viernes, 24 de marzo de 2017

Un estudio desvela por qué los tumores cancerígenos también afectan a personas con hábitos de vida saludables

BALTIMORE.- Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore (Estados Unidos) ha demostrado que la mayoría de las mutaciones del cáncer se deben a errores aleatorios que suceden de forma espontánea en las células sanas durante la replicación del ADN.

A esta conclusión, publicada en la revista 'Science' y recogida por la plataforma Sinc, han llegado tras analizar la secuenciación del genoma y los datos epidemiológicos de 32 tipos de cáncer en 4.800 millones de personas. El análisis se ha basado en un nuevo modelo matemático basado en secuenciación de ADN y datos epidemiológicos de todo el mundo.
"Es bien sabido que debemos evitar factores ambientales como fumar para disminuir nuestro riesgo de cáncer, pero cada vez que una célula normal divide y copia su ADN para producir dos nuevas células, se producen múltiples errores", han explicado los expertos, para asegurar que estos errores son una fuente de mutaciones que históricamente han sido científicamente infravalorada.
En este sentido, los científicos han hallado que generalmente se necesitan dos o más mutaciones críticas para que el cáncer ocurra. En una persona, estas mutaciones pueden deberse a errores aleatorios de copiado del ADN, al medio ambiente o a genes heredados.
Así, han demostrado que cuando se suman las mutaciones críticas en los cánceres pancreáticos, el 77 por ciento de ellos se debe a errores aleatorios de copiado del ADN, 18 por ciento a factores ambientales como el tabaquismo, y el 5 por ciento restante a la herencia. 
En otros tipos de cáncer, como los de la próstata, el cerebro o el hueso, más del 95 por ciento de las mutaciones se deben a errores de copiado aleatorios.
No obstante, en el cáncer de pulmón presenta el 65 por ciento de todas las mutaciones son debidas a factores ambientales, especialmente por el hecho de fumar, si bien el 35 por ciento se debe a errores de copiado del ADN.
Ahora bien, de forma general, en los 32 tipos de cáncer estudiados los investigadores estiman que el 66 por ciento de las mutaciones son provocadas por errores de copiado, el 29 por ciento se pueden atribuir al estilo de vida o factores ambientales y el 5 por ciento restante, a la herencia.
"Muchas personas desarrollan cáncer debido a estos errores aleatorios de copiado del ADN. Por ello, se necesitan urgentemente mejores métodos para detectar todos los cánceres antes, cuando todavía son curables. Necesitamos seguir alentando a la sociedad para que evite tanto los agentes ambientales como los estilos de vida que aumentan su riesgo de desarrollar mutaciones en el cáncer", han recalcado.
Finalmente, los autores han comentado que sus conclusiones están de acuerdo con estudios epidemiológicos que demuestran que aproximadamente el 40 por ciento de los cánceres se pueden prevenir evitando entornos poco saludables y estilos de vida. 
"Los esfuerzos actuales y futuros para reducir los factores de riesgo ambiental conocidos tendrán impactos importantes en la incidencia de cáncer. Pero estos cánceres se producirán sin importar cómo de perfecto sea el ambiente", han zanjado.

martes, 7 de marzo de 2017

Un simple análisis de sangre para localizar dónde crecen los tumores

MADRID.- Hasta ahora, los análisis de sangre puede detectar el cáncer al identificar el ADN liberado por las células tumorales que mueren. Sin embargo, no indican dónde reside el tumor.

Una nueva prueba desarrollada por bioingenieros de la Universidad de California en San Diego (EE UU) ayuda a localizar en qué parte del cuerpo está creciendo el tumor.  Se trata de un análisis de sangre que detecta el cáncer de manera precoz sin necesidad de técnicas invasivas. Los resultados se publican hoy en la revista 'Nature Genetics'.
Cuando un tumor comienza a extenderse por una parte del cuerpo compite con las células normales por los nutrientes y el espacio, matándolas en el proceso. El ADN de estas células moribundas acaba en el torrente sanguíneo y se pueden usar para descubrir el tejido afectado.
Los investigadores descubrieron una nueva pista en la sangre que podía ayudar a detectar las células tumorales e identificar dónde se están desarrollando. El método de la universidad estadounidense encontró una firma de ADN concreta: los haplotipos de metilación CpG dentro de las moléculas de ADN.
"Hicimos el descubrimiento por accidente. Buscábamos células cancerígenas para averiguar su origen, pero vimos también señales de otras células. Nos dimos cuenda de que si integrábamos los dos conjuntos de señales podíamos determinar la presencia o ausencia del tumor y dónde estaba creciendo", explica Kun Zhang, profesor en la Escuela de Ingeniería de la Universidad de California San Diego, y autor principal del trabajo.
Para poner en práctica el método, los investigadores crearon una base de datos con todos los patrones de metilación CpG de tejidos como el hígado, intestino, colon, pulmones, cerebro, riñón, bazo páncreas o sangre.
El grupo también analizó muestras tumorales y de la sangre de pacientes enfermos del Centro de Cáncer Moores de la Universidad de California en San Diego, para tener identificados una serie de marcadores genéticos específicos de la enfermedad.
Analizaron las muestras de sangre de individuos con y sin tumores buscando señales de los marcadores cancerígenos y de los patrones de metilación de los tejidos. La prueba funciona como un proceso de autenticación dual. Se necesita la combinación de ambas señales para obtener una respuesta positiva.
Aun así, el equipo es cauto. "Esto no es más que una prueba de concepto. Necesitamos trabajar con oncólogos para optimizar y refinar el método antes de llevarlo a la fase del ensayo clínico", advierte Zhang.
Las pruebas de sangre para el cáncer funcionan seleccionando el ADN liberado por las células tumorales que mueren y estas pruebas son prometedoras para detectar rastros de ADN tumoral en la sangre de pacientes con cáncer, pero los resultados no indican dónde reside el tumor. "Conocer la localización del tumor es crítico para una detección temprana eficaz", ha afirmado el autor principal del estudio, Kun Zhang, profesor en la Escuela de Ingeniería de UC San Diego.
En tal estudio, Zhang y su equipo descubrieron una nueva pista en la sangre que podría revelar la presencia de células tumorales e identificar dónde están. Cuando un tumor comienza a formarse en una parte del cuerpo, compite con las células normales por los alimentos y el espacio, matándolas en el proceso, de forma que a medida que las células normales mueren, liberan su ADN en el torrente sanguíneo y ese ADN podría indicar el tejido afectado.
El método muestra una huella de ADN específica llamada haplotipos de metilación de CpG, que son la adición de grupos metilo a múltiples secuencias CG adyacentes en una molécula de ADN. Cada tejido en el cuerpo puede identificarse por su firma única de haplotipos de metilación.
"Hicimos este descubrimiento por accidente. Al principio, estábamos tomando un enfoque convencional y sólo buscando señales de células de cáncer y tratando de averiguar de dónde venían. También estábamos viendo señales de otras células y nos dimos cuenta de que si integrábamos ambos conjuntos de señales juntos, podríamos realmente determinar la presencia o ausencia de un tumor y dónde está creciendo el tumor", ha dicho Zhang.
Para desarrollar su nuevo método, los investigadores elaboraron una base de datos de los patrones completos de metilación de CpG de diez tejidos normales diferentes (hígado, intestino, colon, pulmón, cerebro, riñón, páncreas, bazo, estómago y sangre). También analizaron muestras tumorales y de sangre de pacientes con cáncer en el Centro de Cáncer Moores de la UC San Diego para crear una base de datos de marcadores genéticos específicos del cáncer.
Zhang y su equipo examinaron muestras de sangre de individuos con y sin tumores en busca de señales de marcadores de cáncer y patrones de metilación específicos del tejido. La prueba funciona como un proceso de autenticación dual, pues se requiere la combinación de ambas señales, por encima de un corte estadístico, para asignar una coincidencia positiva. "Ésta es una prueba de concepto para trasladar esta investigación a la etapa clínica. Necesitamos trabajar con oncólogos para optimizar y perfeccionar este método", ha concluido Zhang.