viernes, 7 de diciembre de 2012

Investigan el uso de campos magnéticos en la lucha contra el dolor

La Estimulación Magnética Transcraneal (EMT) y la Estimulación con Corriente Directa (CD) son métodos no invasivos de estimulación de la corteza cerebral que neurocientíficos del Hospital Nacional de Parapléjicos, centro que gestiona el gobierno de Castilla-La Mancha, en Toledo, España, han incorporado a su quehacer investigador.

   La neuromodulación no invasiva y sus posibilidades terapéuticas en el proceso de rehabilitación neuronal ha sido uno de los temas estrella  durante la Conferencia Internacional de Neurorehabilitación (ICNR 2012), que organizan conjuntamente el Hospital Nacional de Parapléjicos y el CSIC, ha informado la Junta en nota de prensa.
   El grupo de investigación sobre Exploración Funcional y Neuromodulación del Sistema Nervioso  (FENNSI) del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, que dirige el doctor Antonio Oliviero, trabaja en ambas técnicas de neuromodulación no invasiva.
   "Aplicamos al cerebro campos magnéticos o eléctricos para producir los efectos clínicos deseados, entre ellos quitar el dolor a los pacientes que lo sufren con carácter crónico y que, después de recibir tratamiento farmacológico, no han obtenido los beneficios esperados", ha dicho.
   "El propósito de esta técnica es obtener efectos similares a los que producen los fármacos, actuando en zonas concretas de la corteza cerebral y además se pueden monitorizar los efectos producidos midiendo cómo varía el flujo sanguíneo cerebral cuando es estimulado, o cómo cambia el electroencefalograma", afirma.
   Estas técnicas están mostrando su efectividad en porcentajes que oscilan entre el 40 y el 60 por ciento de los pacientes que no han mostrado respuesta al tratamiento con fármacos.
   Dichas herramientas se usan también con resultados terapéuticos prometedores en el tratamiento de trastornos neuropsiquiátricos, como la depresión, la ansiedad, el déficit de atención o el stress postraumático.
   La aplicación de ambas técnicas se está investigando también en materia de enfermedades psiquiátricas y rehabilitación de pacientes con ictus y trastornos del movimiento.
   La modulación de la corteza cerebral ha sido objeto de múltiples estudios en el ámbito de la neurociencia en las últimas décadas. En este sentido el grupo de investigadores FENNSI del HNP ha colaborado  con científicos de la Escuela Politécnica de Lausana, en Suiza,  en un proyecto relacionado con otra pujante herramienta de apoyo a la neurorehabilitación, la Interface Cerebro-Computador (BCI).
   Desde el centro toledano se han encargado de la parte relacionada con la excitación selectiva de la corteza cerebral a través de la Estimulación con Corriente Directa (CD).

Los hombres son más propensos a fallecer por cáncer

Los hombres tiene más probabilidades que las mujeres de ser diagnosticados de cáncer y también de fallecer por esta enfermedad, según estudio de la 'Weill Cornell Medical College', situada en Nueva York (Estados Unidos), publicado en 'The Journal of Urology'.

   En concreto, un análisis de varios casos de cáncer tanto en mujeres como en hombres, realizado a partir de los datos de registro de esta enfermedad en Estados Unidos entre 2003 y 2012, reveló que estos últimos eran más propensos que las mujeres a fallecer en la siguiente década.
   No obstante, observaron que la proporción de muertes en los diagnósticos de cáncer se había reducido en un 10 por ciento en la última década, aunque fue considerablemente mayor en hombres que en mujeres.
   En general, los hombres con cualquier tipo de cáncer eran un seis por ciento más propensos de fallecer por la enfermedad que las mujeres. Asimismo, en la comparación entre hombres y mujeres que padecían el mismo cáncer, en el caso de los primeros contaban con un 12 por ciento más de riesgo.
   La investigación, sin embargo, no puede esclarecer el porqué de este fenómeno, aunque se baraja la idea de puede deberse a que los hombres fuman y beben más que las mujeres así como que acuden con menos frecuencia al médico.
   Asimismo, las hormonas sexuales, el sistema inmunológico, el metabolismo y la susceptibilidad general para el cáncer podrían contribuir a este hecho, según explica Yang Yang, sociólogo e investigador del cáncer de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill (Estados Unidos).
   Se estima que, durante este año, 243.620 hombres morirán de cáncer --un fallecimiento por cada 2,36 nuevos diagnósticos-- frente a 182.670 mujeres que mueren (uno por cada 2,5 nuevos diagnósticos).

La tasa de mortalidad es entre dos y cuatro veces más alta entre las parejas sin hijos

  A pesar de la creencia popular de que los niños acortan la vida de los padres, parece que es al contrario, sobre todo para las mujeres, ya que la tasa de mortalidad es entre dos y cuatro veces más alta entre las parejas sin hijos, según concluye un estudio a gran escala publicado en 'Journal of Edpidemiology and Community Health'. Incluso, la prevalencia de mala salud mental se reduce a la mitad también en los padres adoptivos.

Según los autores, no es la primera vez que se relaciona la falta de hijos con tasas de mortalidad más altas, pero el vínculo tradicionalmente se ha atribuido a conductas no saludables y la mala salud física y mental, sin diferenciar entre esterilidad voluntaria e involuntaria.
   Los investigadores basan sus conclusiones en datos obtenidos de varios registros de población en Dinamarca sobre los nacimientos y las defunciones, los procedimientos de concepción asistida, los ingresos hospitalarios, los contactos de servicio psiquiátrico, además de las estadísticas del mercado de trabajo para el período de 1994 hasta 2008. Entre 1994 y 2005, se apuntaron a tratamientos de concepción asistida 21.276 parejas sin hijos, nacieron 15.210 niños y se adoptaron 1.564.
   Durante el mismo período, un total de 96 mujeres y 200 hombres murieron, lo que corresponde a una tasa de mortalidad de 51 y 117 por cada 100.000 personas al año, respectivamente. Y 710.553 mujeres y hombres fueron diagnosticados con un problema de salud mental, lo que corresponde a tasas de 385 y 299 por 100.000 personas al año, respectivamente.
   Con todo ello, el análisis mostró que tener un hijo reduce el riesgo de muerte prematura, particularmente entre las mujeres. En concreto, la tasa de muerte prematura por enfermedades del aparato circulatorio, el cáncer y los accidentes entre las mujeres sin hijos era cuatro veces más alta que entre los que tuvieron a su propio hijo y un 50 por ciento menor entre las mujeres que adoptaron.
   Asimismo, las tasas de muerte fueron alrededor de dos veces mayores entre los hombres que no se convirtieron en padres, ya sea biológicamente o por adopción. Las cifras de enfermedades mentales fueron similares entre las parejas con o sin hijos propios, con la excepción de aquellos con problemas de drogas y alcohol, pero la prevalencia de enfermedades mentales en las parejas que adoptaron niños era aproximadamente la mitad que la de otros padres.
"Consciente de que la asociación no es la causalidad, nuestros resultados sugieren que las tasas de mortalidad son más altas en los que no tienen hijos. Las tasas de enfermedad psiquiátrica no parecen variar con la falta de hijos, pero la tasa de enfermedad psiquiátrica en los padres que adoptan disminuye", concluyen los autores.

Los sedantes para dormir están relacionados con un mayor riesgo de neumonía fatal

  Las pastillas comúnmente recetadas para dormir pueden aumentar el riesgo de contraer neumonía hasta en un 50% y elevar las posibilidades de morir a causa de esta enfermedad, según sugiere una investigación publicada en la edición online de la revista 'Thorax'. Se trata de las benzodiazepinas, que se prescriben para tratar la ansiedad, la epilepsia, espasmos musculares y el insomnio, así como sedante en los cuidados paliativos y para alcohólicos en rehabilitación.

   Los autores analizaron los registros médicos de los pacientes cuyos datos habían sido introducidos en la base de datos de la Red de Mejoramiento de la Salud británica, que contiene los registros de más de nueve millones de pacientes de atención primaria. El estudio se centró en casi 5.000 pacientes con un primer diagnóstico de neumonía registrados entre 2001 y 2002 y se comparó cada uno de ellos con seis pacientes, pareados por edad y sexo, y procedentes de la misma práctica.
   Se evaluó el uso de benzodiacepinas en ambos grupos y se clasificó como "actual", "reciente" o "pasado", además de tenerse también en cuenta el consumo de zopiclona, que no es una benzodiazepina, pero que actúa sobre las mismas vías químicas en el cuerpo.
   Los resultados mostraron que las benzodiazepinas se asociaron con un riesgo significativamente más alto (54%) de contraer neumonía, tras tener en cuenta los episodios anteriores de infección, tabaquismo y otras enfermedades graves y subyacentes, un efecto de magnitud similar a la que se encontró para el uso de zopiclona. Individualmente, las recetas de diazepam, lorazepam y temazepam, pero no clordiazepóxido, se asociaron con un mayor riesgo de contraer neumonía.
   Un segundo análisis mostró que el riesgo de morir dentro de los 30 días de haber sido diagnosticado con neumonía fue un 22% mayor entre los que tomaban benzodiacepinas y un 32% mayor en los tres años siguientes al diagnóstico. Diazepam, clordiazepóxido, lorezapam y temazapam de forma individual están asociadas con el riesgo a largo plazo de muerte en estos pacientes.
   Los autores advierten que sus hallazgos no prueban definitivamente la causa y el efecto sino que sugieren que puede ser motivo para una mayor investigación. "Dado el uso generalizado de los medicamentos de benzodiazepina, se necesitan más estudios para evaluar su seguridad en el contexto de la infección", concluyen los investigadores del estudio.

La obesidad y comer en exceso en la menopausia promueven el crecimiento del tumor de mama

Las mujeres obesas podrían reducir el riesgo de padecer cáncer de mama después de la menopausia mediante la adopción de medidas durante la perimenopausia tales como prevenir el aumento de peso y controlar terapéuticamente los efectos metabólicos de la obesidad, según los resultados de un estudio preclínico publicado en 'Cancer Research', una revista de la Asociación Americana para la Investigación del Cáncer.

"Las mujeres obesas posmenopáusicas tienen mayor riesgo de cáncer de mama y peores resultados clínicos en comparación con las mujeres posmenopáusicas que están delgadas", afirmó Paul S. MacLean, Ph.D., profesor asociado de Medicina en el 'Anschutz Health and Wellness Center' de la Universidad de Colorado en Aurora (Estados Unidos).
"Lamentablemente no se puede hacer los estudios necesarios para abordar esta cuestión en los seres humanos. Así, fusionamos modelos de rata con cáncer de mama con obesidad y menopausia para imitar mejor los acontecimientos que vinculan la obesidad premenopáusica a una tasa mayor de cáncer de mama después de la menopausia", explicó este experto.
   Durante la menopausia, las mujeres suelen ganar peso debido a que consumen más alimento que las necesidades de su cuerpo. En un estudio previo, MacLean y sus colegas usaron su modelo de rata para demostrar que el aumento de peso después de la ovariectomía quirúrgica en los modelos de la menopausia ayudó a promover el desarrollo del tumor de mama en ratas obesas.
   En este estudio, se confirmó que la obesidad y la sobrealimentación juntas después de la ovariectomía quirúrgica impulsaron el crecimiento tumoral y la progresión agresiva. Una razón de esta conclusión fue que las ratas obesas eran incapaces de manejar apropiadamente las fuentes de exceso de energía, en forma de glucosa y grasa dietética, cuyo resultado es una sobrealimentación después de la ovariectomía quirúrgica.
Las ratas delgadas almacenaron el exceso de glucosa y grasa en la dieta de sobrealimentación en el hígado, el músculo y el tejido sano del pecho, una respuesta metabólica normal a la sobrealimentación. Por el contrario, los tejidos sanos en ratas obesas no paran de aumentar la captación de glucosa y la grasa de la dieta y los tumores de mama aumentan drásticamente la absorción de glucosa.
   Una segunda razón para el crecimiento tumoral y la progresión mejorada en ratas obesas en comparación con las ratas delgadas fue que los tumores de los dos grupos de animales tenían diferentes perfiles moleculares. Los tumores de las ratas obesas poseían niveles más altos de expresión del receptor de progesterona (PR), que se relaciona con una mayor expresión de genes implicados en el uso de la energía y su proliferación.
   Un patrón similar de aumento de la expresión de genes implicados en el uso de energía y el crecimiento celular se observó en los tumores de mama humanos PR-positivos de mujeres posmenopáusicas. Según MacLean, una última pieza de evidencia que indica que la obesidad y la sobrealimentación durante la transición menopáusica convergen para promover el crecimiento y la progresión del tumor fue que la metformina antidiabética redujo la carga tumoral en ratas obesas después de la ovariectomía quirúrgica.
"Si nuestros hallazgos en ratas se trasladan a los humanos, significa que el período de la perimenopausia es una ventana de tiempo crítico para determinar el riesgo de cáncer de mama más tarde en la vida. Esto, a su vez, significa que el riesgo de una mujer obesa de cáncer de mama posmenopáusico y el resultado clínico pobre podría reducirse mediante modificaciones del estilo de vida perimenopáusicas", destaca MacLean.
   En este sentido, los científicos recomiendan a este tipo de mujeres la restricción del consumo de alimentos y el aumento de ejercicio, y/o el uso de fármacos en las perimenopáusicas, tales como la metformina, para mejorar el control metabólico. MacLean y sus colegas están probando esta hipótesis en el modelo de rata utilizado en su investigación.