lunes, 2 de septiembre de 2013

El hombre europeo crece 11 centímetros en el último siglo

La estatura media de los hombres europeos ha aumentado 11 centímetros desde 1870 a 1980, lo que refleja una sorprendente y significativa mejora de la salud en el continente, según los resultados de un estudio de la Universidad de Essex (Reino Unido).

   Además, y en contra de lo esperado, el estudio también encontró que la estatura media se aceleró durante las dos guerras mundiales y la Gran Depresión, cuando se esperaba que la pobreza, el racionamiento de alimentos y las propias dificultades de la guerra hubieran limitado el crecimiento de las personas.
   "El aumento de la estatura humana es un indicador clave de la mejora de la salud de la población", ha reconocido Timothy Hatton, profesor de Economía de esta universidad británica y director del estudio.
   En el estudio, publicado en la edición digital de la revista 'Oxford Economic Papers', se analizaron los datos de estatura media de hombres de unos 20 años de edad de 15 países europeos, desde la década de 1870 a 1980.
   De este modo, observaron que el tamaño medio del hombre europeo pasó de 167 a 178 centímetros en poco más de un siglo. El estudio se limitó a los hombres, según los investigadores, debido a que los datos históricos de las mujeres son más difíciles de conseguir.
   Durante las últimas décadas los datos se obtuvieron principalmente de las encuestas de altura por edad, mientras que para los años anteriores el análisis utilizó datos de estatura de los soldados.
   Los investigadores no encontraron grandes diferencias entre países. En España, por ejemplo, la altura media de los hombres aumentó unos 12 centímetros (de algo menos de 163 centímetros entre 1871-1875 a cerca de 175 centímetros en 1971), mientras que en Suecia, el aumento fue de 10 centímetros (pasando de 170 a 180 centímetros en el mismo periodo).
   Los investigadores encontraron que en muchos países europeos, entre ellos Gran Bretaña e Irlanda, los países escandinavos, Holanda, Austria, Bélgica y Alemania, se produjo una "clara aceleración" en el ritmo de crecimiento durante las dos guerras mundiales y la Gran Depresión.
   "Esto es sorprendente ya que es el periodo anterior a la mayor aplicación de los principales avances de la medicina moderna y la puesta en marcha de los servicios nacionales de salud", según los autores.
   Hatton dijo que una razón posible, junto con la disminución de la mortalidad infantil, podría ser una fuerte tendencia al descenso de la fecundidad, ya que en estudios previos se ha demostrado que las familias más pequeñas presentan una descendencia más alta.

La esperanza de vida de la mujer, desigual en países ricos y pobres

La esperanza de vida de las mujeres a partir de los 50 años ha mejorado, pero la brecha entre países ricos y pobres está creciendo y podría empeorar si no se mejoran el diagnóstico y tratamiento del cáncer y las enfermedades cardiovasculares, según un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

   Este informe, presentado este lunes, es uno de los primeros en analizar las causas de muerte de las mujeres, y en él se ha visto que en los países ricos las muertes por enfermedades no transmisibles se han reducido drásticamente en las últimas décadas, especialmente las relacionadas con el cáncer de estómago, colon, mama y cérvix.
   Sin embargo, y aunque en los países de medianos y bajos ingresos las mujeres de más de 50 años también están viviendo más tiempo, las enfermedades crónicas como la diabetes están causando muertes más prematuras.
   "Hemos visto que la mejora de la esperanza de vida es mucho más fuerte en los países ricos que en los de menos ingresos. La disparidad es cada vez mayor", ha reconocido John Beard, director del Departamento del Envejecimiento de este Organismo de Naciones Unidas.
   En las mujeres mayores de 50 años, las enfermedades no transmisibles, en especial el cáncer, las enfermedades del corazón y los derrames cerebrales, son las causas más comunes de muerte, independientemente del nivel de desarrollo económico del país en que vivan.
   Por ello, los ministros de salud de los 194 estados miembros de la OMS acordaron en mayo un plan de acción global para prevenir y controlar estas patologías.
   En el caso de los países desarrollados, ya se ha mejorado el abordaje de las enfermedades cardiovasculares y el cáncer en mujeres, ofreciendo resultados tangibles, según el estudio de la OMS.
   De hecho, ya hay menos mujeres de más de 50 años en los países ricos que se mueren de enfermedades del corazón, derrames cerebrales y diabetes que hace 30 años, lo que contribuye a una mejor esperanza de vida. Una mujer mayor en Alemania, por ejemplo, puede esperar vivir hasta los 84 años de media, y en Japón a los 88 años, frente a los 73 en Sudáfrica y los 80 en México.
   "Eso es fruto de dos cosas, una mejor prevención, en particular en torno al control de la hipertensión y la detección de cáncer de cuello de útero; pero también un mejor tratamiento", dijo Beard.
   Sin embargo, en los países de bajos ingresos, especialmente en África, aunque se ofrecen servicios a la comunidad para el tratamiento de enfermedades como el sida o se ha mejorado la atención durante el embarazo y el parto, muchos carecen de servicios para detectar o tratar el cáncer de mama.
   Además, en muchos países en desarrollo también hay un acceso muy limitado a medicamentos para la hipertensión, uno de los mayores factores de riesgo de muerte. "Y las mujeres con enfermedad cardiovascular y cáncer necesitan la misma atención crónica que necesitan las que tienen VHI/sida", ha concluido.

Una actividad física breve también reduce el peso

Investigadores de la Universidad de Utah (Estados Unidos) han detectado que incluso episodios breves de actividad física que superan un cierto nivel de intensidad pueden tener un efecto tan positivo en el peso de una persona de la misma forma que la recomendación actual de 10 o más minutos, según un nuevo estudio que publica la revista 'American Journal of Health Promotion'.

   "Para prevenir el aumento de peso, la intensidad de la actividad es más importante que la duración", dice Jessie X. Fan, profesora de Estudios de la familia y del Consumidor de la Universidad. "Este nuevo conocimiento es importante, ya que menos del 5 por ciento de adultos estadounidenses hoy alcanzan el nivel recomendado de actividad física a la semana según las directrices actuales de actividad física. Saber que incluso sesiones cortas de actividad vigorosa pueden sumarse a un efecto positivo resulta alentador para la promoción de una mejor salud", agrega.
   La actual directiva sobre actividad física para los estadounidenses aconseja conseguir por lo menos 150 minutos de actividad física de moderada a vigorosa a la semana (MVPA, en sus siglas en inglés), que puede acumularse en ocho a diez minutos periódicos. MVPA supone llevar una velocidad de marcha de cerca de 3 millas por hora (casi 5 kilómetros por hora), pero también pueden ser ejercicios positivos para la salud subir escaleras, bajarse en una parada de metro o de autobús anterior a la de destino para caminar algo más hacia la tienda o entre los lugares a los que se va a hacer algunos regalos.
   El estudio muestra que una actividad de mayor intensidad se asoció con un menor riesgo de obesidad, algo que puede ser una noticia especialmente importante para las mujeres, que son, en promedio, las que realizan menos actividad física que los hombres. Sin embargo, ni los hombres ni las mujeres se acercaron a la recomendación semanal de 150 minutos con episodios de ocho a 10 minutos.
   Sin embargo, cuando se añaden actividades más cortas pero de alta intensidad, los hombres superaron la recomendación, acumulando, en promedio, 246 minutos a la semana, y las mujeres se acercaron a 144 minutos por semana de media. Por ello, los investigadores señalan que el mensaje que lanza su estudio es: un poco más de esfuerzo puede generar una importante recuperación de la salud.
   En este estudio, participaron 2.202 mujeres y 2.309 hombres de 18 a 64 años. Los investigadores crearon cuatro categorías de intensidad: ejercicios de intensidad alta, episodios cortos de gran intensidad, actividades de menor intensidad y sesiones cortas de menor intensidad y usaron el índice de masa corporal (IMC) para medir el estado de peso (de 18,5 a 24,9 se considera un peso normal; entre 25 y 29,9 es sobrepeso y más de 30 es obeso) .
   Los resultados muestran que para las mujeres, cada minuto que pasaban todos los días en una actividad de episodios cortos de mayor intensidad se relacionó con una disminución del 0,07 en el IMC, lo que significa que cuando se comparan dos mujeres de una altura de 1,68 metros, la que añade regularmente un minuto a su actividad física diaria de paso ligero perderá cerca de 0,23 kilogramos.
   Los resultados de esta investigación fueron similares para los hombres. También cabe destacar que para ambos sexos, cada hora diaria de actividad de mayor intensidad disminuye las probabilidades de obesidad, en un 5 por ciento para las mujeres, y un 2 por ciento para los hombres.

Científicos descubren nuevas funciones de las plaquetas

Un nuevo hallazgo de expertos de la Fundación de Investigación Médica de Oklahoma (Estados Unidos), y publicado en el último número de 'Nature', podría conducir a nuevos tratamientos para reducir el sangrado en los traumatismos y las infecciones severas. En concreto, los autores del estudio, Lijun Xia, Jianxin Fu y Brett Herzog, han detectado nuevas funciones de las plaquetas.

   Una forma en que el sistema inmune mantiene un cuerpo sano es a través de la vigilancia inmunológica. Los linfocitos, un tipo de glóbulo blanco, salen constantemente del torrente sanguíneo y registran los ganglios linfáticos para analizar posibles agentes patógenos o el crecimiento anormal de las células. Esta función prepara el sistema inmunológico para combatir las infecciones y eliminar las células precancerosas.
   Durante años, los científicos se han preguntado cómo los linfocitos salen del torrente sanguíneo a un volumen tan alto sin causar sangrado. Xia y su equipo descubrieron que las plaquetas, que normalmente detienen la pérdida de sangre por la aglutinación y la formación de tapones en los orificios de los vasos sanguíneos después de las lesiones, activan un proceso de selección que permite a los linfocitos salir a los ganglios linfáticos sin permitir que las células rojas de la sangre dejen el vaso sanguíneo.
   "Las plaquetas son las células sanguíneas más pequeñas que trabajan en la coagulación para curar cortes, ya que se adhieren al sitio de la lesión", dice Xia, miembro del Programa de Investigación de Biología Cardiovascular de OMRF. Y explica: "Esta nueva función requiere a las plaquetas para volcar un contenido lipídico específico, pero no necesita plaquetas intactas porque no es la formación de un coágulo".
   "No sólo están haciendo las plaquetas. Es posible que los linfocitos que salen del vaso sanguíneo, lo están haciendo por salir al exterior del vaso", afirmó Xia, desvelando así otro nuevo hallazgo. Cuando los científicos interrumpieron el proceso mediante la eliminación de una proteína llamada podoplanin, el proceso de selección dejó de funcionar, permitiendo escapar tanto a los linfocitos y las células rojas de la sangre.
   El nuevo estudio revela una nueva función de las plaquetas con independencia de su papel hemostático, unos resultados que podrían alterar la forma en que los médicos usan las plaquetas para tratar las lesiones traumáticas y las infecciones graves. Las plaquetas intactas que pueden coagular normalmente sólo duran de cinco a siete días en la sangre y no se pueden congelar, por lo que su almacenamiento es un problema, explica Xia.
   Dado que estas nuevas funciones no dependen de plaquetas intactas, los investigadores apuntan a diferentes usos de las plaquetas y, tal vez incluso, algunas que han sido congeladas. Si funciona, el descubrimiento podría ser útil en la detención generalizada de la hemorragia interna causada por traumas o infecciones graves.
   "A medida que continúa la investigación, creo que hay una posibilidad de que esto dé lugar a nuevas terapias que pueden retardar o detener la hemorragia en el trauma y enfermedades relacionadas con la sepsis", afirma Xia, quien añade que el descubrimiento ha abierto varias vías para nuevas investigaciones, como una mejor comprensión de cómo las plaquetas salen de los vasos para iniciar el proceso.

La prescripción de ansiolíticos para tratar la ansiedad es un error frecuente

  Emplear ansiolíticos en el tratamiento de la ansiedad es un error que comenten "con cierta frecuencia" los médicos de Atención Primaria, según asegura el vicepresidente de la Asociación Española de Psiquiatría Privada (Asepp), el doctor José Antonio López Rodríguez.

   A su juicio, este medicamento "no debe administrarse de forma continuada", ya que su indicación es para las crisis de angustia, colocándolo "debajo de la lengua". Por ello, descarta el consumo reiterado de bromazepam, además de que sostiene que "el ideal es el loracepam".
   En este sentido, López Rodríguez asegura que, como ocurre con todos los trastornos psiquiátricos, el de ansiedad requiere un tratamiento en tres vertientes, siendo éstas "la farmacológica, la psicológica y la del cambio de estilo de vida".
   En referencia a las dos primeras, señala que se basan en "inhibidores de la recaptación de la serotonina y, en muchas ocasiones, psicoterapia para saber qué está pasando". Por su parte, la tercera vía es modificar hábitos, y es que "la mayor parte de los trastornos se dan por estrés".
   Por ello, el miembro de la Asepp recomienda "no ir corriendo todo el día, aprender relajación, practicar deportes o 'hobbies' y tener una buena higiene del sueño". De cualquier forma, sostiene que lo primero es identificarlo, ya que cuando se produce "uno cree que se está muriendo".
   Se caracteriza por "sensación de ahogo, taquicardia, sudoración fría, pensamiento de huida y de escape, estado de mal cuerpo o malestar gastrointestinal", llegando, incluso, a debutar con fiebre provocada por una bajada de las defensas.
   En cuanto al origen, López Rodríguez indica que el ataque de ansiedad "siempre es la gota que colma el vaso de algo que viene produciéndose", por lo que, normalmente, "no es una tormenta de verano". De esta manera, el paciente es alguien que se encuentra en una situación de tensión de la que, "generalmente, no se da cuenta", señala.
   La primera alerta es la denominada crisis de angustia, aunque puede haber otras como la jaqueca; sea como fuere, el ataque siempre es "muy intenso" y el trastorno "no aparece y desaparece", aunque "se diagnostica poco y se trata mucho peor todavía", lamenta.
   Una de las causas de ello es que este problema se pueda "enmascarar", y es que muchas veces la enfermedad se somatiza "en problemas digestivos, de piel o hipertensión", asegura. Por este motivo, confirma que desde la Asepp se intenta formar a los profesionales, los cuales deben derivar al paciente al especialista "cuando tengan dudas".
   Por último, López Rodríguez subraya el hecho de que la ansiedad es "fundamental" para la supervivencia, por lo que "en sí no es mala, es una cosa positiva". El problema es cuando se convierte en un trastorno "porque aparece por un problema que no es real, por estar dentro de la cabeza o por una reacción excesiva ante una situación", concluye.

Imágenes cerebrales revelan la mente "errante" detrás del insomnio

Un nuevo estudio de imágenes cerebrales podría ayudar a explicar por qué las personas con insomnio a menudo se quejan de que tienen dificultades para concentrarse durante el día, incluso cuando se carece de evidencia objetiva de un problema cognitivo.

   Se trata de la primera investigación en encontrar las diferencias funcionales de imágenes por resonancia magnética (MRI, en sus siglas en inglés) en tareas de concentración a la hora de trabajar en personas con insomnio primario.
   "Encontramos que en los sujetos con insomnio no se encendieron correctamente las regiones cerebrales críticas para una tarea que necesita memoria y no se apagaron regiones cerebrales irrelevantes para esa labor que quedaron "vagabundeando" por la mente", explicó el autor principal, Sean Drummond, profesor asociado en el Departamento de Psiquiatría de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos), miembro del Sistema de Salud VA San Diego y secretario-tesorero de la Sociedad de Investigación del Sueño norteramericana.
   "Sobre la base de estos resultados, no es de extrañar que las personas con insomnio se sientan como si estuvieran trabajando duro para hacer el mismo trabajo que aquellas que tienen un sueño saludable", agrega este experto. Drummond dirigió un equipo de investigación, junto al coprincipal investigador Matthew Walker, con el fin de estudiar a 25 personas con insomnio primario y 25 que duermen bien, con una edad promedio de 32 años. Los sujetos del estudio fueron sometidos a un examen de resonancia magnética funcional en el desempeño de una tarea de memoria.
   Los resultados, publicados en la edición de septiembre de la revista 'Sleep', muestran que los participantes con insomnio no difieren de los que duermen bien en el rendimiento cognitivo objetivo de la tarea de memoria, pero las imágenes por resonancia magnética revelaron que las personas con insomnio no podían modular la actividad en las regiones del cerebro típicamente utilizadas para llevar a cabo la tarea.
   Cuando la tarea se volvió más difícil, los que duermen bien utilizaron más recursos dentro de la red de memoria del cerebro, especialmente la corteza prefrontal dorsolateral, mientras que los que sufren insomnio no fueron capaces de reclutar más recursos en estas regiones del cerebro. Por otra parte, cuando se complicó la tarea, los participantes con insomnio no sintonizaron el "modo por defecto" del cerebro que normalmente sólo se activa cuando las mentes están vagando.
   "Los datos nos ayudan a entender que las personas con insomnio no sólo tienen problemas para dormir por la noche, sino que sus cerebros no funcionan tan eficientemente durante el día", resaltó Drummond. "Algunos aspectos del insomnio son tanto problemas durante el día como por la noche. Estos problemas durante el día se asocian a anomalías orgánicas medibles de la actividad cerebral, que aportan un marcador biológico para el éxito del tratamiento", añade.
   Para los autores, el estudio es el más grande en examinar la activación cerebral con resonancia magnética funcional durante el funcionamiento cognitivo en personas con insomnio primario frente a personas con un sueño normal. También es el primero en caracterizar las diferencias funcionales de MRI en la memoria de personas con insomnio primario.
   Según la Academia Americana de Medicinal del Sueño, entre el 10 y el 15 por ciento de los adultos tiene trastorno de insomnio con angustia o deterioro durante el día. Muy a menudo, el insomnio es un trastorno comórbido que ocurre con otro problema, como depresión o dolor crónico, o que es causado por un medicamento o una sustancia, mientras el insomnio primario se define como una dificultad para conciliar el sueño o mantenerlo sin enfermedad coexistente.

El 'Helicobacter pylori' manipula defensas para causar enfermedades

'Helicobacter pylori' es una bacteria que establece una infección de estómago a lo largo de la vida en los seres humanos, que en algunos casos puede conducir a úlceras duodenales o cáncer de estómago. Una nueva investigación, que se presentará la próxima semana en la Conferencia de Otoño de 2013 de la Sociedad General de Microbiología, aclara cómo estas bacterias pueden manipular el sistema inmune humano para sobrevivir en el revestimiento de la mucosa del estómago.

   Investigadores de la Universidad de Nottingham (Reino Unido) han demostrado que 'H. pylori' es capaz de suprimir la producción normal del cuerpo de 'beta defensina 1 humana' (hD1), un factor antimicrobiano presente en el revestimiento del estómago que ayuda a prevenir la infección bacteriana.
   Mediante la recopilación de biopsias de tejido estomacal de 54 pacientes en el 'Queens Medical Centre' de Nottingham, el equipo demostró que los pacientes infectados con 'H. pylori' tenían diez veces menos hD1 que los no infectados. Así, quienes registraban la menor cantidad de hD1 tenían la mayoría de las bacterias presentes en el revestimiento del estómago.
   Las cepas más perjudiciales de 'H. pylori' crean una jeringa molecular llamada cagT4SS, a través de la cual los productos bacterianos se inyectan en las células de la mucosa del estómago. En el trabajo in vitro utilizando líneas de células epiteliales gástricas humanas, los expertos demostraron que esta sustancia química activa las vías para suprimir la producción de hD1 producción.
   Estas vías activadas también están involucradas en la estimulación de una respuesta inflamatoria, lo que significa que estas cepas de 'H. pylori' son capaces de sobrevivir y colonizar abundantemente, mientras que continúan causando daños en los tejidos durante muchas décadas. Investigaciones anteriores sugieren que la inflamación crónica de la mucosa del estómago está fuertemente relacionada con el cáncer gástrico.
   Se estima que la mitad de la población mundial tiene 'H. pylori' en la mucosa de su estómago. Para la mayoría de las personas la infección es asintomática, pero entre el 1 y el 2 por ciento de las personas infectadas desarrollarán cáncer gástrico. Las tasas de supervivencia para esta enfermedad siguen siendo bajas, ya que el diagnóstico se realiza a menudo muy tarde, cuando el cáncer está en una etapa avanzada.
   Katie Cook, que presentará el trabajo, dice que "para identificar a las personas que tienen probabilidades de sufrir de cáncer de estómago es necesario entender cómo 'H. pylori' interactúa con las células de la mucosa del estómago".
   "Debido a que nuestra investigación está centrada en el paciente, sabemos que nuestra resultados son directamente relevantes. Esperamos combinar esta labor y la que realizan nuestros colegas con el fin de desarrollar una prueba de diagnóstico para predecir el riesgo futuro de desarrollar cáncer gástrico", concluye.