martes, 21 de febrero de 2012

Un test digital ayuda a conocer posibles problemas de adicción a las nuevas tecnologías

Madrid Salud, dependiente del Ayuntamiento de la capital, ha diseñado un test en Internet para conocer si se sufre un problema de adicción a las nuevas tecnologías así como recomendaciones a seguir según los grados.

   Así, en función de las respuestas de este cuestionario, que se puede encontrar en 'www.madridsalud.es', un semáforo indica si estás en estado de alerta (rojo), precaución (amarillo) o normalidad (verde).
   Son cuatro los apartados en los que se divide el cuestionario: Internet, chat, videoconsola, móvil y SMS. De este modo, en la casilla del chat preguntan, por ejemplo, si se ha intentado alguna vez conectarse menos veces y no se ha logrado o si creen que la gente que conocen a través del chat es más interesante que la que se conoce personalmente.
   Otro listado de preguntas permite distinguir si se hace un uso problemático de las tecnologías del juego. Así, el interesado debe contestar honestamente si desatiende las tareas del colegio, universidad o trabajo por pasar más tiempo jugando o, incluso, si ha llegado a perder citas, una clase o se ha fingido una enfermedad para poder seguir jugando.
   Preguntas similares se hacen con la navegación por Internet, la consola o el teléfono móvil. Si el semáforo se pone en rojo te recomiendan consultar con un experto, lo mismo que si se pone en ámbar.

Nuevos avances en la ingeniería de tejidos a partir de células madre

Con el objetivo de llegar a diseñar órganos, como un hígado, o un riñón, a partir de las propias células madre de un paciente, o ayudar a regenerar tejidos dañados por enfermedades, como la osteoporosis y la artritis, un nuevo estudio de la Universidad de California, en Los Ángeles (UCLA),  se acerca un poco más a estas posibilidades, proporcionando una mejor comprensión de cómo se forma y organiza el tejido en el cuerpo. 

   La investigación, que ha sido publicada en 'Circulation Research', es una colaboración entre la Escuela de Medicina David Geffen, y el Centro Henry Samueli de Ingeniería y Ciencia Aplicada, ambos de la UCLA.
   El equipo de investigadores de la UCLA descubrió que las células migratorias prefieren girar a la derecha cuando se enfrentan a cambios en su entorno. Los investigadores fueron capaces de traducir lo que estaba ocurriendo en las células para recrear esta asimetría izquierda-derecha a nivel del tejido, importante en la creación de diferencias entre los lados derecho e izquierdo de estructuras como el cerebro y la mano.
   "Nuestros hallazgos sugieren un mecanismo, y un principio de diseño, para la ingeniería de tejidos", afirma la autora principal, la doctora. Linda L. Demer, profesora de Medicina, Fisiología y Bioingeniería en la Escuela de Medicina Geffen, quien añade que "los tejidos y órganos no son simples colecciones de células, sino que requieren una arquitectura y diseño cuidadosos para funcionar normalmente. Nuestros resultados ayudan a explicar cómo las células pueden distinguir y desarrollar una específica asimetría izquierda-derecha, que es una base importante en la creación de tejido y órganos."
   Usando microtecnología, el equipo diseñó una superficie de cultivo en el laboratorio con la alternancia de bandas de sustratos proteicos, que atraían o repelían a las células -las células pueden encontrarse tales cambios superficiales cuando viajan a través del cuerpo. Los investigadores observaron que las células que migran mostraban una tendencia significativa a girar a la derecha unos 20 grados, y alinearse en largas filas paralelas, produciendo rayas en diagonal sobre toda la superficie.
   "Hemos observado cómo estas células vasculares forman espontáneamente estructuras en los cultivos, y queríamos estudiar el proceso", explica el coautor Ting-Hsuan Chen, estudiante investigador graduado del Departamento de Ingeniería Mecánica y Aeroespacial de la UCLA, "no sabíamos que nuestros sustratos darían lugar a la asimetría izquierda-derecha que se observó en las células. Fue completamente inesperado. Encontramos que las células demostraron la capacidad de distinguir la derecha de la izquierda, y de auto-organizarse en respuesta a cambios mecánicos en las superficies. Esto proporciona una idea sobre cómo comunicarse con las células en su idioma y así, empezar a enseñarles a producir tejido".
   Según los investigadores, las células pueden detectar sustratos por debajo de ellas, y esto influye en la dirección de la migración y en las estructuras que se forman en el cuerpo. De mayor interés, según los investigadores, es el hecho de que las células respondían a las rayas horizontales reorganizándose en franjas diagonales.
   El equipo espera aprovechar este fenómeno con el fin de usar interfaces de sustrato para comunicarse con las células y darles instrucciones para producir las estructuras de los tejidos deseados para su remplazo. Mediante el ajuste de los sustratos, afirman los investigadores, existe el potencial para guiar las estructuras de las células y la forma del tejido. La siguiente etapa de la investigación será la de controlar y guiar a las células para auto-organizarse en dos dimensiones y, eventualmente, en tres dimensiones, en los patrones elegidos por los investigadores.
   Este es uno de los primeros estudios que demuestran que el encontrar un cambio en la preferencia de sustrato puede desencadenar que una célula gire a la izquierda o a la derecha. También, es uno de los primeros estudios que muestran que las células pueden integrar la asimetría izquierda-derecha en una estructura modelada de rayas diagonales paralelas, parecidas a la arquitectura del tejido.
   "Esta investigación puede ayudar a la futura ingeniería de órganos a partir de células madre del mismo paciente", concluye Demer, "esto es especialmente importante, dada la limitada oferta de donantes de órganos para el trasplante y los problemas de rechazo inmunológico".

Los astrocitos están involucrados en procesos relacionados con memoria y aprendizaje

Una investigación liderada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), con participación de la Universidad de Castilla La Mancha y la Universidad Autónoma de Madrid, ha descubierto que los astrocitos --las células más abundantes del cerebro, junto con las neuronas-- están involucradas en los procesos relacionados con la memoria y el aprendizaje. 

  En concreto, han visto que los astrocitos controlan y regulan la eficacia de la comunicación entre neuronas. Este fenómeno los relaciona, por tanto, con los procesos de transmisión y almacenamiento de información en el cerebro.
   El artículo, publicado este lunes en 'PLoS Biology', revela que estas células juegan un papel fundamental en la señalización que desencadena la potenciación a largo plazo (LTP, en inglés) de la eficacia con la que dos neuronas se comunican.
   Según el investigador del Instituto Cajal del CSIC Alfonso Araque, director del trabajo, "hasta ahora se creía que los astrocitos sólo cumplían un papel de soporte en el cerebro".
   El equipo ha descubierto que, frente a un estímulo nervioso, las neuronas liberan un neurotransmisor denominado acetilcolina, que activa los astrocitos. A consecuencia de ello, los astrocitos aumentan su nivel de calcio intracelular y secretan otro neurotransmisor denominado glutamato. Este transmisor químico es detectado por las neuronas aledañas sobre las que produce la LTP.
   Los resultados se han obtenido con experimentos con ratones modificados genéticamente, en los que se redujo la señal de calcio de los astrocitos. Dicha alteración demostró que los niveles de LTP también estaban comprometidos, lo que indica que el aumento de calcio en astrocitos es fundamental para la liberación de transmisor glutamato y, por tanto, la generación de LTP.
   Según indica el investigador del CSIC, esta LTP, que genera "un aumento de entre un 200 y un 300 por cien de la eficacia con que una neurona se comunica con otra, estaba disminuida en los ratones modificados genéticamente en los que se redujo la señal de calcio en astrocitos".
   Este trabajo pone de manifiesto, por primera en animales en vivo, que los astrocitos son elementos activos en los procesos de señalización celular en el sistema nervioso. Junto a las neuronas son, por tanto, responsables de cómo se procesa y se almacena la información en el cerebro.
   Dado que el CSIC ha demostrado que los astrocitos están involucrados en los mecanismos celulares que subyacen los procesos de memoria, se desprende que también puedan jugar un rol importante en las enfermedades relacionadas con ella, como es el caso de la enfermedad de Alzheimer. Araque cree que los astrocitos podrían ser, por tanto, "una posible diana terapéutica para tratar esta dolencia".

Los nuevos medicamentos para el Alzheimer pueden tener efectos secundarios adversos

Los medicamentos para la enfermedad de Alzheimer que están siendo probando en ensayos clínicos pueden tener efectos secundarios potencialmente adversos, según una nueva investigación llevada a cabo por científicos de la Universidad de Northwestern, en Estados Unidos. 

   Un estudio con ratones sugiere que los fármacos podrían evitar que las neuronas se conecten correctamente, e interferir así con su capacidad para enviar mensajes al cerebro. Los resultados han sido publicados en la revista 'Molecular Neurodegeneration', y presentados en la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, en Vancouver.
   "Vamos a proceder con cautela", dice Robert Vassar, profesor de Biología Celular y Molecular en la Universidad de Northwestern, "tenemos que mantener los ojos abiertos ante los posibles efectos secundarios de estos fármacos". Irónicamente, añade, los medicamentos podrían afectar a la memoria.
   Los medicamentos están diseñados para inhibir la BACE1, una enzima que promueve la formación de placas de proteína 'b-amiloideun', un sello distintivo de la enfermedad de Alzheimer. La BACE1 actúa como una tijera molecular, cortando y liberando las proteínas que forman las placas -de este modo, los desarrolladores de medicamentos creen que el bloqueo de la enzima podría retrasar la enfermedad.
   Sin embargo, en el nuevo estudio de Vassar, se encontró que BACE1 también tiene un papel fundamental como 'electricista' del cerebro, la enzima mapea la ubicación de los axones y la conexión de las neuronas en el cerebro y el resto del sistema nervioso. Esta asignación se denomina guía axonal.
   Trabajando con ratones en los que fue eliminada la BACE1, genéticamente, Vassar descubrió que el sistema olfativo de los animales se encontraba mal conectado -los axones de las neuronas olfativas no fueron debidamente conectados al bulbo olfativo del cerebro. Así, los resultados muestran el papel clave de BACE1 en la guía axonal.
   Si los axones no están bien conectados en el sistema olfativo, es probable que el mismo problema exista en otras partes del cerebro y el sistema nervioso; por ejemplo, el hipocampo podría ser particularmente vulnerable a los bloqueadores de BACE1, debido a que su población de neuronas renace continuamente, jugando un papel importante en la formación de nuevos recuerdos.
   Las neuronas necesitan nuevos axones para crecer que, a su vez, deben conectarse a nuevos objetivos, ya que la guía axonal es una necesidad continua.
   "No todo son malas noticias", concluye Vassar, "estos bloqueadores de BACE1 podrían ser útiles, a una dosis específica, para reducir las placas amiloides sin interferir con el cableado. Además, comprender la función normal de BACE1 puede ayudarnos a evitar los posibles efectos secundarios de los medicamentos".