viernes, 1 de mayo de 2020

Las infecciones agudas causan coágulos y elevan la mortalidad por coronavirus

DUBLÍN.- Científicos en Irlanda han detectado que algunos pacientes con casos graves de coronavirus presentan "coagulaciones sanguíneas anormales", las cuales pueden contribuir a su fallecimiento, según revela un estudio publicado este jueves en la revista 'British Journal of Hematology'.

La investigación, desarrollada por el Colegio Real de Médicos de Irlanda (RCSI, sus siglas en inglés), constata también que la COVID-19 está relacionada con un tipo único de coagulación sanguínea.
Los expertos comprobaron que aquellos pacientes con los niveles de coagulación sanguínea más altos recibían “un pronóstico significativamente peor” y tenían “más posibilidades de requerir cuidados intensivos”.
“Nuestros primeros hallazgos demuestran que la COVID-19 está asociada a un tipo único de desorden de coagulación sanguínea que se centra, principalmente, en los pulmones y que, sin duda, contribuye a los altos niveles de mortalidad vistos en pacientes con COVID-19”, explica en un comunicado uno de los autores, James O’Donnell.
Advierte de que este “escenario” no se ha observado en ningún otro tipo de infección pulmonar.
“Además de la neumonía que afecta a las pequeñas bolsas de aire en los pulmones, también estamos encontrando cientos de pequeños coágulos sanguíneos por todo el pulmón”, expone O’Donnell.
En su opinión, eso explicaría por qué los “niveles de oxígeno en la sangre” se reducen “drásticamente en las infecciones graves” de este coronavirus.
“Comprender cómo se forman estos micro-coágulos dentro del pulmón es fundamental para que podamos desarrollar tratamientos más efectivos para nuestros pacientes, particularmente aquellos en grupos de alto riesgo”, agrega O’Donnell.
En este sentido, señala que será necesario efectuar más investigaciones para determinar si los “diferentes tratamientos anticoagulantes” pueden contribuir a “reducir la formación de coágulos en ciertos pacientes de alto riesgo”.
El experto recuerda que cada vez hay más pruebas que apuntan a que la presencia de “coágulos sanguíneos anormales” en enfermos de COVID-19 aumenta “significativamente” el riesgo de que sufran ataques cardiacos e ictus.

El coronavirus podría seguir oculto en los pulmones de pacientes recuperados, según científicos chinos

HONG-KONG.- El coronavirus podría seguir oculto en los pulmones de pacientes aparentemente recuperados y que ya no muestren síntomas, pasando además desapercibido ante los test convencionales, según un estudio publicado por un grupo de investigadores médicos chinos.

El diario hongkonés ‘South China Morning Post’ se hace eco este jueves de la investigación de estos doctores de la Universidad Médica Militar de Chongqing (centro de China), que fue publicado esta semana en la publicación científica ‘Cell Research’.
El estudio cita el caso de una mujer de 78 años que falleció inesperadamente a mediados de febrero tras haber superado aparentemente el coronavirus y dar negativo en hasta tres pruebas en las que se analizaron muestras de su nariz y garganta y de recibir un informe positivo tras someterse a un TAC.
La autopsia no encontró virus en su hígado, corazón, intestino, piel o médula ósea, pero sí apareció coronavirus en su tejido pulmonar, que, pese a que la paciente no mostraba síntomas, presentaba los daños habituales de una infección vírica.
“Hay una necesidad urgente de comprender la patogénesis de la infección por SARS-CoV-2 (nombre del nuevo coronavirus causante de la pandemia)”, advirtieron los investigadores.
Los autores del estudio proponen llevar a cabo lavados bronqueoalveolares -es decir, insertar suero limpiador en los pulmones- antes de dar de alta a los pacientes para garantizar la detección de virus ocultos, aunque se trata de un procedimiento más complejo, costoso y largo que los test con hisopos.
La posibilidad de que el virus no haya sido eliminado completamente del organismo después de que un paciente supere la COVID-19, y la incertidumbre sobre si se desarrollan anticuerpos suficientes como para garantizar la inmunidad ante una posible reinfección, son dos de las cuestiones que más preocupan a la comunidad médica.
Y más aún si se tiene en cuenta que en China, donde surgió el brote, se está tratando de volver a la normalidad social y económica y que en otros países gravemente afectados, como España, Italia o Estados Unidos, se están trazando planes de desescalada de las medidas de contención de la pandemia.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recordó la semana pasada que no se ha probado que los humanos se inmunicen ante el SARS-CoV-2 tras superar una infección, lo que pondría en tela de juicio los planes de algunos países que confían en desarrollar una “inmunidad colectiva” permitiendo la propagación del virus entre la población.
Mientras tanto, el asesor estrella del Gobierno chino en la crisis del coronavirus, Zhong Nanshan, aseguró recientemente que la mayoría de resultados positivos en pacientes recuperados podrían deberse a “genes fragmentados” del virus, y que tampoco hay pruebas por ahora de que una persona que haya superado la COVID-19 pueda contagiar a otra.