Científicos de la Universidad Católica de
Lovaina, en Bélgica, han elaborado un caldo a partir de una bacteria que
vive en el estómago que podría ayudar a combatir la obesidad y la
diabetes tipo 2, según los resultados de un estudio en ratones que
publica la revista 'Proceedings of the National Academy of Science'
(PNAS).
Aunque ya son varios los estudios que han mostrado las diferencias
en cantidad y tipos de bacterias que hay en los estómagos de personas
obesas y delgadas, estos científicos se centraron en un especie, la
'Akkermansia muciniphila', que representa entre el 3 y el 5 por ciento
de las bacterias gástricas. No obstante, según han observado, sus
niveles disminuyen con el sobrepeso.
Teniendo esto en cuenta, elaboraron una especie de caldo con dicha
bacteria con el que alimentaron a un grupo de roedores con una dieta
rica en grasas, que eran de dos a tres veces más gordos que sus pares
delgados.
Aunque los ratones continuaron siendo más grandes, perdieron cerca
de la mitad de su sobrepeso a pesar de no haber hecho ningún otro
cambio en la dieta. También registraron niveles más bajos de resistencia
a la insulina, un síntoma clave de la diabetes tipo 2.
Patrice Cani, de la Universidad Católica de Lovaina, le dijo a la BBC que los resultados eran "una mejora".
"Nosotros no eliminamos completamente la obesidad, pero hubo un
fuerte descenso en el tejido adiposo", ha explicado a la BBC Patrice
Cani, una de las autoras del estudio, que reconoce que "es la primera
demostración de que hay una relación directa entre una especie
específica (de bacteria) y la mejora del metabolismo".
Pero al suministrar esta bacteria, los científicos también
observaron como aumentó el grosor de la mucosidad de las paredes del
estómago, lo que evitó que algunos materiales pasaran a la sangre.
Además cambió las señales químicas provenientes del sistema
digestivo, lo que provocó cambios en la forma en que la grasa es
procesada en todas partes del cuerpo.
En estudios similares se logró estos resultados agregando un tipo
de fibra a la dieta, lo que permitía un aumento en los niveles de la
'Akkermansia muciniphila'. Sin embargo, Cani reconoce que es "una
sorpresa" ver que sólo una especie, de las miles que hay en el estómago,
puede tener tal efecto.
A su juicio, este hallazgo es el "primer paso" para que en un
"futuro cercano" se pueda utilizar esta bacteria "en la prevención o
tratamiento de la obesidad y la diabetes tipo 2".
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