los investigadores probaron tres dosis diferentes de DMAU (100, 200 y 400 miligramos o mg) y dos formulaciones diferentes dentro de las cápsulas (aceite de ricino y polvo).
Cada grupo de dosis incluyó cinco sujetos que fueron asignados aleatoriamente para recibir un placebo inactivo y otros de 12 a 15 hombres que recibieron DMAU. Los sujetos tomaron el medicamento o el placebo durante 28 días una vez al día con comida, ya que se tiene que tomar DMAU con alimentos para que sea efectivo.
Un total de 83 hombres completaron el estudio, con muestras de sangre y pruebas de hormonas y colesterol en el primer y último día del estudio. En la dosis más alta de DMAU probada, 400 mg, los sujetos mostraron una «marcada supresión» de los niveles de su testosterona y dos hormonas requeridas para la producción de esperma. Los bajos niveles, según Page, son consistentes con la anticoncepción masculina efectiva que se muestra en los estudios a más largo plazo.
«A pesar de tener bajos niveles de testosterona circulante, muy pocos sujetos informaron de síntomas consistentes con deficiencia o exceso de testosterona», apunta Page. Todos los grupos que tomaron DMAU sí presentaron aumento de peso y disminución del colesterol HDL («bueno»), que según Page eran efectos leves. Todos los sujetos pasaron las pruebas de seguridad, incluidos los marcadores de función hepática y renal.
«Estos resultados prometedores no tienen precedentes en el desarrollo de un prototipo de píldora masculina -subraya Page-. Actualmente, se están llevando a cabo estudios a más largo plazo para confirmar que la DMAU tomada todos los días bloquea la producción de esperma».

Los bebés son capaces de razonar mucho antes de empezar a hablar


BARCELONA.- Los bebés son capaces de hacer deducciones racionales mucho antes de aprender a hablar, según ha concluido un estudio que cuestiona una de las teorías más defendidas hasta el momento y que sostiene que la capacidad de razonar está supeditada al lenguaje. 

El trabajo, liderado por Ana Martín, Nicoló Cesana Arlotti y Luca L.Bonatti, del Centro de Cognición y Cerebro (Universidad Pompeu Fabra e ICREA), y hecho en colaboración con científicos del Centro de Desarrollo Cognitivo de Budapest (Hungría) y del Instituto Nencki de la Academia de las Ciencias (Polonia), se publica en la revista ‘Science’.
Estudios previos habían determinado que los bebés menores de dos años (llamados preverbales) tienen capacidades cognitivas sofisticadas. Por ejemplo, son capaces de generar y confirmar hipótesis, una herramienta esencial que les ayuda a comprender y predecir los fenómenos que les rodean.
Un estudio de Laura Schulz también publicado en Science en 2011, determinó que, ante un juguete que no funciona, los bebés de 16 meses son capaces de generar hipótesis y plantearse si el fallo es culpa suya o del juguete.
Otros estudios constataron que con 11 meses, un bebé no solo es capaz de sorprenderse si un objeto viola las leyes físicas, sino que además intentará buscar una explicación y hacer comprobaciones para averiguar el porqué: intuye que algo no funciona.
También se sabe que los bebés poseen nociones de ‘probabilidad’ de las cosas, y se sorprenden si ocurre algo ‘poco probable’ o inesperado para ellos.
Pero, pese a todos estos datos, “seguimos sin saber cómo aprenden, con qué capacidades vienen dotados, o cómo combinan la información para formular hipótesis. Aún no sabemos cómo funciona su mente”, explica en declaraciones a Efe la coautora del estudio Ana Martín.
En este contexto, el estudio pretendía averiguar en qué momento del desarrollo se ponen en marcha los mecanismos que permiten el razonamiento y determinar cuál es su relación con el lenguaje.
El experimento se hizo con bebés de 12 y 18 meses y con adultos, a quienes se mostraron animaciones sencillas con dos objetos.
En algunos casos, las escenas invitaban a hacer una deducción para saber la identidad de un objeto escondido, en otras ocasiones, no era necesaria la deducción porque las acciones ocurrían a la vista de los participantes.
Mientras los participantes observaban las escenas, los investigadores hicieron un seguimiento ocular (eyetracker) que medía la posición de los ojos cada 16 milisegundos.
Los investigadores registraron el tiempo de respuesta de cada participante y determinaron en tiempo real el momento en el que el bebé/adulto hacía la deducción, instante en que la pupila de los participantes se dilataba, “un efecto que está relacionado con el esfuerzo cognitivo”, explica Martín.
El trabajo constató que el experimento exigía a los bebés hacer deducciones racionales, siendo la primera vez que se vincula este aspecto fisiológico con el razonamiento”, destaca la investigadora.
Pero además, los investigadores vieron que la dilatación pupilar y la manera de explorar las imágenes a través de la mirada era muy similar entre los dos grupos de niños y los adultos, pese a que los últimos tienen ya un lenguaje muy desarrollado y experiencia adquirida, lo que significa que, pese a tener edades tan dispares, bebés y adultos usan estrategias comunes para razonar sobre los mismos contenidos.
Para los autores, el estudio es la prueba de que con menos de dos años, los bebés son capaces de combinar información para aplicar reglas de lógicas y razonar pese a no dominar el lenguaje ni sus matices, lo que contradice una de las tesis más defendidas en los últimos 30 años que sostiene que el razonamiento lógico está supeditado al lenguaje.