domingo, 4 de noviembre de 2012

Consiguen revertir la esterilidad producida por quimioterapia y radioterapia

  Las células madre almacenadas podrían revertir los efectos de la esterilidad en pacientes oncológicos a la edad infantil, según aventura una investigación realizada conjuntamente por la Universidad de Pittsburgh y el Instituto de Investigación Magee-Womens (ambos situados en Estados Unidos).

   Tal y como publica la revista especializada 'Cell Stem Cell', los niños que se quedan estériles a causa del tratamiento contra el cáncer "pueden un día ser capaz de producir espermatozoides sanos utilizando células madre almacenadas". A esta conclusión se ha llegado tras realizar un estudio sobre monos.
   La quimioterapia y la radioterapia puedan eliminar los tumores y las células que producen los espermatozoides, circunstancia que provoca la infertilidad del paciente. Sin embargo, tras extraer células madre productoras de esperma antes del tratamiento contra el cáncer y, volverlas a colocar más tarde en el mono, los espermatozoides vuelven a funcionar en este animal.
   Este hallazgo, que los expertos de ambas instituciones consideran "un hito", puede permitir que los pacientes de cáncer en la edad de la pubertad congelen sus células madre de espermatogonias para, una vez curados y en edad de procrear, garantizarse la posibilidad de tener hijos.
   En concreto, en la investigación desarrollada con monos por parte de la Universidad de Pittsburgh y el Instituto de Investigación Magee-Womens, nueve de los doce monos adultos y tres de cada cinco monos prepúberes "fueron capaces de producir esperma de nuevo" tras la quimioterapia.
   Para el miembro del departamento de Obstetricia, Ginecología y Medicina de la Reproducción de la Facultad de Medicina de este centro universitario norteamericano, el doctor Kyle Orwig, todo ello "demuestra que las células madre de espermatogonias primates superiores se pueden congelar y descongelar sin perder su actividad". Además, considera que éstas "pueden ser trasplantadas para producir espermatozoides funcionales capaces de fertilizar y dan lugar a embriones tempranos".
   Sin embargo, reconoce que aún existen muchas etapas que superar "antes de que esto pueda ser utilizado en las personas". En este sentido, el  profesor de Andrología de la Universidad de Sheffield (Reino Unido) subraya que los experimentos "nunca han llegado a sugerir que podría funcionar en humanos".

Un fármaco para tratar el cáncer reduce la actividad de la esclerosis múltiple

Dos equipos de investigadores, dirigido por el profesor Alastair Compston, de la Universidad de Cambridge, han evaluado la eficacia de un anticuerpo monoclonal llamado alemtuzumab, originalmente desarrollado para tratar la leucemia y otros cánceres del sistema inmunitario, en pacientes con esclerosis múltiple (EM). El estudio ha sido publicado en 'The Lancet'.

   La EM afecta a alrededor de 100.000 personas en el Reino Unido, y a alrededor de 400.000 personas en los EE.UU. Las causas de la EM no son claras, pero la enfermedad se produce cuando el sistema inmunológico del cuerpo comienza a atacar el revestimiento de las fibras nerviosas, causando una variedad de síntomas que afectan a la visión, el movimiento, el equilibrio, el control de la vejiga y, finalmente, la memoria y el pensamiento.
   Alrededor del 85% de las personas diagnosticadas con EM comienzan con una forma conocida como "remitente-recidivante", donde los síntomas aparecen de forma esporádica (una recaída), y luego se desvanecen, ya sea parcial o totalmente (remisión). Dado que actualmente no existe una cura conocida para la enfermedad, los medicamentos existentes tienen por objeto reducir los síntomas de la EM.
   En un primer ensayo (CARE MS I), los investigadores compararon alemtuzumab con un medicamento llamado interferón beta 1a - la droga que más se utiliza actualmente para tratar la esclerosis múltiple - en un grupo de 563 pacientes que no había recibido todavía ningún tratamiento para la EM. Como resultado, los pacientes que recibieron alemtuzumab tuvieron casi la mitad de probabilidades de recaída en dos años que los que recibieron interferón.
   En otro ensayo (CARE MS II) con 840 pacientes, los investigadores compararon alemtuzumab con interferón beta 1a en pacientes que ya habían sido tratados con interferón beta 1a o glatiramer (otro medicamento utilizado actualmente para controlar los síntomas de la EM). Como resultado, incluso en este grupo de pacientes refractarios, las tasas de recaída fueron significativamente menores en el grupo de alemtuzumab - el 35% de los pacientes que recibieron alemtuzumab sufrieron recaídas, en comparación con el 51% de los pacientes que recibieron interferón beta 1a.
   Según el segundo ensayo, el alemtuzumab parece mejorar también el pronóstico de los pacientes en cuanto a la discapacidad relacionada con la enfermedad (como la pérdida de la coordinación o la capacidad de caminar). Sin embargo, en el ensayo CARE MS I, no hubo ninguna diferencia significativa entre los grupos en términos de acumulación sostenida de discapacidad.
   Por otro lado, en ambos ensayos, los investigadores notaron que alemtuzumab parece aumentar el riesgo de ciertos trastornos autoinmunes, en particular los que afectan a la tiroides. Aunque estos efectos secundarios podrían ser graves, los autores señalan que pueden ser tratados eficazmente.
   Alasdair Coles señala que "en la actualidad, no está claro cuál es la mejor terapia para tratar a personas con esclerosis múltiple. Ahora, este estudio muestra que, con la supervisión adecuada para reducir el riesgo de efectos adversos potencialmente graves pero tratables, el alemtuzumab ofrece una terapia eficaz a pacientes cuya esclerosis múltiple no ha sido controlada".

Cuatro de cada diez pacientes mayores de 65 años polimedicado tiene prescrito de forma inapropiada al menos un fármaco

Cuatro de cada diez pacientes mayores de 65 años polimedicado tiene prescrito al menos un fármaco inapropiado, según revela el estudio 'Prevalencia de medicación inapropiada en pacientes mayores de 65 años polimedicados', que se ha presentado recientemente en Sevilla en el marco del 20º Congreso de la SAMFyC.

Este trabajo ha analizado la prevalencia de prescripción no apropiada en pacientes mayores de 65 años polimedicados, siendo otro de sus objetivos el de describir el perfil de consumo de fármacos en la población anciana y determinar la tasa de polimedicación.
Para tal fin, se llevó a cabo en el centro de salud de San Andrés-El Torcal de Málaga un estudio con más de 2.600 pacientes con 65 años o más años y en un barrio "con un nivel socio-cultural medio-bajo". La inclusión de los pacientes al estudio tuvo lugar previo consentimiento informado escrito, siendo condiciones el que tuvieran prescritos más de cinco fármacos, excluyéndose a aquellos que presentaron gran deterioro cognitivo.
De una muestra de un centenar de estos pacientes se obtuvo una edad media de 75 años, siendo un 63 por ciento mujeres y un 37 por ciento hombres, con un consumo medio de fármacos de 10,8 al día. La enfermedad más frecuente fue la hipertensión arterial en el 77 por ciento de casos, diabetes mellitus tipo 2 en el 38 por ciento, dislipemia en el 36 por ciento, obesidad en el 33 por ciento y enfermedad obstructiva crónica en el 14 por ciento.
En cuanto a la medicación inapropiada, según criterios de Beers, los autores de este trabajo advierten además de que, dentro de ese 40 por ciento de pacientes que tienen prescrito al menos un medicamento inadecuado, un 24 por ciento incumple con dos fármacos y un 4 por ciento tienen prescrito 3 fármacos inadecuados.
Entre los medicamentos prescritos inadecuados se encuentran las benzodiazepinas de vida media no corta (28%), la doxazosina (15%), los antihistamínicos (9%), antiespasmódicos (5%), antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) de vida media larga (4%), fluoxetina (4%), benzodiazepinas de vida media corta (3%), amiodarona (3%), indometacina (3%), sulfato ferroso (1%).

Identifican nuevas regiones genéticas relacionadas con la enfermedad intestinal inflamatoria

En uno de los estudios más grandes de su tipo, publicado en 'Nature', investigadores del Wellcome Trust Sanger Institute  han identificado 71 regiones genéticas nuevas relacionadas con la enfermedad intestinal inflamatoria (EII), aumentando el número total descubierto hasta la fecha a 163. 

   Esta nueva información revela que hay una gran cantidad de superposición genética entre la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa (los dos subtipos más comunes de EII), lo que sugiere que comparten vías biológicas comunes. Además, el análisis de estas regiones revela que la EII puede resultar de la respuesta inmune del cuerpo contra la infección bacteriana y la inflamación excesiva.
   La EII incluye un grupo de afecciones inflamatorias del colon y el intestino delgado. Aproximadamente 1 de cada 250 personas en el Reino Unido sufre de uno de los principales tipos de EII. Todavía no se conoce la causa de esta enfermedad, en la que un factor desconocido, o una combinación de factores, parecen desencadenar una reacción inflamatoria en el tracto intestinal.
   Como resultado de la reacción inflamatoria la pared intestinal se daña, lo que conduce a diarrea sanguinolenta y dolor abdominal. Los pacientes con EII requieren de por vida un tratamiento dietético y farmacológico y, con frecuencia, necesitan cirugía para reparar el daño que la enfermedad provoca.
"Hemos expandido el mapa de regiones genéticas asociadas con la EII", afirma el coautor Luke Jostins, quien señala que "cada una de estas regiones aumenta la probabilidad de una persona de desarrollar EII".
   El equipo también estudió la actividad de los genes en cientos de diferentes tipos de células implicadas en el sistema inmune, observando que ciertas células tienen más actividad en los genes de la EII, incluyendo muchas que están involucradas en la primera línea de defensa del cuerpo contra la invasión. Esto ilustra que la respuesta inmune parece ser un factor importante en la EII: cuando se detecta una bacteria, estas células se vuelven hiperactivas.
   Los investigadores descubrieron que un 70 por ciento de las regiones genéticas asociadas con la EII se comparten con otras enfermedades complejas, especialmente con aquellas también impulsadas por una inflamación anormal, tales como la psoriasis y la espondilitis anquilosante. También observaron una fuerte superposición entre estas regiones y los genes que subyacen la susceptibilidad de la EII a las infecciones por micobacterias, como la lepra y la tuberculosis.
"Hasta este momento hemos estudiado las dos formas de la enfermedad, la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, por separado", señala la coautora Judy Cho, de la Universidad de Yale, quien agrega que "ahora hemos desarrollado este estudio sobre la base de que parece que hay una gran cantidad de superposición genética entre los dos trastornos".

Casi la mitad de pacientes con VIH deja su tratamiento cuando bebe alcohol

Cerca de la mitad de los pacientes con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) abandona su tratamiento antirretroviral cuando bebe alcohol, según un estudio estadounidense publicado en 'Journal of General Internal Medicine', que recoge también que este hecho podría derivar en una mayor carga viral.

   En concreto, los investigadores observaron durante un año a cerca de 200 personas con VIH que estaban siguiendo un tratamiento antirretroviral y que bebieron alcohol, y encontraron que el 51 por ciento abandonó sus medicamentos cuando quiso beber alcohol.
   Los expertos consideran que este hecho podría responder a un olvido, aunque existe la creencia errónea de que mezclar alcohol y tratamientos antirretrovirales puede llegar a ser toxico, un pensamiento que juega un importante papel a la hora de que abandonen sus tratamientos.
   "Los daños causados por el olvido de sus medicamentos son muy superiores a los causados por la mezcla de los dos, en el caso de que la persona no tenga una enfermedad en el hígado", advierte el autor principal Seth Kalichman de la University of Connecticut, situada en Estados Unidos.
   En general, los tratamientos antirretrovirales reprimen el virus del VIH, por lo que los pacientes deben tomar los medicamentos continuamente para prevenir que el virus aumente.
   Asimismo, el hecho de dejar de tomar los medicamentos puede provocar una resistencia al tratamiento. "Las personas con VIH que dejan aposta su medicación cuando están bebiendo cuentan con riesgos a la hora de que falle el tratamiento", confirman los investigadores.