jueves, 12 de julio de 2012

Más del 50% de pacientes con rinitis alérgica tiene trastornos de sueño

Más del 50 por ciento de los pacientes que sufren rinitis alérgica tiene trastornos de sueño y, uno de cada cinco sufre somnolencia diurna excesiva por esta causa, según el estudio 'Somniaar', que ha contado con el aval científico de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) y la Sociedad Española de Otorrinolaringología (SEORL).

   En concreto, esta enfermedad, que afecta entre el 10 por ciento y el 40 por ciento de la población española, se manifiesta principalmente con obstrucción nasal, ocular y estornudos que dificultan el sueño en los pacientes que la padecen.
   La investigación se ha realizado en 2.275 pacientes adultos con rinitis alérgica, de los cuales el 50,2 por ciento tenía diagnosticada rinitis persistente y el 49,8 intermitente. Además, en el 97,6 por ciento de los casos los síntomas eran moderados-severos y en el 12,4 por ciento leves. El resultado de este estudio ha demostrado que un 52,8 por ciento tenía mala calidad del sueño y que un 21,1 por ciento sufría somnolencia diurna excesiva.
   Asimismo, en la muestra ha habido un ligero predominio de mujeres con una media de edad de 36 años y, para valorar la calidad del sueño se ha utilizado el 'Índice de Calidad del Sueño de Pittsbursg (PSQI, de sus siglas en inglés) y cuya escala ofrece una puntuación de entre 0 y 24 puntos, considerándose patológica cuando supera los cinco puntos.
   Por otra parte, la investigación se ha centrado también en comparar la mala calidad de sueño con los accidentes de tráfico, dado que esta relación es directamente proporcional al número de horas dormidas: a menos horas de sueño, más accidentes.
   En este sentido, el estudio ha señalado que la frecuencia de accidentes de tráfico previos era mayor en las personas que tenían una mala calidad de sueño, de forma que el 65 por ciento de los pacientes con antecedentes de accidentes de tráfico previos habían tenido o tenían este problema.
   Y es que, el sueño ocupa más de la cuarta parte de las vidas y resulta esencial para el funcionamiento normal del organismo y del desarrollo de funciones intelectuales, especialmente en el aprendizaje. Además, un buen descanso nocturno es una parte esencial del bienestar, debido a que existen pocas dudas de que los trastornos del sueño tienen un efecto marcadamente negativo sobre las funciones cognitivas, deteriorando el funcionamiento psicomotor, reduciendo la productividad laboral o el rendimiento escolar y aumentando la probabilidad de sufrir accidentes.
   La falta de sueño puede acarrear trastornos psicológicos como, por ejemplo, ansiedad, depresión, cansancio, irritabilidad y malestar general. "Este trabajo plantea nuevos interrogantes sobre la repercusión laboral o escolar de la rinitis alérgica, quizá fruto de la peor calidad del sueño, puntos que no se han tenido en cuenta y cuya repercusión económica es enorme", ha comentado el jefe del servicio de Alergología del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza y principal investigador del estudio, Carlos Colás.
   Por último, la investigación 'Somniaar' ha evaluado también los efectos adversos producidos por el uso de antihistamínicos y su efecto en las actividades de la vida diaria. Así, con respecto a los tratamientos que habían recibido los pacientes o que estaban recibiendo en el momento de la consulta, ha destacado la utilización de los antihistamínicos, y de manera casi exclusiva, los de segunda generación.
   "La somnolencia que pueden producir estos últimos es muy baja e incluso nula dependiendo del perfil de paciente, de modo que su administración no debe suponer un riesgo para los alérgicos que en cualquier momento quieran o deban conducir. De hecho, sólo el 25,7 por ciento de los encuestados contesto afirmativamente a la pregunta sobre si relacionaba los efectos adversos de su patología con el tratamiento prescrito. Por el contrario, aquellos que se encontraban en tratamiento con alguno de los antihistamínicos no sedantes de segunda generación tenían mejor calidad de sueño", ha zanjado Colás.

Dar el pecho reduce el riesgo futuro de obesidad de la madre

  Un estudio del Cancer Research UK y el Consejo de Investigación Médica (MRC, en sus siglas en inglés) del Reino Unido han presentado un estudio que ha demostrado que amamantar a los hijos puede ser beneficioso para las madres de cara evitar la obesidad años más tarde, incluso cuando se llega a la menopausia, según los resultados que publica en su último número la revista 'International Journal of Obesity'.

   Investigaciones previas ya habían demostrado que las mujeres que amamantan a sus hijos tienen menos riesgo de desarrollar cáncer de mama y ovario, así como diabetes tipo 2. Asimismo, también se sabía que la lactancia podía ayudar a las mujeres a perder el peso que muchas acumulan durante el embarazo.
   Sin embargo, este estudio ha demostrado por primera vez que los efectos beneficiosos para la mujer se pueden extender "incluso 30 años después de haber dado a luz", según ha explicado a la BBC la profesora Kirsty Bobrow, autora del estudio.
   Para la investigación se utilizaron los datos del llamado 'Estudio del Millón de Mujeres', que desde hace varias décadas permite conocer los factores reproductivos y de estilo de vida que afectan a la salud de la mujer. En este caso se tuvieron en cuenta los datos de altura, peso, historia reproductiva y otros factores relevantes de más de 740.000 mujeres.
   De este modo, observaron que las participantes tenían en promedio 57,5 años de edad y un IMC de 26,2, que se puede considerar como sobrepeso. Además, la mayoría de las mujeres (88%) habían tenido por lo menos un hijo y, de éstas, un 70 por ciento habían amamantando a sus pequeños durante una media de 7,7 meses.
   Aunque el estudio mostró que en las mujeres premenopáusicas cuantos más hijos tenían mayor era su índice de masa corporal (IMC), esta relación era "significativamente menor" entre las mujeres que habían amamantando a sus hijos.
   De hecho, ha explicado Bobrow, por cada seis meses de lactancia el IMC de la mujer era un 1 por ciento menor, una reducción que puede parecer pequeña pero que "tiene un impacto importante en la salud".
   La profesora Valerie Beral, directora de la Unidad de Epidemiología de Cáncer de la Universidad de Oxford y una de las autoras del estudio, explica que si esta cifra de 1 por ciento se traslada a la población del Reino Unido "podría significar 10.000 muertes prematuras menos cada década".
   Esto se debe principalmente a la reducción de las enfermedades vinculadas a la obesidad, como diabetes, las enfermedad del corazón y algunos tipos de cáncer.
   "Ya sabemos que amamantar es la mejor alternativa para los bebés", añade Bobrow, que celebra que este estudio "apoya la evidencia creciente de que los beneficios se extienden también a la madre, incluso 30 años después de haber dado a luz".

El riesgo de sufrir depresión se multiplica por 14 durante la menopausia

El riesgo de sufrir depresión se multiplica por 14 durante el proceso de la menopausia, un proceso biológico que también acentúa la posibilidad de sufrir otras patologías en las mujeres, según ha recordado la doctora internista y jefa del servicios de Medicina Interna de la Clínica Delfos de Barcelona, Marta Rodríguez.

   En el marco de las I Jornadas de Mujeres y Trabajo de la Universitat Abat Oliba (UAO-CEU), Rodríguez ha explicado que la menopausia dura técnicamente 24 horas, aunque antes y después los síntomas también aparecen, aunque con menor intensidad.
   Por cuestiones biológicas y culturales, la mujer "sufre más que le hombre", lo que genera patologías físicas y psíquicas que han llevado a España a la primera posición de los países europeos en cirugías estéticas femeninas.

Las personas con articulaciones flexibles tiene más riesgo de sufrir ansiedad

Las personas con las articulaciones más flexibles --hiperlaxitud articular-- tienen mayor riesgo de sufrir trastornos de ansiedad, según ha revelado un estudio dirigido por la Unidad de Ansiedad del Instituto de Neuropsiquiatría y Adicciones (Inad) del Parque de Salud Mar de Barcelona. 

   El estudio se ha elaborado durante 15 años con un grupo de personas de entre 16 y 20 años con y sin hiperlaxitud articular, patología que está presente en el 15% de la población, ha informado Parque Salud Mar de Barcelona en un comunicado.
   Los resultados demuestran que la ansiedad se ha manifestado mayoritariamente en el grupo de personas con hiperlaxitud en una proporción de 1 a 23 en forma de angustia, fobia social o agorafobia.
   Según ha explicado en director del Inad, Antoni Bulbena, la ansiedad y la hiperlaxitud articular tienen en común trastornos del sistema nervioso autónomo, encargado de regular funciones del cuerpo como el pulso, la presión arterial y la respiración.
   Por ello, algunos de los síntomas relacionados con la ansiedad, como las palpitaciones y la hiperventilación son más frecuentes en las personas con hiperlaxitud.

Descubren el interruptor que permite al cáncer temprano de pulmón crecer sin control

Según publica en la revista 'Science Translational Medicine' un equipo de investigadores de la Clínica Mayo, en Florida, el cambio celular no ocurre sólo en la última etapa del cáncer -ayudando a que los tumores se extiendan- sino que también ocurre en el cáncer de pulmón de etapa temprana. El hallazgo describe la transformación del cáncer de pulmón, y también apunta hacia una posible estrategia para detener este proceso. 

   "Nuestro estudio apunta a la EMT (transición epitelio-mesenquimal) como un paso clave en la progresión del cáncer de pulmón, durante las primeras etapas de su desarrollo", afirma el investigador principal, el doctor Derek Radisky. El experto explica que "las células normales captan cuándo se produce una división celular demasiado rápido, y activan programas que bloquean esta división celular inapropiada. Así, observamos que, en una etapa temprana, las células del cáncer de pulmón activan la EMT con el fin de eludir estos controles".
   El descubrimiento podría ofrecer una nueva forma de prevenir la progresión del cáncer de pulmón en etapa tardía, mediante la inhibición del funcionamiento de una molécula en particular.
   El EMT es un proceso biológico que participa en el desarrollo embrionario para permitir el desarrollo del cuerpo, y necesita que funcione la capacidad de las células y tejidos para cambiar de un tipo a otro, y que se desarrollen de forma orquestada.
   "Las lagunas en nuestro conocimiento del cáncer de pulmón nos han impedido desarrollar terapias dirigidas más eficaces", afirma Radisky, quien concluye que, ahora, "este nuevo estudio nos ofrece grandes claves para un nuevo enfoque en el tratamiento del cáncer de pulmón y, posiblemente, otros tipos de cáncer".

Descubren una mutación que protege del Alzheimer y la demencia senil

Un equipo de investigadores islandeses ha identificado una mutación genética que reduce la acumulación de proteína amiloide en forma de placas en el cerebro, una de las causas del deterioro cognitivo en la demencia senil, al tiempo que han demostrado que esta enfermedad y el Alzheimer se originan por los mismos mecanismos bioquímicos.

   Por lo tanto, la investigación, publicada esta semana en la revista 'Nature', muestra que esta alteración genética  protege de ambos tipos de demencia, y que podría representar una nueva diana para mejorar los tratamientos de prevención.
   Según ha explicado a plataforma de investigación científica SINC, el investigador de la compañía farmacéutica deCODE Genetics, y coordinadora del estudio, Kari Stefansson, "es la primera vez que se detecta una alteración genética relacionada con el Alzheimer y además con una función protectora".
   A su juicio, y a raíz de los resultados, "Alzheimer y demencia senil pueden tener los mismos mecanismos bioquímicos". El estudio analizó el genoma de 1.795 personas en busca de alteraciones del gen que codifica para la proteína B-amiloide (APP, por sus siglas en inglés), su acumulación en forma de placas es una de las causas de la enfermedad.
   Así, descubrieron que existe una mutación en el gen APP que confiere resistencia a la aparición del Alzheimer. En experimentos 'in vitro', los científicos observaron que esta alteración genética reducía en un 40 por ciento la formación de las placas; además se observó que las personas de entre 80 y 100 años sin Alzheimer incluidas en el estudio y que eran portadoras de esta mutación tenían funciones cognitivas en mejor estado que las que no tenían esta alteración genética.
   El gen APP codifica para la proteína APP que es convertida por un par de enzimas en la B-amiloide, que a su vez forma placas y es una de las causas del deterioro cognitivo. Los científicos opinan que una de las posibles estrategias para detener el Alzheimer sería alterar las enzimas que transforman la APP en B-amiloide y que esta podría ser una manera de detener la enfermedad. Uno de estos enzimas se identificó hace más de una década y es el BACE1. Por tanto, señala, hay que lograr que BACE1 sea menos efectivo para proteger al paciente.

El altruismo depende de una región del cerebro

  Las diferencias en el comportamiento altruista están relacionadas con la variación en el tamaño y la actividad de una región del cerebro involucrada en la empatía, según un estudio publicado en la revista 'Neuron'. Los resultados también proporcionan una explicación sobre por qué las tendencias altruistas se mantienen estables en el tiempo.

   "Este es el primer estudio en relacionar la anatomía del cerebro con la activación cerebral del altruismo humano", afirma el autor principal del estudio, Ernst Fehr, de la Universidad de Zurich, quien añade que "los resultados sugieren que el desarrollo del altruismo, mediante la capacitación y las prácticas sociales, puede ocurrir a través de cambios en la estructura del cerebro, y de las activaciones neuronales que hemos identificado".
   Las personas con facilidad para comprender a los demás son más altruistas; esta capacidad para comprender las perspectivas de otros ha sido previamente asociada con la actividad en una región del cerebro, conocida como unión temporoparietal (TPJ, por sus siglas en inglés). Basándose en estos hallazgos anteriores, Fehr y su equipo se dispusieron a analizar la relación entre el tamaño y la activación de TPJ, y las diferencias individuales en el altruismo.
   En el nuevo estudio, los investigadores sometieron a los sujetos a un escáner de imagen cerebral, y les plantearon un juego en el que tenían que decidir cómo repartir dinero, entre ellos mismos y socios anónimos. Los sujetos que tomaron las decisiones más generosas mostraban un TPJ más grande, en el hemisferio derecho del cerebro, en comparación con los sujetos que tomaban las decisiones más egoístas.
   "La estructura de TPJ predice con precisión el comportamiento altruista de un individuo", concluye el coautor del estudio, Yosuke Morishima, de la Universidad de Zurich.