sábado, 12 de noviembre de 2011

Comer pescado podría disminuir el riesgo de diabetes

Comer pescado podría disminuir el riesgo de diabetes, según un estudio realizado por el equipo liderado por la investigadora de la Universidad de Valencia Mercedes Sotos Prieto, incluido en el estudio 'Prevención con Dieta Mediterránea' (Predimed). Sus resultados se publican en la revista 'Nutrición Hospitalaria'.

   El objetivo de este análisis sobre un total de 945 personas del Mediterráneo (340 hombres y 605 mujeres) entre los 55 y los 80 años de edad y con alto riesgo cardiovascular, fue conocer el patrón de consumo de carne y pescado en esta población, sus correlaciones con la adherencia a la Dieta Mediterránea y su asociación con factores de riesgo cardiovascular.
   Los resultados muestran que esta población mediterránea presenta una ingesta elevada de carne roja y de pescado. Sin embargo, mientras que el consumo de pescado se asocia con una menor prevalencia de diabetes y menor concentración de glucosa, el de carne roja --en particular de embutidos-- se relaciona con un mayor peso y prevalencia de la obesidad.
   Comer carne roja en exceso se relaciona con mayor riesgo cardiovascular y con problemas de hipertensión y diabetes, además de con un moderado incremento de mortalidad, en particular por cáncer y enfermedades cardiovasculares. Por contra, el pescado, incluido en la Dieta Mediterránea, tiene efectos cardiosaludables.
   Según ha explicado Sotos, "en los países mediterráneos el consumo de alimentos característicos de su dieta ha disminuido en las últimas décadas para aumentar el de grasas saturadas, procedentes sobre todo de carnes rojas y bollería industrial".
"Esto es realmente preocupante", admite.
   Los autores de este estudio afirman que, a pesar de tratarse de un estudio transversal, que no determina una relación causal entre factores, son varios los trabajos que coinciden en señalar que el consumo de pescado --tanto blanco como azul, aunque este último en mayor medida-- se asocia con un menor riesgo de diabetes tipo 2.
   "Se han sugerido varias hipótesis que explican por qué el consumo de pescado podría estar relacionado con el riesgo de diabetes", indican estos expertos, apuntando que "el aumento de los omega 3 en las células del músculo esquelético mejora la sensibilidad a la insulina".
   "Resulta importante conocer el patrón dietético de la población española para saber si los hábitos están cambiando y por tanto, debemos reforzar la educación alimentaria", subraya Sotos Prieto.
  "Habría que instaurar programas de intervención dietética para evitar alejarse del patrón tradicional mediterráneo, es decir, disminuir el consumo de carne roja y mantener el de pescado", propone.
    El consumo elevado de grasas saturadas procedentes de la ingesta de carne roja y embutidos fue mayor en el caso de los hombres. Las mujeres demostraron comer más carne blanca, en particular pavo y pollo.
   En relación al consumo de pescado, no se encuentran diferencias significativas de género. En general, las mujeres presentaron una mayor puntuación para 'patrones dietéticos sanos' o 'dietas prudentes', en relación con los hombres.

La FDA de EE UU aprueba la primera terapia de células de sangre de cordón umbilical

Las autoridades del medicamento de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) han aprobado el uso de 'Hemacord', una terapia con células madre hematopoyéticas procedentes de sangre de cordón umbilical indicada para pacientes con trastornos que afectan al sistema de formación de la sangre, como ciertos tipos de cáncer y algunas enfermedades hereditarias metabólicas o del sistema inmune.  Se convierte así en la primera terapia de su clase que obtiene esta licencia de uso. 

   'Hemacord', fabricado por el New York Blood Center, con sede en Nueva York, ha demostrado su seguridad y efectividad a través de los datos presentados a la FDA para obtener su licencia. No obstante, advierte en su embalaje de que su trasplante podría generar en el receptor problemas mortales, como los rechazos.
   Por ello, los pacientes que reciben 'Hemacord' deben ser seguidos de cerca por sus médicos. La valoración del riesgo-beneficio y la administración de este producto de sangre de cordón debe realizarse bajo la supervisión de un médico con experiencia en el trasplante de células madre hematopoyéticas, advierte la FDA.
   Según la directora del Centro para la Evaluación e Investigación Biológicas de la FDA, Karen Midthun, "el uso de terapias de células madre hematopoyéticas procedentes de sangre de cordón umbilical ofrece opciones de tratamiento que podrían salvar las vidas de muchos pacientes con este tipo de desórdenes".
   La sangre de cordón umbilical es una de las tres fuentes de células madre hematopoyéticas, que se usan en trasplantes. Las otras dos son la sangre de médula espinal y la sangre periférica. Una vez que las células madre hematopoyéticas se trasplantan al paciente, éstas migran a la médula espinal, donde se dividen y maduran. Tras madurar, van al torrente sanguíneo y allí pueden, parcial o totalmente, restaurar el número y las funciones de varias células sanguíneas, incluida su función inmune.

Un estudio sobre la neumonía podría ayudar a reducir la primera causa mundial de muerte infantil

Los niños con neumonía grave tratados en casa por las 'Lady Health Workers', en Pakistán, tienen más probabilidades de recuperarse que los niños enviados a centros de salud, afirma la organización Save the Children. El estudio que ha llegado a esta conclusión, financiado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) y coordinado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha sido publicado en la revista 'The Lancet'.

   Los resultados llegan justo antes del Día Mundial de la Neumonía, que tiene como objetivo centrar la atención del mundo sobre la causa principal de muerte infantil.
   Aproximadamente 1,4 millones de niños menores de 5 años mueren anualmente a causa de la neumonía -el 99 por ciento de ellos viven en países en vías de desarrollo. "La neumonía es altamente tratable con antibióticos de bajo costo, sin embargo, sigue siendo la mayor causa de muerte infantil", afirma Carolyn Miles, presidenta de Save the Children, "los nuevos resultados se muestran prometedores y prácticos a la hora de reducir las muertes infantiles por neumonía grave en las comunidades más afectadas. La formación y el apoyo a los trabajadores de la salud son el corazón de la solución".
   El estudio se centra en un obstáculo importante en el tratamiento efectivo de la neumonía: la dificultad de acceder a servicios de salud de calidad. En las comunidades pobres y aisladas, donde se concentran más casos de neumonía, los principales retos incluyen la distancia a un centro de salud, la falta de transporte y los costos. En medio de una crisis mundial de personal sanitario, Pakistán es uno de los países de bajos ingresos que más ha crecido en el despliegue de personal sanitario comunitario para mejorar la salud materna e infantil; en el caso de las 'Lady Health Workers', éstas reciben capacitación durante varios meses, supervisión continua y suministros básicos, y atendienden a alrededor de 200 familias al mes en todo el país.
   El estudio siguió el caso de 3.211 niños con neumonía grave en el distrito de Haripur, en Pakistán. El grupo control recibió una dosis inicial de antibióticos por vía oral y se refirió a un centro de salud -algunas familias no se trasladaron hasta el centro de salud, mientras que otras no recibieron el tratamiento adecuado a pesar de haberse desplazado. El grupo experimental fue tratado en casa con antibióticos por vía oral durante cinco días, y atendido por trabajadoras sanitarias que habían recibido formación adicional.
   La tasa de fracasos en el tratamiento fue un 50 por ciento menor en el grupo experimental. Después de cinco días, el 18 por ciento de los niños enviados a un centro todavía estaban enfermos, frente al 9 por ciento de los atendidos en casa por las trabajadoras sanitarias.
   Estudios anteriores han demostrado que los trabajadores comunitarios de la salud pueden tratar con éxito a niños con neumonía no grave en casa y reducir sustancialmente las tasas de mortalidad. Sin embargo, la actual Organización Mundial de la Salud (OMS) no permite el tratamiento en el hogar cuando la neumonía se define como grave.
   En todo el mundo, hay muchas familias que no consiguen llegar a un centro de salud. Hasta la publicación de este nuevo estudio, ningún estudio aleatorio anterior ha mostrado de forma rigurosa si los trabajadores de salud comunitarios pueden tratar con eficacia los casos de neumonía grave en el hogar. "Nuestro estudio tuvo como objetivo demostrar que los niños pueden recuperarse del mismo modo de una neumonía grave cuando son tratados en casa que cuando son referidos a un centro de salud.
   Según la doctora Elizabeth Mason, directora de la OMS, "los resultados del ensayo de Pakistán son muy prometedores, y estaremos pendiente de estudios futuros. Si observamos resultados similares en otros lugares, actualizaremos la orientación global para que el tratamiento sea mucho más accesible para las familias, ayudar a los gobiernos a aprovechar al máximo los recursos limitados, y salvar más vidas".

La deficiencia de una molécula favorece el crecimiento muscular y la sensibilidad a la insulina

Dos estudios independientes, publicados en la revista 'Cell', han propuesto un camino común para estimular los músculos y prevenir la diabetes. La clave es una molécula necesaria para el metabolismo.

   Los investigadores muestran que la pérdida de esta molécula en los músculos de los ratones propicia la quema de grasa y una mayor capacidad de ejercicio. Por otro lado, un segundo grupo de investigadores señala que la pérdida de la misma molécula en las células de grasa produce ratones más sensibles a la insulina.
   Los ratones, a pesar de engordar, mostraron características comunes a las de animales en tratamiento con TZD (tiazolidinedionas), pero no efectos secundarios como la retención de agua y enfermedades del corazón. "Los ratones se mostraron más tolerantes a la glucosa, a pesar de volverse obesos", explica Jerrold Olefsky, de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos), "se volvieron menos resistentes a la insulina y sufrieron menos inflamación sistémica".
   Esta molécula, llamada NCoR, integra complejas vías de señalización, ajustando procesos específicos del metabolismo como si fuese un regulador de intensidad, comenta Johan Auwerx de la Escuela Politécnica Federal de Lausanne (Suiza).
   Aunque trabajos anteriores habían demostrado que la pérdida completa de NCoR durante el desarrollo es fatal, algunos científicos, incluyendo a Auwerx y Olefsky, intuían que la molécula, en células adultas específicas, poseía efectos más amplios. Ahora, los nuevos resultados sugieren que la limitación de los niveles de NCoR podría mejorar el metabolismo humano.
   El trabajo de Olefsky sugiere que la grasa es el objetivo principal a la hora de mejorar la sensibilidad a la insulina. Según el experto, "con este ataque a los adipocitos obtenemos sensibilidad sistémica a la insulina, y mejoras para el hígado y los músculos".
   El hecho de que la deficiencia de NCoR tenga ventajas en dos contextos totalmente diferentes ayuda en la estrategia de tratamiento, concluye Auwerx.

El VIH y los microbios resistentes siguen siendo los problemas de salud pública que más preocupan a Europa

La infección por VIH, que sigue creciendo, y la aparición de microbios resistentes, sobre todo el "rápido descenso de la vulnerabilidad" de la bacteria 'Echerichia coli' (E.coli) frente a "prácticamente todos los agentes antimicrobianos", son algunos de los problemas de salud pública que más preocupan a Europa, junto con el aumento de casos de tuberculosis y el sarampión endémico.

   Así lo señala el Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés), que ha presentado esta semana el Informe Epidemiológico Anual 2011, que recoge los datos de vigilancia registrados en 2009 por los 27 Estados miembros de la UE y tres países de la EEA/EFTA y un análisis de los retos en salud pública detectados en 2010.
   Según este informe, el VIH sigue siendo "uno de los más importantes problemas de salud pública en Europa", ya que su transmisión sigue creciendo, pese a que las cifras oficiales dicen que parece haberse estabilizado en los 28.000 casos anuales.
   El mayor número de casos se da en hombres que mantienen relaciones con hombres (35%), en personas que adquirieron el virus a través de relaciones heterosexuales (24%) y en usuarios de drogas por vía parenteral (5%).
   "Se siguen observando tendencias significativas en los patrones de transmisión de esta enfermedad. Así, entre 2004 y 2009, aumentaron un 24 por ciento las infecciones entre hombres que mantienen relaciones con hombres, mientras que la transmisión por relaciones heterosexuales se mantenía estable, aunque con algunas señales de aumento en 2009", indican estos expertos.
   Destacan también que los diagnósticos de sida "se han reducido a la mitad" entre 2004 y 2009 por la mejora en el acceso y la efectividad de los tratamientos.
   No obstante, la enfermedad de transmisión sexual más frecuente en Europa es la clamidia, con cerca de 350.000 casos en 2009, más del doble que los registrados hace 10 años, a pesar de que se cree que es una enfermedad infradiagnosticada. Tres de cada cuatro casos se diagnosticaron en jóvenes menores de 25 años.
   Otra de las más importantes preocupaciones de salud pública en Europa es la aparición de microbios multirresistentes, problema ante el que el ECDC recomienda "intensificar los programas de control de infecciones y un uso prudente de los antibióticos".
   Un éxito en este campo es la estabilización o descenso de los casos de 'staphylococcus aureus' resistente a la meticilina, un problema que, sin embargo, sigue siendo del 25 por ciento en uno de cada tres países.
   La mitad de los países incluidos en este informe presentaban un 10 por ciento de casos de 'k.pneumoniae' multirresistente. Además, algunos países registraron altos porcentajes de resistencias a carbapenems, un tipo de antibiótico con amplio espectro de actividad bactericida.
   Por otra parte, la tuberculosis, con cerca de 80.000 casos notificados anualmente en Europa, sigue siendo "una infección común y con una importante carga de enfermedad", a pesar de que se reduce en un 4 por ciento cada año desde 2005. "A pesar de que están descendiendo los casos, algunos países con tasas de infección relativamente bajas --como Malta o Reino Unido-- han registrado un incremento de sus cifras, sobre todo por la llegada de casos del exterior", anotan.
   Las enfermedades prevenibles con vacunación se mantenían estables o en descenso en 2009. Sin embargo, en 2010, se registró un "sustancial incremento" de la actividad del sarampión. "Aunque los casos de sarampión se redujeron en 2009, en comparación con  los picos registrados en 2006 y 2008, se registraron brotes o incremento de los casos durante 2009 en Francia, Alemania, Italia, Australia, Reino Unido, Bulgaria e Irlanda", destacan.
   También aumentaron los casos de paperas de forma "significativa" durante 2009, sobre todo debido al brote registrado en Reino Unido, relacionado con una cohorte de personas sin vacunar que llegaron ese año a la edad universitaria.
  Además, también se redujeron los casos de rubeola en 2009, tras desaparecer el brote registrado en Italia en 2008. "No se registraron casos de polio en 2009, pero sí un importante brote de polio en 2010, que afectó a Tayikistán y a sus países vecinos, con cerca de 500 casos confirmados", añaden.  
   Las enfermedades gastrointestinales más comunes en Europa siguen siendo las infecciones por 'campylobacter', que aunque se mantiene estable supone "una importante carga de enfermedad", y la 'salmonella', que continúa el descenso estable que inició en 2004, pero ha generado 324 brotes con al menos 4.500 casos en 2009.
   Se han dado también casos de infecciones gastrointestinales raras o poco frecuentes, como la brucellosis, en países como Portugal, Grecia o España, asociadas principalmente al trabajo con animales en el campo. También destacan que en España se registró, durante 2010, "el primer caso autóctono de 'Plasmodium vivax' desde 1961".