domingo, 16 de marzo de 2014

Un edulcorante a partir de la planta de tequila puede ayudar a reducir el azúcar en sangre

MÉXICO.- Un edulcorante creado a partir de la planta que se utiliza para fabricar tequila podría disminuir los niveles de glucosa a los pacientes que padecen diabetes tipo 2, así como ayudar a los obesos a bajar de peso, según concluye un equipo de investigadores.

La razón principal podría ser que los agaves, una forma natural de azúcar que se encuentra en la planta 'Agave tequilana', no son digestibles y pueden actuar como una fibra dietética, sin elevar la glucosa en sangre, como informarán estos expertos en la 247ª Reunión Nacional de la Sociedad Química Americana, que se celebra en Dallas, Estados Unidos.
"Hemos encontrado que con los agaves se reducen los niveles de glucosa y aumentan los de GLP-1 [péptido similar al glucagón tipo 1], pero también sube la cantidad de insulina", explica Mercedes G. López, del Centro de Investigación y Estudios Avanzados en Biotecnología y Bioquímica, en Irapuato, Guanajuato. El péptido similar al glucagón tipo 1 es una hormona que retarda el vaciado del estómago, estimulando así la producción de insulina.
Esta experta agregó que los 'agavins' no son caros y no tienen efectos secundarios conocidos, a excepción de las pocas personas que no pueden tolerarlos. "Los agaves, al igual que otros fructanos, que están hechos de azúcar fructosa, son los mejores edulcorantes para ayudar a apoyar el crecimiento de microbios saludables en la boca y los intestinos", añade, destacando también que pueden ayudar a las personas a sentirse más llenas, haciéndoles comer menos.
Contienen fructosa, lo que plantea la pregunta de si son como el jarabe de maíz alto en fructosa, un edulcorante procesado que ha tenido recientemente muy mala prensa. López detalla que el jarabe de maíz de alta fructosa contiene fructosa y, por lo tanto, puede elevar los niveles de azúcar en sangre, pero que los agaves son fructanos, que son fructosas unidas entre sí en largas cadenas ramificadas, que el cuerpo humano no puede usar con esa configuración, de modo que no afectan al azúcar en sangre.
A veces, los agaves también se confunde con el néctar de agave o jarabe de agave, presente en muchas estanterías de las tiendas de alimentos naturales. Estos productos contienen fructanos que han sido desglosados en fructosas individuales, por lo que son mucho más similares al jarabe de maíz de alta fructosa, según esta investigadora.
Además, esta experta y su equipo agregan que los agaves derivados de la planta del tequila son mejores que los edulcorantes artificiales, que son absorbidos por el cuerpo y pueden causar efectos secundarios, como dolores de cabeza. "Sin embargo, los agaves tienen el pequeño inconveniente de que no son tan dulces como sus homólogos artificiales", resalta.
Como la Agave tiene su fama por ser la planta de la que se hace el tequila, López explicó que los agaves son los únicos hidratos de carbono utilizados para producir la bebida y que todo el etanol del tequila proviene de la fermentación de la glucosa y la fructosa generada después de cocinar las hojas de la planta. Como los agaves se convierten en etanol, no se encuentran en el producto acabado.
López explica que en el estudio su equipo alimentó a un grupo de ratones con una dieta estándar y añadió estas sustancias a su agua diaria. Pesaron los ratones diariamente y comprobaron sus niveles de glucosa en sangre semanalmente. La mayoría de los ratones que los tomaron comían menos, perdieron peso y sus niveles de glucosa en sangre se redujeron en comparación con otros edulcorantes como glucosa, fructosa, sacarosa, jarabe de agave y aspartamo.

El veneno del cono marino, un potente y prometedor analgésico

NUEVA YORK.- Una pequeña proteína extraída del veneno del cono marino parece prometedora para producir analgésicos más potentes que la morfina, con menos efectos secundarios y menor riesgo de adicción, según trabajos de investigadores australianos presentados este domingo en Estados Unidos.

Los expertos crearon al menos cinco nuevas sustancias experimentales a partir de esta proteína que podrían conducir algún día al desarrollo de analgésicos orales eficaces para tratar algunos dolores crónicos.
"Se trata de un paso importante que podría servir de base al desarrollo de una nueva clase de medicamentos capaces de aliviar las formas más severas de dolores crónicos actualmente muy difíciles de tratar", explicó David Craik, de la Universidad de Queensland en Australia, autor principal de la investigación.
El estudio fue presentado en la conferencia anual de la Sociedad Estadounidense de Química (ACS, en inglés) reunida este fin de semana en Dallas, Texas (sur).
Los dolores combatidos por estos medicamentos son con frecuencia provocados por la diabetes, la esclerosis múltiple y otras enfermedades que afectan las terminaciones nerviosas, que pueden durar meses o incluso años.
Los tratamientos actuales para estos dolores crónicos neuropáticos pueden causar efectos secundarios significativos y sólo son eficaces en cerca de uno de cada tres enfermos.
Los conos (caracoles marinos de aguas tropicales) utilizan su veneno para paralizar a sus presas. Este veneno contiene cientos de péptidos, que son pequeñas proteínas conocidas como conotoxinas. En los humanos, algunas de estas conotoxinas parecen tener efectos analgésicos, explicó el investigador.
En la actualidad, un solo analgésico derivado de estas conotoxinas fue aprobado para un tratamiento humano, la ziconotida. Pero este analgésico debe ser inyectado directamente en la base de la médula espinal, un procedimiento invasivo, precisó Craik.
El experto explicó que trabajaba con su equipo para desarrollar un analgésico basado en una conotoxina que pueda administrarse por vía oral.
Una única dosis oral de este analgésico experimental dado a ratas de laboratorio redujo fuertemente el dolor, según las medidas estándar.
Apoyado en estas investigaciones, los científicos llegaron a la conclusión de que el analgésico era cerca de cien veces más potente que la morfina y la gabapentina, los dos analgésicos considerados hasta el momento como los mejores tratamientos para dolores neuropáticos crónicos.
Por otra parte, estas conotoxinas actúan sobre receptores del cerebro diferentes de los que lo hacen la morfina y otros opiáceos, por lo que suponen que la tendencia a desarrollar dependencia sería menor.
"No sabemos si estos derivados de conotoxinas tendrían efectos secundarios porque no han sido aún probados en humanos", admitió Craik. Pero, continuó, "pensamos que son seguros" porque actúan en receptores cerebrales totalmente diferentes a los de la morfina.