viernes, 30 de diciembre de 2011

Los españoles engordan entre 2 y 4 kilos de media en Navidad

Los españoles engordan entre 2 y 4 kilos de media en Navidad como consecuencia de los excesos de estas fechas, según la nutricionista de USP Marbella, Katia Vandekerckhove. La especialista recuerda que no sólo hay que prestar atención a lo que se come, "sino que también a lo que se bebe".

   Vandekerckhove advierte de que en enero tendrá muchos pacientes en su consulta con la idea de perder peso. "La celebración de las fiestas navideñas supone un período de cerca de un mes aproximadamente, dónde se come y se bebe en exceso", explica la experta.
   Para ella, el incremento de peso en Navidad "depende mucho de cada persona, de las peculiaridades de su organismo, y, sobre todo, de si se ha controlado o no". Por ello, recomienda tener cuidado con la comida con sal y las bebidas carbonatadas y alcohólicas, ya que "provocan una importante retención de líquidos".
   Vandekerckhove considera desde su experiencia que los excesos sólo pueden producirse "los días 24, 25, 31 y 1". Y es que, según la nutricionista, cada 100 gramos de turrón, ya sea duro o blando, proporciona unas 500 calorías.
   Para conseguir subir la cuesta de enero sin ningún kilo de más, la doctora aconseja evitar verduras como el guisante, mariscos como la nécora y carnes como el cerdo. Además, no se debe abusar de pescados como el besugo o frutas como el aguacate.

Cuatro de cada mil esquiadores sufren una lesión y requieren atención sanitaria

Un total de 4,6 de cada mil esquiadores que practican este deporte sufren una lesión y requieren atención sanitaria, la mayoría de ellas entre los practicantes de esquí alpino (66,7%) y 'snowboard' (30,5%), según los datos de un estudio realizado por el Hospital de Puigcerdà (Gerona, España).

   Los debutantes representan el 44% de los pacientes, y las extremidades inferiores y superiores concentran la gran mayoría de las lesiones, que se suceden sobre todo a partir del mediodía y en los últimos descensos, ha recordado la Conselleria de Salud de la Generalitat en un comunicado.
   Por ello, Salud ha hecho una serie de recomendaciones para la práctica del esquí, entre ellas ponerse en forma, informarse del clima y el riesgo de aludes, usar casco y protección de muñecas, y tener especial atención en el cruce de pistas y en el paso de esquiadores, entre otras.

Conocer el entorno y una vacunación adecuada, principales recomendaciones a la hora de viajar

Uno de los internistas del Hospital USP San Camilo, de Madrid, el doctor Javier Montero Jiménez, recomienda a los viajeros tener en cuenta la profilaxis y vacunación de sus lugares de destino. 

Esta medida para evitar enfermedades, es complementaria al consejo de conocer el entorno del emplazamiento de vacaciones, así como portar un botiquín de "automedicación juiciosa", explica el especialista.
   Cada vez más las familias aprovechan las fiestas navideñas para realizar viajes de turismo, de hecho esta situación está tan en alza que se espera que la cifra de personas que se desplazan de un país a otro alcance los 1.600 millones en 2020, según datos de la Organización Mundial de Turismo. Por ello, es importante conocer las recomendaciones esenciales a la hora de viajar.
   El Ministerio de Sanidad realiza al respecto de estos viajes recomendaciones para antes, durante y después del viaje. Acudir al médico de Atención Primaria, sobre todo niños y ancianos por estar en edades de riesgo, es muy aconsejable antes de hacer la maleta; así como efectuar la vacunación correcta. Para ello, los viajeros podrán informarse en la web del ministerio, 'www.msps.es', de las dosis obligatorias y recomendadas en cada país.
   Estratificando por zonas geográficas, las vacunas del cólera y de la Meningitis Meningocócica se consideran obligatorias cuando el viajero vaya a desplazarse a un país endémico. Sin embargo, las de la fiebre tifoidea, la Hepatitis A y B, la Poliomielitis o la rabia son sólo recomendadas. De hecho, para Montero Jiménez sólo son indispensables las de la fiebre amarilla en determinadas zonas de África, Asia y Sudamérica.
   El internista considera importante informarse sobre la alimentación típica del lugar de destino, sobre la potabilidad de su agua o si hay posibilidad de contraer enfermedades mediante picaduras de mosquito. Además ofrece otras recomendaciones al viajero durante estas navidades como tener conocimiento sobre los diferentes estilos de vida para elegir la ropa más adecuada.
   El Ministerio también hace hincapié a la prevención durante la estancia en estos países. Debido a ello, recomienda a los turistas ser muy cuidadosos a la hora de ingerir alimentos o al usar el agua local para baños o consumo. Una vez que el viaje haya finalizado, la única medida aconsejada es informar al médico de cabecera del viaje realizado.
   Además de estos consejos, el turista tiene a su disposición la denominada 'Medicina del Viajero', que tiene como finalidad protegerle de la enfermedad. Esta posibilidad, a la que la persona que se desplaza de un lugar a otro puede acogerse, pretende una mejor adaptación al nuevo entorno biológico. Su empleo se hace aún más fundamental cuando el destino del viajero es una zona tropical, subtropical o un área socio-económicamente deprimida.
   Mediante la 'Medicina del Viajero' se podrá obtener información sobre las normas de conducta que permitan reducir el riesgo de exposición a enfermedades, realizar profilaxis de la malaria si se viaja a zonas endémicas o recibir las vacunaciones necesarias en cada caso.
   Por último, el especialista considera que en el botiquín que transporte el viajero no deben faltar "antisépticos locales, gasas, tiritas y tijeras para atender pequeñas heridas, repelentes de insectos, pomada antihistamínica, antiinflamatorios y analgésicos de uso corriente, antidiarreicos y algún antibiótico oral".

Dos de cada cien embarazadas pueden sufrir complicaciones por una enfermedad cardiovascular

Casi dos de cada cien embarazadas presentarán complicaciones durante el periodo de gestación como consecuencia de alguna enfermedad relacionada con el corazón, señala la Sociedad Española de Cardiología (SEC), quien recuerda que el problema no obstétrico más frecuente y que constituye la principal causa de morbilidad y mortalidad materna, fetal y neonatal es la hipertensión arterial. 

   Este problema se suele producir especialmente en mujeres embarazadas a partir de los 35 años, en las madres primerizas, en las madres con embarazos múltiples o en mujeres que sufren de obesidad o de diabetes.
   Asimismo, en el 50 por ciento de los embarazos con complicación cardiovascular se trata de mujeres que ya padecían de alguna cardiopatía congénita, en estos casos, la insuficiencia cardiaca ocurre entre el 10 y el 40 por ciento de las veces.
   "Para prevenir complicaciones durante el embarazo, lo principal es que las mujeres diagnosticadas de alguna cardiopatía, ya sea congénita o adquirida, sean valoradas antes de quedarse embarazadas. Incluso, en ocasiones puede indicarse alguna intervención para corregir algún problema antes de la gestación", señala la cardióloga del Servicio de Cardiología y Unidad Coronaria del Hospital Universitario de Santiago de Compostela, la doctora Milagros Pedreira.
   "Es también muy importante mantener un estricto control sobre el consumo de fármacos, determinar cuándo son realmente necesarios, ya que a veces deben sustituirse por otros al menos en el primer trimestre, como sucede en el caso de los anticoagulantes orales que toman las mujeres portadoras de algunas válvulas artificiales", recomienda esta experta miembro de la SEC.
   Aunque no exista una  patología previa hay que tener en cuenta que el embarazo comporta una serie de cambios fisiológicos en el sistema cardiovascular, así, se produce un progresivo incremento del gasto cardiaco, el cual puede llegar hasta el 50 por ciento por encima de los valores antes del embarazo y hasta el final del segundo trimestre y principios del tercero. Además de que existe un aumento del volumen sistólico hasta del 30 por ciento y de la frecuencia cardiaca, de 10 a 20 pulsaciones más por minuto.
   "Estos cambios son normales en todos las mujeres, pero si existen problemas cardiovasculares previos, como es el caso de la cardiopatía congénita, pueden ser mal tolerados y conducir al desarrollo de complicaciones tanto a nivel materno como fetal o neonatal", destaca Pedreira.
   En el momento del parto, el dolor, la ansiedad y las contracciones uterinas que se van produciendo conducen a un nuevo aumento de la presión arterial y del gasto cardiaco, no será hasta haber transcurrido entre ocho y doce semanas tras el parto que la situación hemodinámica volverá a sus valores normales de antes del embarazo.
   Asimismo, hay que tener en cuenta que, en muchos casos, los problemas cardiacos sucedidos en la madre como insuficiencia cardiaca, arritmias o complicaciones derivadas de la hipertensión arterial, puede afectar en el feto de diversas formas como retraso en el crecimiento, alteraciones en su desarrollo, secuelas por hipoxemia mantenida, malformaciones congénitas en relación a algún fármaco con efecto teratógeno, e incluso el aborto.
   Desde la SEC recomiendan a cardiólogos, ginecólogos y matronas que, en caso de que se enfrenten a un caso de embarazo y cardiopatía, sigan las guías establecidas por la European Society of Cardiology (ESC) y, además, tengan en cuenta la posibilidad e importancia de ofrecer consejo genético por parte de los cardiólogos y la valoración de los métodos diagnósticos, sobre todo de imagen, tanto en la madre como en el feto.
   Además, les recuerdan que dentro de la selección del momento y modalidad del parto hay que valorar consideraciones sobre anestesia, monitorización, profilaxis de endocarditis, etc; asimismo recuerdan que se puede aplicar diversas escalas para calcular el riesgo, en mujeres con cardiopatías congénitas y adquiridas, y, por último, aspectos relacionados con los métodos de anticoncepción, la fecundación 'in vitro' y la interrupción del embarazo.

La fobia a volar difícilmente puede producir problemas cardiacos

Pese a que la fobia a volar "es una de las que más reactividad cardiaca tiene, es muy difícil que a una persona le pudiese pasar algo a nivel cardiaco", según la psicóloga del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, Vanesa Fernández. Las personas que tienen este problema se ven incapaces de subirse a un avión y lo evitan salvo causa mayor.

   La especialista considera que estas personas adquieren las fobias por dos tipos diferentes de aprendizaje. "En el aprendizaje vivencial, las personas desarrollan la fobia a volar por haber estado en un avión y haberlo pasado mal o por creer que iba a pasar algo; mientras que en el observacional, el miedo se produce por información que se obtiene de que los aviones son peligrosos", explica.
   Sin embargo, el hecho de que la fobia a volar no desaparezca se produce porque "estas personas evitan volar siempre que pueden para no sufrir la ansiedad, impidiendo así habituarse a sus propios niveles de ansiedad", asegura Fernández.
   Los pacientes con fobias no responden a un perfil determinado, sólo tienen en común un rasgo de ansiedad elevado. "Aquellas personas que suelen interpretar diversas situaciones como amenazantes tienen más predisposición a desarrollar una fobia", señala la psicóloga.
   Además, esta ansiedad se produce "desde días antes de coger el avión", subraya Fernández. Para intentar evitarla o paliar sus efectos, la colegiada recomienda "hablar a los pacientes del funcionamiento del avión, de lo seguro que es y de la irracionalidad que supone tenerle miedo".
   Sin embargo, la colegiada explica que "como trastorno emocional que es, es difícil que la persona atienda a razones". Por esa razón entiende que "se llevan a cabo tratamientos psicológicos".
   No obstante, Fernández no cesa en su empeño y aconseja a los pacientes "distraerse" antes y durante el vuelo. Tras despegar "lo más adecuado es hacer tareas de relajación, como la respiración abdominal; o leer libros y escuchar música", explica. Además, siempre que aparezcan pensamientos catastróficos recomienda intentar "buscar otros alternativos".
   Lo que de ninguna manera ve positivo es el consumo de psicofármacos -salvo que lo haya recetado un profesional- porque "pueden producir un efecto rebote". En cuanto al alcohol tiene la misma opinión, ya que "disminuye las estrategias cognitivas, dificulta pensar y luchar contra los malos pensamientos".  
   Por último, y pese a que algunas personas llaman a sus familias "para despedirse porque creen que van a morir", Fernández considera que lo peor que puede ocurrir es una crisis de ansiedad "que derive en un bloqueo o desmayo".