jueves, 31 de enero de 2013

Expertos en reproducción asistida aconsejan no retrasar la gestación más allá de los 35 años

Expertos en reproducción asistida recomiendan no posponer la edad de gestación más allá de los 35 años. Al respecto, la codirectora del Centro Médico de Reproducción Asistida de Valencia (CREA), Carmen Calatayud, ha indicado que las necesidades y avances sociales "no siempre coinciden con los patrones biológicos, ya que la fertilidad de la mujer disminuye conforme aumenta la edad". 

   La facultativa ha explicado que cada vez es más frecuente en España el porcentaje de mujeres que deciden retrasar la edad de gestación influenciadas por factores sociológicos tales como su mayor participación en el mercado laboral, la disponibilidad de métodos anticonceptivos más eficaces, y la evolución de la sociedad del bienestar. Esta realidad, independiente de la situación económica actual, se ha ido confirmando en los últimos años con la tendencia al envejecimiento poblacional.
   Dado que a partir de cierta edad disminuye la probabilidad de embarazo, muchas de las mujeres que deciden buscar descendencia y no lo consiguen de forma natural deciden recurrir a centros especializados en medicina reproductiva, "lo que ha provocado un incremento de la edad media de las mujeres que se realizan tratamientos de reproducción asistida", ha dicho.
   Se ha observado que en mujeres sin problemas reproductivos, la fertilidad mensual comienza a reducirse drásticamente a partir de los 35 años y suele ser casi nula a partir de los 43. Se estima que para el 95 por ciento de las mujeres, a los 30 años ya está sólo presente el 12 por ciento de los ovocitos y que a los 40 años, ya queda menos de un 3 por ciento.  
   La disminución en la calidad ovocitaria se debe a un aumento de la no disyunción meiótica, lo que se traduce en un aumento de aneuploidías y problemas genéticos en el ovocito y posteriormente, en el embrión. Es decir, hay un mayor riesgo de que los embriones presenten alteraciones genéticas internas. Por este motivo, el riesgo de aborto y de síndrome de Down y otras anomalías cromosómicas "aumenta con la edad de la mujer", ha señalado la médica.
   Según ha explicado la doctora Calatayud, "los centros de medicina reproductiva han tenido que ajustarse a esta realidad y actualizar sus procedimientos para poder ofrecer un mejor pronóstico a estas pacientes que consultan con una menor reserva ovocitaria".
   Las pautas de estimulación ovárica han cambiado y ya no están orientadas a "forzar" los ovarios para que crezcan muchos óvulos, sino a conseguir embriones de mejor calidad y con mayor potencial evolutivo. "Los laboratorios han adaptado sus métodos de cultivo embrionario y han permitido mejorar el desarrollo de estos gametos y embriones, más delicados", ha dicho.
   Según la doctora Calatayud, la paciente debe saber que "el éxito de las técnicas de reproducción asistida con ovocitos propios disminuye también con la edad, especialmente a partir de los 38 años, por lo que a partir de los 35, debería agilizarse el diagnóstico y el acceso a este tipo de tratamientos en las mujeres que lo precisen".

Descifrado un circuito clave para producir células madre de la sangre

Investigadores del Hospital del Mar y del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (Imim) de Barcelona han descifrado uno de los circuitos de regulación génica "clave" para generar células madre del tejido sanguíneo, según informa el centro.

   El hallazgo, que publica 'Journal of Experimental Medicine', es significativo para generar células madre en el laboratorio, de las que se podrían beneficiar enfermos de leucemia u otras patologías, que necesitan un trasplante y que en muchos casos no tienen donantes compatibles.
   El trabajo, con una duración de cuatro años, ha consistido en la realización de multitud de experimentos en colaboración con grupos de Japón, Holanda y EE.UU.
   En concreto, el grupo ha descubierto que la proteína Nocht, involucrada en el desarrollo de la mayoría de tejidos, es la responsable de activar el gen Gata 2 necesario para generar células madre de la sangre, aunque al mismo tiempo induce la producción de su propio represor, Hes1, ha explicado la coordinadora del grupo de investigación, Anna Bigas.
   En el proceso de generación de células madre intervienen muchas señales moleculares que mediante un circuito regulador se inducen en un determinado momento, se mantienen activas durante un tiempo determinado y luego se apagan para que estas células se puedan diferenciar.
   El equipo de Bigas también ha demostrado que este circuito regulador permite que la proteína Gata2 se produzca de forma limitada, lo cual es imprescindible para la producción del citado tipo de células madre.
   Los investigadores se han encontrado con algunas dificultades de tipo metodológico, porque había técnicas que no se podían realizar en el Imim y se establecieron colaboraciones con la Tohoku University School of Medicine de Sendai (Japón), que se vieron truncadas por el terremoto de 2011, algo que se tuvo que trasladar finalmente a la Universidad de Rotterdam.