domingo, 29 de diciembre de 2013

Los enfermos pulmonares deberían evitar la manzana, el melón y el aguacate

Los pacientes que sufran alguna enfermedad pulmonar deberán evitar en su dieta navideña alimentos como la manzana, el melón y el aguacate, además de las lentejas, las judías o los pimientos, entre otros alimentos, según recomienda la Fundación Lovexair.

   Según argumentan, estos alimentos pueden producir un hinchazón del abdomen y empeorar los problemas respiratorios, especialmente si la persona padece enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). En este sentido, apunta que es "igual de contraproducente una cantidad insuficiente de alimentos como un exceso de aquellos cuya digestión puede dificultar la cantidad de oxígeno que llega a nuestros pulmones".
   Otro tipo de alimentos que la Fundación Lovexair recomienda no incluir a los enfermos pulmonares en sus menús navideños son los fritos, comidas muy grasas o especiadas; coliflor, maíz, pepinos, puerros, cebollas, guisantes; y bebidas geseosas o carbonatadas.
   En cambio, son adecuados para este tipo de enfermos ciertos tipos de frutas por ser "una fuente principal de antioxidantes que refuerzan la capacidad del cuerpo para defenderse de las enfermedades e infecciones". También aconseja las nueces y otros frutos secos dado que son "una fuente natural de ácidos grasos insaturados, fibra y proteínas aunque siempre deben ser ingeridos de manera equilibrada".
   También es recomendable sustituir las carnes rojas y los asados por el marisco por ser "ricos en omega 3". En este sentido, indican que si se consume un tipo de pescado graso como el salmón, el pez espada o el atún, hay que "ser cuidadosos" con la cantidad de condimentos que se añaden y procurar cocinarlos a la plancha o al horno.
   A la hora de poner en práctica todas estas recomendaciones, se puede realizar un menú completo y adecuado tanto en el número de platos como en el tipo de alimentos que podemos incluir en él.
   En el aperitivo, la opción que señala Lovexair es untar en una tostada de pan integral una mezcla compuesta por tomates rallados, aceitunas negras cortadas en rodajas y orégano. Sobre esto, se puede poner una loncha de jamón o un boquerón en vinagre.
   En cuanto al plato principal, esta fundación recomienda una merluza de pincho rellena con tortilla, gambas y setas. La tortilla hay que hacerla a la francesa, las gambas salteadas y las setas con ajo y un poco de aceite. 
Finalmente, de postre es recomendable tomar un asado de piña y mango que tenga un poco de azúcar de caña con canela espolvoreada por encima, sin olvidar pasarlo por la plancha para que se caramelicen, han apuntado los expertos de esta fundación.

Las mujeres mayores no se mueven durante la mayor parte del día

Las mujeres mayores pasarían sentadas dos tercios del día, según sugiere un estudio que podría probar que la conducta sedentaria está asociada con la aparición de enfermedades y discapacidad.

"Hasta las personas que van al gimnasio todos los días y corren 10 kilómetros en una cinta pueden padecer las consecuencias del sedentarismo si pasan 8-10 horas sentadas frente a un escritorio y luego miran TV con su pareja durante la cena", dijo la doctora Catherine A. Sarkisian, directora del Centro del Consorcio Comunitario Académico de Los Angeles para la Investigación del Envejecimiento y geriatra de la UCLA.
El equipo de Eric J. Shiroma, de la Facultad de Salud Pública de Harvard, Boston, dio a 7.200 mujeres un dispositivo para registrar cuánto caminaban durante el día. Las participantes, de unos 70 años, usaron el acelerómetro durante una semana.
Las participantes pasaron dos tercios de sus días (menos de 10 horas) sin actividad física, es decir, sentadas o de pie, pero sin moverse, según publica el equipo de Shiroma en Journal of the American Medical Association.
Las mujeres de mayor edad y más pesadas eran las más propensas a pasar muchos períodos del día sin actividad.
La mayoría de esos "brotes" de conducta sedentaria era breve y las mujeres tendían a pararse y empezar a moverse. Un tercio de ese tiempo de sedentarismo incluía inactividad física total durante por lo menos media hora.
A Shiroma le sorprendió que las participantes fueran sedentarias sólo durante períodos cortos. Al respecto, Sarkisian opinó que "es un hallazgo interesante y me gustaría que desafíe el antiguo estereotipo del adulto mayor sentado en su silla sin hacer nada importante".

La obesidad altera el crecimiento óseo en la adolescencia

Los adolescentes obesos tendrían menos masa ósea para su peso corporal, según revela un estudio de Brasil. Tanto la grasa corporal como la masa corporal magra afectan el crecimiento óseo, pero aún se desconoce si los huesos de los adolescentes más obesos son suficientemente fuertes para soportar su peso, un problema que podría tener consecuencias en el corto y el largo plazo.

La densidad mineral ósea "crece exponencialmente en ambos sexos" durante el estirón después de la pubertad, según publican los autores en Nutrition.
Allí publican los resultados de un estudio sobre 377 adolescentes, de entre 10 y 19 años, de Brasil, donde "la prevalencia del sobrepeso y la obesidad es del 30 por ciento, como en los adolescentes de Estados Unidos", dijo por correo electrónico la doctora Tamara Goldberg, de la Universidad Estatal de San Pablo.
El equipo excluyó a los niños que tomaban suplementos con calcio y hierro o ciertos medicamentos y que eran vegetarianos o consumían gran cantidad de fibra. Ningún participante fumaba, bebía alcohol ni hacía actividad física regular.
El IMC mostró que el 42 por ciento tenía un peso normal, el 13 por ciento tenía sobrepeso, el 38 por ciento era obeso y el 7 por ciento era extremadamente obeso.
Con una absorciometría dual de rayos X, el equipo comparó los cambios de la masa corporal magra y los porcentajes de grasa en las distintas categorías de peso. Halló que, mientras la masa magra se mantenía estable, el porcentaje de grasa corporal aumentaba a medida que lo hacía el peso.
Y la densidad mineral ósea y el contenido mineral óseo no crecían tanto como el porcentaje de grasa.
En las adolescentes con la mayor cantidad de grasa corporal, la densidad ósea del fémur y la columna no era tan alta. En los varones, la densidad ósea y el contenido mineral no aumentaron junto con la grasa corporal en ninguno de los huesos evaluados.
Mientras que algo de grasa corporal extra tendría una función protectora en las mujeres, Goldberg aseguró que la obesidad mórbida no está asociada con la densidad ósea normal, incluso en los adultos.
"La prevención de la obesidad es la mejor protección para reducir la incidencia de los trastornos cardiovasculares metabólicos (hipertensión, diabetes, dislipemia) y otros factores de riesgo que interfieren en el crecimiento de la masa ósea", sostuvo.
El estudio no prueba que la grasa excesiva sea negativa para la masa ósea, sino sólo que estarían asociadas.