Los tratamientos con bótox ya no son sólo
utilizados por las mujeres sino que, cada vez más, los hombres deciden
someterse a esta técnica para quitarse las arrugas del entrecejo y,
especialmente, para prevenir la sudoración axial ya que son ellos los
que más "problemas sociales" suelen tener con las marcas que provoca el
sudor en la ropa.
Así lo ha asegurado el especialista de medicina
estética de la Clínica Londres Antonio Muñoz, quien ha recordado que la
piel de los varones suele ser más gruesa que la de las mujeres y, por
consiguiente, las arrugas están más pronunciadas.
"Actualmente el porcentaje de hombres y mujeres que se filtran
bótox para prevenir el exceso de sudoración es casi el 50 por ciento
aunque, también, son muchos los hombres que se quitan las arrugas de
expresión del entrecejo", ha recalcado este especialista cuando se
cumplen 10 años de la aprobación del uso estético de la toxina
botulínica --bótox--.
La edad media de las personas que utilizan este tratamiento suele
rondar los 30 años pero, ha apostillado Muñoz, depende de lo deteriorada
que esté la piel. Y es que, hay pacientes con 27 años que tienen ya las
arrugas pronunciadas y, otros de 50 años que por sus características no
lo necesitan.
En concreto, la toxina botulínica inhibe la acetilcolina de las
terminaciones nerviosas, lo que provoca que los músculos en los que se
relajen y no se formen arrugas de expresión, que son aquellas que
aparecen cuando se contraen los músculos y provocan un pliegue en la
piel.
Los efectos no se perciben de inmediato, sino que comienzan a
hacerse visibles entre las 48 y las 72 horas siguientes y tienen una
duración de, aproximadamente, unos cinco o seis meses. En este sentido,
el experto ha asegurado que no suelen existir efectos secundarios y que,
"en raras ocasiones", aparecen síntomas de pesadez que "desaparecen" al
cabo de dos o tres días.
No obstante, a las 4 o 5 horas del tratamiento no es recomendable
acostarse, ni masajear la zona durante las primeras doce horas. Además,
es importante poner especial cuidado al extender cremas o lociones y
evitar la exposición solar de la zona tratada los días siguientes.
Asimismo, Muñoz ha rechazado la idea de que el cuerpo genere
anticuerpos con las inyecciones y ha recordado que para que se produzcan
estos síntomas o la piel parezca de "cera" se tienen que inyectar "25
veces más de las dosis recomendadas". Sin embargo, ha recalcado, en
medicina se utilizan dosis muy pequeñas y no se han descrito
inmunizaciones.
"La finalidad del bótox es que, conservando la expresividad, se
atenúen las arrugas pero no se provoque que el rostro sea como de cera.
Por ello, es muy importante adecuar cada tratamiento de manera
individualizada", ha comentado.
Dicho esto, el experto en medicina estética ha recordado que antes
de inyectar la toxina botulínica es necesario realizar un historial
clínico del paciente, dado que está contraindicado para aquellas
personas con enfermedades neuromuscular y que tengan "su base en el
punto de acción del bótox".
Por último, el experto ha realizado un repaso por los diez años
que lleva implantado esta técnica y ha asegurado que, después de que la
sociedad se haya concienciado de que no es un relleno, el bótox se ha
convertido en "el rey de los tratamientos faciales".
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