lunes, 7 de mayo de 2012

Las enfermedades recesivas se pueden heredar de un solo progenitor

  Investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid han descrito tres casos de disomía uniparental -herencia de dos copias de un cromosoma exclusivamente de un progenitor- en pacientes con enfermedades metabólicas de herencia recesiva. Este hallazgo pone de manifiesto que la frecuencia de estos casos puede ser mayor de lo estimado. 

   Las enfermedades metabólicas hereditarias afectan la estructura o función de enzimas, de receptores o de transportadores implicados en el metabolismo. Son consideradas enfermedades raras por su baja prevalencia. Se heredan mayoritariamente de manera recesiva, y tras identificar las mutaciones en el paciente, se confirma la herencia en los padres.
   Los investigadores destacan que el trabajo, publicado en Molecular 'Genetics and Metabolism', pone de manifiesto la importancia de analizar a los padres para completar el diagnóstico genético de los pacientes y la utilidad de los análisis de 'chips' de ADN para detectar disomías uniparentales y otros tipos de reordenamientos del genoma como grandes deleciones.
   "La frecuencia de estos reordenamientos, aunque presumiblemente baja, puede ser mayor de lo estimado ya que estos análisis no se realizan rutinariamente", advierten.
   El hallazgo se realizó tras identificar tres pacientes afectados con diferentes tipos de  estas enfermedades (acidemia propiónica, homocistinuria y un defecto congénito de glicosilación) que portaban una mutación en homocigosis en el correspondiente gen. Sin embargo, uno de los padres no era portador de la mutación.
   Tras excluir la no-paternidad, el genoma de los pacientes se analizó mediante un 'chip' de ADN para caracterizar los polimorfismos de un solo nucleótido a lo largo de todo el genoma. Se observó que en cada paciente había una región o segmento del cromosoma donde se había perdido la heterocigosidad, justo donde se localizaba el gen responsable de enfermedad.
   Los análisis se completaron estudiando otro tipo de polimorfismos, en este caso microsatélites, en las muestras de los pacientes y de los padres. Los datos confirmaron que los pacientes tenían dos copias de segmentos de los cromosomas heredados exclusivamente del padre o de la madre: el que portaba la mutación en cada caso.
   De esta manera la mutación aparece en ambas copias y se produce la enfermedad. Además de este tipo de casos, "reportados con poca frecuencia", la disomía uniparental puede dar lugar a enfermedad cuando los cromosomas implicados contienen genes cuya expresión se encuentra regulada por la impronta genética (sólo el alelo materno o paterno se expresa como consecuencia de marcas epigenéticas), como es el caso de los síndromes de Prader-Willi y de Angelman.
   El estudio fue llevado a cabo por investigadores del Centro de Diagnóstico de Enfermedades Moleculares (CEDEM) y del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa en la Universidad Autónoma de Madrid, de forma colaborativo con el Hospital La Paz y bajo la dirección de la doctora Lourdes Ruiz Desviat.

Test de simulación de altura: ¿Puedo trabajar hasta los 3000 metros?

En ambientes de altura la cantidad de oxígeno disponible es menor que a nivel del mar. Aunque el cuerpo humano es capaz de adecuarse a estos niveles, algunas patologías impiden una oxigenación adecuada, sobre todo si es necesario establecerse en lugares geográficamente altos.

Con este examen de simulación de altura entre 2500 y 3000 mts. se pesquisa a quienes, dado una falencia cardiovascular o respiratoria, no puede estar a estas altitudes sin un suplemento extra de oxígeno, por lo que es previsiblemente riesgoso para su salud realizar actividades sin las debidas precauciones.

"El test mide cuál será el nivel de presión y saturación de este gas que tendrá una persona en su sangre arterial, particularmente  en un vuelo comercial estándar, dado que la altura de cabina en un vuelo presurizado es del orden de hasta tres mil metros sobre el nivel del mar. También simula la actividad metabólica a esas altitudes", explica el doctor Rodrigo Soto Figueroa, médico broncopulmonar de Clínica Alemana, de Santiago de Chile.

La prueba simula la presión ambiental de oxígeno mediante una máscara de Venturi al 40%, alimentada con nitrógeno, lo que genera un porcentaje de oxígeno entre 15 y 16% (el aire  tiene 21%). Esto origina una presión del gas similar a la de una altitud de tres mil metros.

Manteniendo esas condiciones, se hace una medición no invasiva de saturación de oxígeno en la sangre y un monitoreo de actividad electrocardiográfica en reposo. Luego, y siempre bajo la misma mezcla gaseosa, se repiten las mediciones con la persona caminando a tres km/hr. en una "correa sin fin", lo cual equivale a una caminata a paso tranquilo. Así se mide cómo reaccionará en altura.

El examen dura 15 minutos y el resultado se entrega en menos de una hora. Sus requisitos son la firma del consentimiento informado y saber que sólo se puede testear la actividad hasta tres mil metros.

Esta evaluación sirve especialmente, para quienes realicen viajes en aviones comerciales y también puede servir para algunos requisitos laborales correspondientes a la altitud mencionada y, asimismo, puede simular la tolerancia esperada para resistir escalas en ciertos aeropuertos, como los de Ciudad de México, Bogotá o La Paz y estadías en centros turísticos altos.

Tienen más necesidad de hacérselo personas con enfermedad pulmonar crónica (EPOC), insuficiencias cardiaca y respiratoria en general, y quienes tienen secuelas crónicas cardiorrespiratorias. Además, se aconseja para quienes tienen anemia o deterioro neurológico.

“Las personas que requieren pruebas a mayores alturas, necesarias para trabajar a más de cuatro mil metros deben realizarse una completa evaluación clínica, y eventualmente un examen con una técnica distinta, como una cámara hipobárica (de baja presión), ya que estas personas  tendrán inevitablemente hipoxia y su evaluación busca establecer si el riesgo de salud para ese trabajador será el riesgo estándar derivado de hipoxia de altura o estará aumentado por factores de la salud del paciente, como apnea del sueño o las condiciones mencionadas anteriormente”, agrega el doctor Soto.

Los resfriados, generalmente, no producen mayor temperatura, la gripe sí

El resfriado es una enfermedad aguda, de origen viral, que afecta las mucosas respiratorias, principalmente, la nasal, y genera un cuadro autolimitado de tres a cinco días. Las causas más comunes son el rinovirus, coronavirus, virus respiratorio sincicial (VRS) y adenovirus.

La gripe, en tanto, es una patología respiratoria contagiosa, causada por el virus influenza A y B, que afecta al aparato respiratorio superior y/o inferior. “Es una enfermedad autolimitada, que mejora sola, pero que en pacientes de edades extremas se puede complicar y terminar en neumonías, bronconeumonías, falla respiratoria e, incluso, la muerte”, explica el doctor Hernán Cabello, broncopulmonar de Clínica Alemana, de Santiago de Chile.

El especialista agrega que normalmente las personas denominan “gripe” a un resfriado de mayor intensidad, pero lo correcto es utilizar ese concepto en los casos de influenza.

Para diferenciar el resfriado de la gripe es recomendable poner atención a los síntomas de cada cuadro. Por ejemplo, las características del resfriado son leve compromiso del estado general, obstrucción nasal (congestión), rinorrea (secreción nasal), estornudos, tos (habitualmente seca y escasa) y, en algunos casos, fiebre baja. En cambio, la gripe se manifiesta con cefalea, dolor de garganta y de músculos, tos, cansancio, secreción o congestión nasal y fiebre alta.

Sin embargo, además de las señales de cada enfermedad, “se pueden realizar estudios de las secreciones nasales y/o faríngeas para establecer qué tipo de virus tiene el paciente”, comenta el doctor Cabello.

En el caso de los resfriados el manejo es sintomático, es decir, se utilizan fármacos que alivian la congestión nasal, reducen la formación de mocos y merman los síntomas. No se indica ninguna clase de antibióticos ni antivirales.

Frente a un cuadro de influenza, el tratamiento también es sintomático. Las recomendaciones son guardar reposo, beber abundante líquido, consumir antipiréticos para bajar la fiebre y/o antiinflamatorios para mejorar los síntomas de dolor e inflamación. “No se prescribe ningún tipo de antibiótico. Los antivirales específicos para influenza A y B solo deben ser administrados en pacientes con tres o menos días de enfermedad, y en casos de alta sospecha clínica y huéspedes especiales como las personas trasplantadas”, agrega el especialista.

El doctor Cabello explica que la mejor manera de evitar un resfriado es tener una vida saludable. Para eso es necesario mantener una alimentación sana, dormir las horas necesarias, evitar tener contacto con personas contagiadas y lavarse las manos rigurosamente (trabajo, colegio y hogar) luego de manipular algún elemento. “La transmisión de los virus desde los objetos contaminados hasta las manos y desde estas a la boca y la nariz, permiten la infección de huéspedes sanos”, comenta el broncopulmonar.

En el caso de la influenza, existe una vacuna que protege al paciente contra las cepas de los virus más frecuentes, ya sea para prevenir la enfermedad o para atenuar su presentación clínica en el caso de los pacientes infectados. Está recomendada para personas mayores de 65 años, embarazadas a partir del segundo trimestre y portadores de enfermedades crónicas como asma, enfisema y cardiopatías.

Hoy ya es posible un diagnóstico más precoz de lesiones pulmonares malignas.

El doctor Hernán Cabello, jefe del Servicio de Enfermedades Respiratorias de Clínica Alemana, de Santiago de Chile, explica que los nódulos pulmonares se detectan de forma accidental, a través de exámenes como una radiografía o scanner de tórax, donde se ven como una opacidad esférica de mayor densidad que el tejido pulmonar normal.

Cuando surge este hallazgo, se debe consultar a un especialista para que analice los antecedentes médicos personales y familiares, realice un examen físico completo, revise la imagen donde aparece el nódulo y, eventualmente, pida exámenes complementarios. Cuando hay sospecha y riesgo elevado de cáncer, se realiza una biopsia pulmonar, procedimiento que en estos casos dice la última palabra.

Si es una lesión benigna, no hay de qué preocuparse. Esta puede corresponder desde un ganglio intrapulmonar, una cicatriz, secuelas de tuberculosis u otras infecciones hasta tumores benignos. 

“Generalmente, los nódulos menores de 10 mm. son benignos, sobre todo en personas menores de 40 años, no fumadoras y sin historia previa de cáncer. Asimismo, si un nódulo se encuentra calcificado o no muestra ningún crecimiento en dos años o más, casi con certeza se trata de una lesión benigna”, explica el especialista.

En cambio, cuando se trata de una lesión maligna, lo más probable es que sea un cáncer primario del pulmón, causado por el consumo de cigarrillo. Si la enfermedad es detectada y operada a tiempo, las probabilidades de recuperación son muy altas, con una sobrevida cercana al 75-80% de los pacientes al cabo de cinco años de la cirugía.

La otra posibilidad, más remota, es que el nódulo corresponda a una metástasis de un tumor extra torácico (colon, estómago, piel u otro órgano), que ha invadido el pulmón. Aquí el panorama es más complejo, pues se trataría de una enfermedad en una etapa avanzada. Por eso es necesario determinar con el médico tratante y un oncólogo las opciones de tratamiento del cáncer de origen, antes de operar.

El principal factor de riesgo de un cáncer pulmonar es el tabaquismo, por lo tanto, la mejor prevención es dejar de fumar.

En cuanto a la detección precoz, en el caso de pacientes de alto riesgo, o sea, fumadores o ex fumadores de más de 40 años, se aconseja consultar al médico no solo para pesquisar un cáncer, sino también para evaluar otros posibles daños del tabaco sobre el aparato respiratorio y cardiovascular.

El avance tecnológico permite hoy un diagnóstico más precoz de lesiones malignas. “Desde fines de los 90, los nuevos scanner son capaces de detectar los nódulos llamados hoy subsólidos o en vidrio esmerilado, los cuales tienen mayor probabilidad de ser cáncer que un nódulo sólido”, explica el doctor Cabello.
En esta misma línea, en junio de 2011 se publicó un estudio en la revista New England Journal of Medicine que demostró que el screening (pesquisa precoz) de cáncer pulmonar con scanner de tórax en población de alto riesgo es capaz de detectar más tumores y en etapas más tempranas que otros métodos, lo que permite ofrecer cirugía curativa a más enfermos, aumentando su sobrevida. “Esto respalda la idea de aplicar este método de detección precoz a población fumadora de alto riesgo”, concluye el especialista.

La supervivencia de los enfermos de mieloma múltiple "se ha duplicado o más"

La supervivencia de los enfermos de mieloma múltiple "se ha duplicado o más", según ha explicado el jefe de Servicio de Hematología del Hospital 12 de octubre de Madrid, el doctor Juan José Lahuerta, durante la presentación de Mieloma España, el espacio que la Asociación Española de Afectados por Linfoma, Mieloma y Leucemia (AEAL) ha dedicado a estos pacientes.

   El especialista ha asegurado que, a pesar de que "se necesitan entre 15 y 20 años de observación, ahora se sabe que se ha mejorado muchísimo. Tenemos más respuesta a los tratamientos y mejor curva de supervivencia", afirma. En relación a ello, expone que se ha advertido en los últimos 20 años que "la reacción positiva al trasplante autólogo de médula ósea ha sido del 40 por ciento", algo que está seguro de mejorar.
   Por esta razón, Lahuerta se muestra optimista con el futuro de los "entre 20.000 y 30.000 pacientes" de mieloma múltiple que hay en España, de los que ha asegurado que "como viven mucho tiempo, algunos hasta se curan". En la actualidad, esta patología que afecta a "entre 4 y 6 personas por cada 100.000 ciudadanos", necesita de tratamientos basados en quimioterapia, fármacos y, si es posible, un trasplante.
   Sin embargo, este último no siempre es procedente, ya que este cáncer afecta sobre todo a pacientes de más de 65 años, para los que está contraindicada esta vía de tratamiento. En el caso de este mayoritario segmento de pacientes, existen nuevos fármacos que "ayudan a mantener la enfermedad de forma parecida a como se hace en personas jóvenes trasplantadas", explica la presidenta de AEAL y del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC), Begoña Barragán.
   La también paciente ha declarado que los enfermos ancianos también deben de recibir quimioterapia, pero que lo hacen en dosis más bajas "para que no les perjudique porque también afecta a las células sanas". Para ellos y para el resto de pacientes de este segundo cáncer hematológico más grave, AEAL ha creado una división de la asociación con dedicación exclusiva.
   Ésta "va a dar soporte en recursos sociales, en obtención de buena información médica, en asesoramiento jurídico para casos de bajas e incapacidades o en acceso a determinados tratamientos", sostiene. El objetivo en definitiva es que el enfermo "se sienta acogido", confirma.
   Pero las noticias positivas para los pacientes de mieloma múltiple no acaban ahí, ya que a pesar de que los enfermos que recaen "necesitan ser volver a ser tratados y, en ocasiones, retrasplantados; entre el 30 y el 40 por ciento de ellos consiguen un primer trasplante", subraya Lahuerta. Con todo ello, "se llega a entre un 70 o 80 por ciento de revisiones completas con los recursos terapéuticos actuales", mantiene.
   No obstante, un aspecto a mejorar es el de la detección precoz, que "es muy complicada debido a que sólo en el 10 por ciento de los enfermos se ha tenido conocimiento de la fase previa al cáncer". No hay síntomas", lamenta. Además, según su criterio, el diagnóstico rápido de la enfermedad "no es seguro que se traduzca en mejor supervivencia".
   En cuanto al coste del tratamiento, el galeno estima que éste es "de unos 20 millones de pesetas durante todo el proceso", al cambio unos 120.000 euros. Estas cifras suponen a consideración del experto que la asistencia al paciente supone un gasto de 6.000 euros al mes. Por ello, la mejor manera de recortar "es investigar", ha recomendado a las Administraciones.
      Además, la presidenta de AEAL considera que "mientras tanto, se siguen duplicando pruebas y sigue habiendo una gestión que podría optimizarse buscando financiación de otras fuentes que no serían directamente el paciente". A colación de ello, Lahuerta cree que "algunos programas van a caer", pero señala que "hay que esperar a la resolución de las convocatorias públicas para ver donde se recorta".