miércoles, 16 de abril de 2014

El estrés, culpable del aumento de patologías de la voz

MADRID.- La prevalencia de las patologías vocales continúa aumentando año tras año en una sociedad cada vez más ruidosa y estresante, en la que la voz se ha convertido en una herramienta esencial de trabajo para determinadas personas y en la carta de presentación de la mayoría de los seres humanos.

Así lo advierte la Sociedad Española de Otorrinolaringología (SEORL) con motivo del Día Mundial de la Voz, que bajo el lema "La voz importa" se celebra en España con actividades de educación sanitaria dirigidas a la población en 13 ciudades.
"Claro que la voz importa, porque mediante ella decimos cosas, pero también dice de nosotros, desde estados de salud o de enfermedad a estados de ánimo. Es un heraldo nuestro magnífico", señala el doctor Ignacio Cobeta, jefe de servicio de otorrinolaringología del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.
La voz es la carta de presentación de la mayoría de los seres humanos, mucho más en un mundo en el que la imagen cuenta tanto, asegura este experto, responsable de la campaña de sensibilización de la SEORL.
Cuando oyes a alguien, por ejemplo a través del teléfono, te puedes hacer una idea de cómo es.
No puedes saber si es alto, moreno o tiene bigote, pero sí si es una persona extrovertida o afable. "La voz dice muchas cosas de nosotros y cuando los médicos oímos a los pacientes ya sabemos si necesitan nuestra ayuda o no".
La falta de sueño, hablar más de cuatro horas diarias, carraspear y toser en exceso, el ruido y la sequedad ambiental, el humo y el alcohol son los principales factores de riesgo para sufrir problemas vocales.
Actores, cantantes, locutores de radio y de televisión, profesores, educadores, teleoperadores y otros profesionales que tienen en la voz su principal fuente de ingresos tienen que tener especial cuidado.
En términos generales, el 5 por ciento de la población española sufre algún trastorno de la voz que requiere atención médica.
La franja de edad en la que son más frecuentes se sitúa entre los 25 y los 45 años y son ligeramente superiores en las mujeres que en los hombres.
El colectivo profesional más afectado por disfonías es el de profesores, con una prevalencia de entre el 20 y el 25 por ciento, y es la causa más frecuente de baja laboral.
También los niños son un grupo afectado: entre el 30 y el 40 por ciento padecen trastornos de la voz, preferentemente en la pubertad.
Esto se debe, según el doctor Cobeta, a que gritan mucho e intentan imponer su criterio normalmente en ambientes ruidosos.
Pero también al hecho de tener la voz más aguda, lo que significa que las cuerdas vocales vibran más que en las personas adultas y están más sometidas a traumatismos.
Ocurre lo mismo en las mujeres y en ambos los nódulos son más frecuentes.
También las personas mayores sufren patologías de la voz. Un 25 por ciento padecen problemas que afectan a su calidad de vida y a su autoestima.
El doctor Cobeta, profesor de la Universidad de Alcalá de Henares, incide en que "todos debemos aprender a cuidar la voz, siguiendo una serie de consejos que nos mantengan dentro de nuestras posibilidades vocales".
La regla número uno es no gritar, evitar forzar la voz e intentar no hablar en ambientes ruidosos.
Actualmente existen aplicaciones para los smartphones que miden el ruido ambiente con bastante fiabilidad. Cuando éste supere los 75-80 decibelios hay que tener cuidado al hablar.
Pero también hay otras acciones que se pueden seguir. La Sociedad Médica Española de Foniatría (SOMEF) ha elaborado un decálogo de consejos y ha recordado que a la voz hay que dedicar la misma atención que se presta a los dientes o al corazón.
No fumar, huir de ambientes con humo, evitar el carraspeo y la tos brusca, tratar adecuadamente las alergias y catarros, procurar dormir lo suficiente, hacer ejercicio físico de forma habitual, seguir una alimentación sana y beber agua abundante para estar bien hidratado son algunas de esas medidas.
Pero, además, si se utiliza la voz profesionalmente, hay que aprender a entrenarla y a mantenerla.
Los foniatras inciden en que la salud vocal empieza en la infancia y piden a los padres que impidan que sus hijos griten habitualmente.
Todas estas pautas consiguen que "seamos capaces de hablar durante más tiempo sin hacernos daño", indica el doctor Cobeta, quien recomienda acudir al médico cuando se produzcan alteraciones que se prolonguen más de tres semanas.
En la importancia del cuidado de la voz insiste también la Asociación de Logopedas de España, cuya presidenta, María Teresa Estellés, subraya que es el órgano más sufrido que tiene el ser humano.
"Al día podemos tener unos 3.000 golpes de glotis. ¿Qué parte de nuestro cuerpo aguanta tres mil golpes sin resentirse?. Ninguna, solo la laringe", señala.

Dormir de día aumenta el riesgo de muerte

LONDRES.- Un estudio publicado en el American Journal of Epidemiology afirma que las personas que duermen de día tienen al menos un 30 por ciento más de posibilidades de fallecer prematuramente.

Para el estudio, los investigadores de la Universidad de Cambridge, Inglaterra, han analizado a más de 16.000 personas en un período de 13 años. De 16.374 voluntarios que respondieron la encuesta entre 1998 y 2000, un total de 3.251 murieron durante los años de seguimiento que duró la investigación.
El estudio establece que cambiar las costumbres de sueño perjudica mucho la salud y aumenta el riesgo de mortalidad en jóvenes, en adultos y en ancianos. Las enfermedades respiratorias y los trastornos relacionados con el estrés son las principales causas de muerte entre aquellos que acostumbran a dormir de día.
Lo que llama aún más la atención es que las personas que tienen una buena alimentación y que realizan ejercicio físico también pueden verse perjudicadas por dormir de día o no cumplir las horas de sueño requeridas.
Los especialistas todavía no saben cuáles son las razones que explican por qué los ciudadanos que descansan de día tienen más problemas de salud, pero creen que la inflamación de los órganos producida por el descanso diurno podría ser la causa de estas muertes.