miércoles, 7 de noviembre de 2018

Grupos antitabaco presentan en Bruselas su plan para que España deje de fumar

BRUSELAS.- Varias asociaciones españolas, arropadas por la Red Europea de Prevención del Tabaquismo, presentaron hoy en el Parlamento Europeo la llamada "Declaración de Madrid", que propone medidas para limitar el consumo activo y pasivo de cigarrillos en España, donde el tabaco causa 50.000 muertes anuales.

"Estamos aquí porque el principal problema de salud pública para España y para Europa es el tabaco", señaló el presidente de la Organización Médica Colegial (OMC) española, Serafín Romero, en una presentación organizada en las dependencias de la Eurocámara y auspiciada por la eurodiputada de UPyD Maite Pagazaurtundua.
La citada declaración, presentada en Madrid el pasado julio y cuyos autores quieren que se aplique en España y sirva de modelo en otros países de la Unión Europea, pone de relieve los éxitos conseguidos en la lucha contra el tabaco, con una caída de la tasa de fumadores del 32 % antes de la ley anti-tabaco de 2010 al 22,1 % de la actualidad, según datos de la misma.
Pero avisa del peligro de que se estanquen los esfuerzos para erradicar la adicción a la nicotina y sus riesgos asociados, especialmente en los hogares más desfavorecidos.
"Nos están adelantando", comentó en el acto el presidente de la Red Europea de Prevención del Tabaquismo, Francisco Rodriguez-Lozano.
Apuntó que la ley española de 2010 fue pionera pero que actualmente hay países de la UE como Francia, el Reino Unido, Bélgica, Eslovenia o Rumanía que han aprobado medidas más ambiciosas, como obligar a que los paquetes de cigarrillos sean "neutros" y no muestren la marca.
Y entre las iniciativas complementarias que propone esa "hoja de ruta" para contener el tabaquismo destaca la atención a los nuevos productos como cigarrillos electrónicos o vaporizadores, un fenómeno al alza que quieren evitar que se "normalice".
Los jóvenes "no tienen en la retina las discotecas llenas de humo", pero esos dispositivos que venden las tabaqueras para sustituir la caída de las ventas de cigarrillos tradicionales están "inundando las aulas" en Estados Unidos, alertó la presidenta del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo, Regina Dalmau.
"Tenemos que regularlo antes de que sea un problema nuevo", agregó la cardióloga en un debate que contó con representantes de la sociedad civil, asociaciones médicas, el Ministerio de Sanidad, la Representación Española ante la UE, europarlamentarios y diputados nacionales españoles.
En ese sentido, piden que se equipare al alza la fiscalidad de todos los productos que contengan nicotina, al tiempo que apuntan que un incremento significativo del precio de los cigarrillos favorece que se reduzca su consumo.
El profesor de Farmacología de la Universidad de Cantabria Javier Ayesta explicó que la subida debería ser de "un 20 % mínimo" para que se notara su efecto, y citó como ejemplo a Francia, donde hay un millón menos de fumadores desde que la cajetilla se vende con paquete estándar y a un precio de 8 euros mientras que en España no alcanza los 5 euros.
Otras medidas que promueve la Declaración de Madrid pasan por exigir el cumplimiento de la legislación vigente relativa a espacios públicos cerrados o semi-cerrados, prohibir fumar en cualquier tipo de vehículos, promover hogares libres de humo, facilitar y financiar el acceso a profesionales y tratamientos sanitarios y ampliar la normativa sobre tabaco y publicidad a los nuevos productos.
"Es el primer problema de salud pública en España por mortalidad", declaró la subdirectora general de Promoción de la Salud del Ministerio de Sanidad, Araceli Arce.

La resistencia a los antibióticos causará 2,4 millones de muertes hasta 2050, según la OCDE

PARÍS.- La resistencia bacteriana, un fenómeno con una expansión inquietante en buena medida por el uso inadecuado de los antibióticos, podría causar 2,4 millones de muertes en los países de la OCDE hasta 2050 y costar 3.500 millones de dólares anuales a sus economías.

Este es el diagnóstico de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que en un estudio publicado hoy lanza un mensaje de alerta y presenta medidas para impedir que todo eso suceda con un costo muy bajo pero que implica un cambio profundo de prácticas médicas e higiénicas.

Los autores del estudio advierten de que, sin esa estrategia de respuesta, la capacidad de las bacterias para resistir a los antimicrobianos será un problema cada vez más grave, con elevadas tasas de mortalidad por esa causa.
En particular en algunos países del sur de Europa como Italia (18,17 fallecimientos anuales por 100.000 habitantes), Grecia (14,79), Portugal (11,34) y Francia (8,61), pero también en Estados Unidos (8,98).
España, con una tasa de 3,95 y unos 1.835 decesos al año, se sitúa en mitad de la tabla de los 33 Estados analizados, lejos también de los nórdicos, Holanda, Australia y Canadá, todos con menos de 2.
En el conjunto de la organización, casi una de cada cinco infecciones es consecuencia de las bacterias resistentes a los antibióticos, algo que los autores del trabajo culpan a "medio siglo de prescripción excesiva de estos fármacos".
El nivel de resistencia de ocho combinaciones de bacterias y antibióticos de alta prioridad ha pasado en la OCDE del 14 % en 2005 al 17 % en 2015 (del 14,5 al 18,3 % en España), con una gran brecha entre Turquía, Corea del Sur y Grecia, que se sitúan en torno al 35 %, y los nórdicos y Holanda, que apenas superan el 5 %.
Para 2030, las predicciones apuntan a unas tasas un 70 % superiores a las que se daban en 2005.
Todavía más preocupante ha sido y se augura la evolución en países de ingresos medios y bajos. En Argentina, Brasil y Colombia se ha superado el 30 % en 2015; en China, Rusia y Rumanía el 40 %, y en India se ha alcanzado el 57,1 %.
Más allá del riesgo vital, esta resistencia bacteriana tiene "un impacto importante sobre la calidad de vida de las personas" que son víctimas, con dos poblaciones particularmente vulnerables, los niños de hasta 12 meses y los mayores de 70 años.
Y un costo por las complicaciones estimado en 3.500 millones de dólares anuales en los países de la OCDE y en los de la Unión Europea, lo que equivale al 10 % de los gastos en atención sanitaria por enfermedades transmisibles (2,4 dólares por cabeza).
Pero esta dinámica se podría atajar dedicando sólo unos dos dólares por persona para una estrategia en cinco frentes: el primero, la mejora de la higiene en los centros sanitarios, entre otras cosas fomentando el lavado de manos.
Los otros cuatro son promover un uso más racional de los antibióticos para "poner fin a décadas de prescripción excesiva"; utilizar pruebas de diagnóstico rápido para determinar si una infección es bacteriana o vírica; la llamada "prescripción diferida", y campañas de sensibilización pública.
Gracias a eso se podrían evitar hasta 1,6 millones de muertes, es decir dos tercios de las motivadas por esta resistencia, y disminuir en alrededor del 40 % la carga sanitaria por complicaciones.
En términos estrictamente financieros, la inversión en estas medidas se podría amortizar en un solo año y en adelante generaría un ahorro de aproximadamente 1,5 dólares por cada dólar invertido porque la prescripción diferida de antibióticos o lavarse las manos es rentable inmediatamente.
En definitiva, el ahorro anual en la sanidad de la OCDE sería de 4.800 millones de dólares, superior incluso a los posibles gastos por la resistencia bacteriana, porque esas medidas tienen un impacto positivo también sobre otro tipo de enfermedades.

77.700 personas morirán en España por resistencia bacteriana hasta 2050, según la OCDE

PARÍS.- La OCDE calcula que 77.700 personas morirán en España de aquí a 2050 a causa de la resistencia bacteriana (RAM), provocada en parte por un uso excesivo e inadecuado de los antibióticos, aunque las tres cuartas partes de esos fallecimientos serían evitables.

Esa cifra es la proyección de la tasa de mortalidad por la RAM, que en España es de 3,95 por cada 100.000 habitantes, lo que significa una estimación variable a partir de 1.835 decesos al año, explica en un informe sobre ese fenómeno publicado hoy la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Esa tasa es algo inferior a los 4,72 fallecimientos de media en la OCDE, y está muy alejada de los peores niveles registrados en Italia (18,17), Grecia (14,79), Portugal (11,34), Estados Unidos (8,98) y Francia (8,61), pero también de los mejores en Islandia (0,28), Canadá (1,15), Australia (1,17) y Holanda (1,26).
Los autores del estudio señalan que la RAM, medida en la resistencia de ocho combinaciones de bacterias con antibióticos, se ha incrementado en España al pasar del 14 % en 2005 al 18 % en 2015 (del 14 % al 17 % en el conjunto de la OCDE) y podría seguir subiendo al 19 % en 2030.
El coste sanitario de esas infecciones en España es de 190.000 dólares anuales por cada 100.000 habitantes (232.000 en el "Club de los países desarrollados"), lo que de forma acumulada supondrá 2.800 millones de dólares hasta 2050.
La OCDE constata que, en línea con lo que hacen otros países para contener este problema, España tiene un plan multisectorial, campañas de comunicación y formación del personal sanitario, e incluso va "más allá" en el programa de control de antibióticos.
Pero, sobre todo, subraya que con "un amplio paquete de políticas" que necesitan una inversión reducida se podrían evitar 1.400 muertes anuales y ahorrar 123 millones de dólares en gasto sanitario también cada año.
Entre las medidas preconizadas está una mejora del lavado de manos en los centros sanitarios (la más eficiente en términos de vidas salvadas) para reducir las infecciones, más racionalidad en las recetas de antibióticos (incluida la prescripción diferida) o fortalecer la higiene de los equipamientos y del entorno de los hospitales.
Igualmente figuran en la lista exámenes de diagnóstico rápido para determinar en unas horas si es necesario un tratamiento con antibióticos y cuáles hay que utilizar y campañas de comunicación para concienciar de los peligros de un uso inadecuado de esos fármacos.