NUEVA YORK.- Las
noticias recientes de que la mala suerte aleatoria tiene un rol
considerable en el cáncer ha sido malinterpretada como mala, cuando en
realidad es muy buena para ayudar a los seres humanos a entender qué es
el cáncer y qué se puede hacer para prevenirlo.
Nuevos
experimentos intentan cuantificar los hallazgos de entre 2015 y 2017,
según los cuales la "mala suerte" aleatoria es un factor importante en
el desarrollo de cánceres, además de las predisposiciones genéticas
heredadas y los agentes carcinógenos en el medio ambiente.
Este mes, un
equipo independiente demostró que el tejido normal está lleno de
conjuntos de células mutadas, algunas de las cuales contienen errores
genéticos comunes en el cáncer. Esto encaja con nuestra comprensión
actual de que el cáncer empieza cuando las células adquieren una
combinación de mutaciones genéticas que les permiten salirse de control.
La
reacción a la aseveración de la "mala suerte" ha sido más moralista que
científica.
StatNews informó que los resultados podrían implicar "que
los esfuerzos preventivos como dejar de fumar o limpiar el medio
ambiente no tienen mucho sentido". Una noticia en Science Magazine
decía: "[m]uchos científicos tuvieron problemas con el artículo...
porque sentían que hacía demasiado énfasis en la aleatoriedad del cáncer
y subestimaba el valor de los esfuerzos de prevención".
La
perspectiva derrotista se parece a no usar el cinturón de seguridad
porque conducir nunca es 100% seguro. Hay una forma más constructiva de
pensar en la aleatoriedad: no como una razón para dejar de minimizar el
riesgo, sino como una razón para la vigilancia y la investigación.
A
sabiendas del rol de la aleatoriedad, tal vez más de nosotros podríamos
pedirle a un médico que nos revise este pequeño bulto, o la mancha
entre los dedos de nuestros pies que se ve rara aunque esa parte de
nuestra piel nunca ha visto el sol.
Yo no fumo, pero como he aprendido
que el 15% de los casos de cáncer de pulmón ocurren en personas que nunca
han fumado, tengo más probabilidades de tomar en serio un dolor
persistente en el pecho o una tos, los cuales podrían ser un cáncer de
pulmón. Reconocer el factor aleatoriedad podría salvar vidas.
En
la última investigación, publicada este mes en la revista Science, es
difícil saber si las mutaciones en el tejido saludable fueron causadas
en parte por factores ambientales o principalmente errores aleatorios de
copia, pero estos resultados sí sugieren que el mero acto de envejecer
es un factor de riesgo considerable. Como lo planteó uno de los autores
del estudio en 2015: [e]ntre más largo el viaje, mayores las
probabilidades de accidente, incluso con el cinturón de seguridad.
Los
hallazgos ofrecen tanto esperanzas como alertas sobre la promesa de la
detección temprana. Los proponentes de las pruebas masivas tuvieron que
retroceder hace algunos años tras escándalos según los cuales los
programas de pruebas de cáncer de próstata y mama llevaron a muchas
personas a seguir tratamientos duros y trascendentales para tumores con
poca probabilidad de expandirse.
El
hecho de que las mutaciones asociadas con el cáncer existan en tejidos
normales podría complicar el esfuerzo por ofrecer simples pruebas de
sangre para detectar otros tipos de cáncer. Ya no es evidente qué debe
considerarse normal. Tal vez en realidad es normal avanzar gradualmente
hacia el cáncer.
De
ser así, no hay mucho que se pueda hacer al respecto. Pero la
tecnología médica sí tiene mucho por hacer. La intervención temprana
puede ayudar. Un ejemplo es el éxito de las colonoscopias, mediante las
cuales los médicos pueden extirpar pólipos peligrosos y nadie los
extraña. Lo mismo aplica para la remoción de lesiones precancerosas en
la piel.
En
animales con una incidencia inusualmente baja de cáncer, aparecen
mutaciones aleatorias, pero la evolución ha encontrado la manera de
arreglarlas. Por ejemplo, los elefantes tienen copias extra de un gen
llamado p53, el cual codifica un sistema de reparación del ADN, de modo
que los elefantes tienen que tener muy mala suerte para que les dé
cáncer.
Algún día, los científicos podrían aprovechar ese superpoder
para nosotros.
El
infortunio aleatorio del cáncer será vulnerable a avances médicos como
ese, lo que significa que los seres humanos pueden crear su propia
suerte.