domingo, 15 de junio de 2014

Después de una cirugía mayor, aplicar hielo reduce el dolor

NUEVA YORK.- Los pacientes a los que se les aplicó hielo durante las 24 horas posteriores a una cirugía abdominal mayor dijeron sentir alivio del dolor y no necesitaron tantos analgésicos narcóticos durante un estudio en Estados Unidos.

"No estamos hablando de darle un poco de hielo a un paciente y dejar de utilizar analgésicos. El hielo sirve sólo para mejorar la atención de los pacientes", explicó el autor principal, el doctor Viraj Master, urólogo y profesor de Emory University, en Atlanta.
"La idea era que los pacientes no sintieran dolor y no padecieran el uso de tantos narcóticos. Los médicos podían recetar cualquier medicamento; sólo agregamos el hielo", agregó.
El uso de hielo para tratar las heridas quirúrgicas, o crioterapia, no es nuevo. El frío reduce el dolor porque controla la inflamación. Esto permite que las células recibanmás oxígeno y reduce la velocidad del metabolismo celular, lo que disminuye la demanda de oxígeno.
Además, las terminaciones nerviosas pierden sensibilidad aldolor. La crioterapia es común después de la cirugías ortopédicas o de hernias, según publica el equipo de Master en Journal of the American College of Surgeons.
Los autores estudiaron a 55 pacientes con cirugías abdominales mayores programadas. La mayoría era para extirpar tumores en el hígado, el páncreas, el colon y otros órganos.
Después, al azar, los organizaron en dos grupos: los 27 pacientes del grupo tratado con crioterapia recibió hielo para aplicar sobre la herida después de la cirugía durante 24 horas y los 28 restantes no recibieron hielo.
También se registró el uso de analgésicos narcóticos en ese período. Los autores no detectaron una diferencia significativa en la duración de la estancia en el hospital entre los grupos y una hora después de las cirugías, los niveles de dolor eran similares.
Pero después de la primera hora y durante tres días, los pacientes tratados con crioterapia sintieron menos dolor que el grupo control. La primera mañana posterior a la cirugía, por ejemplo, los usuarios de hielo calificaron el nivel de dolor con tres puntos, mientras que el grupo control le asignó cinco puntos, sobre diez.
El equipo considera que la crioterapia debería complementar otra estrategia de gestión del dolor porque es fácil de utilizar, es económica, los pacientes la reciben bien y posee toxicidad mínima o nula.

Dos investigaciones vinculan los lunares con el riesgo de cáncer mamario

NUEVA YORK.- La cantidad de lunares que tiene una mujer podría estar asociado con el riesgo que tiene de desarrollar cáncer de mama, según sugieren dos nuevos estudios.

Los resultados no prueban que los lunares causen la enfermedad o que las mujeres con muchos lunares padecerán el cáncer, sino que sugieren que existiría una pequeña relación genética u hormonal entre ambos.
"Las mujeres con lunares no deben preocupares porque no pensamos que sea una relación causal", aclaró la autora principal de uno de los estudios, Marina Kvaskoff, del Instituto Nacional Francés de Salud e Investigación Médica (INSERM, por su nombre en francés) y la Universidad París 11.
"Necesitamos descubrir más causas del cáncer y del cáncer mamario en particular. Si más estudios detectan que los lunares están asociados con el riesgo de padecer cáncer de pecho, entonces se volverían un marcador de riesgo de la enfermedad", explicó.
En uno de los estudios, el equipo de Mingfeng Zhang, del Hospital de Brigham y las Mujeres, en Boston, utilizó datos de 74.523 enfermeras obtenidos entre 1986 y 2010 para determinar el nivel de riesgo de desarrollar cáncer de pecho por la cantidad de lunares en sus brazos.
Las mujeres sin lunares tenían un 8,5 por ciento de posibilidades de desarrollar la enfermedad durante el estudio, comparado con un 11,4 por ciento de riesgo en las participantes con 15 o más lunares en su brazo izquierdo.
En las mujeres menopáusicas, el equipo observó que las participantes con seis o más lunares tenían niveles de estrógeno en sangre más altos que las mujeres sin lunares. Tras considerar esa diferencia hormonal, la relación entre los lunares y el cáncer de pecho desapareció.
En el segundo estudio, el equipo de Kvaskoff descubrió entre 89.902 participantes francesas que las que decían tener "muchos lunares" eran un 13 por ciento más propensas a desarrollar cáncer de mama entre 1990 y 2008 que las mujeres sin lunares.
La relación también se desvaneció tras considerar otros factores de riesgo del cáncer mamario, incluidos los antecedentes familiares de la enfermedad.
Para Kvaskoff, los resultados sugieren que la relación entre la cantidad de lunares que tiene una mujer y su riesgo de desarrollar el cáncer podría ser genética u hormonal. Su equipo no contó con la información necesaria para incluir los valores hormonales en el estudio.
Las dos investigaciones, publicadas en PLOS Medicine, comparten otra limitación: los datos originales provenían principalmente de mujeres blancas. Además, en un estudio, fueron las propias mujeres las que informaron cuántos lunares tenían.