martes, 28 de junio de 2011

La cardiopatía isquémica es la primera causa de muerte en el mundo

Cerca de 57 millones de personas murieron en todo el mundo durante el año 2008. La primera causa de muerte ese año fueron las cardiopatía isquémica, que provocaron 7,25 millones de fallecimientos, el 12,8 por ciento del total. Así se desprende del último informe sobre las 10 principales causas de muerte en el mundo, publicado este martes por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

   A las cardiopatías isquémicas le siguen, como principales causas de deceso, los ictus y otras enfermedades cerebrovasculares, con 6,15 millones de muertes --el 10,8% del total-- y las infecciones respiratorias de vías bajas, que mataron a 3,46 millones de personas y supusieron así el 6,1 por ciento del total de muertes a nivel mundial.
   En cuarto lugar dentro de esta lista figuran la EPOC, con 3,28 millones de decesos (5,8%); en quinto las diarreas, con 2,46 millones de muertes (4,3%); en sexta posición el VIH/sida, con 1,78 millones de fallecimientos (3,1%) y en octavo lugar los cánceres de pulmón, traquea y bronquios, con 1,39 millones de muertes (2,4%).
   Los últimos puestos de la lista de las principales causas de muerte son la tuberculosis, con 1,34 millones de fallecimientos (2,4%); la diabetes mellitus, que causó 1,26 millones de decesos (2,2%) y en décima posición, los accidentes de tráfico, con 1,21 millones (2,1%).
   Según la OMS, el tabaquismo se presenta como la principal causa de la aparición de gran número de las enfermedades que han causado la muerte a más personas en todo el mundo. Entre ellas figura la enfermedad cardiovascular, la EPOC o el cáncer de pulmón. En total, el tabaco es responsable de la muerte de casi uno de cada 10 adultos en todo el mundo.  
   En los países de bajos ingresos, las primeras causas de muerte fueron las enfermedades respiratorias, con 1,05 millones de muertes (11,3%); las diarreas, con 760.000 fallecimientos (8,2%) y el VIH/sida, con 720.000 decesos (7,8%). Las cardiopatías isquémicas ocupan el cuarto lugar de esta lista, con 570.000 muertes (6,1%), y la malaria la quinta posición, con 480.000 decesos (5,2%).
   En los países ricos, es la cardiopatía isquémica la principal causa de deceso, con 1,42 millones de muertes (15,6%), seguida del ictus y otras enfermedades cerebrovasculares, con 790.000 muertes (8,7%) y los cánceres de traquea, pulmón y bronquios, que estuvieron detrás de 540.000 fallecimientos en 2008 (5,9%). La cuarta causa de muerte fueron el Alzheimer y otras demencias, con 370.000 muertes (4,1%).
   "En los países con mayores ingresos, más de dos tercios de la población vive más allá de los 70 años y suelen morir, sobre todo, de enfermedades crónicas, como la patología cardiovascular, EPOC, de cáncer, diabetes o de demencia. Las infecciones pulmonares siguen siendo la única infección destacada que causa muertes", señala el estudio.
   Por su parte, en los países con menores ingresos, "menos de uno de cada cinco personas logra cumplir 70 años y más de un tercio de todas las muertes son de niños que no han llegado a los 15 años". En estos lugares, según el informe, "la población muere sobre todo de enfermedades infecciosas, como las infecciones pulmonares, las diarreas, el VIH/sida, la tuberculosis o la malaria".
   "Las complicaciones en el embarazo y en el parto continúan siendo las principales causas de fallecimiento en estos países, acabando con la vida tanto de los niños como de sus madres", destaca este informe, donde se recuerda que más de 8 millones de las muertes registradas en 2008 fueron de menores de cinco años, de las que el 99 por ciento se registraron en países de ingresos medios y bajos.

Los marcapasos inteligentes consiguen que el corazón funcione mejor, reduciendo la fatiga


Los nuevos marcapasos inteligentes mejoran notablemente la calidad de vida del paciente con arritmias, ya que logran que "el corazón de estos enfermos funcione mejor, aumentando su capacidad de esfuerzo, disminuyendo la sensación de fatiga y evitando la aparición de mareos", apunta el presidente de la Sección de Electrofisiología y Arritmias de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), el doctor Ignacio Fernández Lozano.

   En España se implantan anualmente más de 34.000 marcapasos, y, indica, estos datos aumentan anualmente, sin embargo los especialistas encargados de realizar el seguimiento de los pacientes no asciende de manera paralela, de modo que, en la mayoría de los casos, los enfermos visitan únicamente al especialista una vez al año, "una revisión insuficiente para la correcta optimización del dispositivo que portan".  
   Este es uno de los motivo que hacen que, pese a las múltiples funciones de las que dispone un marcapasos, estos se utilicen "poco y mal" en la mayoría de los casos, desaprovechando muchas de las opciones que permite el dispositivo.
   "Dado el número de pacientes, es muy difícil optimizar todos los marcapasos para cada individuo, por lo que muchas veces se programan de manera genérica, pero algunos enfermos necesitan una programación específica para que su marcapasos se adapte mejor a su corazón, obteniendo el control de la frecuencia adecuado", comenta Fernández Lozano.
   Sin embargo, los nuevos dispositivos - comercializados en España desde enero-, se ajustan diariamente de manera automática, lo que consigue adaptar el marcapasos a las necesidades del paciente sin obligación de visitar a un especialista, a menos que exista alguna complicación.
   Fernández Lozano, que ha participado en el European Heart Rhythm Association (EHRA, por sus siglas en inglés) que está celebrando en Madrid, ha hecho especial hincapié en cómo las novedades recientemente aparecidas en el campo del tratamiento del ritmo cardiaco van a mejorar el manejo de los pacientes con arritmias.

La meditación trascendental reduce casi a la mitad los eventos cardíacos

Los pacientes con enfermedades cardíacas que practican meditación trascendental para reducir el estrés tienen una tasa de muertes, ataques al corazón e ictus un 50 por ciento menor que la de aquellos que no meditaban, pero siguieron programas educativos en salud. 

   Así lo señala un estudio realizado por investigadores del Medical College de Wisconsin, en Estados Unidos, en colaboración con el Instituto de Medicina Natural y Prevención de la Maharishi University of Management (MUM). Sus resultados se publica este lunes en la edición 'on line' de 'Archives of Internal Medicine'.
   Este ensayo clínico, que se desarrolló durante nueve años, siguió la evolución de un total de 201 pacientes afroamericanos, con una edad media de 59 años de edad y cuyas arterias se habían estrechado.
   Estos participantes fueron divididos en dos grupos: uno que practicó técnicas de meditación trascendental y otro que recibió clases de educación en salud sobre los factores de riesgo tradicionales para sufrir eventos cardíacos, como dieta o ejercicio.
   Según el director del Instituto de Medicina Natural y prevención de la MUM, Robert Schneider, estos resultados son los efectos más fuertes documentados que se producen por una intervención cuerpo-mente en relación con las patologías cardiovasculares.
   "El efecto ha resultado ser tan grande o mayor que el de los tratamientos farmacológicos para enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, estos pacientes continúan aún tomando tratamientos estándar, pese a que este efecto le supera", apunta Schneider.
   Para el profesor de Medicina Theodore Kotchen, coautor de este estudio, "en los hombres y mujeres afroamericanos con enfermedades cardíacas, la meditación trascendental --una técnica para reducir el estrés-- reduce la probabilidad de morir, de sufrir infartos de miocardio no mortales e ictus no mortales en un 47 por ciento".
   "Al mismo tiempo, los participantes en este estudio mantuvieron su medicación normal para controlar los factores de riesgo cardiovascular, incluidos los agentes antihipertensión  y la medicación para bajar los lípidos", explica Kotchen.
   "En consecuencia --apunta-- la meditación debería ser considerada como un complemento, no como un sustitutivo, para la medicación normal. Aunque provocadoras, estas observaciones deberán confirmarse con otra población de pacientes".
   Los autores de este trabajo realizaron más análisis en dos subgrupos: uno formado por los pacientes que presentaba un alto cumplimiento de los programas de medicación y otro con los mayores niveles de estrés. 
Descubrieron que los pacientes que mejor seguían su tratamiento presentaban una reducción de la tasa de muerte, infarto e ictus incluso mayor (66%), mientras que el subgrupo de personas con mayores tasas de estrés presentó una reducción del 64 por ciento.

Un estudio podría explicar por qué los hombres enferman más que las mujeres

Investigadores de la Universidad de Queensland, en Australia, han demostrado que los hombres realmente enferman más que las mujeres, tras haber comprobado que éstas presentan una respuesta inmune "mucho más fuerte" frente al rinovirus, el patógeno que suele causar los resfriados comunes.

   Generalmente, cuando se trata de resistir enfermedades, los hombres parecen el sexo más débil y, por ejemplo, cuando hay virus en el ambiente estos caen enfermos con más frecuencia y permanecen en cama mientras que, en cambio, las mujeres continúan con sus labores a pesar del resfriado.
   La investigación, cuyos resultados publica esta semana la revista 'Respiratory Research', trataba inicialmente de estudiar las diferencias de virulencia del rinovirus.
   Y es que, según explica el doctor John Upham, autor del estudio, en declaraciones a la BBC, "mientras que los pacientes asmáticos suelen caer gravemente enfermos, en personas sanas, en cambio, apenas causa un resfriado común que desaparece en pocos días".
   Sin embargo, al analizar las conclusiones, observaron que "uno de los resultados más interesantes y sorprendentes fue que las mujeres pueden presentar una respuesta inmune mucho más fuerte para combatir el virus", señala el investigador.
   De este modo, se podría explicar por qué los hombres caen enfermos tan fácilmente cuando se ven contagiados por algún microbio.
   Para comprobar los resultados, los investigadores llevaron a cabo análisis en 63 voluntarios sanos, hombres y mujeres, y los resultados mostraron que la protección se desvanece después de la menopausia, lo que surgiere que las responsables de esa mayor fortaleza son las hormonas sexuales femeninas, explica Upham.
   "Cuando estudiamos a hombres y mujeres mayores de 50 años, la respuesta inmune de ambos grupos fue exactamente igual", asegura.
   Sin embargo, no se sabe con certeza si se trata del estrógeno o la progesterona pero, como apunta el profesor Upham, "es ciertamente probable" que sea alguna de estas hormonas la que está protegiendo a las mujeres, lo que a su juicio "tiene sentido desde un punto de vista biológico porque son las mujeres las que deben asegurar la supervivencia de las especies".
   No obstante, Upham y su equipo están convencido de que esta relación es "más complicada de lo que parece a simple vista", ya que la forma como la gente responde cuando se infecta con un virus está determinado en parte por el estado de su sistema inmune y por su biología.
   "Pero también puede haber muchos factores de comportamiento que influyen en esta respuesta, y quizás los hombres nos dejamos caer en estos estereotipos culturales mientras que las mujeres están más 'sintonizadas' con su propio cuerpo", agrega.
   En cualquier caso, según su estudio sugiere que "las mujeres premenopáusicas tienen una respuesta inmune adaptativa más fuerte a la infección del rinovirus que los hombres y la gente de mayor edad".
   Asimismo, tras dicho hallazgo sugiere que se debería "tener en cuenta el género y la edad en los ensayos clínicos y en el desarrollo de nuevos tratamientos y vacunas", dice el experto.

Determinados antirretrovirales causan envejecimiento prematuro

Investigadores británicos han descubierto que los inhibidores análogos de los nucleósidos de transcriptasa reversa (NRTI, por sus sigla en inglés), fármacos que se utilizan contra el VIH, dañan el ADN en la mitocondria de los pacientes, que es la "batería" que brinda energía a las células, pudiendo causar envejecimiento prematuro. El hallazgo se publica en la revista especializada 'Nature Genetics'.

   Los autores de este estudio, investigadores del Instituto de Medicina Genética de la Universidad Newcastle, han advertido de que este efecto se ha hallado en la versión genérica de este fármaco.
   Consideran poco probable que los últimos cócteles de medicamentos fabricados por farmaceúticas como Gilead, Merck, Pfizer y GlaxoSmithKline (GSK) generen niveles similares de daño, pues se les considera menos tóxicos para la mitocondria. No obstante, este asunto se requiere de más investigaciones para estar seguros de ello.
   Según Patrick Chinnery, investigador del Instituto de Medicina Genética de la Newcastle University y líder del estudio, "estos efectos colaterales tardan en hacerse visibles, por lo que hay  interrogantes sobre el futuro y sobre si los fármacos más nuevos pueden causar este problema".
"Creemos que es menos probable, pero no lo sabemos, porque no hemos tenido tiempo de verlo", puntualiza.
   No obstante, estos resultados ayudan a explicar por qué las personas con VIH tratadas con antirretrovirales más antiguos a veces muestran signos avanzados de fragilidad y enfermedades como cardiopatías o demencia a edad temprana, señalaron los investigadores.
   "El ADN en nuestra mitocondria es copiado a través de nuestra vida y, a medida que envejecemos, naturalmente acumula errores", explica Chinnery, quien cree que estos fármacos para el VIH "aceleran la tasa en la cual se acumulan esos errores".
   "Por lo tanto, en el lapso de, digamos, 10 años, el ADN de la mitocondria de un paciente habría acumulado la misma cantidad de errores que quien naturalmente ha envejecido 20 o 30 años", agregó.
   Los fármacos NRTI --de los cuales el más conocido es el AZT, también denominado zidovudina, originalmente desarrollado por GSK-- fueron un gran avance en el tratamiento del VIH cuando aparecieron en el mercado a finales de los años 80.
   Los NRTI prolongaron la vida de los pacientes y ayudaron a hacer del VIH una enfermedad crónica tratable, en lugar de una sentencia de muerte, como era en los comienzos de la epidemia.
   La preocupación sobre la toxicidad de estos medicamentos, sobre todo con su uso prolongado, implica que ahora sean menos utilizados en los países ricos, donde han sido reemplazados por combinaciones de fármacos contra el VIH más caros y con menos efectos colaterales.
   Sin embargo, en los países más pobres, donde el acceso a genéricos más económicos suele ser la única opción para que los pacientes con VIH reciban tratamiento, el uso de NRTI es aún relativamente amplio.
   En 2009, unos 33,3 millones de personas en todo el mundo eran portadores del VIH, según las últimas estadísticas disponibles de Naciones Unidas. Unos 22,5 millones de ellos viven en África.
   Según Brendan Payne, de Newcastle's Royal Victoria Infirmary, quien también trabajó en el estudio, "estos fármacos no serán perfectos, pero se debe recordar que, cuando aparecieron, dieron a las personas unos 10 o 20 años adicionales (de vida), cuando de otra forma hubiesen muerto".
   "En África, donde la epidemia de VIH ha impactado con más fuerza y donde las medicinas más costosas no son una opción, (los fármacos más antiguos) son una necesidad absoluta", agregó.
   Para realizar este trabajo, el equipo de Chinnery estudió células musculares de adultos infectados con VIH, algunos de los cuales habían recibido NRTI anteriormente. Hallaron que los pacientes que habían sido tratados con NRTI --incluso hacía 10 años-- tenían un daño mitocondrial similar al de una persona mayor saludable.
   Los investigadores buscan ahora formas de reparar o detener parte del daño causado por estos fármacos y señalan que creen que centrarse  en practicar ejercicio --que parece tener un efecto beneficioso sobre los pacientes con enfermedades mitocondriales-- sería de gran ayuda.