jueves, 23 de febrero de 2012

Describen los ritmos cardiacos que conducen a la muerte súbita

La muerte cardiaca súbita -la parada catastrófica e inesperada del corazón- tiene más probabilidades de ocurrir temprano por la mañana, o bien entrada la noche. En un informe publicado en la revista 'Nature', un consorcio internacional de investigadores de diferentes centros -entre los que se encuentran la Universidad Case Western Reserve, en Cleveland, y el Colegio Baylor de Medicina (CBM)- ha explicado la relación molecular entre el reloj circadiano y los ritmos cardiacos mortales que conducen a la muerte súbita. 

   La descripción comienza con un controlador del reloj circadiano - un factor 15 similar a Krüppel (Klf15)- que ha sido el objetivo, a largo plazo, del laboratorio del doctor Mukesh Jain, de la Case Western, según explica el doctor Xander Wehrens, profesor de Fisiología y Biofísica Molecular y Cardiología en el CBM. Klf15, a su vez, controla el nivel de una proteína (KChIP2),  que interactúa con el canal de potasio -que afecta a la forma en que el potasio fluye hacia el exterior de las células del músculo cardíaco, llamadas miocitos cardíacos.
   Debido a que el nivel de esta proteína KChIP2 fluctúa durante el ciclo circadiano diario, puede cambiar el tamaño de la corriente de potasio en los miocitos cardíacos -los cambios en esta subunidad Klf15 pueden afectar a la corriente de potasio que regula la repolarización del miocito cardíaco. En general, este proceso puede acortar o alargar el tiempo en el que el músculo del corazón tiene que vaciar la cámara de bombeo cardiaco (ventrículo). Este intervalo de tiempo para la repolarización es crítico, demasiado o muy poco tiempo, puede causar ritmos cardíacos anormales, llamados arritmias. A medida que el corazón pierde la regularidad de los latidos, éste no puede bombear sangre eficientemente.
   Los estudios sobre ratones que carecían de Klf15, y ratones con un cambio genético que les hizo tener más Klf15 de lo normal, aumentó el riesgo de arritmias mortales. Según Wehrens, "este el primer ejemplo de un mecanismo molecular para el cambio circadiano en la susceptibilidad a las arritmias cardíacas. Con escaso, o demasiado Klf15, los ratones experimentaban un riesgo para el desarrollo de arritmias".
   Debido a que Klf15 está regulado por el reloj circadiano, la tasa de flujo a través del canal de potasio sube y baja y, si se estropea, puede dar lugar a un cambio que produce uno de los dos problemas cardíacos conocidos vinculados a la muerte súbita -el síndrome QT largo o el síndrome QT corto (QT se refiere a un intervalo de medida a partir de un electrocardiograma o ECG, que corresponde al tiempo de recuperación eléctrica del corazón).

Una de cada cuatro mujeres en edad menopáusica requiere tratamiento

Una de cada cuatro mujeres en edad menopáusica requiere de tratamiento, si bien menos del cuatro por ciento sigue una terapia hormonal, según han expuesto este miércoles diversos especialistas reunidos en el 'II Curso de Climaterio y Menopausia', que se ha celebrado en Granada, en el que han detallado que alrededor de un millón y medio de andaluzas tiene más de 50 años, la edad en la que suele aparecer la menopausia.

   El coordinador de este curso, Nicolás Mendoza, quien además es miembro de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), ha recordado que con la menopausia "llegan trastornos y patologías asociadas, como la osteoporosis, problemas cardiovasculares, incontinencia urinaria o sofocos".
   De hecho, ha recalcado que una de cada cuatro mujeres necesita ayuda terapéutica para afrontar esta etapa con calidad de vida y tratar todos los problemas de salud asociados al climaterio, aunque ha apuntado a la "falta de información" como la principal causa de que "sólo un cuatro por ciento de estas mujeres siga una terapia hormonal".
   Ha sostenido que la terapia hormonal alivia los síntomas vasomotores y favorece una acción preventiva de la osteoporosis. "Es importante trasladar a las pacientes las opciones terapéuticas de las que disponen para garantizarles una buena calidad de vida, y para ello es fundamental la coordinación entre ginecólogos, endocrinos, urólogos y médicos de atención primaria para que la mujer reciba una atención integral durante el climaterio", ha ahondado.
   Por su parte, el presidente de la AEEM, el doctor Rafael Sánchez Borrego, se ha referido a la necesidad de actualizar varios protocolos de tratamiento en la atención sanitaria que recibe la mujer "para que podamos aplicarlos de manera individualizada a cada paciente".
   Se trata, ha prosguido, "de fomentar la coordinación y formación de los especialistas implicados en el tratamiento de los posibles trastornos que pueden presentarse en la mujer madura y promover el conocimiento de la mujer en esa etapa de su vida".
   Según la AEEM, la creencia de que las terapias hormonales son perjudiciales para la salud ha sido la razón fundamental por la que sólo el cuatro por ciento% de las mujeres españolas opte por comenzar un tratamiento, si bien estos expertos insisten en que aplicándose en la dosis adecuada, el tiempo necesario y bajo control médico, no existe ningún problema.
   "En cualquier caso, debemos cubrir las necesidades de la mujer en cada momento y etapa del climaterio, reevaluando sus necesidades de forma conjunta con cada paciente y enfocando cualquier acción a aportar bienestar a su vida", ha señalado al respecto.
   Para llegar a la madurez con calidad de vida, los especialistas destacan también la importancia de poner en práctica la medicina preventiva.
   "Desde el momento en que la mujer empieza a tener desarreglos menstruales debe continuar con los hábitos de vida saludables recomendados para cualquier otra persona o adoptarlos si no los tenía anteriormente. Así, se debe realizar ejercicio físico de forma continuada, dejar hábitos como fumar o el consumo excesivo de bebidas alcohólicas y tener una alimentación equilibrada y rica en alimentos con calcio", ha concluido.

La endometriosis aumenta el riesgo de desarrollar tres tipos de cáncer de ovario

Las mujeres con endometriosis tienen un riesgo significativamente mayor de padecer hasta tres tipos específicos de cáncer de ovario --el de células claras, el endometrioide y el seroso de bajo grado--, según un estudio de la University of Southern California, en Los Ángeles, que publica en su último número la revista 'The Lancet Oncology'.

   Aunque varios estudios habían sugerido que la endometriosis, trastorno ginecológico que afecta a aproximadamente al 10 por ciento de las mujeres en edad reproductiva, podría estar asociado con un mayor riesgo de desarrollar cáncer de ovario epitelial (el más frecuente y mortal de estos tumores), esta investigación ha confirmado su relación con otros subtipos específicos.
   El hallazgo se basó en un análisis combinado de 13 estudios con datos de más de 23.000 mujeres, de las que 7.911 desarrollaron un cáncer de ovario invasivo y otras 1.907 tumores periféricos.
   Tras analizar estos datos, los investigadores estimaron que la endometriosis está relacionada con una probabilidad tres veces superior de desarrollar cánceres de células claras de ovario, y se asocia con un el doble de riesgo de desarrollar tumores endometrioides.
   Asimismo, el estudio también ha revelado por primera vez una asociación entre la endometriosis y el subtipo seroso de bajo grado, que se traduce en aumento del riesgo de más del doble en aquellas mujeres con antecedentes familiares de esta enfermedad ginecológica.
   En cambio, añaden las autoras, no se encontró ninguna relación entre la endometriosis y otros tumores ováricos, como los serosos de alto grado, el mucinoso, el seroso 'borderline', o los mucinosos 'borderline'.
   "Este hallazgo podría conllevar una mejor identificación de las mujeres con mayor riesgo de cáncer de ovario, y podría servir de base para controlar un incremento de casos, permitiendo una mejor individualización de la prevención y la detección precoz", ha explicado Celeste Leigh Pearce, autora principal del estudio.
   No obstante, esta experta y su equipo reconocen que, pese a esta asociación, la mayoría de las mujeres con endometriosis no desarrollan cáncer de ovario.

El miedo a quedarse en paro acaba afectando negativamente al rendimiento de los trabajadores

Una investigación de la Facultad de Psicología de la Universidad de Valencia muestra como la inseguridad laboral y el temor de muchos trabajadores por quedarse sin empleo acaba afectando negativamente a su rendimiento profesional, ya que genera insatisfacción y falta de compromiso en su trabajo.

   Así se desprende de los resultados publicados en la última edición de la revista 'The Spanish Journal of Psychology', que también revelan que las consecuencias de dicha inseguridad son distintas según el grupo ocupacional al que se pertenezca.
   La investigación se basó en una encuesta a 321 trabajadores, de los que el 51,4 por ciento trabajaba en hospitales, el 25,7 por ciento desempeñaba labores en supermercados y compañías de distribución comercial y el 22,9 por ciento eran empleados de empresas de trabajo temporal (ETTs).
   La edad media de los encuestados fue de 32 años y, de ellos, el 66 por ciento disponía un contrato permanente y sólo el 34 por ciento tenían otros contratos, por ejemplo, temporales.
   De este modo, observaron que la sensación de que se va a perder el puesto de trabajo empeora los niveles de satisfacción sobre otros aspectos de la vida, como la familia, la salud, la situación económica y el balance entre trabajo y tiempo libre.
   Además, y según explica Amparo Caballer, coautora del estudio, en declaraciones al Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC), recogidas por Europa Press, a medida que aumenta el temor al desempleo, mayor es el nivel de inseguridad laboral. "Las personas están menos satisfechas con su vida personal, laboral, familiar y están menos comprometidas con su trabajo".
   En el estudio, Caballer y su equipo también consiguieron distinguir tres grupos de trabajadores a los que denominaron de 'cuello azul', de 'cuello blanco' y 'profesionales'.
   En el primer grupo se enmarcan las personas con un puesto que no necesita una alta cualificación, como reponedores de supermercado o celadores de hospital; al segundo grupo pertenecen los trabajadores de oficina, administrativos, dependientes y cajeros de supermercado; y el grupo de los 'profesionales' lo componen médicos, ingenieros y enfermeras.
   De este modo, observaron que cuando existe incertidumbre sobre el empleo, los trabajadores de cuello azul "tienen menos satisfacción vital y rinden menos y peor que el resto de los grupos estudiados", explica Caballer.
   Por su parte, ante la inestabilidad, los trabajadores de cuello blanco son los que muestran más insatisfacción laboral.
   A la vista de los resultados del estudio, los autores concluyen que "no todos los empleados reaccionan a la inseguridad de la misma forma". Algunos grupos son más propensos a reaccionar de más negativamente a la percepción de inseguridad en el empleo, de ahí que aconsejen no tratar el problema de la misma manera en los diferentes grupos de una empresa.

Investigadores españoles hallan biomarcadores claves para controlar el Chagas

Científicos de la Red de Investigación en Enfermedades Tropicales (RICET) del Instituto de Salud Carlos III han descubierto biomarcadores claves para controlar la Enfermedad de Chagas. En concreto, permiten averiguar si el tratamiento está funcionando y detectar posibles recaídas. Los hallazgos han sido publicados en las revistas científicas 'BMC Infectious Diseases' y 'Clinical and Vaccine Inmunology'.

   La enfermedad de Chagas afecta a más de 10 millones de personas en todo el mundo y a cerca de 30.000 en España, donde han aumentado los casos en las últimas décadas por la llegada de inmigrantes procedentes de áreas endémicas, pues las mujeres gestantes de estas poblaciones son la principal fuente de su posible transmisión.
    Esta patología tiene una primera fase aguda, con síntomas similares a los de una gripe. Si el Chagas no se trata en esta primera fase, los pacientes pasan durante 20 ó 30 años por una fase crónica indeterminada, en la que entre el 20 y el 30 por ciento de los pacientes desarrollan alteraciones cardiacas; un 10 por ciento problemas digestivos o ambas y, en menor porcentaje, una forma neurológica. En la fase indeterminada, el parásito se reproduce y causa daños en el organismo.
    Hasta ahora no existían marcadores que indicaran cómo estaban siendo afectados los tejidos durante los 20 a 30 años en los que la enfermedad es asintomática. Tampoco se podía saber cómo evolucionaba el Chagas, ya que la velocidad a la que progresa depende de la capacidad de respuesta del sistema inmunológico de cada persona frente a la actividad del parásito.
   Cuando se diagnostica Chagas a un paciente, el primer problema que se le plantea al médico es si tratarlo o no tratarlo, porque no saben hasta qué grado está afectada por la enfermedad. Además tampoco se sabe si los tejidos de la persona están siendo afectados o el parásito se encuentra latente, pero si causar daños.
   Los fármacos para el Chagas son tóxicos --producen hipersensibilidades y alergias, entre otros problemas-- y hasta ahora tampoco existían marcadores que pudieran indicar al médico qué hacer en cada caso concreto.
   Además, una vez puesto el tratamiento, tampoco existían marcadores para que los médicos conocieran si el tratamiento estaba resultando eficaz o no. La serología, o prueba que permite comprobar la presencia de anticuerpos específicos de Chagas en sangre, tarda en cambiar y no se modifica por estar recibiendo tratamiento. Esto significa que los afectados de Chagas hasta ahora podían estar recibiendo tratamientos durante años sin que el médico supiera si se estaban curando o no.
   Otro de los aspectos desconocidos hasta ahora por los médicos era si los pacientes realmente tomaban la medicación. Los indicadores descubiertos han hecho aflorar casos en que no se estaba realizando el cumplimiento terapéutico.
   Los investigadores de la RICET han hallado unos biomarcadores que permiten identificar la caída de anticuerpos cuando el tratamiento está o no resultando eficaz. Con este sistema saben, primero si está tomando o no el tratamiento y segundo, si está en vía o no de curación. Además, el biomarcador detecta posibles recaídas de la enfermedad.
   Los biomarcadores descubiertos tendrán una fácil aplicación práctica a los pacientes. Bastará una técnica serológica no convencional de sencilla realización y coste no elevado, basada en la determinación del nivel de anticuerpos existente en el suero de los pacientes de Chagas. Para ello será necesaria la participación de una empresa dispuesta a desarrollar el 'kit' de medición y a distribuirlo en el sistema sanitario español, según destacan desde el Instituto de Salud Carlos III.
   En 1998, la Organización Mundial de la Salud (OMS) fijo 2010 como año para la eliminación de la transmisión de Chagas. Sin embargo, según el doctor Agustín Benito Llanes, coordinador de la RICET y director del Centro Nacional de Medicina Tropical --dependientes del Instituto de Salud Carlos III--, "esto no se ha producido entre otras cosas por una falta de inversión económica".
   "Es necesario invertir en I+D de la enfermedad de Chagas, no solo en los países endémicos sino también en España, porque suponen muchos pacientes y una sobrecarga para el sistema sanitario. Haciendo un tratamiento adecuado, correctamente seguido y aplicado solo a quien lo necesita, entre 5.000 y 10.000 personas se evitarán por ejemplo tener alteraciones cardíacas que van a terminar necesitando entre otras cosas más de 1.000 marcapasos", concluye.

Una fuerte "barrera" intestinal podría prevenir el cáncer en el resto del cuerpo

Un equipo de investigadores, de la Universidad Thomas Jefferson, ha observado que el silenciamiento de los receptores hormonales debilita la barrera intestinal, haciendo que el cuerpo sea más susceptible al cáncer. El estudio sugiere que la permeabilidad intestinal puede ser la raíz de algunos tipos de cáncer, que se forman en el resto del cuerpo, según han publicado los expertos en 'PLoS ONE'.

   Parece ser que el receptor de la hormona guanilato ciclasa C (GC-C) -un supresor de tumores, identificado previamente, que se encuentra en el tracto intestinal- desempeña un papel clave en el fortalecimiento de la barrera intestinal, que ayuda a separar el intestino del resto del cuerpo y, posiblemente, mantiene a raya el cáncer. Sin el receptor, la barrera se debilita.
   El equipo, dirigido por el doctor Scott Waldman, director del Departamento de Farmacología y Terapéutica Experimental en Jefferson, y director del Programa de Cáncer Gastrointestinal en el Centro Kimmel del Cáncer, descubrió, en un estudio pre-clínico, que el silenciamiento de la GC-C en ratones comprometía la integridad de la barrera intestinal.
   Este silenciamiento permitió que se produjera la inflamación, y que los agentes causantes del cáncer se filtraran hacia el cuerpo, dañando el ADN y favoreciendo la formación de cáncer fuera del intestino, incluyendo el hígado, el pulmón y los ganglios linfáticos. Por el contrario, la estimulación de la GC-C, en los intestinos de los ratones, reforzó la barrera intestinal, logrando que ésta hiciera frente a estos cambios patológicos.
   Una barrera intestinal debilitada se ha relacionado con muchas enfermedades, como la enfermedad inflamatoria intestinal, el asma y las alergias a los alimentos, pero este estudio ofrece nueva evidencia de que la GC-C juega un papel importante en la integridad del intestino. Su fortalecimiento, afirman los investigadores, podría proteger a las personas contra la inflamación y el cáncer en el resto del cuerpo.
"Si la barrera intestinal se rompe, se convierte en un portal para que elementos del mundo exterior se filtren en el interior", explica Waldman, "cuando estos mundos chocan, pueden ocasionarse muchas enfermedades, como la inflamación y el cáncer". El doctor Waldman y su  equipo ya habían demostrado, previamente, el  papel de la GC-C como supresor tumoral, y como marcador biológico para revelar metástasis ocultas en los ganglios linfáticos.
Un nuevo medicamento que contiene GC-C está a punto de salir al mercado, sin embargo, su propósito será el de tratar el estreñimiento. Este estudio ayudará a preparar el terreno, según Waldman, a futuros estudios pre-clínicos y clínicos que investiguen otras capacidades del GC-C en los seres humanos, incluida la prevención y el tratamiento de la enfermedad inflamatoria intestinal, y el cáncer.

La mujer, más propensa al ataque cardíaco sin dolor en el pecho

Las mujeres, especialmente las jóvenes, son más propensas que los hombres a acudir a los hospitales sin dolor o malestar en el pecho tras sufrir un ataque cardíaco, y también tienen más probabilidad de morir por esta dolencia que los hombres de su misma edad, según un estudio estadounidense.

La falta de síntomas puede ser resultado de una atención médica tardía y de diferencias en el tratamiento, dijeron los investigadores, cuyos hallazgos fueron publicados en el Journal of the American Medical Association.
"Es posible que ni siquiera sepan que están sufriendo un ataque cardíaco", declaró John Canto, de la Watson Clinic en Lakeland (Florida), y quien trabajó en el trabajo.
El investigador destacó que aunque los resultados están basados en un estudio de más de un millón de pacientes que sufrieron ataques de corazón, éstos aún son preliminares.
Sin embargo, agregó que desafían la noción de que el malestar y el dolor en el pecho deberían ser considerados los "síntomas clave" para todos los pacientes con ataques cardíacos.
"Si nuestros resultados de hecho son ciertos, yo argumentaría que en lugar del mensaje que apunta a que el síntoma agrupa todos los casos, consideremos ese mensaje para decir también que las mujeres menores de 55 años tienen mayor riesgo de presentar síntomas atípicos", dijo.
Tales "síntomas atípicos" pueden incluir problemas para respirar o dolor en zonas como la mandíbula, el cuello, los brazos, la espalda y el estómago.
Canto y sus colegas analizaron antecedentes médicos en una base de datos nacional de pacientes con ataques cardíacos entre 1994 y 2006, incluyendo alrededor de 1,1 millones de personas tratadas en cerca de 2.000 hospitales.
Los investigadores hallaron que el 31 por ciento de los pacientes hombres y el 42 por ciento de las mujeres no presentó dolor o malestar en el pecho.
La probabilidad de esta clase de "síntomas atípicos" difiere más entre mujeres y hombres jóvenes, dijeron los investigadores.
Las mujeres también tienden a ser mayores que los hombres cuando sufren su primer ataque cardíaco. En este estudio, el promedio de diferencia de edad fue de siete años.
Las mujeres menores de 45 años tenían un 30 por ciento más de probabilidad que los hombres de su mismo grupo de edad de sufrir un ataque sin presentar dolor en el pecho. La cifra cayó a un 25 por ciento para edades de entre 45 y 65, y la diferencia desapareció después de los 75 años.
Un patrón similar fue visto en la probabilidad de muerte por ataque cardíaco, aunque con diferencias menores entre los géneros.
Al menos una parte de aquella diferencia podría deberse a la falta de acción de pacientes y doctores cuando los síntomas son inusuales, dijo Patrick O''Malley, internista del Uniformed Services University of the Health Sciences en Bethesda, Maryland.
"No tendemos a pensar en un ataque al corazón en mujeres jóvenes si no presentan dolor en el pecho (...) y por lo tanto no somos tan agresivos. Eso retrasa el tratamiento", dijo el médico, quien no participó en el estudio.

Los bebés de las madres que toman cafeína pueden padecer insomnio e irritabilidad

Los bebés no son capaces de metabolizar y eliminar la cafeína como un adulto, por lo que la ingesta de esta sustancia por parte de la madre que amamanta a su hijo puede provocar que experimente síntomas como insomnio e irritabilidad, según la publicación 'Caffeine Research'.

"Normalmente una madre, especialmente si está amamantando, debe limitar su consumo de cafeína", advierte la doctora Ruth Lawrence, del Departamento de Pediatría de la Universidad Rochester School de Estados Unidos, quien insiste en que, después de dar a luz, las madres "deberían consumir todo tipo de alimentos pero con moderación".
El bebé que es amamantado por la madre, que consume cafeína mediante la ingesta de café, té, chocolate, bebidas deportivas y ciertos medicamentos, acumula esta sustancia en su organismo, por lo que se produce este tipo de reacciones.

Cuatro tazas diarias de café mejora el rendimiento cognitivo

Cuatro tazas diarias de café o el equivalente a 400 miligramos de cafeína aumenta la velocidad de respuesta, la precisión, y hace que la persona cometa menos errores, afirma Ana Adán, profesora del Instituto de Investigación en Cerebro, Cognición y Conducta de la Universidad de Barcelona, quien asegura que su ingesta también previene la aparición del Alzheimer.

   La experta ha realizado estas afirmaciones después de realizar un trabajo, impulsado por el Centro de Información Café y salud (CICLOS), consistente en la revisión de los estudios científicos más relevantes sobre esta materia.
   Así, explica que la cafeína ayuda a vencer la somnolencia y a mejorar el rendimiento cognitivo, especialmente cuando la persona está fatigada o tiene falta de sueño. En sus palabras, la persona que ingiere esta sustancia procesa mejor la información y mejora su ánimo subjetivo. En definitiva, se siente "más eficiente, vigoroso y motivados por el trabajo", precisa.
   No obstante, recuerda que para mantener un "buen estado de alerta" es "imprescindible" haber dormido las horas necesarias, "pero cuando este descanso no se produce, ciertas sustancias como la cafeína, pueden ayudar a mejorar el estado de vigilia siempre y cuando se utilice de forma responsable".
   En este sentido, asegura que 400 miligramos de cafeína es "una dosis responsable que no genera riesgos para la salud" y que su ingesta está indicada para apnea prematura, somnolencia, fatiga y agotamiento.
   La investigadora subraya las propiedades antioxidantes de la cafeína "que neutralizan a los radicales libres" y que, por tanto, actúan contra el envejecimiento, el cáncer de faringe y esófago, y la demencia. No obstante, puntualiza que este fenómeno se produce "si alguien tiene el hábito, pero que si se tienen los síntomas no vas a obtener beneficios".
   En contraposición, Adán advierte de que una dosis superior a 400 miligramos es una "cantidad abusiva" y que, en personas de riesgo, puede provocar taquicardias o insomnio, y empeora el tiempo y la calidad del sueño.
   Asimismo, su consumo está contraindicado en mujeres embarazadas, que no pueden excederse de los 600 miligramos, "ya que aumenta el riesgo de aborto". Tampoco, en personas que padezcan alteraciones cardiovasculares o gastrointestinales, insomnio, insuficiencia hepática o trastornos de ansiedad. Su ingesta tampoco está recomendada en niños menores de 12 años y personas que padezcan insuficiencia renal.
   Por otro lado, Adán reconoce que la combinación ideal es la de cafeína y glucosa, por lo que recomienda la ingesta de esta sustancia con bajas dosis de glucosa --menos de 25 gramos--, especialmente en adultos jóvenes, ya que una ingesta excesiva de azúcar predispone a desarrollar obesidad y síndrome metabólico.
   Además, la ingesta de café supone una hidratación añadida, "fundamental para el correcto rendimiento del cerebro", precisa la experta. "En estados de fatiga, tomar un café, que además de agua contiene cafeína puede ser una buena alternativa y una estrategia eficaz para aumentar el rendimiento", argumenta.
   Por último, esta experta explica que, una vez producida la ingesta de cafeína, a los 30-45 minutos esta sustancia llega a la sangre y se producen las reacciones, que suelen durar entre tres y seis horas. Precisa además que su metabolización y expulsión varía en función de la edad. "La gente mayor tarda más que la joven", concluye.