BARCELONA.- Investigadores internacionales liderados
por el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) de
Barcelona, España, han descubierto que inhibir una proteína, la Galectina-1 (Gal1),
podría frenar el desarrollo del tipo más común de cáncer de páncreas
--el 85% de los casos--, el adenocarcinoma ductal pancreático, que es
muy agresivo y no tiene todavía ningún tipo de tratamiento curativo.
El
estudio preclínico, publicado por 'PNAS', ha certificado en ratones el
papel de esta proteína en el desarrollo cancerígeno, lo que "abre vías
traslacionales muy interesantes e indica que hace falta avanzar en el
posible uso clínico de esta nueva diana molecular", ha explicado la
investigadora del IMIM y el IIBB-CSIC, Pilar Navarro.
Navarro, que ha liderado el trabajo junto al científico del Instituto de Biología y Medicina Experimental de Buenos Aires (Argentina) Gabriel
Rabinovich, ha destacado que el grupo ya había demostrado anteriormente
el potencial de esta proteína, pero en esta ocasión lo ha comprobado en
un modelo transgénico de ratón desarrollado en el Centro Nacional de
Investigaciones Oncológicas (CNIO).
Este
ratón presentaba la mutación más frecuente que se encuentra en los
tumores de páncreas, la mutación del oncogen KRas, con lo que han podido
"recapitular de forma precisa la progresión tumoral que se observa en
humanos", logrando que progrese el tumor más lento al eliminar esta
proteína, pero todavía hay que hacer nuevos estudios que validen en
humanos el que podría ser el primer tratamiento efectivo para este tumor.
Los resultados muestran que "la
inhibición de esta proteína frena el crecimiento del tumor y restablece
la vigilancia del sistema inmunitario para reconocer y rechazar las
células tumorales, lo que dificulta que el tumor siga progresando", ha
explicado la investigadora Neus Martínez-Bosch, primera firmante del
estudio junto a Carlos Orozco.
Estos
tumores se desarrollan en un microambiente particular, que se considera
una de las claves para entender su desarrollo y su resistencia a
quimioterapias, y para estudiarlo han trabajado en cuatro aproximaciones diferentes para
ver cómo afecta la inhibición de esta proteína, realizada en células
humanas, in vitro, in vivo, con modelos de ratón y estudios moleculares
genómicos de gran escala.
Oncólogos
del Hospital del Mar y grupos de investigación de Estados Unidos y
Argentina han colaborado también en el estudio, que ha recibido la
primera ayuda de las becas Carmen Delgado/Miguel Pérez Mateo de la
Asociación Española de Pancreatología (Aespanc) y de la Asociación
Cáncer de Páncreas (Acanpan).
El
adenocarcinoma ductal pancreático es el cuarto tipo de cáncer en número
de muertes relacionadas con esta enfermedad, y en 2016 se detectaron
606 casos de cáncer de páncreas en hombres y 562 en mujeres en
Catalunya.
Tiene una
supervivencia de solo el 8% al cabo de cinco años, y se calcula que en
2030 podría ser la segunda causa de muerte por cáncer en los países
desarrollados.