domingo, 13 de febrero de 2011

La medicina biorreguladora ayuda a reducir los síntomas alérgicos producidos por la contaminación

La medicina biorreguladora contribuye a eliminar las toxinas acumuladas por la contaminación y a estabilizar la respuesta de inmunomodulacion, sobre todo en alérgicos, y personas convalecientes de patologías respiratorias e infecciones viricas.
   Así lo asegura una revisión de estudios realizada por la inmunóloga del Hospital Ramón y Cajal de Madrid y vicepresidenta de la Asociación para el Estudio de la Medicina Biorreguladora (Asembior), Ángela Carrasco, que recomienda realizar un tratamiento de detoxificación para reducir estos síntomas.
   "Nos encontramos con la peor de las situaciones para el sistema inmune, contaminación, ausencia de viento y lluvia y calor. De este modo se produce una respuesta neuroinmunologica, aumenta el estrés y con él el cortisol y algunos neurotransmisores que provocan insomnio. Por otro lado un desequilibrio del sistema inmune que hace incrementar los episodios alérgicos e infecciones víricas", explica Carrasco, que prevé un aumento de los cuadros asmaticos.
   De hecho, según el último informe sobre la calidad del aire de Ecologistas en Acción, cuatro de cada cinco españoles respira aire contaminado y, teniendo en cuenta los límites legales de contaminación, el porcentaje de la población afectado es del 14 por ciento, lo que se traduce en 6,4 millones de personas. El principal agente contaminador del aire es el tráfico en las zonas metropolitanas.
   En este sentido, la medicina biorreguladora utiliza medicamentos homeopáticos compuestos, basados en componentes naturales en microdosis, equivalentes a los mediadores del sistema inmune, lo que "permite eliminar toxinas  y así  estabilizar el sistema inmunitario, a través de la respuestas  TH1 y TH2, y regular la respuesta inflamatoria TH3", destaca la doctora Carrasco, "sin efectos secundarios ni interacciones conocidas".
   Las toxinas acumuladas se manifiestan en cansancio, dificultad para dormir, retención de líquidos, piel envejecida y estreñimiento, entre otros síntomas, según destaca la especialista en Medicina Familiar, Concepción Díaz Tordable, que ha participado en un estudio sobre la eficacia de la medicina biorreguladora en la detoxificación que ha sido presentado en el último congreso de la Sociedad Española de Medicina General (SEMG).

Identifican mutaciones genéticas que vinculan desarrollo tumoral e hipertensión

Investigadores del Instituto Médico Howard Hughes en New Haven (Estados Unidos) han identificado mutaciones en un canal de potasio relacionado con un tipo específico de tumor adrenal que causa hipertensión grave en humanos. Su trabajo se publica en la revista 'Science'.
   Estos tumores, conocidos como adenomas adrenales productores de aldosterona, son benignos pero suponen una grave amenaza para la salud porque segregan excesivas cantidades de la hormona aldosterona, que produce hipertensión.
   Los científicos, dirigidos por Murim Choi, estudiaron a 22 pacientes con estos adenomas y descubrieron que alrededor de una tercera parte de los tumores tenían mutaciones somáticas en el gen que codifica el canal de potasio KCNJ5.
   Estas mutaciones de canal parecen causar una reacción en cadena de episodios celulares que conduce a una mayor entrada de calcio en las células, una señal que promueve la secreción de aldosterona y la proliferación celular en la corteza adrenal. Los investigadores también identificaron una mutación en la línea germinal en el gen KCNJ5 en una familia con una forma hereditaria de este trastorno.
   Estos descubrimientos, señalan los autores, explican cómo una única mutación puede causar dos características clave de los adenomas adrenales que producen aldosterona.

Un fármaco para la hipertensión podría ser perjudicial para los pacientes de ictus

El uso del fármaco candesartán, que reduce la presión sanguínea, en pacientes que tienen hipertensión en la fase aguda de los ictus no proporciona ningún beneficio y podría en realidad ser perjudicial, según un estudio del Hospital Universitario de Ulleval de Oslo que se publica en la edición digital de la revista 'The Lancet'.
 
   Se desconoce cuál es la mejor forma de controlar la hipertensión en un ictus agudo y la práctica médica actual es aceptar la hipertensión en esta situación. El candesartán pertenece a la familia de fármacos para la presión sanguínea llamados bloqueadores del receptor de la angiotensina.
   En el estudio participaron 1.017 pacientes mayores de 18 años con ictus agudo y presión sanguínea superior a 140 milímetros de mercurio (mm Hg) que fueron divididos en dos grupos, uno que tomaba candesartán y otro placebo durante 7 días. Durante el periodo de tratamiento, la presión sanguínea era significativamente menor en los pacientes que tomaban el fármaco. Pero durante un seguimiento de 6 meses, el riesgo de mortalidad vacular, ictus o ataque cardiaco no se diferenció entre ambos grupos.
   El análisis también reveló que los pacientes que tomaron candesartán fueron más propensos a tener una mala evolución en comparación con quienes tomaron placebo, aunque este descubrimiento no fue significativo a nivel estadístico.
   Nueve de los pacientes del grupo de candesartán experimentaron síntomas debido a la baja presión sanguínea frente a cinco del grupo placebo, y el fallo renal era también más frecuente en los pacientes que tomaban el fármaco que en el grupo placebo. Los autores también hicieron un meta-análisis que incluía estos descubrimientos y confirmó además la ausencia de efecto beneficioso.
   Los autores concluyen que estos resultados mostraban que no existía un efecto beneficioso del tratamiento de reducción de la presión sanguínea con el bloqueador del receptor de la angiotesina candesartán en pacientes con ictus agudo y presión sanguínea elevada. Por ello, los investigadores consideran que no existe motivo para el tratamiento para rebajar la presión sanguínea en la fase aguda del ictus.

Una nueva herramienta 'on line' predice la probabilidad de muerte por ictus

Investigadores del Hospital de St. Michael y el Institute for Clinical and Evaluative Sciences (ICES), en Toronto (Canadá), han desarrollado una nueva herramienta que puede ayudar a los médicos a predecir la probabilidad de muerte que corre un paciente tras sufrir un ictus. El estudio se publica en 'Circulation' y se ha presentado en la Conferencia Internacional del Ictus, celebrada en Los Ángeles (Estados Unidos).
   El estudio demuestra que esta herramienta determina la probabilidad de muerte en pacientes 30 días y un año después de sufrir un ictus isquémico, el tipo de ictus más común, que aparece cuando una arteria que va hacia el cerebro se bloquea.
   Esta herramienta, que está disponible 'on line' para los médicos en  'http://www.sorcan.ca/iscore', es la primera en usar factores de riesgo como la enfermedad cardiovascular, la diabetes, el cáncer y la enfermedad renal para estimar la probabilidad de muerte en un paciente.
   Según el doctor Gustavo Saposnik, neurólogo del Hospital de St. Michael, "los médicos hoy tienen que confiar en experiencias anecdóticas para valorar el pronóstico de estos pacientes". "Sin embargo, como médicos tendemos a sobreestimar las probabilidades de un buen resultado en pacientes que han sufrido ictus", dice.
  "Con esta nueva herramienta, podemos determinar con precisión qué tipo de resultado obtendrán estos pacientes, lo que ayudará a tomar decisiones", añade.
   El estudio ha examinado a un total de 12.262 pacientes que visitaron el Hospital de Ontario, en Canadá, entre 2003 y 2008 y sufrieron un ictus isquémico. Usando esta nueva herramienta, los investigadores determinaron la tasa de muerte 30 días y un año después de un ictus isquémico y compararon estos descubrimientos con datos de la Ontario Stroke Audit para validar los resultados.
   Los autores del estudio demostraron que esta herramienta era precisa y que los factores de riesgo, entre ellos la enfermedad cardíaca, el fallo cardíaco, el cáncer, la demencia y un historial con fibrilación auricular, estaban asociados con una mayor probabilidad de muerte.

Investigadores españoles comprueban que el aceite de oliva virgen extra previene enfermedades

Dos grupos de investigación reconocidos por el Departamento de Ciencia, Tecnología y Universidad del Gobierno de Aragón han estudiado las propiedades y el importante papel del aceite de oliva virgen extra para prevenir trastornos digestivos y enfermedades cardiovasculares.
   María Jesús Rodríguez y Jesús de la Osada son investigadores responsables de los grupos 'Transporte Intestinal' y 'Bases moleculares de la Ateroesclerosis', respectivamente. Ambos trabajan en los laboratorios de Bioquímica y Fisiología de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza y son miembros del CIBER Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) del Instituto Carlos III.
   Estos científicos aragoneses han cuantificado y comprobado los efectos positivos del aceite de oliva virgen extra en lo referente a los trastornos digestivos y cardiovasculares.
   "Desde mi grupo evaluamos la utilización de productos naturales como el aceite como protector frente a los efectos inducidos por agentes infecciosos a nivel intestinal. Estamos demostrando que tiene considerables efectos beneficiosos", ha señalado Rodríguez, que tiene tras de sí dos décadas como científica, especializándose en el estudio de factores que alteran la absorción de nutrientes por el intestino.
   Jesús de la Osada, por su parte, coordina un equipo que lleva más de 12 años estudiando y concluyendo que el aceite de virgen extra es muy beneficioso y retrasa el desarrollo de la arteroesclerosis, que es la forma más común de la arterioesclerosis.
   En la actualidad ambos grupos destacan el papel del escualeno, compuesto orgánico natural que está presente en el aceite de oliva virgen extra, y también en alimentos como el hígado del tiburón, que al ser muy rico en este hidrocarburo, previene las enfermedades cardiovasculares. El escualeno es uno de los hidrocarburos más abundantes en el aceite virgen extra, con un importante papel para prevenir infartos y de hipertensión, así como en trastornos digestivos y cardiovasculares.
   En el caso de la dieta mediterránea, los alimentos ricos en fibra y bajos en grasas, junto con el aceite de oliva virgen extra, hacen que esta dieta sea beneficiosa para la salud, ayudando a prevenir depresiones y retrasando el envejecimiento.
   Para lograr estos beneficios, el aceite de oliva debe ser virgen extra: obtenido de la almazara, con procedimientos mecánicos, sin ningún tipo de procesamiento o tratamiento químico.