Un estudio liderado por el doctor Juan Jesús
Vílchez, del Investigación en Patología neuromuscular y Ataxias del
Hospital La Fe, de Valencia, ha permitido descubrir que una mutación de
la proteína Transportina 3, presente en un gen responsable de una
distrofia muscular de cinturas, actúa como una vacuna natural contra el
sida ya que impide que el virus del VIH se reproduzca.
No obstante, el experto, que ha presentado este hallazo en la
jornada 'Avances en Investigación de Enfermedades Neurológicas' en La
Fe, ha explicado que el problema es que si se inoculase tal cual en una
persona "no tendría sida, pero se le provocaría una distrofia", por lo
que en estos momento "es el punto de partida" para descubrir una vacuna.
Por ello, el Instituto Carlos III de Madrid ha convocado una
reunión, junto a numerosos grupos de investigadores de enfermedades
neuromusculares y del sida, para trabajar en "un macroproyecto" que
permita encontrar tanto una vacuna basada en este hallazgo, así como los
mecanismos y tratamientos de estas distrofias musculares.
El estudio inicial, publicado en la revista Brain en el mes de
abril, descubrió que el gen causante de la distrofia muscular dominante
de cinturas 1F era el TNPO3, que codifica la proteína transportina-3.
Esta patología, que produce debilidad en los músculos de las zonas
pélvica y escapular, fue descrita hace más de diez años en una familia
española --la única con esta modalidad de distrofia hasta el momento
conocida en el mundo-- en la que se expande a lo largo de seis
generaciones y en la que existen en torno a 50 miembros afectados, 35 de
ellos concentradosen la provincia de Castellón.
Durante el estudio, se detectó que este gen contenía la proteína
Transportina3, responsable de introducir en las células el virus del VIH
y luego reproducirlo. Sin embargo, la parte mutada "impide que la
normal trasporte el sida".
Ante este hallazgo se pusieron en contacto con el grupo de
investigación del sida que trabaja en el centro de virología de
Majadahonda (Madrid), que se les reclamó sangre de estos enfermos para
su estudio y se quedaron "asombrados" porque "en las células que les
remitimos no se multiplicaba", ha relatado el doctor.
Este grupo consiguió esta proteína mutada por síntesis artificial y
la ha aplicado a modelos de células y "se ha comprobado que impide el
desarrollo del sida". Por ello, una vacuna basada en esta proteína
mutada sería útil tanto como prevención, como a los enfermos que ya
tengan el sida desarrollado ya que impide que el virus se multiplique.
El problema es que en su estado actual podría provocar también una
distrofia muscular.
Vílchez ha aclarado que muchos laboratorios trabajaban sobre este
proteína y "se sabía que transportaba el sida pero no cómo actuar sobre
ella". Sin embargo, ahora se ha comprobado que esta familia de afectados
de distrofia tiene "de forma natural la vacunación del sida".
"La
investigación tan esperada a nivel mundial nos la hemos encontrado de
forma natural", ha subrayado.
"A mis pacientes les digo que siempre se lamentaban de que nadie
les iban a ayudar y ahora sois vosotros los que vais a ayudar a los
pacientes del sida", ha recalcado.
En el estudio publicado en la revista Brain han trabajado
conjuntamente el Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, el Departamento de
Neurología de la Universidad de Columbia de Nueva York (EEUU), el
Departamento d Patología del Hospital Universatario Meixoeiro de Vigo y
el Instituto Carlos III, entre otros.