Un equipo de la Universidad de Bristol (Reino
Unido) ha identificado que un objetivo crítico en la regulación
cerebral del peso corporal también es crucial en el desarrollo de las
condiciones asociadas a la obesidad, según publica la revista 'Cell'.
Los investigadores describen el mecanismo detrás de una molécula clave,
conocida como receptor de la melanocortina-4 (MC4R), cuya mutación o
pérdida en modelos humanos y animales se ha demostrado que causa
obesidad severa con diabetes tipo 2.
Mientras que estudios anteriores han demostrado que los
activadores de la molécula, que aumentan la actividad MC4R, tienen el
efecto deseable de reducir la ingesta de alimentos y la secreción de
insulina desde el páncreas (importante para suprimir el desarrollo de la
diabetes tipo 2), no está claro cómo, al mismo tiempo, provocan el
efecto indeseable de aumentar la presión arterial.
El equipo ha identificado ahora un mecanismo para la actividad de
MC4R que regula la actividad del sistema nervioso autónomo con el fin de
mantener la presión sanguínea y apropiados niveles de insulina. El
sistema nervioso autónomo, que regula los órganos internos y los
procesos que no están bajo nuestro control, se divide en el sistema
nervioso parasimpático y simpático, que comúnmente ejercen influencias
opuestas sobre las estructuras que suministran los nervios.
Los científicos demostraron que la activación de la MC4R inhibe
las neuronas parasimpáticas en el área del vástago del cerebro del
sistema nervioso central (CNS), mientras que activa las neuronas
simpáticas en la médula espinal. El equipo también demuestra, en modelos
de ratones modificados genéticamente con la pérdida de la función
humana MC4R, que los MC4R en estas áreas del sistema nervioso central
son los culpables d el desarrollo de la obesidad inducido por los
aumentos en la presión arterial.
También informan que MC4R en estas áreas del sistema nervioso
central son fundamentales en el mantenimiento de niveles adecuados de
insulina para evitar la diabetes tipo 2. Así, equilibrando
cuidadosamente fuerzas positivas y negativas sobre el sistema nervioso
autónomo, el MC4R mantiene el equilibrio de la presión sanguínea y los
niveles de insulina apropiada, algo independiente de la función de MC4R
en la regulación de la ingesta de alimentos en otros lugares en el
sistema nervioso central.
"Nuestros datos muestran la complejidad del sistema nervioso central
que rige las vías de equilibrio metabólico del cuerpo y destaca los
desafíos que se avecinan para el desarrollo de terapias seguras", afirma
una de las autoras del estudio, la doctora Nina Balthasar, de la Escuela Universitaria de Fisiología y Farmacología.