viernes, 25 de enero de 2019

La lepra se hace más resistente y sigue aumentando en América y África

ALICANTE, España.- La lepra ha comenzado a ser resistente al tratamiento en algunos casos y sigue aumentando en los continentes de América y África, informó hoy la Fundación Fontilles, referente español en la lucha contra esta enfermedad.

Con motivo del Día Mundial contra la Lepra, el domingo próximo, la organización recordó que hubo 210.671 nuevos casos en el mundo en 2017, cuando aparecieron las primeras resistencias a los fármacos, aumentaron las recaídas y continuaron las altas tasas de discapacidades asociadas y de detección en menores.
La enfermedad aumentó ese año en África (5,3 %), América (6,4 %), el Pacífico Occidental (4,3 %), el Mediterráneo Oriental (25 %) y de manera "marginal" en Europa, donde pasó de 32 a 33 casos.
Sin embargo, los diagnósticos disminuyeron un 3,3 % de manera global por el descenso registrado en la India (-6,9 %) como consecuencia de la debilidad de la campaña estatal de detección de casos de lepra.
Según la directora de Sensibilización y Voluntario de Fontilles, Yolanda Sanchis, en 2017 se dejaron de detectar alrededor de 190.000 nuevas infecciones en todo el mundo, la mitad de las previstas.
Y las recaídas aumentaron un 12,4 %, al pasar de 2.844 en 2016 a 3.192 en 2017, un incremento del 143,3 % respecto a las 1.312 comunicadas en 2014.
Todo ello evidencia "un deterioro en la vigilancia de la evolución del tratamiento", alertó la fundación
A su vez, se detectaron 16.979 casos en personas menores de catorce años, un 8,1 % del total, lo que indica la "continuidad de la transmisión en las comunidades empobrecidas".
La lepra es una enfermedad vinculada a la pobreza y a comunidades con graves deficiencias sanitarias por lo que, sin estar erradicada, no supone un problema de salud pública en los países europeos, que en 2017 solo comunicaron 33 nuevos casos a la OMS.
El Día Mundial contra la Lepra, instaurado en 1954 a iniciativa del periodista francés Raoul Follereau, pretende sensibilizar sobre la existencia de una enfermedad que muchas personas creen erradicada y conseguir la ayuda necesaria para prevenirla, detectarla, reducir la incidencia de las discapacidades asociadas y garantizar el futuro de quienes la padecen o la han padecido.

Un estudio refuerza la teoría sobre el origen del Alzhéimer: una infección en la boca

NUEVA YORK.- A lo largo de los últimos años, diversos científicos han apuntado a una hipótesis poco conocida sobre el origen del Alzheimer: según su teoría no sería sólo una enfermedad, sino una infección. Ahora, un nuevo estudio publicado en Science Advances refuerza esa teoría y lo hace vinculando esa enfermedad degenerativa con un origen inesperado: una enfermedad en las encías.

Jan Potempa, microbiólogo de la Universidad de Louisville, ha descubierto ‘Porphyromonas gingivalis’ en el cerebro de pacientes fallecidos de Alzheimer. Se trata del patógeno que provoca la periodontitis crónica, conocida como enfermedad de las encías, y no es la primera vez que ambas enfermedades se asocian, ya que un estudio de 2010 ya valoró esa posibilidad.
Se han llevado a cabo experimentos con ratones, en los que se provocaban infecciones orales con el patógeno, que condujeron a que las bacterias llegaran al cerebro y que éste produjera el péptido beta amiloide (Aβ), la proteína asociada con el Alzheimer. Los científicos creen que aún no han descubierto el origen de esta enfermedad degenerativa, pero están convencidos de que esta línea de investigación es importante.
Stephen Dominy, que coordina la investigación a través de la farmacéutica Cortexyme, asegura a Science Alert que "los agentes infecciosos han estado implicados en el desarrollo y la progresión del Alzheimer antes, pero la evidencia de la causalidad no había sido convincente. Ahora, por primera vez, tenemos pruebas sólidas que conectan el patógeno intracelular P. gingivalis y la enfermedad de Alzheimer".

La importancia de la boca

Los investigares no se quedaron ahí e identificaron enzimas tóxicas llamadas gingipainas en el cerebro de pacientes con Alzheimer. Pero, además, también encontraron esas gingipainas en cerebros de personas fallecidas que no fueron diagnosticadas con Alzheimer.
Hasta ahora, el patógeno Porphyromonas gingivalis y el Alzheimer se habían relacionado pero no se sabía si la enfermedad de las encías provoca Alzheimer o si es la demencia la que conduce a un cuidado bucal deficiente. 
Ahora, el hecho de encontrar gingipainas en personas que nunca fueron diagnosticadas de Alzheimer podría sugerir que podrían haber desarrollado la enfermedad si hubieran vivido más tiempo.
Los autores de la investigación aseguran en su estudio que "nuestra identificación de antígenos de gingipaina en los cerebros de personas con enfermedad de Alzheimer y también con patología de esta enfermedad pero sin haber sido diagnosticados de demencia, sostiene que la infección cerebral con Porphyromonas gingivalis no es el resultado de una atención dental deficiente después del inicio de la demencia o una consecuencia de la enfermedad, sino un evento temprano que puede explicar la patología encontrada en personas de mediana edad antes del deterioro cognitivo".