miércoles, 15 de mayo de 2013

El elemento químico más raro del planeta se postula para vencer al cáncer

Si hoy nos dieran superpoderes a los 7.085 millones de seres humanos y nos encomendaran perforar el planeta en busca del elemento químico astato, dejaríamos la Tierra completamente agujereada, pero entre todos no llegaríamos a llenar ni una miserable cucharilla de café. El astato es el elemento más infrecuente del mundo. Se calcula que en un instante dado hay menos de 0,07 gramos en toda la Tierra. Una mosca podría llevar encima todo el astato del planeta.

Cualquiera sabe que el oro es amarillo y que el hierro es gris, pero el astato es tan escaso que ni siquiera se sabe muy bien de qué color es. Se supone que es negro. Sin embargo, pese a ser un desconocido, es una de las grandes promesas de la medicina para vencer al cáncer.
Dos de las formas en las que existe, el astato-210 y el astato-211, se pueden producir en laboratorio en cantidades ínfimas. El primero es útil si lo que se pretende es asesinar a un agente de la KGB, porque se descompone en polonio-210, el famoso veneno empleado para matar al teniente coronel ruso Aleksandr Litvinenko. El astato-211, en cambio, puede salvar vidas: emite radiación de corto alcance, una propiedad ideal para construir con él misiles teledirigidos contra las células cancerosas.
El proceso es sencillo de explicar y muy complejo de ejecutar. Algunas moléculas, como los anticuerpos que forman parte de las defensas del cuerpo humano, se dirigen específicamente a las células de un tumor, aunque por desgracia suelen salir derrotadas. Pero si se les añade un elemento radiactivo, capaz de matar al enemigo, se obtiene una terapia contra el cáncer: los llamados radiofármacos.
El núcleo del enigmático astato-211 libera su energía en forma de chorros de partículas pesadas denominadas alfa. “Las partículas alfa son especialmente útiles para el tratamiento del cáncer, ya que depositan una gran cantidad de energía con un corto alcance, de aproximadamente 0,05 milímetros. Es más o menos el diámetro de una célula cancerosa, así que toda la energía destructiva se concentra en la célula del cáncer adyacente y se hace poco daño a las células sanas más alejadas”, resume Ulli Köster, experto en radiofármacos del Instituto Laue-Langevin, en Grenoble (Francia).
Köster es miembro de un equipo internacional que acaba de desvelar una de las propiedades fundamentales del astato. Cualquiera que haya pasado por un instituto recuerda haber memorizado, o apuntado en una chuleta, la célebre tabla periódica de los elementos, con la cantinela de los halógenos: flúor, cloro, bromo, yodo y astato. El astato era el único elemento presente en la naturaleza del que se desconocía su potencial de ionización, la energía necesaria para arrancarle un electrón. Esta propiedad es fundamental para confirmar la estabilidad de los matrimonios que forma el astato con otras moléculas.

Implantes radiactivos

“La estabilidad de los enlaces químicos entre las moléculas que buscan al cáncer y su carga radiactiva son importantes para asegurarnos de que el astato-211 es transportado realmente a la célula cancerosa y no es liberado de manera incontrolada en el cuerpo humano”, explica Köster.

«Es un poco como la diferencia entre un cañón y una pistola de aire comprimido»


Lon J. Wilson
Químico de la Universidad Rice (EEUU)
Muchos hospitales del mundo llevan a cabo tratamientos del cáncer similares, conocidos como braquiterapia, en los que se coloca un diminuto implante radiactivo cerca de las células cancerosas para destruirlas. Se emplea, por ejemplo, contra el cáncer de cuello de útero, de mama y de próstata. La ventaja del astato es que las partículas alfa que emite son 4.000 veces más masivas que las partículas beta procedentes de otros elementos radiactivos empleados habitualmente contra los tumores.
“Es un poco como la diferencia entre un cañón y una pistola de aire comprimido”, en palabras del químico estadounidense Lon J. Wilson, uno de los pioneros en el diseño de tratamientos con astato contra el cáncer. “La masa extra incrementa la cantidad de daño que las partículas alfa pueden infligir a las células cancerosas”.

Una vida media de 7,2 horas

El astato se conoce desde 1940, pero hasta ahora se ignoraban sus propiedades fundamentales por ser tan bicho raro: en la naturaleza sólo hay 0,07 gramos repartidos por el mundo en un instante dado y además duran poco. La vida media del astato-211 es de 7,2 horas. Se merece su nombre. La palabra griega astatos significa inestable.
Para solventar estos obstáculos, los físicos Andrei Andreyev, de la Universidad británica de York, y Valentin Fedosseev, del laboratorio de física de partículas europeo CERN, diseñaron un enrevesado experimento con láser para poder estudiar su estructura atómica. Sus detalles se acaban de publicar en la revista Nature Communications.
Ahora, detalla Köster, equipos científicos de Nantes (Francia), Gotemburgo (Suecia) y de la Universidad de Cornell (EEUU) pelean para desarrollar radiofármacos con astato. Un ensayo clínico para probar un tratamiento en humanos comenzará “pronto”, según Köster, gracias a una colaboración entre el ciclotrón Arronax de Nantes y el hospital universitario de la ciudad. El ciclotrón francés es un acelerador de partículas capaz de producir ínfimas cantidades de astato a partir de otros elementos químicos. Pero ni siquiera allí saben si de verdad es de color negro.

Se recomienda a pacientes hipertensos evitar el consumo de cafeína y de tabaco

El especialista en Cardiología Rafael Florenciano recomienda a los pacientes hipertensos "evitar el consumo de cafeína, tabaco o realizar ejercicio 30 minutos antes de la medida, ya que puede alterar el valor de la misma y aumentar la tensión de forma aguda durante 15 minutos, por lo que tienen que tener en cuenta esto a la hora de medirse la tensión en casa".

   Con motivo del 'Día Mundial de la Hipertensión', que se celebra este viernes, este experto dice que "mantener la tensión arterial bajo control redunda en un beneficio para nuestra salud", ya que, precisa, "cerca del 50 por ciento de los pacientes hipertensos no están bien controlados".
   En la actualidad, algunos de los motivos que conducen a esta falta de control "recaen sobre algunas creencias y mitos que rodean a los pacientes hipertensos". Se debe, en parte, a que "muchos enfermos desarrollan hábitos de vida impropios que se pueden observar en su alimentación o estilo de vida, comprometiendo su salud al descontrol y a tratamientos inadecuados".
   "Mitos como que el dolor de cabeza o el sangrado de la nariz son síntomas de hipertensión provocan ciertos niveles de ansiedad en las personas afectadas y en sus familias", comenta el doctor Florenciano, que considera que "la primera premisa es comprobar que el paciente se toma bien la tensión, más ahora que disponemos de tensiómetros digitales para hacerlo nosotros mismos en casa".
   Algunos pacientes "presentan elevaciones mucho más altas cuando acuden al médico que cuando se encuentran en casa". La causa se debe, según explica, "a los nervios que los pacientes de hipertensión experimentan en la consulta de sus especialistas, comúnmente conocido como 'hipertensión de la bata blanca'".
   Por ello, aconseja que "para una correcta medición debemos emplear el brazo izquierdo, estar sentados al menos cinco minutos antes de la medición y con el brazo descansado a la altura del corazón".
   Pero el objetivo del médico "no es solo controlar la tensión, sino disminuir el riesgo de problemas cardiovasculares y renales del paciente hipertenso". Ante este hecho, el paciente debe saber que la hipertensión arterial "es una enfermedad crónica en la gran mayoría de los casos, por lo que si abandona la medicación corre el riesgo de que la tensión vuelva a subir".
   Por otro lado, "es bastante frecuente que el paciente hipertenso tenga otros factores de riesgo que también se deben tratar". Por todo ello, el doctor Florenciano señala que "el paciente hipertenso puede tener enfermedades cardíacas que no dan síntomas hasta un estado muy avanzado, por lo que es recomendable realizarse periódicamente chequeos cardiovasculares para prevenir riesgos de este tipo".