Cientos de mutaciones de las células de la
leucemia, en el momento del diagnóstico, se producen al azar como parte
del envejecimiento normal, y no están relacionadas con el cáncer, según
muestra una investigación, publicada en 'Cell', llevada a cabo por
científicos de la Universidad de Washington (Estados Unidos).
Los investigadores han observado que, incluso en personas sanas,
las células madre en la sangre acumulan mutaciones nuevas en el
transcurso de la vida y, en muchos casos, sólo dos o tres cambios
genéticos adicionales son necesarios para transformar una célula normal
-ya salpicada de mutaciones- en leucemia mieloide aguda (LMA).
"Ahora tenemos una imagen muy precisa de cómo se desarrolla la
leucemia aguda", afirma autor principal, Richard K. Wilson, director del
Instituto del Genoma en la Universidad de Washington. Según el experto,
"sólo unas pocas mutaciones en cada paciente empujan a una célula
normal a convertirse en una célula cancerosa. Encontrar estas mutaciones
será importante para la identificación de terapias específicas que
puedan derribar el cáncer".
El nuevo estudio es el primero en investigar la frecuencia con la
que se desarrollan las mutaciones en las células madre sanas de la
sangre -estas células inmaduras de la médula ósea producen todas las
células sanguíneas del cuerpo.
La LMA es un cáncer de la sangre que se desarrolla cuando
demasiadas células inmaduras de la sangre se desplazan a las células
sanas. En los últimos años, investigadores de la Universidad de
Washington, en el Centro de Cáncer Siteman del Hospital Barnes-Jewish,
han secuenciado los genomas de 200 pacientes con LMA, para tratar de
entender las mutaciones en la raíz de la enfermedad.
Sin excepción, las células de cada paciente con leucemia muestran
cientos de mutaciones, lo que representa un enigma para los científicos,
que han creído durante mucho tiempo que todas las mutaciones de las
células cancerosas son importantes para que la enfermedad progrese. Sin
embargo, según el coautor de la nueva investigación, Daniel Link,
"sabíamos que todas estas mutaciones no podían estar presentes en todas
las células del tumor".
Para investigar el origen de estas mutaciones, los investigadores
aislaron células madre de la sangre de personas sanas de diferentes
edades. Los más jóvenes eran recién nacidos, y los mayores tenían 70
años. Toda persona tiene alrededor de 10.000 células madre sanguíneas en
su médula ósea, y los investigadores descubrieron que cada célula madre
adquiere alrededor de 10 mutaciones en el transcurso de un año. A la
edad de 50 años, una persona ha acumulado cerca de 500 mutaciones en
todas las células madre de la sangre.
Según Link, "las mutaciones se desarrollan en las células a medida
que envejecemos, pero hasta el momento se desconocía cómo se producen
estas mutaciones, y la frecuencia con la que se desarrollan. Ahora
sabemos que estas mutaciones ocurren al azar durante la división
celular, y no están relacionadas con el cáncer. Nuestro ADN puede
tolerar un gran número de mutacones sin ninguna consecuencia negativa,
sin embargo, si se produce un cáncer en una de estas células madre, éste
captura la historia genética de la célula, incluyendo las mutaciones
anteriores, favoreciendo el desarrollo de la enfermedad".
Como parte del estudio, los investigadores secuenciaron los
genomas de 24 pacientes con LMA, y compararon las mutaciones en sus
células de leucemia con las mutaciones de las células madre de la sangre
de los individuos sanos. Los científicos descubrieron entonces que el
número total de mutaciones varía según la edad, y no a causa de la
leucemia. Por lo tanto, una persona sana de unos 40 años posee casi el
mismo número de mutaciones en sus células madre de la sangre que un
paciente con leucemia de la misma edad.
"La LMA es relativamente poco común hasta la edad de 60 años,"
señala el coautor John Welch, quien añade que "es la acumulación
persistente, y al azar, de las mutaciones en las células madre de la
sangre, la que contribuye al riesgo de la enfermedad".
Al secuenciar los genomas de los pacientes con LMA, los
investigadores también pudieron identificar 13 nuevos 'conductores' de
mutaciones, que pueden ser importantes para el desarrollo de la
leucemia. Además, también identificaron una serie de mutaciones
cooperantes, que trabajan en conjunto con las mutaciones del controlador
para que las células madre de la sangre tengan una ventaja de
crecimiento sobre las demás células. En muchos pacientes, sólo una o dos
mutaciones cooperantes son importantes para que surja el cáncer.
Estos hallazgos no son solo importantes para la leucemia, sino que
también pueden explicar otros tipos de cáncer. "Aunque el estudio no
proporciona pruebas de que este modelo se pueda aplicar a otros tipos de
cáncer", afirma el coautor Timothy Ley, "este modelo podría explicar el
gran número de mutaciones que se producen en el cáncer de mama y
pulmón, entre otros. La idea de que la gran mayoría de las mutaciones en
una célula se producen antes del origen del cáncer es completamente
nueva, y debe estudiarse más a fondo".
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