Durante los meses de verano aumenta la
contaminación acústica, especialmente durante la noche, debido a que hay
un mayor número de personas en la calle y a que son muchos los
ciudadanos que, por las elevadas temperaturas, duermen con las ventanas
abiertas. Este hecho perjudica, por tanto, al descanso y provoca estrés,
irritabilidad y posibles problemas en el organismo como, por ejemplo,
en el corazón.
Así lo ha explicado el coordinador del grupo de
trabajo de Salud Mental de la Sección del Sueño de la Sociedad Española
de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), Enric Zamorano, quien ha
recordado que existen diversos estudios científicos que han demostrado
que en los meses de verano cuesta más tiempo dormirse y se descansa
menos ya que el sueño se ve interrumpido en muchas ocasiones como
consecuencia del ruido.
Una de las principales características del sueño es su efecto
reparador en el organismo, que se produce conforme van avanzando las
diferentes fases del sueño --desde la superficial hasta la más
profunda--. En una situación normal, la mayor parte de las personas
suelen alcanzar la etapa más alta del sueño, que es cuando el organismo
está completamente dormido y no atiende a lo que sucede a su alrededor.
Sin embargo, en verano no se suele alcanzar esta fase del
sueño, provocando que el cuerpo esté en alerta y se despierte con una
mayor facilidad. "Las personas que viven en casas donde se escuchan a
los vecinos es normal que duerman menos debido a que, sin querer,
atienden a las conversaciones. Incluso, es normal que cuando hay ruido y
se susurra el nombre de la persona que está durmiendo ésta se
despierte", ha señalado el experto.
Asimismo, este hecho también puede afectar al feto de las
mujeres embarazadas dado que están intranquilas y durante la noche, en
lugar de descansar, experimentan un exceso de adrenalina que puede
afectar al bebé. No obstante, Zamorano ha recordado que son los niños
los que mejor duermen y a los que menos les afecta el ruido.
Por último, este especialista ha recomendado que para tener un
buen descanso durante los meses de verano es necesario cerrar las
ventanas, no utilizar ventiladores que produzcan ruido y no tener
animales de compañía.
Ahora bien, Zamorano ha reconocido que las personas que tienen
un menor nivel de ingresos duermen peor que las que tienen un mayor
poder adquisitivo, dado que sus casas no están bien acondicionadas y las
paredes y ventanas no impiden la entrada del ruido.
En estos casos, ha concluido, es aconsejable que las personas
se tapen los oídos durante toda la noche con el fin de evitar percibir
la contaminación acústica que se produce durante las noches de verano,
especialmente, en las ciudades o en los sitios turísticos.
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