miércoles, 15 de enero de 2020

Un estudio del oncólogo español Joan Massagué abre una vía para tratar la metástasis


NUEVA YORK.- Científicos del Instituto Sloan Kettering de Nueva York, liderados por el oncólogo español Joan Massagué, han descubierto que las células que inician la metástasis de los tumores aprovechan las capacidades de curación de las heridas para propagarse. En un sentido literal, han probado que la metástasis es la curación de una herida que ha salido mal. Según los investigadores, estos hallazgos abren una posible vía para encontrar un tratamiento contra la metástasis.

La metástasis es responsable de alrededor del 90% de todas las muertes por cáncer, aunque no se sabe mucho sobre lo que hace que las células cancerosas sean capaces de formar metástasis. Estudios previos del laboratorio de Massagué han demostrado que una molécula llamada L1CAM es necesaria para que numerosos tipos de células cancerosas puedan metastatizar con éxito en los órganos.
Los tejidos sanos normales no suelen fabricar L1CAM, pero los cánceres avanzados sí lo hacen. Sin embargo, exactamente lo que desencadena la expresión de L1CAM ha sido hasta ahora un misterio.
"Ahora entendemos la metástasis como la regeneración del tejido equivocado (el tumor) en el lugar equivocado (los órganos vitales distantes). Esto no es solo una metáfora. Es literalmente cierto en términos moleculares y fisiológicos", explica Massagué en un artículo científico publicado en la revista 'Nature Cancer'.
Al observar los tejidos de los tumores humanos bajo el microscopio, los investigadores vieron claramente que la división de células con la L1CAM era más común en áreas donde una capa epitelial estaba alterada, es decir, herida. Utilizando un modelo de colitis en ratón, los investigadores confirmaron que la L1CAM es necesaria para la reparación normal de la herida.
A continuación, querían saber exactamente qué es lo que hace que las células activen la L1CAM en el proceso de la herida. Para averiguarlo, recurrieron a los organoides de tejido, una tecnología que, en el futuro, podría impulsar la generación de órganos para trasplantes. Utilizando estos organoides, los investigadores pudieron demostrar que la simple separación de las células de sus 'vecinas' era suficiente para activar la producción de L1CAM.
Los investigadores explican que las heridas son esencialmente una brecha en la integridad de la capa epitelial de la piel, en el que unas células que normalmente están unidas estrechamente entre sí para formar una barrera protectora se separan repentinamente. 
De manera similar, en la metástasis, las células se desprenden de sus 'vecinas' y migran para llegar a nuevos lugares, según este trabajo.
Los responsables del trabajo sospechan que la reparación de heridas equipaba a ambos tipos de células para sobrevivir a este estado. En el primer caso, permite que las células se desplacen y formen nuevos tejidos; en el segundo, permite que las células metastásicas se desprendan y colonicen nuevos destinos.
Puesto que investigaciones anteriores ya habían vinculado el crecimiento del cáncer con la curación de heridas, estos científicos liderados por Massagué se preguntaron si las células que producen L1CAM son necesarias para iniciar el crecimiento de un tumor primario.
Usando un modelo de ratón, encontraron que no: los tumores se formaron bien sin él. 
Sin embargo, estas células productoras de L1CAM eran necesarias para que los tumores hicieran metástasis. Esto llevó a los investigadores a concluir que las células madre que forman los tumores primarios son diferentes de las que forman las metástasis.

El 5% de los tumores de vejiga se asocian al agua del grifo

BARCELONA.- La exposición a químicos en el agua potable se asocia con un 5% de tumores de vejiga en Europa, lo que representa más de 6.500 casos anuales de cáncer de vejiga atribuibles a la exposición a trihalometanos (THM).

Ésta es una de las conclusiones de un macro estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), que ha analizado por primera vez la presencia de estos compuestos químicos en el agua del grifo de 26 países de la Unión Europea.
Los trihalometanos son compuestos que se generan después de desinfectar el agua con productos químicos, y estudios previos ya habían asociado la exposición a largo plazo -que tiene lugar tanto por ingestión, inhalación o por absorción dérmica- con un mayor riesgo de cáncer de vejiga.
Ahora, esta nueva investigación, publicada en la revista 'Environmental Health Perspectives', se propuso recoger los niveles recientes de trihalometanos en el agua potable municipal europea, y estimar la carga de cáncer de vejiga atribuible. 
"El mayor desafío ha sido la recopilación de datos de trihalometanos representativos a nivel nacional en todos los países de la UE", ha explicado la investigadora de ISGlobal y coordinadora del estudio, Cristina Villanueva, que anima a mejorar "la disponibilidad de estos datos que deberían ser de fácil y rápido acceso".
El equipo científico envió un cuestionario a las organizaciones encargadas de la calidad del agua municipal para recoger información sobre la concentración de trihalometanos totales e individuales -cloroformo, bromodiclorometano, dibromoclorometano y bromoformo- en el agua del grifo, red de distribución o planta de tratamiento.
Esta información se complementó con otras fuentes de información disponibles como datos abiertos, informes y literatura científica, entre otros. Se consiguió obtener los datos de trihalometanos de 2005 al 2018 de 26 países de la Unión Europea -todos menos Bulgaria y Rumanía donde la información era menos extensa-, cubriendo el 75% de la población.
Los resultados indicaron grandes diferencias entre países: el nivel medio de trihalometanos en el agua potable en todos los países estaba por debajo del límite reglamentario europeo --la media fue de 11,7 g/L cuando el límite permitido es de 100 g/L--, aunque los niveles máximos sí que sobrepasaron los límites en nueve países: Chipre, España, Estonia, Hungría, Irlanda, Italia, Polonia, Portugal, Reino Unido.
Iro Evlampidou, primera autora del artículo, destaca que esta investigación "es de especial interés para los países que registran altos niveles medios de concentraciones de trihalometanos en el agua del grifo".
Asimismo, se estimaron los casos de cáncer de vejiga atribuibles mediante un cálculo estadístico que relacionaba los niveles medios de trihalometanos con la información internacional disponible de las tasas de incidencia de la enfermedad en cada país.
En total, se estimaron 6.561 casos de cáncer de vejiga por año atribuibles a la exposición a trihalometanos en la Unión Europea, con grandes diferencias entre países.
España (1.482 casos) y Reino Unido (1.356 casos) representaron el mayor número estimado de casos atribuibles, en parte debido a la alta incidencia de cáncer de vejiga o la elevada población de estos países.
En cuanto al porcentaje de casos atribuibles de cáncer de vejiga por la exposición a trihalometanos, Chipre (23%), Malta (17%), Irlanda (17%), España (11%) y Grecia (10%) fueron los países que mostraron los porcentajes más elevados; en el extremo opuesto, se encontraban Dinamarca (0%), Países Bajos (0,1%), Alemania (0,2%), Austria (0,4%) y Lituania (0,4%).