sábado, 5 de noviembre de 2011

Investigan el vínculo entre enfermedades autoinmunes y heridas que no sanan

Científicos de la Universidad de Georgetown (Estados Unidos) han descubierto que aquellas heridas que tardan en cicatrizar o no lo hacen del todo pueden tener como causa subyacente alguna enfermedad autoinmune, según los resultados de una investigación que será presentada el martes, 8 de noviembre, en la reunión anual del American College of Rheumatology, en Chicago.
 
El estudio fue motivado por la aguda observación la reumatóloga de Georgetown, Victoria Shanmugam, quien comenzó a notar algo bastante inusual en sus pacientes con enfermedades autoinmunes, ya que las heridas abiertas que tenían se curaban muy lentamente. La recuperación de estos pacientes fue aún más prolongada en aquellos que padecían diabetes, una enfermedad perjudicial para los vasos sanguíneos y la reparación de la piel.
Shanmugam y sus colaboradores realizaron una revisión de los historiales de pacientes que buscaron atención médica debido a heridas de gran volumen en el Hospital de la Universidad de Georgetown, para determinar la prevalencia de enfermedades autoinmunes.
El estudio incluyó a pacientes con heridas abiertas --por lo general úlceras en las piernas -- que fueron tratados durante un período de tres meses en 2009. De los 340 pacientes, el 49 por ciento tenía diabetes; pero lo sorprendente, según Shanmugam, es que el 23 por ciento tenía enfermedades subyacentes autoinmunes.
De los 78 pacientes de la cohorte que tenían una enfermedad autoinmune, la mayoría tenía artritis reumatoide, lupus o vasculopatía livedoide, un tipo de enfermedad vascular.
Shanmugam afirma que sus resultados también muestran que las heridas asociadas a enfermedades autoinmunes que no cicatrizan pueden ser "emocionalmente agotadoras y costosas económicamente", debido a que requieren visitas al médico durante muchos meses, además de implicar un riesgo siempre presente de infecciones graves. A veces, las infecciones pueden conducir a una cirugía o a la amputación de miembros; aunque, más a menudo, requieren injertos de piel, que aún no pueden resolver totalmente el problema.
Los autores esperan que los resultados de su estudio se abran camino en la conciencia médica general. Si bien es demasiado invasivo y costoso recomendar que todos los pacientes con heridas que tardan en cicatrizar se hagan la prueba de enfermedades autoinmunes, "si un médico tiene un paciente con una úlcera en la pierna que no sana después de tres o cuatro meses, es recomendable buscar la presencia de un trastorno autoinmune".

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