miércoles, 26 de marzo de 2014

Un solo gen, clave en el envejecimiento y la reducción de grasa

NUEVA YORK.- Un solo gen parece desempeñar un papel crucial en la coordinación del sistema inmunológico y el metabolismo, puesto que al eliminarlo en ratones reduce su grasa corporal y extiende su vida útil, según los resultados de una nueva investigación del Centro de Investigación en Nutrición Humana Jean Mayer (USDA HNRCA, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Tufts y la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale, en Estados Unidos. Los resultados que revelan el papel de este gen FAT10 se publican en la edición digital de 'Proceedings of the National Academy of Sciences'.

   Basándose en estudios de expresión génica de los tejidos grasos realizados en USDA HNRCA, estos expertos analizaron el papel de FAT10 en el tejido adiposo y el metabolismo. "En realidad, nadie sabía qué hacía el gen FAT10, aparte de activarse por la inflamación y aumentar en los cánceres ginecológicos y digestivos --señala el coautor Martin S. Obin, científico adjunto en la Unidad de Genómica Funcional Central en HNRCA USDA--. Apagado produce una variedad de efectos beneficiosos en los ratones, como reducción de la grasa corporal, lo que ralentiza el envejecimiento y prolonga la vida útil en un 20 por ciento".
   Por lo general, los ratones ganan grasa a medida que envejecen y los autores de este trabajo vieron que activar el gen FAT10 en ratones normales eleva el tejido de grasa con la edad, mientras que los roedores que carecen de FAT10 consumen más alimentos pero queman grasa a un ritmo acelerado, por lo que tienen menos de la mitad de grasa que el tejido de ratones normales de edad avanzada. Al mismo tiempo su músculo esquelético acelera la producción de una molécula inmune que aumenta su respuesta a la insulina, lo que resulta en la reducción de los niveles circulantes de insulina, protegiéndoles contra la diabetes tipo 2 y alargando su vida útil.
   Los autores señalan que la eliminación de FAT10 no aborda plenamente el dilema del envejecimiento y el aumento de peso. "Los ratones de laboratorio viven en un laboratorio bajo condiciones ideales libres de gérmenes -destaca Obin, quien también es profesor asociado en la Escuela Friedman de Nutrición y Ciencias Políticas en la Universidad de Tufts--. La lucha contra la infección requiere energía, que puede proporcionarla la grasa almacenada. Los ratones sin el gen FAT10 pueden carecer de la necesaria para luchar contra la infección con eficacia fuera del laboratorio. Se necesita más investigación para saber cómo lograr ese equilibrio en ratones y luego, con suerte, en algún momento, en las personas".
"Bloquear la actividad de FAT10 para coordinar la inmunidad y el metabolismo podría conducir a nuevas terapias para la enfermedad metabólica, el síndrome metabólico, el cáncer y un envejecimiento saludable porque cuando lo anulamos el resultado neto es que los ratones viven más tiempo", afirma el coautor Allon Canaán, científico asociado en el Departamento de Genética de la Universidad de Yale.
   Canaán y sus colegas desarrollaron inicialmente un ratón deficiente de FAT10 para analizar el papel de este gen en la sepsis. En un intento de aumentar la sensibilidad para la sepsis, Canaan eliminó FAT10 en los ratones adultos y descubrió que los roedores que carecían del gen eran delgados y envejecieron más lentamente. Estos ratones parecían más jóvenes y más fuertes que los roedores normales de su misma de edad, tenían un mejor tono muscular y no desarrollaron tumores relacionados con la edad.

Las tasas de ceguera caen en el mundo desarrollado

LONDRES.- Las tasas de ceguera y problemas de visión han caído en los últimos 20 años en el mundo desarrollado, pero la degeneración macular ha sustituido a la catarata como la principal causa de ceguera en los países ricos, revela un análisis de la evidencia disponible publicado en la edición digital de 'British Journal of Ophthalmology'.
 
   Los investigadores de este trabajo escrutaron los datos disponibles desde 1980 hasta 2012 sobre la prevalencia y las causas de la ceguera y la visión en el futuro/problemas de visión parcial en países de altos ingresos de Asia Pacífico, Australasia, América del Norte, Europa Occidental y Europa Central y del Este.
   Estos expertos detectaron 243 estudios adecuados para su análisis de un total de 15.000 en todo el mundo que eran representativos de muchas poblaciones. Luego utilizaron métodos estadísticos para calcular las estimaciones de la prevalencia y las causas más comunes de ceguera y los problemas de visión/clarividencia parcial entre 1990 y 2010 a lo largo de los 190 países.
   Durante el periodo de 20 años, la prevalencia de la ceguera se redujo a la mitad en los países de altos ingresos, pasando de 3.314 millones de personas (el 0,2 por ciento de la población) a 2.736.000 personas (el 0,1 por ciento de la población). Del mismo modo, la prevalencia de la miopía/problemas de visión parcial disminuyó en un 38 por ciento, pasando de 25.362 millones (el 1,6 por ciento de la población) a 22.176.000 personas (el 1 por ciento de la población).
   A nivel mundial, la prevalencia de la ceguera y la visión parcial miopía/alteración también cayó durante este periodo, en un 37 y 27 por ciento, respectivamente. En los países de altos ingresos, las mujeres tenían más probabilidades de ser ciegas o sufrir una mala visión que los hombres, a lo largo del periodo de estudio de 20 años.
   La causa más común de ceguera ha cambiado durante este tiempo, pasando de ser la catarata (opacidad del cristalino) a la degeneración macular (enfermedad degenerativa que afecta la visión central), excepto en los países del este y centro de Europa. Pero las causas más comunes de la miopía/problemas de visión parcial, los defectos refractivos no corregidos (incluida la miopía y la hipermetropía), siguen siendo las mismas.
"[Esto] muestra que, incluso para los países altamente desarrollados, una de las formas más eficaces, baratas y seguras de mejorar la pérdida de la visión, proporcionando las gafas adecuadas para corregir los defectos de refracción, se está pasando por alto", señalan los autores de este trabajo.
   Estos expertos advierten también de que el aumento de la prevalencia de la diabetes tendrá un enorme impacto en la salud de los ojos, con cerca de cien millones de personas que se espera que desarrollen retinopatía diabética, alrededor de un tercio de las cuales están en riesgo de perder la vista. Muchos individuos con diabetes también corren riesgo de glaucoma y catarata, añaden.