lunes, 16 de septiembre de 2013

Antiguos deportistas tienen problemas con adicciones y enfermedades

Casi una cuarta parte de los antiguos deportistas han tenido problemas de salud, financieros o de adicciones después de retirarse, según un sondeo británico publicado esta semana.

Más de 1.200 futbolistas, jugadores de rugby, jinetes y jugadores de cricket fueron encuestados por la Federación de Jugadores Profesionales, que agrupa a sindicatos de varios deportes y entrevistó a antiguos profesionales del deporte de entre 22 y 95 años.

Simon Taylor, secretario general del PPF, dijo que el 99 por ciento de los encuestados eran hombres, salvo algunas jinetes.

Los resultados mostraron que aunque el 79 por ciento dijo estar satisfecho con su vida, el 32 por ciento afirmó no sentirse en control durante los dos primeros años después de abandonar el deporte.

Casi una cuarta parte de ellos - el 24 por ciento - dijo haber sufrido problemas físicos o mentales, así como dificultades financieras o problemas de adicción en su intento de comenzar una nueva carrera.

Muchos futbolistas han dejado ver en público su lucha contra sus demonios, como el exjugador de Manchester United e Irlanda del Norte George Best o el excentrocampista de Inglaterra Paul Gascoigne.

Un 16 por ciento dijo haber experimentado depresión o "sentimientos de desesperación", el 17 por ciento tuvo ansiedad o estrés, y el 16 por ciento sufrió pérdidas de autoestima tras retirarse.

"Este importante estudio pone de manifiesto los retos profesionales que los deportistas afrontan cuando se retiran, y es decisivo que les ayudemos a ajustarse a la vida fuera de los focos", Brendan Batson, presidente de PPF en un comunicado conjunto con el informe.

Un ejemplo reciente es el de Kenny Sansom, antiguo defensa del Arsenal que jugó 86 partidos con Inglaterra y participó en dos mundiales. Su alcoholismo era tan grave que admitió haberse dormido en bancos de parques.

"Cuando llegas al final de tu carrera obviamente tienes más tiempo y bebes tres o cuatro veces por semana, luego es todos los días, y en cierto momento bebía ocho o nueve botellas de vino al día", dijo el jueves en Sky Sports News.

"Bebía para olvidar problemas y no me importaba dormir donde fuera, porque me emborrachaba de un modo mísero y luego me quedaba dormido en cualquier sitio, en el banco de un parque".

Casi la mitad de los deportistas mantiene algún tipo de vínculos con su deporte, y el salario medio entre los encuestados era de entre 30.000 y 40.000 libras, por encima de la media nacional de 26.000 libras (unos 19.600 euros).

Las mamografías serían beneficiosas antes

Aunque las recomendaciones de cuándo comenzar a hacerse la mamografía varían, un nuevo estudio sugiere que las mujeres de 40 se beneficiarían con la prueba.

Un equipo revisó información de 609 fallecimientos por cáncer de mama y halló que la mitad había ocurrido en mujeres con un diagnóstico previo a los 50 años. La mayoría nunca se había realizado una mamografía.

"(La prueba) debería ser anual a los 40", dijo el coautor del estudio, doctor Blake Cady, profesor emérito de cirugía de la Facultad de Medicina de Harvard, Boston.

Esa indicación coincide con las guías de la Sociedad Estadounidense del Cáncer, que recomienda la realización de una mamografía anual a partir de los 40 años, "mientras la mujer esté en buen estado de salud".

En cambio, la Comisión Especial de Servicios Preventivos de Estados Unidos (USPSTF, por su sigla en inglés) aconseja que las mujeres con un nivel de riesgo promedio de la enfermedad se hagan una mamografía cada dos años a partir de los 50 y promueve que las mujeres más jóvenes decidan si quieren realizarse la pesquisa.

"Sabemos que existe algún beneficio para las mujeres de entre 40 y 49 (años)", dijo la doctora Virginia Moyer, que preside la USPSTF y no participó del nuevo estudio.

"El beneficio es relativamente modesto y, cuando esto ocurre, hay que tener en cuenta los riesgos", agregó Moyer, que además es vicepresidente de Mantenimiento de la Certificación y la Calidad del Consejo Estadounidense de Pediatría, Chapel Hill, Carolina del Norte.

En el caso de la pesquisa del cáncer mamario, los riesgos incluyen los falsos positivos, que producen estrés emocional y físico, además de imponer la realización de estudios clínicos invasivos.

La mayoría de las recomendaciones surgen de la revisión de los ensayos clínicos controlados, los de mejor calidad en la investigación médica e incluyen el seguimiento de grupos pesquisados y sin pesquisar en el largo plazo.

El equipo de Cady publica en Cancer que esos análisis subestimarían el beneficio real de la pesquisa porque, por ejemplo, los grupos a los que se les indica no hacerse el examen podrían optar por realizarlo.

Por eso, el equipo realizó un análisis de fallo de los datos de las historias clínicas de 609 mujeres que habían fallecido por cáncer de mama. La enfermedad se había diagnosticado entre 1990 y 1999 en uno de dos hospitales de Boston. Ellas murieron en 2007.

El 29 por ciento de esas mujeres se había realizado una mamografía en los dos años posteriores al diagnóstico y el 71 por ciento no se había hecho una mamografía. Sólo un 13 por ciento tenía más de 70 años al momento del diagnóstico. La mitad de las mujeres tenía menos de 50 al momento del diagnóstico.

El 30 por ciento tenía entre 40 y 49 años cuando recibió el diagnóstico y el 20 por ciento tenía menos de 40 años. Estudios previos habían hallado que 30 de cada 1.000 mujeres de 40 morirán por la enfermedad sin haberse realizado una mamografía.

En 2011, el doctor Michael LeFevre, de University of Missouri y copresidente de la USPSTF, dijo a Reuters Health que si la mamografía se hace a partir de los 50 y se repite cada dos años hasta los 75, se podrían evitar siete muertes.

En cambio, según explicó entonces, si la prueba empieza a hacerse a los 40, sólo se evitaría una muerte extra.

Algunos síntomas del autismo mejoran en la adolescencia

Los niños con un trastorno del espectro autista (TEA) superarían las dificultades para comprender las señales visuales y los sonidos, según sugiere un nuevo estudio.

"La incapacidad de integrar el lenguaje visual y auditivo durante la niñez es un problema significativo en los niños pequeños con autismo", indicó el autor principal, doctor John J. Foxe. Impide participar en aulas ruidosas y otros entornos sociales.

El equipo de Foxe, de Albert Einstein College of Medicine, Nueva York, publica en Cerebral Cortex pruebas de que los problemas multisensoriales para integrar el lenguaje disminuyen durante la adolescencia.

Los autores evaluaron a 84 niños con TEA y 142 niños neurotípicos de la misma edad.

La prueba consistía en integrar el lenguaje visual y oral con ruido ambiente cada vez más alto y el equipo halló que los niños con TEA se esforzaban para integrar señales multisensoriales y que los problemas para hacerlo aumentaban a medida que lo hacía el ruido ambiente.

Lo sorprendente fue que esas deficiencias aparecían claramente en los niños con TEA de entre cinco y 12 años, pero "disminuían por completo" en los participantes con TEA de entre 13 y 15 años.

Foxe dijo que, de hecho, en los adolescentes, las capacidades multisensoriales "parecían completamente normales".

"El hecho de que los niños más grandes desarrollen esa capacidad, aunque mucho más tarde que los niños sin TEA, es un signo extremadamente esperanzador", dijo Foxe.

"Sugiere que la arquitectura neuronal, que necesita desarrollar esa habilidad, estaría básicamente intacta y que existe una muy buena posibilidad de que podamos intervenir en los niños pequeños con muy buenos resultados en sus capacidades multisensoriales. Nuestro equipo y otros estamos desarrollando intervenciones orientadas para lograrlo", concluyó.