viernes, 11 de marzo de 2011

El 80% de personas con cáncer diferenciado de tiroides tiene una supervivencia similar a la población sana

El 80 por ciento de las personas con cáncer diferenciado de tiroides, el más frecuente dentro de los tumores de tipo endocrinológico, presenta una supervivencia similar a la de la población sana, según ha señalado este viernes en Málaga el coordinador del Grupo de Trabajo de Cáncer de Tiroides de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, José Manuel Gómez Sáez.

   En el marco de la jornada 'Avances en el Seguimiento y Tratamiento del Cáncer Diferenciado de Tiroides', organizada por el Hospital Clínico de Málaga, en colaboración con Genzyme y Neomedic, este experto ha explicado que el 80 por ciento de estos casos "presentan una supervivencia prácticamente similar a la de la población sana, condición que disminuye considerablemente en el 20 por ciento debido a metástasis o recidivas (recaídas)".
   El cáncer de tiroides es el cáncer endocrinológico más frecuente y, sin embargo, es raro en comparación con otros tipos de cánceres. En general, la edad media del diagnóstico se sitúa entre los 40 y los 53 años, siendo especialmente frecuente entre las mujeres de raza blanca.
   Posee una baja aunque creciente incidencia, ocupando España una posición intermedia en comparación con el resto de países europeos. No obstante, los pacientes con cáncer diferenciado de tiroides es muy bueno, ya que la mayoría suele curarse tras cirugía y rara vez produce dolor.
   Además, en la actualidad se dispone de un tratamiento farmacológico con yodo radioactivo que es muy efectivo y fácil de tolerar para las formas más comunes de cáncer de tiroides que no se curan con la cirugía.
   Aún con todo, este especialista ha admitido que los cánceres indiferenciados de tiroides "suelen ser muy agresivos y presentar una elevada mortalidad, aunque afortunadamente son pocos los casos".
   Según el endocrino del Clínico de Málaga Jorge García Alemán, aún no hay estudios oficiales de la incidencia de este cáncer en Andalucía, aunque se estima muy similar a la incidencia nacional, que se sitúa en 9 casos por cada 100.000 habitantes.
   Por ello, estos especialistas han aludido al nódulo (bultito) como el signo principal del cáncer de tiroides en la glándula tiroides, puesto que en la mayoría de los casos no se presentan síntomas.
   El endocrino puede descubrir el nódulo durante un examen físico rutinario o el propio paciente puede notarlo en su cuello al palpárselo. "Algunos pacientes con cáncer de tiroides se pueden quejar de dolor en el cuello, la mandíbula o el oído", señala al respecto el doctor Gómez Sáez.
   En cuanto al tratamiento de elección para el cáncer de tiroides diferenciado, han apuntado a la cirugía, que puede acompañarse o no de la posterior administración de yodo radiactivo en función del estadio en que se haya diagnosticado. "El endocrino participa de manera activa en todo el proceso, junto con el cirujano y el médico nuclear".
   Por su parte, el doctor Pablo Moreno, coordinador de la Sección de Cirugía Endocrina de la Asociación Española de Cirujanos, ha aludido a las últimas novedades en el campo de la cirugía endocrina que vienen respaldadas por la evidencia clínica "que respalda la extensión de la realización del vaciamiento ganglionar a aquellos casos en los que no se aprecie afectación aparente, pues cabe la posibilidad de que haya micrometástasis", señala. "Esta medida profiláctica evita futuras recidivas", ha agregado.
   El vaciamiento ganglionar requiere una extremada especialización por parte del cirujano para evitar complicaciones tales como la afectación del nervio recurrente con cambios en la calidad de la voz que produce disfonía, la hemorragia, la lesión de las glándulas paratiroides que condiciona un hipoparatiroidismo y necesidad de tomar calcio de forma transitoria o de por vida.

La mayoria de los roncadores optan por dispositivos mandibulares

El ortodoncista Pedro Mayoral, creador del dispositivo mandibular 'Lirón', ha señalado este viernes en Sevilla, en el marco de la 'XX Reunión Anual de la Sociedad Española del Sueño', que los dispositivos mandibulares "son los más comúnmente utilizados por el 80 por ciento de los pacientes roncadores".

   Durante su ponencia 'Dispositivos de avance mandibular en el tratamiento TRS', este especialista en odontología y trastornos del sueño ha precisado que, tras los dispositivos mandibulares, "le siguen muy de lejos el 18 por ciento de pacientes que se decantan por las mascarillas".
   Para Mayoral los dispositivos de avance mandibular son menos agresivos que otros "como las mascarillas de inyección a presión". De hecho, ha sostenido que alrededor del 40 por ciento de las personas que utilizan la mascarilla acaban dejándola al año de empezar a utilizarla, "debido a su incomodidad".
   Entre los temas a tratar en esta reunión están destacando los trastornos como la apnea del sueño, la narcolepsia, el insomnio, el síndrome de piernas inquietas o la hipersomnias.
   Se estima que dos de cada diez españoles presenta algún trastorno del sueño, un estado de reposo imprescindible para la salud del organismo.

Una prueba sanguínea podría detectar el enfisema en sus fases iniciales

El control de pequeñas partículas en la sangre liberadas por las células que cubren los pulmones podría ayudar a los médicos a diagnosticar el enfisema en sus fases iniciales, según un estudio del Colegio Médico Weill Cornell en Nueva York (Estados Unidos) que se publica en la revista 'Journal of Respiratory and Critical Care Medicine'.

   Las partículas, llamadas micropartículas endoteliales (EMPs) se desprenden durante el proceso de la enfermedad a medida que los pequeños vasos sanguíneos en los pulmones, llamados capilares pulmonares, se dañan y mueren.
   Según explica Ronald Crystal, responsable del trabajo, "este estudio confirmó que los niveles de EMPs están elevados en las muestras de sangre de los fumadores, algo que concuerda con la idea de que el enfisema se asocia, en parte, con la muerte de las células que cubren los capilares pulmonares y sugiere que el desarrollo inicial del enfisema podría controlarse con pruebas sanguíneas que midieran los niveles de EMPs".
   Los investigadores utilizaron dos pruebas pulmonares: la espirometría, que mide la cantidad y velocidad a la que un paciente exhala; y una prueba pulmonar de difusión que mide la capacidad de los pulmones para transferir monóxido de carbono (DLCO). Los pacientes con enfisema inicial suelen tener niveles normales de inhalación y exhalación pero muestran un bajo DLCO.
   En su estudio, los investigadores evaluaron los niveles de EMPs circulantes en una población de pacientes inicial de 92 sujetos, incluyendo a no fumadores sanos, fumadores sanos y con síntomas con un funcionamiento pulmonar normal y fumadores sanos con una espirometría normal pero un bajo DLCO.
   Dado que se sabe que el tabaquismo afecta a los vasos sanguíneos en muchas áreas del cuerpo, los EMPs se evaluaron en relación a una enzima específica que se da principalmente en los vasos pulmonares. Para confirmar sus descubrimientos, se repitió la evaluación en dos grupos que incluían un grupo de 92 pacientes similar a la población inicial de pacientes y un grupo de 15 pacientes con VIH.
   Al evaluar sus resultados, los investigadores descubrieron que tanto los fumadores sintomáticos como los sanos con una espirometría normal y DLCO normal tenían aumentos leves en los niveles de EMP en comparación con los no fumadores sanos y no existía diferencias en los niveles de EMP entre los fumadores sanos y los sintomáticos. En contraste, los fumadores sanos con una espirometría normal pero un bajo DLCO tenían un aumento significativo en los niveles de EMP.
   Crystal destaca que los resultados sugieren que las contribuciones al desarrollo del enfisema basadas en la vasculatura podrían contribuir al desarrollo inicial de la enfermedad y podrían identificar un punto en el tiempo en el que la intervención con la terapia para dejar de fumar podría prevenir la irreversible destrucción pulmonar asociada con el desarrollo de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
   Los autores creen que una prueba sanguínea para controlar los niveles de EMPs podría ofrecer una alternativa a la tomografía computerizada de alta resolución, que se utiliza en la actualidad para identificar el enfisema en sus fases iniciales, con diversos grados de éxito.
   "La evaluación de los niveles de EMP podría proporcionar un método precoz y barato para identificar evidencias iniciales de enfisema, sin la exposición a la radiación asociada con los escáneres de tomografía computerizada toráxicos. Los niveles elevados de EMP podrían ser un marcador biológico útil para identificar a los fumadores con enfisema inicial en una fase en la que la intervención podría evitar una mayor destrucción pulmonar permanente", concluye Crystal.

Un mecanismo de proliferación de las células abre la puerta a nuevas terapias en cáncer

Investigadores del Centro de Regulación Genómica (CRG) de Barcelona han descubierto un mecanismo clave para la división de las células, cuya interrupción podría ser el foco de nuevas terapias contra el cáncer, según publica este jueves en la revista 'Science'.

   El estudio, realizado con levadura, revela que las células utilizan la proteína Aurora B para medir la longitud de sus cromosomas y compactarlos con el fin de que no se corte ningún fragmento durante la división celular, lo que explica que algunas células cancerígenas puedan proliferar cuando tienen cromosomas mutados más largos.

   "Los resultados tienen importantes implicaciones biológicas", ha remarcado el director del trabajo y jefe del grupo de Citoquinesis y Segregación de Cromosomas de CRG, Manuel Mendoza, y ha señalado que encontrar vías para interrumpir este mecanismo en células cancerígenas puede suponer un avance en el tratamiento de la enfermedad.

Las personas obesas con más grasa corporal intermedia no tienen más riesgo cardiovascular

Las personas obesas cuya grasa corporal se encuentra distribuida en las zonas intermedias del cuerpo, lo que se denomina forma de manzana, no tienen un mayor riesgo de ataque cardiaco e ictus que aquellas otras en las que la grasa del cuerpo se distribuye de forma distinta, según un estudio dirigido por la Universidad de Cambridge en Reino Unido. En el trabajo, que se publica en la edición digital de la revista 'The Lancet', han participado 220.00 personas.

   Algunos estudios anteriores han afirmado que las personas con 'obesidad central', evaluada por la tasa de cintura con la circunferencia de cadera o tasa cintura-cadera, tienen tres veces más riesgo de ataque cardiaco que las personas con obesidad general, evaluada por el índice de masa corporal (IMC). Sin embargo, estos estudios anteriores tuvieron importantes limitaciones de diseño.
   El trabajo actual estudió a 220.000 adultos, controlados durante casi una década, de los que 14.000 desarrollaron un ataque cardiaco o ictus durante este periodo de estudio. Los investigadores confirmaron que la obesidad es un importante determinante de la enfermedad cardiovascular pero que el IMC, la circunferencia de cintura y la tasa cintura-cadera tenían un impacto similar sobre el riesgo de posterior ataque cardiaco e ictus.
   Otro de los descubrimientos de este estudio es que el IMC, la circunferencia de cintura y la tasa cintura-cadera, evaluados en solitario o en combinación, no mejoran la predicción de riesgo de enfermedad cardiovascular en las personas de los países desarrollados cuando existe información adicional sobre la presión sanguínea sistólica, los antecedentes de diabetes y de los lípidos.
   Este resultado subraya el valor de las consultas de medicina general para medir los niveles de presión sanguínea y de colesterol en sangre. Los descubrimientos deberían también ayudar a guiar las prácticas médicas en todo el mundo dado que las directrices nacionales e internacionales han proporcionado diferentes recomendaciones sobre el valor de las medidas clínicas de la obesidad para predecir el riesgo de enfermedad cardiovascular en la prevención primaria.
   Los autores concluyen sin embargo, que el principal descubrimiento del estudio no es que disminuya la importancia de la adiposidad como un importante factor modificable de la enfermedad cardiovascular.

El café reduce el riesgo de ictus en las mujeres hasta un 25%

Beber más de una taza de café al día se asocia con entre un 22 y un 25 por ciento menos de riesgo de ictus en comparación con quienes toman menos, según un estudio del Instituto Nacional de Medicina Ambiental del Instituto Karolinska en Estocolmo (Suecia) que se publica en la revista 'Stroke: Journal of the American Heart Association'.

   El consumo bajo o la ausencia de consumo se asociaba con un mayor riesgo de ictus en un estudio de 34.670 mujeres de entre 49 y 83 años que fueron seguidas durante una media de 10,4 años. Los investigadores señalan que aunque es demasiado pronto para cambiar los hábitos de los bebedores de café, el estudio podría reducir las preocupaciones de algunas mujeres.
   Los grupos de mujeres que decían beber entre una y dos tazas diarias, tres o cuatro o más de cinco tazas mostraban beneficios similares en comparación con quienes tomaban menos de una taza diaria al día. Estas diferencias se mantuvieron con independencia del tabaquismo, el índice de masa corporal, los antecedentes de diabetes, hipertensión o consumo de alcohol, lo que sugiere que los efectos del café no están influidos por los factores de riesgo cardiovasculares conocidos.
   Los investigadores recopilaron datos del Grupo de Mamografía Sueco que investigaba la asociación entre la dieta, el estilo de vida y el desarrollo de enfermedades. Los autores reunieron casos de primer ictus ocurrido entre enero de 1998 y diciembre de 2008 mediante su vinculación con las basa de los hospitales suecos hasta documentar un total de 1.680 ictus.
   Según señala Susanna Larsson, responsable del estudio, tras tener en cuenta otras factores de riesgo, el consumo de café se asociaba con un menor riesgo de ictus total, infarto cerebral y hemorragia subaracnoidea. Los números pequeños de hemorragia intracraneal podrían deberse a la carencia de asociación con ese subtipo de ictus. En general, el infarto cerebral se asocia en mayor medida con los factores dietéticos.
   Los cuestionarios de frecuencia alimentaria no realizaban distinciones entre el café descafeinado y el normal pero el consumo de café descafeinado en la población sueca es bajo.
   Larsson señala que las posibles vías por las que el consumo de café podrían reducir el riesgo de ictus incluyen el debilitamiento subclínico de la inflamación, la reducción del estrés oxidativo y la mejora en la sensibilidad a la insulina.
   "Algunas mujeres han evitado consumir café porque pensaban que no era sano. De hecho, existe una creciente evidencia que indica que el consumo moderado de café podría disminuir el riesgo de algunas enfermedades como la diabetes, el cáncer de hígado y posiblemente el ictus", concluye Larsson.

Identifican una diana terapéutica para la artritis reumatoide

Investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York en Estados Unidos han desarrollado una proteína modificada que reduce los síntomas de la artritis reumatoide en ratones. El trabajo, que se publica en 'Science Express', la edición digital de la revista 'Science', apunta a una diana terapéutica para la artritis reumatoide.
 
    La artritis reumatoide conduce a inflamación de las articulaciones y los tejidos circundantes, sobre todo en los mayores. Los investigadores, dirigidos por Changju Liu, identificaron un receptor para el factor de crecimiento progranulina, que se conoce por su papel crítico en una variedad de enfermedades.
   El equipo de Liu utilizó técnicas de detección genética y descubrió que la progranulina se une a moléculas de proteína inflamatorias pequeñas llamadas receptores TNF  Al proporcionar progranulina a los ratones con artritis reumatoide, ésta disminuyó o incluso se bloqueó por completo.
   Luego, los investigadores determinaron qué fragmentos de progranulina eran necesarios para unirse a TNR. Al combinar estos tres fragmentos, los investigadores pudieron desarrollar una forma modificada de progranulina, que denominan Atsttrin, que es más activa que la progranulina natural suprimiendo la artritis.
   No existen datos sobre si Atsttrin funciona igual de bien en los humanos, pero este estudio indica que la progranulina podría ser una diana terapéutica prometedora para la artritis reumatoide.

Identifican un mecanismo molecular que vincula los ritmos circadianos del hígado con la salud global

Investigadores de la Universidad de Pensilvania en Filadelfia (Estados Unidos) han identificado una enzima conocida como histona deacetilasa 3 o HDAC3, que está vinculada a los ritmos circadianos en el hígado de los ratones. Los resultados del estudio, que se publican en la revista 'Science', podrían tener implicaciones en las enfermedades metabólicas humanas.
   Estudios recientes han indicado que la alteración de los ritmos circadianos puede exacerbar las enfermedades metabólicas, incluyendo la obesidad y la diabetes. Los investigadores sugieren que el fallo en la actividad coordinada de la enzima en sus genes diana con la alimentación y la actividad en los roedores podría contribuir a efectos similares sobre la salud.
   Los científicos, dirigidos por Dan Feng, descubrieron que HDAC3 se une a más de 14.000 genes en todo el genoma de los ratones durante el día, cuando los ratones estaban inactivos, pero sólo a alrededor de 100 genes por la noche, cuando los ratones estaban activos y comiendo.
   Según los investigadores, los genes cuyos productos funcionan en el metabolismo del hígado frecuentemente muestran la unión con HDAC3 y la presencia de HDAC3 se asocia con la deacetilación de histonas y menores niveles de transcripción. Los autores señalan que el reclutamiento de la enzima en el hígado está unido a la actividad del receptor nuclear circadiano Rev-erb-alfa y que la eliminación de alguno de ellos del hígado del ratón producía enfermedad de hígado graso en los animales.
   Los descubrimientos sugieren que el patrón de Rev-erb-alfa de reclutamiento de HDAC3 en el hígado proporciona un ritmo circadiano que es necesario para el funcionamiento saludable del hígado.

La depresión podría aumentar el riesgo de desarrollar fallo renal

La depresión se asocia con un mayor riesgo de desarrollar fallo renal en el futuro, según un estudio de la Universidad de Tilburg en los Países Bajos que se publica en la revista 'Clinical Journal of the American Society Nephrology'. Los investigadores estudiaron a 5.785 personas de cuatro condados de Estados Unidos durante 10 años.
   Los participantes tenían 65 años o más y no estaban recibiendo diálisis. Estas personas completaron un cuestionario que medía los síntomas depresivos y una amplia variedad de medidas médicas, incluyendo la tasa de filtración glomerular estimada (Eger) y los factores de riesgo de las enfermedades renal y cardiaca. Los investigadores examinaron si la depresión predecía el inicio de la enfermedad renal u otros problemas médicos en los que los riñones jugaran un papel clave.
   Los resultados mostraron que la depresión coincidía con la presencia de enfermedad renal crónica (ERC) y era un 20 por ciento más común en los individuos con enfermedad renal que en aquellos que no la padecían. El estudio muestra que la depresión predecía un declive rápido posterior en el funcionamiento renal, el inicio de enfermedad renal grave y hospitalizaciones por complicaciones agudas de lesiones renales.
   Según explica Willem Kop, responsable del estudio, "las personas con síntomas depresivos elevados tienen un mayor riesgo de procesos de enfermedad renal graves. Esto se explica parcialmente por otros factores médicos relacionados con la depresión y la enfermedad renal. Pero, la asociación con la depresión fue más fuerte en pacientes que de otra manera estarían sanos en comparación con aquellos que tenían trastornos médicos coexistentes como la diabetes o la enfermedad cardiaca".
   En la actualidad los investigadores están analizando qué factores podrían explicar la asociación con la depresión, que podrían incluir un retraso en la búsqueda de atención médica y falta de comunicación entre pacientes y médicos, así como los procesos biológicos importantes asociados con la depresión, como los sistemas inmune y nervioso.

Los trastornos del sueño afectan a la consolidación de nuevos conocimientos

Los trastornos del sueño afectan a la consolidación de nuevos conocimientos, lo que podría derivar en pérdida de memoria, según destacan los especialistas reunidos en el simposium sobre memoria y sueño de la XX Reunión Anual de la Sociedad Española de Sueño (SES), que se celebra en Sevilla.
   A día de hoy, los expertos han podido averiguar que tras un periodo de sueño se producen cambios cuantitativos y cualitativos en las memorias recién adquiridas, "es lo que conocemos como proceso de consolidación". "Pero también sabemos que si privamos de sueño a una persona, estos cambios o bien no se producen o bien disminuyen considerablemente en magnitud, y lo que es más importante aún, este efecto perdura en el tiempo", detalla la especialista de la SES, Mercedes Atienza.
   De hecho, a la hora de analizar al detalle el papel específico que juega el sueño en la memoria, los somnólogos reconocen que "la teoría que ha recibido más apoyo propone que los procesos que tienen lugar durante el sueño, sobre todo los que afectan a la red neural implicada en la formación de la nueva memoria, son responsables de reactivar en determinadas regiones del cerebro la información adquirida durante la vigilia, para luego transferirla a la corteza cerebral", explica el organizador del simposium, José María Gaztelu.
    La reiteración de estos procesos que ocurren durante la noche, y en las noches siguientes, conduciría a una independencia de las regiones inicialmente implicadas en la adquisición de la memoria, al tiempo que favorecería su integración con otras memorias.
   En palabras de los somnólogos: "se piensa que estos procesos que tienen lugar sobre todo en la primera mitad de la noche, dominada por el sueño de ondas lentas, prepararían el substrato adecuado para que luego, durante la segunda mitad (en la fase de sueño REM) se desarrollen los procesos locales que conducen a la estabilización y fortalecimiento de las conexiones sinápticas que subyacen a los nuevos trazados de memoria".
   Por otro lado, las alteraciones del ritmo vigilia-sueño, típicas en las personas en edad avanzada también provocan déficit de memoria. "De hecho, se piensa que las pérdidas de memoria asociadas a la depresión y a enfermedades neurodegenerativas relacionadas con la edad podrían deberse a una alteración del ritmo circadiano (ciclos de 24 horas)", aclara el especialista en sueño, José Luis Cantero.
    Por ello, en la actualidad, en el laboratorio de Cantero se están llevando a cabo estudios encaminados a determinar los cambios que se producen en los patrones de sueño de personas que tienen un alto riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.
   Sus resultados preliminares sugieren que durante las fases previas al desencadenamiento de la enfermedad, denominadas deterioro cognitivo leve de tipo amnésico, estas personas presentan una disminución significativa del sueño REM, acompañada de una mayor presencia de despertares durante el sueño de ondas lentas.
   Otros estudios recientes apuntan a que las lesiones neuropatológicas que caracterizan a la enfermedad de Alzheimer podrían estar desarrollándose décadas antes de que se manifiesten los primeros signos.
   En concreto, investigaciones realizadas revelan que las personas con alto riesgo de padecer Alzheimer presentan una atrofia selectiva de las neuronas del núcleo basal de Meynert que correlaciona positivamente con una pérdida de la función cognitiva. "Y son estos mismos pacientes con deterioro cognitivo leve los que presentan una disminución significativa del sueño REM", explica Cantero.

La obesidad en forma de "manzana o pera" implica riesgo cardíaco

Una nueva investigación está desafiando la teoría médica previa de que las personas con "forma de manzana" que tienen más grasa alrededor de la cintura corren mayor riesgo de infarto y accidente cerebrovascular que aquellas con "forma de pera", con más grasa en la cadera.
 
Un estudio sobre 220.000 personas publicado el viernes confirmó que ser obeso -es decir tener un índice de masa corporal o IMC de 30 o más- es el principal factor de riesgo cardíaco, aunque reveló que la distribución de la grasa en el cuerpo no tiene impacto sobre ese riesgo.
"Más allá de cómo se mida, ser obeso es malo para el corazón. Este estudio sugiere que medir la cintura no es mejor que calcular el IMC", dijo Mike Knapton, director médico asociado de la entidad benéfica British Heart Foundation (Fundación Británica del Corazón), que financió parcialmente el estudio.
El IMC es ampliamente usado por los investigadores y médicos para determinar los riesgos de salud de una persona. Se calcula dividiendo el peso en kilogramos por la altura en metros al cuadrado. Una persona que mide 165 centímetros es calificada con sobrepeso con 68 kilos, cuando su IMC alcanza los 25 puntos y llega a la obesidad a los 82 kilos.
Según los investigadores, que publicaron sus hallazgos en la revista médica The Lancet, estudios previos sugirieron que las personas con "obesidad central" -descrita como "forma de manzana"- corren un riesgo tres veces mayor de ataque cardíaco que aquellas con obesidad general según una medida del IMC.
Sin embargo, otros expertos cuestionaron esos hallazgos, por lo que un amplio grupo de científicos internacionales intentó aclarar el tema.
Los resultados de este consorcio internacional de científicos sugieren que mientras que controlar el peso y los niveles de grasa sería importante para tratar de hacer que las personas cambien su estilo de vida, los mejores vaticinadores de riesgo cardíaco futuro son las medidas de la presión arterial, el colesterol y los antecedentes de diabetes.
El estudio publicado en The Lancet incluyó datos de peso, cadera, cintura, presión sanguínea, colesterol y otros puntos clave de más de 220.000 adultos, los cuales no tenían antecedentes previos de enfermedad cardíaca. Se los siguió durante una década.
En ese lapso de tiempo, alrededor de 14.000 sufrieron infartos o accidentes cerebrovasculares (ACV).
John Danesh, de la Universidad de Cambridge en Reino Unido, que fue uno de los casi 200 científicos de 17 países que trabajaron en el estudio, dijo que los hallazgos mostraron "básicamente que todos los tipos de obesidad son igualmente malos" cuando se trata de la salud cardíaca.
Danesh señaló que los resultados deberían ayudar a guiar la práctica médica en todo el mundo, dado que actualmente las directrices nacionales e internacionales brindan diferentes recomendaciones sobre el valor de valorar los niveles de obesidad para predecir el riesgo cardíaco en el futuro.
La obesidad se volvió una epidemia mundial. Más de 500 millones de personas, o uno de cada 10 adultos de todo el mundo, es considerado actualmente obeso, es decir más del doble que en 1980.
Las enfermedades cardiovasculares -que pueden generar ataques cardíacos, ACV y otros episodios fatales- son la principal causa de muerte a nivel mundial, con 17,1 millón de muertes anuales, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

EEUU tiene ya casi 12 millones de supervivientes de cáncer

Casi 12 millones de personas en Estados Unidos son supervivientes de cáncer, cerca de cuatro veces más que hace 40 años, lo que refleja los grandes avances en la detección y el tratamiento de la enfermedad y el efecto del envejecimiento de la población, dijeron las autoridades. 

Pero muchos de los supervivientes deben lidiar con efectos secundarios causados por los tratamientos de por vida, según las cifras publicadas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por su sigla en inglés) y el Instituto Nacional del Cáncer.
Los investigadores hallaron que en 2007 había 11,7 millones de supervivientes de cáncer, desde los 9,8 millones en 2001 y 3 millones en 1971.
"Es una buena noticia que tantos estén sobreviviendo al cáncer y teniendo vidas largas, productivas y saludables", dijo el director de los CDC, doctor Thomas Frieden, en un comunicado.
"Prevenir el cáncer y detectarlo de forma temprana siguen siendo críticamente importantes ya que algunos cánceres pueden ser evitados o encontrados a tiempo como para tratarlos efectivamente", agregó.
Los investigadores de los CDC estiman que de los 11,7 millones de supervivientes del cáncer que estaban vivos el 1 de enero de 2007, 7 millones tenían 65 años o más.
Casi el 13 por ciento de los 307 millones de personas que vivían en Estados Unidos en 2009 tenían más de 65 años, de acuerdo al Centro de Estadísticas del país. Las personas mayores son más susceptibles al cáncer.
Del total de supervivientes, poco más de la mitad, el 54 por ciento, eran mujeres. Las que vencieron al cáncer de mama representaban el mayor número (22 por ciento), seguidas de los hombres que sobrevivieron al cáncer de próstata (19 por ciento) y los que superaron el cáncer colorrectal (10 por ciento).
Las estimaciones no incluyeron a los cánceres de piel que no sean del tipo melanoma debido a que raramente causan la muerte.
Pero sobrevivir al cáncer es apenas el primer paso y los médicos y expertos en salud pública deben centrarse en las necesidades especiales de los supervivientes de la enfermedad, dijeron especialistas.
Varios estudios sugieren que las personas que superan el cáncer son más propensas a sufrir diabetes y problemas en el corazón y los riñones.
"Desafortunadamente para muchos supervivientes al cáncer y las personas que los rodean, el efecto del cáncer no termina con el último tratamiento", dijo Julia Rowland, directora de la Oficina de Supervivencia del Cáncer del Instituto Nacional del Cáncer, que forma parte de los Institutos Nacionales de Salud.
La Sociedad Estadounidense del Cáncer estima que en 2010 se detectaron 1,5 millones de nuevos cánceres y se registraron 569.490 muertes por la enfermedad.
El informe completo se puede ver en http://www.cdc.gov/mmwr/.