lunes, 27 de febrero de 2012

El verdadero motivo por el que se engorda

Los crecientes índices de obesidad y diabetes en los EEUU han sido el motivo principal para iniciar otra investigación sobre los factores desencadenantes de estas dos 'epidemias' mundiales, y las evidencias sugieren que el responsable es un nuevo agente hasta ahora desconocido: los productos químicos.

El estudio, realizado por investigadores de la Comunitat Valenciana y liderado por el catedrático de Fisiología, Ángel Nadal, del Instituto de Bioingeniería y CIBERDEM de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, se ha publicado en Plos ONE.
Los resultados de la investigación relacionan la exposición al componente plásticos BPA con el desarrollo de la obesidad y la pre-diabetes.
La exposición a una cantidad minúscula de estas sustancias sintetizadas (que se utilizan en todo, desde pesticidas a botellas de agua), pueden alterar nuestras hormonas.
Esta interferencia puede activar las células grasas, haciéndolas 'engordar' aún más, o provocar un error de interpretación haciendo que el páncreas segregue un exceso de insulina, una hormona que regula el metabolismo de la grasa y los carbohidratos.
El bisphenol A, más conocido como BPA, está entre los compuestos analizados (se fabrican unas cinco millones de toneladas al año); se trata de un producto químico presente en los plásticos y en los revestimientos que también puede encontrarse en los envases de algunos alimentos.
Según la FDA y el Instituto Nacional de Toxicología, estudios recientes dan motivos de preocupación sobre los efectos potenciales del BPA en el cerebro, el comportamiento y la próstata de fetos, bebés y niños.
Por otro lado, diversos trabajados publicados en revistas científicas han asociado el bisfenol A con problemas para la salud, que abarcan desde un mayor riesgo de cáncer de mama hasta complicaciones cardiovasculares, pasando por trastornos endocrinos.
Por este motivo, un grupo de científicos internacionales de Reino Unido, EEUU e Italia piden que se prohíba el bisfenol A, una sustancia presente en muchos plásticos como en los biberones y en otros envases de alimentos.
El Catedrático de Fisiología Ángel Nadal, experto en el BPA de la Universidad Miguel Hernández (Elche), reconoce que es "difícil"   establecer una relación causal, pero afirma que se han demostrado los efectos tóxicos del compuesto en ratones.
El problema está en que no se pueden realizar estudios en humanos, "excepto epidemiológicos", porque no sería ético. No obstante, según los trabajos realizados en animales, considera que: "si se consume en el embarazo, cuando el feto crezca, tendrá más riesgo de ser obeso y de sufrir dolencias cardiovasculares".
Nadal recomienda usar el principio de precaución y aunque preferiría que se prohibiera el BPA, "porque hay alternativas", apunta que no se debe calentar ni ponerlo en el lavavajillas.
También cree que cuando un envase de plástico pierde su transparencia, el riesgo de migración del BPA es mayor.
La mayoría de los estudios se han realizado en animales pero, en 2008, la prestigiosa revista JAMA comparó las tasas de diabetes y enfermedad cardiovascular en adultos según los niveles de BPA presentes en la orina. Los resultados demostraban que las personas con niveles más altos de este químico tenían un mayor riesgo de padecer las enfermedades evaluadas.
Según Nadal, el BPA es sólo uno más de un cóctel de 20 disruptores endocrinos comúnmente utilizados en artículos de uso diario, como los ftalatos, la nicotina, la dioxina, el arsénico y el tributilestaño.
Además, la obesidad y la diabetes no son los únicos riesgos que plantean los productos químicos. Los estudios también señalan vínculos con el cáncer, la infertilidad, las enfermedades del corazón y problemas cognitivos.

Los niños son menos obesos cuando cocina la madre

Científicos de la Universidad de Granada (UGR) han confirmado que existe una asociación significativa y directa entre el estado nutricional de los niños y quién les prepara la comida en casa. Así, los hijos cuyos menús son preparados por sus madres están mejor alimentados y sufren menos obesidad, mientras que el estado nutricional de los pequeños "empeora cuando una persona diferente a la madre les prepara el menú familiar".

   Este trabajo, publicado recientemente en la revista 'Nutrición Hospitalaria', ha revelado que la cuestión de quién elabora el menú familiar a diario es "muy importante", según los autores. Así, los científicos han observado que, a medida que el menú familiar es elaborado por personas diferentes a la madre, el estado nutricional de los hijos empeora considerablemente.
   Y es que en la actualidad "continúa siendo la madre la figura familiar que mejor conoce las necesidades alimentarias de sus hijos y la mejor preparada, en términos de conocimientos alimentarios, para la elaboración y el mantenimiento de una óptima alimentación familiar", según pone de manifiesto la UGR en un comunicado.
   En esta investigación, los científicos emplearon una muestra constituida por 718 niños y adolescentes escolares de entre 9 y 17 años de trece centros educativos públicos y privados de la ciudad de Granada y de su provincia.
   Mediante el uso de técnicas de antropometría, se valoraron las variables de peso y talla de los sujetos y, con ello, el índice de masa corporal; se efectuaron según edad y sexo. También fueron valorados seis pliegues cutáneos (pliegue tricipital, bicipital, subescapular, suprailíaco, pliegue del muslo y de la pantorrilla), así como cuatro perímetros corporales, esto es, de la cintura, de la cadera, del brazo y del muslo.
   Por otra parte, y con objeto de analizar la influencia del entorno familiar en el desarrollo del sobrepeso y la obesidad entre la población de alumnos, los científicos de la UGR emplearon un cuestionario específicamente elaborado por el equipo investigador, en el que no sólo se recogía información relativa a aspectos de su entorno familiar, sino también a la frecuencia de consumo de determinados alimentos y a la práctica de alguna actividad física.
   Los investigadores han encontrado asimismo una relación entre la práctica del ocio sedentario y los valores de índice de masa corporal (IMC), encontrando diferencias estadísticamente significativas para IMC de aquellos individuos con actitudes ociosas eminentemente sedentarias, frente a aquellos otros que no las mantenían. Así pues, a medida que aumenta el número de horas que los alumnos ven la televisión, juegan con los videojuegos o simplemente están conectados a Internet, sus puntuaciones en el índice de masa corporal se incrementan exponencialmente.
   A la luz de los resultados de este trabajo, los científicos han concluido que existe "una imperiosa necesidad" de fomentar prácticas y estilos de vida saludables entre las familias, entre las cuales es altamente recomendable la práctica de ejercicio físico a través de "juegos clásicos". Se trata de la mejor herramienta para mantener un adecuado estado nutricional y, en definitiva, un óptimo estado de salud, máxime cuando los principales implicados son sujetos de corta edad, en este caso población en edad escolar.
   Este artículo ha sido publicado por los investigadores de la Universidad de Granada María José Aguilar Cordero y Emilio González Jiménez (Departamento de Enfermería), Carmen García García (Laboratorio de Antropología Física), Pedro García López (Departamento de Estadística), Carlos Alberto Padilla López y Judit Álvarez Ferre (Grupo PAI de Investigación CTS-367 de la Junta de Andalucía) y Esther Ocete Hita (Departamento de Pediatría).