sábado, 26 de noviembre de 2011

Un experto aboga por aplicar terapias preventivas contra el alzheimer en individuos que puedan sufrir la enfermedad

El neurobiólogo y embriólogo Manuel Sarasa considera que las terapias los tratamientos farmacológicos contra el alzheimer "deberían ser todos preventivos", por lo que cree necesario "ensayar y encontrar terapias eficaces en individuos que conozcamos vayan con toda probabilidad a sufrir la enfermedad".

   El investigador Manuel Sarasa ha inaugurado el IV Congreso autonómico de alzheimer de la Universidad Jaume I (UJI) de Castellón, con la ponencia 'Araclon Biotech. Objetivo: erradicar la enfermedad de alzheimer', según ha informado la institución académica en un comunicado.
   Sarasa ha explicado que la enfermedad de alzheimer es el tipo más frecuente de demencia y se caracteriza por la presencia en el cerebro de los afectados de dos lesiones características: una extracelular, constituida por las placas seniles o depósitos amiloides, y otra intracelular, constituida por los ovillos neurofibrilares.
    Actualmente, según el experto, está científicamente reconocido que la proteína beta-amiloide es el principal componente de las placas seniles y que la proteína tau es el principal componente de los ovillos neurofibrilares.
   No obstante, el también fundador de Araclon Biotech S.L. ha explicado que en su laboratorio han descubierto que la proteína beta-amiloide "no sólo forma parte de las placas seniles, sino también de los ovillos neurofibrilares".
   En esta línea, ha puntualizado que la senectud y la proteína beta-amiloide son de los muchos factores que intervienen en el padecimiento de la enfermedad de alzheimer. Asimismo, ha señalado que "los pocos casos conocidos de alzheimer por causa genética o familiar se deben a alteraciones en los genes de las proteínas que intervienen en el metabolismo de la proteína beta-amiloide".
   Por ello, para combatir la enfermedad de Alzheimer, "la mayoría de las propuestas de intervenciones terapéuticas van dirigidas, fundamentalmente, frente a cualquiera de los supuestos efectos nocivos que la proteína beta-amiloide tiene en sus múltiples formas y variedades".
   Sin embargo, a su juicio, "es muy probable que ninguna de las propuestas terapéuticas sea eficaz si no se implanta antes de que se establezcan los signos evidentes de la demencia". También considera probable que la enfermedad "no se pueda ni siquiera detener una vez está establecida".
   Para el científico, las terapias en general y los tratamientos farmacológicos en particular "deberían ser todos preventivos", por lo que "se hace necesario ensayar y encontrar terapias eficaces en individuos que conozcamos vayan con toda probabilidad a sufrir la enfermedad".
   Aunque la enfermedad "es difícil de diagnosticar tempranamente y no existe actualmente cura ni prevención", ha señalado que en su laboratorio han desarrollado unos kits "que pueden ayudar a detectar la enfermedad incluso antes de que aparezcan los primeros síntomas y que determinan los niveles sanguíneos de dos variantes de la proteína beta-amiloide", así como una vacuna terapéutica que "esperamos ayude a cambiar el curso de la enfermedad de aplicarse tempranamente o, si aplicada antes de su aparición, a prevenirla", ha subrayado.

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