domingo, 20 de mayo de 2012

Descubren los mecanismos que determinan la respuesta a terapias contra el cáncer de colon

Investigadores del Vall d'Hebron Instituto de Oncología (VHIO) han descubierto los mecanismos que determinan la respuesta a nuevos tratamientos contra el cáncer de colon, en un estudio que publica la prestigiosa publicación 'Nature Medicine'.

El líder del estudio, Héctor G.Palmer, ha celebrado la "importancia" del trabajo que ha permitido identificar los biomarcadores que predicen la respuesta al tratamiento, y además ha avanzado terapias alternativas para pacientes que no responderían positivamente a la terapia.
En concreto, el equipo ha identificado una nueva proteína, conocida como catenina, cuya acumulación excesiva --propia de cánceres avanzados-- confiere resistencia a los tratamientos, ha explicado.
Palmer ha destacado la "trascendencia práctica" del trabajo, que también incluye un ensayo personalizado con fármacos de última generación en función de los niveles de proteína catenina identificados tras un análisis del tumor.
Para cánceres severos, el estudio apunta la efectividad de un tratamiento combinado con un nuevo fármaco disponible solo para investigación básica y capaz de eliminar la molécula que ofrece la resistencia, aunque ello deberá someterse a un ensayo futuro y los fármacos podrían estar en el mercado en cinco o diez años, ha añadido.
La investigación, que ha sentado las bases para nuevos fármacos, se ha llevado a cabo con la colaboración del Instituto de Investigaciones Biomédicas Alberto Sols, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universidad Autónoma de Madrid (IIB-CSIC-UAM).
El cáncer de colon está causado por la aparición de un tumor maligno en el intestino grueso, si bien éstos tumores son resistentes a un amplio abanico de fármacos antitumorales, por lo que frenar su progresión en estadios avanzados de la enfermedad todavía es muy complicado.
El descubrimiento de la respuesta del paciente 'a priori' avanza soluciones terapéuticas para los pacientes que no responderán positivamente a la terapia, lo que permite escoger los tratamientos más adecuados y evitando el riesgo de suministrar medicamentos no efectivos.

Aumentan en España los tratamientos de estética entre las personas de clase media y baja en busca de un empleo

La crisis económica ha disminuido el consumo de cirugía estética pero ha hecho aumentar el de ciertos tratamientos estéticos, sobre todos los de rejuvenecimiento facial, y, concretamente, entre la población de clase media y baja, que los ven como un recurso que puede jugar a su favor a la hora de buscar un trabajo. 

"Mucha gente nos hace esa observación, quieren tener un aspecto mejor para enfrentarse a una entrevista de trabajo", destaca José Luis Vicente-Péix, quien señala que hay que tener en cuenta que "ya no se compite solo con un currículum, ahora también se compite con el aspecto".
La compañía ha podido observar que desde 2011 han crecido un 26 por ciento los tratamientos que se hacen a través de créditos. Y, mayoritariamente, se trata de los más baratos donde el crédito no supera los 400 ó 800 euros, dependiendo del tratamiento o del número de tratamientos que la persona quiere hacerse.
Llama la atención porque, explica, "es normal que se pida financiación en tratamientos de 3.000 a 5.000 euros, pero lo que no es normal es que se pida en estos tratamientos". "Un crédito para un botox se consigue con relativa facilidad, pero cuando la intervención es mayor los bancos lo deniegan ante la incertidumbre del mercado laboral", añade.
Esta tendencia se produce desde hace año y medio, aunque en el último año ha habido un aumento mayor en la demanda. "Se ha dado un fenómeno en un tipo de paciente que no habíamos tenido nunca", explica.
A su juicio, y porque son muchos los que lo reconocen al llegar a la consulta, la crítica situación laboral en España ha provocado que las preocupación por la formación haya dado paso a la preocupación por el aspecto.
"Ante la competencia laboral antes se preocupaban más por aumentar su currículo con más cursos y formación, ahora se han dado cuenta de que los años van pasado y también es necesario entrar por los ojos al seleccionador que hace la entrevista", añade.
"El aspecto de una persona de 25 año no compite con el de una de 40 ó 45 años", añade, tras recordar que el perfil de los nuevos usuarios muestra que son las mujeres españolas de entre 38 y 48 años, casadas y sin trabajo o con el temor de perderlo, las que más recurren a estos servicios.
Vicente-Péix, explica que "las mujeres que buscan trabajo, conscientes del valor que tiene su apariencia física a la hora de encontrar trabajo, suelen ser las que más preguntan por la financiación de este tratamiento. La mayoría de ellas nos vienen contando que quieren causar una buena primera impresión en épocas de entrevistas laborales". Aunque, también los hombres están utilizando estos tratamientos, bien por motivos laborales o bien por cuestiones sociales.
Considera que estos tratamientos "han empezado a ser visto como productos capaces de aumentar la calidad de vida"; además de que ayudan a mejorar las relaciones con los demás, como muestra que sean muchos los hombres que, tras una ruptura sentimental, usen el botox para buscar una nueva pareja.
En cuanto a los tratamientos, lo que principalmente se demanda es el botox, que es considerado el tratamiento "estrella" ya que es instantáneo. "Es un tratamiento que engancha porque la gente se ve bien al instante", advierte, el problema es que cuando pasan 5 ó 6 meses se ve debilitada la acción del y la gente tiene que volver a infiltrase.
Luego se encuentran los materiales de relleno como el ácido hialurónico que, en baja densidad, consigue hidratar y eliminar el paso del tiempo por la piel envejecida con el abuso del sol, la mala alimentación o por la propia edad.
La mujeres se decanta más por el uso del ácido hialurónico como medio de hidratación, aunque le sigue de cerca el tratamiento con botox. También han aumentado los tratamientos de relleno en los pómulos así como las comisuras alrededor de la boca y las patas de gallo. En el caso de los hombres, el botox es el producto más demandado.

Ciertas conmociones en la cabeza pueden derivar en problemas emocionales o discapacidades cognitivas

Ciertas conmociones en la cabeza que se producen en las guerras o en la práctica deportiva pueden dejar secuelas cerebrales que luego derivan en problemas emocionales o discapacidades cognitivas, según estudio publicado en la revista 'Science Translational Medicine'.

   De esta manera, los científicos compararon grupos de cerebros procedentes de veteranos del Ejército que habían sufrido el impacto de un explosivo casero o una conmoción; de jóvenes atletas que habían sufrido golpes en la cabeza, y de ratones que habían sido expuestos a explosiones similares a las de un bomba casera.
   De todos ellos, ninguno tenía lesiones evidentes. "Si los sostienes en la mano no ves ningún daño", puntualiza una de sus autoras, la neuropatóloga Ann McKee de la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston (Estados Unidos). "El escáner cerebral y la resonancia magnética no los muestran. Hace falta un microscopio, incluso un microscopio electrónico", añade.
   De este modo, al utilizar este dispositivo, se observaba el daño, que se asemejaba al de los exjugadores de fútbol americano que fallecieron tras un golpe en la cabeza, que derivó en una encefalopatía traumática crónica.
   El estudio revela que dicha lesión puede causar depresión, agresión, impulsividad, pérdida de memoria e, incluso, suicidio, aclara otro de los autores, el investigador de Alzheimer en la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston (EEUU), Lee Goldstein. "Los hombres se vuelven muy agresivos, desarrollan un temperamento con poco autocontrol, y su juicio falla", precisa.
   La invisibilidad de muchas lesiones "es un enorme problema", corrobora el exgeneral estadounidense Peter Chiarelli, quien preside 'One Mind', una organización benéfica que fomenta la investigación neurológica
   Por tanto, la conclusión del estudio es que los golpes que recibieron estas personas causan encefalopatía traumática crónica y que, ésta, limita las funciones cerebrales, incluso llegando a afectar a la habilidad mental. Con todo, este descubrimiento puede ayudar a que estas lesiones se tomen más en serio y que se sigan tratamientos o medidas preventivas.

Pacientes con parálisis consiguen controlar un brazo robótico con la mente

En un ensayo clínico en curso, una mujer paralítica ha sido capaz de alcanzar, y tomarse una bebida por su cuenta - por primera vez en casi 15 años - mediante el uso de sus pensamientos, para dirigir un brazo robótico. El estudio, financiado en parte por los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos, está evaluando la seguridad y viabilidad de un dispositivo de investigación, llamado Sistema de Interfaz Neuronal BrainGate -un tipo de interfaz cerebro-ordenador - diseñada para poner a la robótica y otras tecnologías de asistencia bajo el control del cerebro.

   El informe, publicado en 'Nature', ha descrito cómo dos individuos -con parálisis debido a un accidente cerebrovascular- aprendieron a utilizar el sistema BrainGate para alcanzar y agarrar objetos con un brazo robótico. El informe pone de relieve el potencial de uso, a largo plazo, y la durabilidad, del sistema BrainGate -parte del cual se implanta en el cerebro para captar las señales que subyacen el movimiento intencional.
   Para la mujer que participaba en el estudio, esta fue la primera vez, desde su accidente cerebrovascular, que pudo tomar una bebida sin la ayuda de un cuidador. "La sonrisa en su rostro era notable. Nos alienta que la investigación esté progresando como todos habíamos esperado", afirma el principal investigador del estudio, Leigh Hochberg, profesor asociado de Ingeniería en la Universidad Brown, en Providence, y neurólogo de cuidados intensivos del Hospital General de Massachusetts, en Estados Unidos.
   "Años después de la aparición de la parálisis, observamos que aún era posible registrar las señales cerebrales que llevan información multidimensional sobre el movimiento, y que estas señales se podrían utilizar para mover un dispositivo externo," explica Hochberg, quien señala que la tecnología está a años de su uso práctico, y que los participantes en los ensayos utilizaron el sistema BrainGate bajo condiciones controladas en sus hogares, con un técnico siempre presente.
   El sistema BrainGate consta de un sensor para monitorear las señales del cerebro, y de un software y un hardware que convierten estas señales en comandos digitales para dispositivos externos. El sensor es un pequeño cuadrado de silicio, que contiene 100 electrodos, delgados como un cabello, que pueden registrar la actividad de pequeños grupos de células cerebrales - éste se implanta en la corteza motora, una parte del cerebro que dirige el movimiento.
   "Esta tecnología ha sido posible gracias a décadas de investigación sobre cómo el cerebro controla el movimiento. Ha sido emocionante ver cómo evoluciona la tecnología a partir de estudios de neurofisiología básica, hasta llegar a los ensayos clínicos, donde ha creado una promesa significativa para las personas con lesiones y trastornos cerebrales", afirma Story Landis, director del Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares. Los investigadores confían en poder restaurar la función, y mejorar la calidad de vida, de las personas que hacen frente a amputaciones de las extremidades o a una parálisis, tras una lesión medular, un ictus apoplético o un trastorno neuromuscular.
   El último análisis del ensayo BrainGate se centró en dos participantes, una mujer de 58 años de edad, y un hombre de 66 años de edad. Ambos individuos son incapaces de hablar o mover sus extremidades, a causa de derrames cerebrales del tronco cerebral, que tuvieron lugar hace años - en el caso de la mujer en 1996, y en el del hombre, en 2006. En el ensayo, los participantes aprendieron a realizar tareas complejas con un brazo robótico, imaginando los movimientos de los brazos y las manos.
   En una de las tareas, se montaron varios objetos de espuma, en palancas, sobre una mesa, y fueron programados para aparecer de uno e uno, en diferentes posiciones y alturas. Los participantes tenían menos de 30 segundos para atrapar cada objeto, mediante el Sistema de Brazo DEKA -diseñado para funcionar como una prótesis en personas con amputaciones de brazos. Un participante fue capaz de atrapar objetos un 62 por ciento de las veces y, el otro, un 46 por ciento.
   En algunas sesiones, la mujer controló un brazo (llamado DLR Light-Weight Robot III), más pesado que el brazo DEKA, y diseñado para ser utilizado como un dispositivo de ayuda externa. La participante utilizó este brazo, antes que el brazo DEKA, en la tarea de los objetos de espuma, con una tasa de éxito del 21 por ciento. En otras sesiones, su tarea fue agarrar una bebida embotellada, llevársela a la boca, y beber de una pajita -en la que fue capaz de completar cuatro de seis intentos.
   "Estamos ante otro gran salto hacia adelante para controlar los movimientos de un brazo robótico, en el espacio tridimensional. Nos estamos acercando a la restauración de un cierto nivel de funcionalidad diaria, para ayudar a las personas con parálisis de las extremidades", afirma John Donoghue, que lidera el desarrollo de la tecnología BrainGate, y es el director del Instituto de Ciencias del Cerebro, de la Universidad de Brown. Donoghue cree que la capacidad de la mujer para utilizar el sistema BrainGate fue especialmente alentadora, ya que su accidente cerebrovascular había ocurrido hace casi 15 años, y su sensor fue implantado hace más de cinco años.
   A medida que las pruebas continúan, el equipo de investigación BrainGate necesita poner a prueba la tecnología en más personas. Los investigadores buscan crear un sistema que sea estable durante décadas, inalámbrico, y totalmente automatizado. Por ahora, el sensor - y por lo tanto el usuario - deben estar conectados mediante cables al resto del sistema. Antes de cada sesión con los brazos robóticos, el técnico debe realizar un procedimiento de calibración, que dura 31 minutos, en promedio. Además, son necesarias mejoras para mejorar la precisión y la velocidad de control.
   El objetivo final es el de ayudar a las personas con parálisis a volver a conectar el cerebro a los miembros paralizados, en vez de a robots, según afirman los investigadores. En el futuro, el sistema BrainGate podría ser usado para controlar la estimulación eléctrica funcional del dispositivo, ofreciendo un estímulo eléctrico a los músculos paralizados.

Las distracciones alivian el dolor

Las distracciones mentales facilitan el alivio del dolor, y esto no ocurre solo en la cabeza, según un informe publicado en la revista 'Current Biology'. Los resultados, basados en fMRI espinal de alta resolución (resonancia magnética funcional), mientras los participantes del estudio experimentaban niveles dolorosos de sensación de calor, muestran que las distracciones mentales inhiben la respuesta al dolor, en las primeras etapas del procesamiento de dolor central. 

   "Los resultados demuestran que este fenómeno no es sólo un fenómeno psicológico, sino que un mecanismo neuronal activa la reducción de la cantidad de señales de dolor, que ascienden desde la médula espinal hasta las regiones cerebrales de orden superior", explica Christian Sprenger, del Centro Médico de la Universidad de Hamburgo-Eppendorf, en Alemania. Estos efectos implican opioides endógenos, que son producidos naturalmente por el cerebro, y desempeñan un papel clave en el alivio del dolor.
   El grupo de investigación pidió a los participantes que completaran una tarea de memoria -fácil o complicada-, mientras que, al mismo tiempo, les producían cierto nivel de dolor, mediante calor en sus brazos. Cuando los participantes del estudio estaban más distraídos, dedicándose a la tarea de memoria más difícil, percibían menos el dolor. Es más, su experiencia menos dolorosa se reflejó en una menor actividad en la médula espinal, como se observó por los escáneres de resonancia magnética funcional.
   Sprenger y sus colaboradores repitieron el estudio, esta vez dando a los participantes, o bien un fármaco llamado naloxona -que bloquea los efectos de los opiáceos- o bien una infusión de solución salina simple. Los efectos analgésicos de la distracción disminuyeron en un 40 por ciento, durante la aplicación del antagonista de los opiáceos, en comparación con las pruebas de solución salina, donde los opioides endógenos jugaron un papel esencial.
   "Nuestros hallazgos refuerzan el papel de los enfoques terapéuticos cognitivo-conductuales, en el tratamiento de las enfermedades dolorosas", concluyen los investigadores.

Los pacientes epilépticos siguen considerándose personas estigmatizadas

Los pacientes que sufren la enfermedad de la epilepsia o que padecen crisis epilépticas siguen siendo considerados como personas estigmatizadas a las que se suele marginar en los puestos de trabajo por creer que tienen un bajo nivel intelectual o algún tipo de trastorno psicológico.

   Una creencia que data desde hace siglos --en el Evangelio de San Marcos se incluye una descripción de una crisis epiléptica-- y que ha hecho que este tipo de pacientes sean vistos con recelo por la sociedad a pesar de que algunos personas ilustres como Santa Teresa de Jesús, Julio Cesar o Isaac Newton, lo padecieran.
   "La sociedad sigue sin estar concienciada y este tipo de pacientes están todavía marginados y estigmatizados. La gente cuando ve una crisis epiléptica generalizada se asusta mucho y a veces les es difícil trabajar con ellos cuando no existe ninguna prueba de que estos enfermos tienen un bajo nivel intelectual o un trastorno de conducta", asegura el neurólogo madrileño, Antonio Yuste.
   Concretamente, la epilepsia es una enfermedad crónica que se produce cuando un área de la corteza cerebral se irrita y deriva en una serie de síntomas que, dependiendo de la localización, se manifiesta de una forma u otra a nivel clínico. La más común es la epilepsia generalizada primaria y sólo se manifiesta con crisis epilépticas sin tener ningún otro tipo de trastorno intelectual o genético. Por el contrario, explica Yuste, existen las crisis epilépticas que son síntomas de múltiples enfermedades neurológicas y metabólicas como, por ejemplo, una baja glucosa en sangre.
   Asimismo, la epilepsia puede producir dos tipos de crisis: una generalizada en la que el paciente pierde el conocimiento, se pone azul durante unos segundos, expulsa saliva por la boca, se muerde la lengua, hace movimientos y, en ocasiones, se orina; y una crisis focal en la que en el enfermo puede mover el dedo de la mano durante uno o dos minutos sin perder la conciencia, o se queda mirando hacia el infinito haciendo movimientos con la boca, entre otras.
   En cuanto al tratamiento de esta patología, el 80 por ciento de los enfermos utilizan medicamentos antiepilépticos que no suelen producir ningún tipo de efectos secundarios. Ahora bien, si se le suministran dos o tres fármacos y no mejora y continua con crisis repetidas, el paciente es evaluado quirúrgicamente en centros muy especializados --formados por neurólogos, neurocirujanos y neurofisiólogos-- para que se le elimine el foco que genera la crisis en el caso en el que se pueda aislar del resto del cerebro.
   Asimismo, existen otras técnicas como son la estimulación del nervio vago que consiste en colocar unos electrodos en el nervio que pasa a través del cuello y que va directamente al tronco cerebral. Un tratamiento estimulativo con el que, en determinados pacientes, se consigue paliar una crisis epiléptica.
   "El tratamiento es individualizado y la cirugía se lleva a cabo una vez que el paciente ha estado bien diagnosticado y no ha respondido al tratamiento de los fármacos. No obstante, el 80 por ciento responde a la medicación y la mitad del 20 por ciento restante se puede someter a una intervención quirúrgica", recalca el neurólogo.
   Las crisis epilépticas aparecen con más frecuencia en los niños, debido a su inmadurez cerebral, y en las personas mayores de 65 años. Además, determinadas enfermedades que provocan estos ataques tienen una tendencia hereditaria.
   "En la epilepsia generalizada primaria, la más frecuente, suele haber antecedentes familiares y sobretodo se reflejan con crisis febriles y de difícil control. Por ejemplo, en niños de entre 4 meses y 4 años estas crisis pueden ser benignas y desaparecen pero, en el caso en el que algún familiar las padezca, pueden ser indicadoras de una posible epilepsia en el futuro", señala Yuste.
   En este sentido, el experto destaca la importancia de que este tipo de enfermos no consuman ningún tipo de drogas ni alcohol a lo largo de su vida aunque reconoce que una supresión "brusca" de determinados medicamentos o de la ingesta de alcohol puede favorecer también la aparición de una de estas crisis epilépticas.
   Respecto a cómo las personas tienen que actuar ante uno de estos ataques, Yuste recomienda no meter "nada" en la boca del paciente, dejar que se acabe la crisis, quitarle todos los muebles que tenga alrededor en el caso en el que se haya desmayado y, en el momento en el que amaine la crisis --suele durar menos de dos minutos-- acostarle de medio lado para evitar que le obstruyan las vías respiratorias.
   "Hay que guardar la calma, no meterle nada en la boca, dejar que acabe la crisis y colocar al paciente de lado y, una vez que se le haya pasado y recupere la conciencia, llevarle a urgencias si es la primera vez que le ocurre o, si ha tenido más crisis, recomendarle que tranquilamente acuda a su neurólogo", concluye el experto.

Beber leche antes de cepillarse los dientes ayuda a tener una buena salud bucodental

Ingerir leche o derivados y beber mucha agua antes de cepillarse los dientes y, sobre todo, después de haber tomado alimentos con un alto contenido en ácido, ayuda a mantener una buena salud bucodental. Además, es bueno comer chocolate, té verde y masticar chicle para evitar la aparición de caries y demás enfermedades dentales.

   Así lo ha asegurado el ortodoncista Iván Malagón, quien ha recordado que el elemento ácido de determinados alimentos, como por ejemplo el limón o la naranja, dismineraliza el esmalte. Por ello, no es aconsejable cepillarse inmediatamente después debido a que contribuye a "devastar" los prismas de dicho esmalte.
  "No se debe abusar de los alimentos ricos en azúcares porque lo que hacen es reaccionar con las bacterias y formar ácido que, a su vez, desmineraliza el esmalte, profundiza en el diente y provoca caries. Por ello, lo que tenemos que hacer es contrarrestar ese ataque de ácido bebiendo mucha agua o leche antes de proceder a cepillarte", subraya Malagón.
   Asimismo, este experto destaca la necesidad de beber agua sin gas --contiene ácido carbónico-- porque reduce la aparición de caries y masticar chicles sin azúcar y con xilitol --edulcorante natural procedente de la corteza del pino-- porque hace "una especie de barrido" y estimula la secreción de saliva. "Al apretar las muelas cuando masticamos se provoca un fluido que genera muchísima saliva, que ya de por sí tiene un efecto antibacteriano, y evita que se produzcan las caries", argumenta Malagón.
   Este experto es partidario también de tomar chocolate, cuanto más puro mejor, para lograr tener una buena salud bucodental debido a que una parte del grano de cacao posee contenidos antibacterianos. Además, para las personas a las que les gusta las golosinas o los productos con un alto contenido en azúcar es recomendable que se sustituyan por chocolate ya que es un alimento no pegajoso y se deshace fácilmente.
   "Es mejor comer chocolate que otro tipo de caramelo que es todo azúcar y que es pegajoso. Lo complicado es que a parte de tener azúcar estos alimentos se quedan en las zonas que son más inaccesibles para el cepillo porque se quedan pegadas", subraya el ortodoncista. Dicho esto, recuerda que los cereales y los productos con un alto contenido en fibra ayudan además al blanqueamiento dental.
   Otros alimentos que son saludables para los dientes y encías son los vegetales con un bajo contenido en azúcar como, por ejemplo, las zanahorias o los apios que poseen "muchísimas" sustancias naturales que ayudan a la limpieza de los dientes y regeneran el esmalte.
   Estos beneficios también se pueden encontrar en el té verde debido a que contiene mucho flúor, remineraliza el esmalte y tiene compuestos "antioxidantes" que ayudan a retrasar el envejecimiento tanto de los dientes como de las encías.
   Respecto al número de veces al día que hay que cepillarse los dientes, este experto asegura que "lo ideal" es hacerlo dos veces siempre y cuando se haya tenido una alimentación saludable durante el día. En este sentido, recuerda que las caries comienzan a producirse en el "minuto uno" y durante las siguientes "dos horas" por tanto, la limpieza bucal no es tan efectiva pasado ese periodo de tiempo.
   "Si te cepillas dos o cuatro veces al día te da lo mismo. Lo que sí tenemos es que estar educados en el hecho de que si comemos alimentos muy pegajosos y muy dulces hay que cepillarnos lo antes posible. No obstante, si tienes una dieta equilibrada y sin altos contenidos en azúcar se podrá tener una boca muy sana con sólo cepillarte dos veces al día", indica.
   En este sentido, Malagón avisa de que el hecho de no tener caries no indica una buena salud bucodental. "Se puede tener una gran cantidad de sarro acumulado, sobrecargas dentales o problemas articulares que evitan que la boca esté en buenas condiciones", concluye.