domingo, 28 de octubre de 2012

Las consecuencias de un infarto cerebral varían en función de su duración

Las consecuencias de un infarto cerebral varían en función de la duración del mismo y de su localización, ya que "esto y el tamaño de la arteria que se ve afectada puede suponer que sea reversible o irreversible", ha explicado el presidente de la Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA), el doctor Fernando Civeira.

   Así lo ha asegurado el galeno con motivo de la celebración este lunes, 29 de octubre, del Día Mundial del Ictus. Según su criterio, sufrir esta enfermedad puede provocar "gran variedad de secuelas", las cuales van desde "la muerte en pocos minutos", si el ictus afecta a zonas vitales como el centro respiratorio; o inexistentes, si éste es "transitorio, se ubica en una arteria pequeña o si el trombo se disuelve rápidamente".
   Además, los infartos cerebrales pueden provocar en los afectados "pérdida de la visión, de la fuerza en un brazo o en una pierna, de la sensibilidad, del conocimiento o del habla", indica Civeira. A su juicio, "cualquier función cerebral se puede perder", circunstancia que se agrava cuando se producen pequeños infartos múltiples, los cuales "pueden llevar a la demencia".
   Y es que, el presidente de la SEA señala que el ictus "es la segunda causa de esta patología, sólo por detrás del Alzheimer". No obstante, concreta que la consecuencia más común del infarto cerebral es la hemiplejia, que se origina cuando se produce la obstrucción de una arteria grande como la arteria cerebral media y deriva en "una parálisis de la mitad del cuerpo".
   El ictus es una enfermedad que se produce por un defecto neurológico secundario a una disminución del flujo cerebral, lo que provoca "un daño porque no llega suficiente cantidad de sangre al cerebro en un momento determinado", afirma Civeira. Existen dos tipologías de infarto cerebral, dependiendo de que se produzca una obstrucción o una rotura de una arteria.
   En los primeros casos, o isquémicos, la causa originaria suele ser una placa de ateroma que "produce una lesión en las neuronas y en el tejido cerebral", sostiene. Por su parte, en los hemorrágicos, la causa suele ser "hipertensión arterial y anomalías vasculares como aneurismas cerebrales", subraya.
   Aunque, hay muchas categorías de ictus en función del tipo de arteria lesionada, el patrón común de todas ellas es la arteriosclerosis, que "es un deposito de colesterol en las arterias", manifiesta. A que se forme, ayudan los factores de riesgo, como "el colesterol alto, la diabetes, la tensión alta y el hábito tabáquico", expresa.
   Además, la edad también aumenta las posibilidades de padecer un infarto en el cerebro, ya que "con los años va aumentando el deposito de colesterol en las arterias", considera Civeira. Por ello, es importante realizar hábitos saludables, como "estar delgado y realizar actividad física", informa.
   En cuanto a la incidencia, el lema de la campaña sobre el ictus de 2011 aseguraba que una de cada seis personas tendrían un infarto cerebral a lo largo de su vida, algo que "no ha cambiado", expone. Y es que, "sigue siendo la principal causa de muerte en mujeres y la tercera en hombres", confirma.
   Para paliar estas últimas cifras, Civeira apuesta por la detección precoz. "Si se coge muy a tiempo, en las primeras horas, empezamos a aplicar tratamientos que pueden llegar a disolver el trombo, pero no están exentos de riesgo", explica.
   Por último, el presidente de la Sociedad Española de Arteriosclerosis anima a los fumadores a cesar en su hábito tabáquico. "En nuestra sociedad tenemos un grupo de trabajo específico sobre prevención secundaria para concienciar sobre ella como la herramienta fundamental", concluye.

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