sábado, 4 de enero de 2014

Trastornos alimentarios adolescentes alteran el peso en pocos años

LONDRES.- Los adolescentes que se dan atracones con la comida y los que tienen miedo de engordar son más propensos a tener sobrepeso antes de abandonar esa etapa de la vida, según indica un estudio de Reino Unido.

Los autores buscaron síntomas tempranos de los trastornos alimentarios en más de 7.000 niños de 13 años y hallaron algunas señales que anticipaban quiénes tendrían problemas con el peso dos años después.
El Índice de Masa Corporal (IMC) de las niñas que se daban atracones a los 13 aumentó un 24 por ciento en dos años, mientras que el de los varones y las mujeres que a los 13 controlaban exageradamente lo que comían era más bajo a los dos años.
"Lo más importante es que, aún a tan corta edad, un alto porcentaje de varones y mujeres tiene síntomas preocupantes de trastornos alimentarios", dijo por e-mail la autora principal, doctora Nadia Micali, del Instituto de Salud Infantil del University College de Londres.
Con su equipo, Micali reunió datos de un ensayo clínico de Reino Unido con padres e hijos.
De las encuestas que respondieron los padres, el equipo obtuvo información de los síntomas de los trastornos alimentarios de 7.082 adolescentes de 13 años, como los atracones o la preocupación exagerada por el peso o la figura, y conductas como la restricción de la comida.
El equipo también indagó en la relación entre esos síntomas y otros aspectos de la vida social, escolar, extracurricular y familiar de los adolescentes.
El 63 por ciento de las mujeres y el 39 por ciento de los varones tenían miedo de engordar. El 11 por ciento de las niñas sentía un temor extremo de aumentar de peso o estaba muy preocupada por la figura o el peso.
Las niñas evitaban más que los varones los alimentos grasos, mientras que los varones eran más propensos que las mujeres a ejercitar intensamente para adelgazar.
Aún a los 13 años, comer de más y darse atracones estuvieron fuertemente asociados con efectos negativos en la vida de los niños y fueron una carga para la familia, según publica el equipo en Journal of Adolescent Health.
Ambos trastornos estuvieron especialmente relacionados con la aparición de problemas emocionales y conductuales en ambos sexos. La restricción alimentaria afectó más la salud mental de los varones que de las mujeres.
Todos estos resultados son un recordatorio de que los varones también sufren de trastornos alimentarios y sus consecuencias.
Para Kathleen Merikangas, jefa de Epidemiología Genética del Instituto Nacional de Salud Mental, los resultados sugieren que "la ausencia de patrones alimentarios estables podría ser un blanco para intervenir y prevenir la obesidad en los jóvenes".
Opinó que el mensaje para los padres es claro: los trastornos alimentarios durante la adolescencia son una ventana de riesgo para la obesidad futura. Y les recomendó conocer si sus hijos tienen una imagen corporal distorsionada.

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