sábado, 4 de enero de 2014

La enfermedad cardíaca podría asociarse con la demencia en mujeres mayores

NUEVA YORK.- Las adultas mayores que tenían antecedentes cardíacos son más propensas a desarrollar trastornos cognitivos que aquellas sin enfermedad cardíaca, según un nuevo estudio.

En las mujeres que han tenido un infarto, sobre todo, se duplica el riesgo de padecer un deterioro de las habilidades cognitivas y la memoria.
Los médicos ya sospechaban de esta relación, según comentó el autor principal, doctor Bernhard Haring, del Centro Integral de Insuficiencia Cardíaca de la Universidad de Wurzburgo, Alemania.
"Pero nuestro estudio aporta nueva evidencia más amplia, con distintos tipos de cardiopatías y en mujeres postmenopáusicas", dijo.
El equipo de Haring analizó los datos de un estudio sobre más de 6.000 mujeres de entre 65 y 79 años. Ellas informaron si alguna vez les habían diagnosticado algún problema cardíaco y realizaron una prueba de función cerebral al inicio del estudio y, luego, anualmente. Ninguna padecía trastornos cognitivos o de memoria al inicio del estudio. Unas 900 tenían algún trastorno cardíaco.
Ocho años después, más de 400 mujeres mostraban signos de deterioro cognitivo o demencia. Las mujeres que habían dicho que sufrían algún problema cardíaco eran un 29 por ciento más propensas que aquellas sin esas complicaciones a tener algún trastorno cognitivo.
Las participantes que habían tenido un infarto fueron el grupo con más riesgo de padecer problemas de memoria o cognitivos, según publica el equipo en Journal of the American Heart Association.
Lo mismo ocurría con las mujeres que tenían un bypass coronario o enfermedad vascular periférica (endurecimiento de las arterias de las extremidades), según comentó Haring.
Pero las arritmias o la insuficiencia cardíaca no estuvieron asociadas con el deterioro cognitivo.
Independientemente de la presencia de enfermedad cardíaca, la hipertensión y la diabetes elevaba el riesgo de desarrollar deterioro cognitivo. El equipo no halló relación alguna con la obesidad.
El doctor Richard O'Brien, responsable de neurología del Centro Médico Bayview de Johns Hopkins, Baltimore, Maryland, consideró que el estudio es importante por el tamaño de la muestra evaluada.
El especialista, que no participó de la investigación, opinó que comprender la relación entre la enfermedad cardíaca y la demencia es clave porque la enfermedad cardíaca se puede revertir, no así el Alzheimer.
"La enfermedad cardíaca es más que arterias tapadas, es un proceso inflamatorio y afecta la función de las células endoteliales del cerebro, la producción de líquido cerebroespinal (que elimina los desechos cerebrales), y mucho más", dijo O'Brien por correo electrónico.
"Nadie sabe cuál es más importante", afirmó, y agregó que el 35 por ciento de los mayores de 80 años tiene demencia.

Trastornos alimentarios adolescentes alteran el peso en pocos años

LONDRES.- Los adolescentes que se dan atracones con la comida y los que tienen miedo de engordar son más propensos a tener sobrepeso antes de abandonar esa etapa de la vida, según indica un estudio de Reino Unido.

Los autores buscaron síntomas tempranos de los trastornos alimentarios en más de 7.000 niños de 13 años y hallaron algunas señales que anticipaban quiénes tendrían problemas con el peso dos años después.
El Índice de Masa Corporal (IMC) de las niñas que se daban atracones a los 13 aumentó un 24 por ciento en dos años, mientras que el de los varones y las mujeres que a los 13 controlaban exageradamente lo que comían era más bajo a los dos años.
"Lo más importante es que, aún a tan corta edad, un alto porcentaje de varones y mujeres tiene síntomas preocupantes de trastornos alimentarios", dijo por e-mail la autora principal, doctora Nadia Micali, del Instituto de Salud Infantil del University College de Londres.
Con su equipo, Micali reunió datos de un ensayo clínico de Reino Unido con padres e hijos.
De las encuestas que respondieron los padres, el equipo obtuvo información de los síntomas de los trastornos alimentarios de 7.082 adolescentes de 13 años, como los atracones o la preocupación exagerada por el peso o la figura, y conductas como la restricción de la comida.
El equipo también indagó en la relación entre esos síntomas y otros aspectos de la vida social, escolar, extracurricular y familiar de los adolescentes.
El 63 por ciento de las mujeres y el 39 por ciento de los varones tenían miedo de engordar. El 11 por ciento de las niñas sentía un temor extremo de aumentar de peso o estaba muy preocupada por la figura o el peso.
Las niñas evitaban más que los varones los alimentos grasos, mientras que los varones eran más propensos que las mujeres a ejercitar intensamente para adelgazar.
Aún a los 13 años, comer de más y darse atracones estuvieron fuertemente asociados con efectos negativos en la vida de los niños y fueron una carga para la familia, según publica el equipo en Journal of Adolescent Health.
Ambos trastornos estuvieron especialmente relacionados con la aparición de problemas emocionales y conductuales en ambos sexos. La restricción alimentaria afectó más la salud mental de los varones que de las mujeres.
Todos estos resultados son un recordatorio de que los varones también sufren de trastornos alimentarios y sus consecuencias.
Para Kathleen Merikangas, jefa de Epidemiología Genética del Instituto Nacional de Salud Mental, los resultados sugieren que "la ausencia de patrones alimentarios estables podría ser un blanco para intervenir y prevenir la obesidad en los jóvenes".
Opinó que el mensaje para los padres es claro: los trastornos alimentarios durante la adolescencia son una ventana de riesgo para la obesidad futura. Y les recomendó conocer si sus hijos tienen una imagen corporal distorsionada.