lunes, 16 de julio de 2012

Expertos ven cerca una vacuna del VIH tras años de búsqueda

En una nefasta rueda de prensa en 1984, la secretaria de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, Margaret Heckler, predijo imprudentemente que habría una vacuna disponible contra el sida en apenas dos años.

Pero una larga serie de intentos fallidos -coronada con un ensayo en 2007 en el que una vacuna de Merck parecía volver a las personas más vulnerables a la infección- instaló una sombra sobre la investigación de una inmunización contra el sida que ha llevado años deshacer.
Un ensayo clínico de 2009 en Tailandia fue el primero en demostrar que era posible prevenir la infección con VIH en los seres humanos. Desde entonces, los descubrimientos han apuntado a vacunas aún más poderosas que emplean anticuerpos que combaten el virus.
Y los científicos creen ahora que está al alcance una vacuna con licencia para ser comercializada.
"Conocemos la cara del enemigo", dijo el doctor Barton Haynes, de la Universidad Duke en Durham, Carolina del Norte, y reciente director del Centro de Inmunología para una Vacuna contra el VIH/sida (CHAVI por sus siglas en inglés).
El consorcio de investigación fue financiado por el Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos (NIAID), fundado en 2005 por los Institutos Nacionales de Salud para identificar y superar los obstáculos en el diseño de vacunas contra el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), que provoca el sida.
La financiación del NIAID al CHAVI finalizó en junio.
A diferencia de muchos virus que provocan enfermedades infecciosas, el VIH es un blanco móvil, que constantemente genera versiones diferentes de sí mismo, con distintas cepas que afectan a diversas personas en todo el mundo.
El virus es especialmente perjudicial porque ataca el sistema inmune, precisamente el mecanismo que el cuerpo necesita para defenderse.
"El virus es mucho más astuto de lo que pensábamos", dijo Haynes, que presentará el avance en la investigación de una vacuna contra el VIH en la conferencia de 2012 de la Sociedad Internacional del Sida, que se celebrará en Washington entre el 22 y el 27 de julio.
Gracias a los medicamentos que pueden controlar el virus durante décadas, el sida ya no es una sentencia de muerte.
Las nuevas infecciones han disminuido un 21 por ciento desde el pico de la pandemia en 1997 y los avances y la prevención -a través de programas de circuncisión voluntarios, la prevención de la transmisión de madres a hijos y el tratamiento temprano- prometen reducir la tasa aún más.
Con todo, unos 34 millones de personas están infectadas con VIH en todo el mundo. Y con 2,7 nuevas infecciones sólo en 2010, los expertos señalan que una vacuna es todavía la mejor esperanza para erradicar la enfermedad.
Los equipos han estado trabajando en una inmunización durante casi tres décadas, pero no fue hasta la aparición del ensayo clínico de 2009 sobre la RV144, que incluyó a más de 16.000 adultos en Tailandia, que se obtuvo algún indicio de éxito.
La prueba de una combinación de dos vacunas ha tenido varios grandes fracasos, incluida la funesta noticia de que la inmunización de Merck habría aumentado el riesgo de infección entre los hombres que no estaban circuncidados y habían estado previamente expuestos al virus que contiene esa vacuna.
"Eso tuvo un efecto extremadamente escalofriante en todo el campo", dijo el coronel Nelson Michael, director del Programa de Investigación Militar del VIH de Estados Unidos, del Instituto de Investigación del Ejército Walter Reed, que dirigió el ensayo sobre la RV144.
El estudio tailandés evaluó las vacunas ALVAC de Sanofi y AIDSVAX, originalmente creada por Genentech de Roche Holding. Ambas habían arrojado resultados pobres en ensayos individuales.
Pero luego llegó la sorpresa. Los resultados publicados en 2009 demostraron que la combinación de las inmunizaciones reducía las infecciones con VIH un 31,2 por ciento.
Según Michael y muchos otros expertos, el resultado no era lo suficientemente grande como para ser considerado efectivo, pero el impacto sobre los investigadores fue enorme, dijo Wayne Koff, jefe científico de la Iniciativa Internacional por una Vacuna contra el Sida (IAVI), con sede en Nueva York.
Un análisis exhaustivo del ensayo tailandés, publicado este año en New England Journal of Medicine, ofreció indicios sobre el motivo por el que algunos voluntarios habían respondido.
El estudio, dirigido por Haynes y llevado a cabo por científicos del Walter Reed y otras 25 instituciones, halló que los hombres y las mujeres que estaban vacunados generaban anticuerpos contra una región específica de la cubierta externa del virus, lo que sugiere que esa zona brinda un blanco importante para las vacunas.
Ahora se está preparando un ensayo de seguimiento para probar vacunas en heterosexuales en Sudáfrica y en varones homosexuales en Tailandia.
Una vez más, el ensayo usará la vacuna de Sanofi, pero en lugar de AIDSVAX los investigadores emplearán una inmunización diferente con un agente mejorador de Novartis.
Michael espera que los estudios sobre su efectividad a gran escala comiencen en 2016.
La esperanza es tener al menos un 50 por ciento de efectividad, un nivel que matemáticamente los modeladores dicen que podría tener un impacto importante sobre la epidemia. Michael cree que ese podría ser el camino para tener la primera licencia de una vacuna contra el VIH, posiblemente en 2019.

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