miércoles, 11 de diciembre de 2019

La salud, la gran perjudicada por el cambio climático

MADRID.- La salud se ve directamente afectada por el cambio climático, como refleja el informe “La salud en la cooperación al desarrollo y la acción humanitaria” presentado este miércoles en la Cumbre del Clima que se celebra en Madrid.

“El primer problema de salud que hay en el mundo es la inequidad, las personas más vulnerables son las que más riesgo tienen de padecer problemas de salud, y también son las más afectadas por el cambio climático”, ha denunciado el presidente de Medicus Mundi, Carlos Mediano.
En esa misma línea, el presidente de Médicos del Mundo, José Félix Hoyo, ha evidenciado que “en trece de los veinte países más vulnerables al cambio climático ni siquiera se tienen en cuenta políticas para paliar sus efectos”
Los datos son “alarmantes”, ha asegurado Mediano, al dar conocer que “nueve de cada diez personas del mundo respiran aire contaminado y la polución es la causante del 33 % del asma infantil”.
En un llamamiento a favor de una dieta basada más en verduras y legumbres, Hoyo ha considerado fundamental una buena nutrición para frenar el cambio climático “porque el aumento de la temperatura marina pone en riesgo la vida de los peces y el consumo de carne, en concreto la vacuna, aumenta un 10 % los efectos de gases invernadero”.
Desde el punto de vista de Mediano, “el cambio climático debería ser declarado emergencia global (…) De hecho, deberíamos llamarlo emergencia climática crónica porque nos va a costar mucho tiempo solventarla”.
Al respecto ha argumentado que “tanto el ébola como el zika fueron calificados como emergencias climáticas y afectaron a muchísima menos gente”.
Asimismo ha hecho una llamada de atención a todos los involucrados en la agenda 2030: “está muy bien decir qué objetivos queremos conseguir, pero nadie ha explicado cómo hacerlo”
Y es que desde 2018, “70 millones de personas se han visto forzadas a huir de sus hogares por catástrofes humanitarias”, ha expresado Hoyo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 23 % de las muertes no previstas está ligado a factores medioambientales y, en el año 2050, 200 millones de personas necesitarán ayuda humanitaria.
A pesar de tener cifras registradas de la mortalidad por los efectos climáticos, estos no incluyen a los países desarrollados.
“Sabemos la mortalidad que producen las olas de calor lamentablemente sólo de los países ricos. Hay auténticas emergencias climáticas soterradas porque simplemente no sabemos cuánta gente muere en países subdesarrollados”, ha reconocido Hoyo.
Debido al calentamiento global, la zona de acción de algunos insectos portadores de enfermedades como el dengue, se ha ampliado y afecta a nuevas poblaciones.
Otra de sus consecuencias es la deforestación acelerada que provoca que “reservorios de algunas enfermedades antes ocultos en bosques modifiquen su residencia y se acerquen a las ciudades, como ya está ocurriendo con los portadores del ébola”, ha continuado
En cuanto a salud mental, los ponentes han explicado que actualmente ya existe un síndrome diagnosticado, la solastalgia, que es la ansiedad o estrés que produce el cambio climático, al distorsionar el estilo de vida de los afectados, que como consecuencia se sienten totalmente desubicados.
El presidente de Médicos del Mundo ha lanzado una pregunta: “si se ha comprobado que es más rentable invertir en revertir el cambio climático en salud que pagar las consecuencias del mismo, entonces ¿por qué no se hace? ¿Qué interés secundario existe para no intentar revertirlo?”
Respecto a la inversión en acción humanitaria en España, Hoyo ha afirmado que “aunque invertimos cada vez más, la brecha de financiación está siempre a entorno al 40%”, es decir, la financiación es la misma, pero sin embargo el número de personas no cubiertas aumenta.
¿Y cuál es el resultado de esta decisión? 
Según Mediano, “el sistema sanitario español se encuentra en el puesto 20 de 100 países. El estipendio destinado a la cooperación en España en 2008 era de un 10% del presupuesto, actualmente no llega al 2,8 %”.