sábado, 17 de noviembre de 2012

El coste de tratar la prematuridad es de los más elevados del sistema sanitario

El tratamiento de la prematuridad conlleva uno de los costes más elevados del sistema sanitario, según el doctor Manuel Sánchez Luna, jefe de sección UCI de Neonatología del Hospital Gregorio Marañón, quien alerta de que el "mínimo recorte en la asistencia" puede comportar un gasto que puede ser "desproporcionadamente alto" para la sociedad.

   "El recién nacido es uno de los pacientes más frágiles y costosos, cualquier mínimo recorte en la asistencia sanitaria puede afectar mucho al inmaduro, que no sólo precisa cuidados sofisticados sino especializados", explica, con motivo del Día Internacional de los Niños Prematuros, que se celebra este sábado.
   Este es el motivo "por lo que estos recién nacidos solo pueden ser atendidos en centros muy especializados, tanto por las características del centro como del personas que los atiende", además, "necesitan un personal en número y de calidad muy alto, que den atenciones continuadas".
   "Es un área especialmente sensible de la medicina en la que no se puede bajar la guardia en ningún momento ni se puede permitir que se reduzcan las atenciones que reciben estos niños, porque de otra manera el coste puede ser desproporcionadamente alto para la sociedad", ha reiterado ante la preocupación de los recortes que están afectando a diversas áreas sanitarias, impulsadas por el Gobierno y las comunidades autónomas
   Cada año, unos 15 millones de bebés nacen antes de las 37 semanas de gestación, es decir son prematuros, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), mientras que en  España hasta un 7 por ciento nace antes de esta semana, lo que significa que no están completamente preparados para vivir en el mundo fuera del vientre de su madre.
  Las consecuencias de una mala atención afecta directamente a problemas para respirar y también pueden sufrir otras complicaciones como infecciones que pueden generar discapacidades (físicas, neurológicas, etc), e incluso causar la muerte al bebé; de hecho, más de un millón de bebés prematuros mueren cada año, y muchos otros sufren algún tipo de discapacidad de por vida física, neurológica o educativos.
  El problema principal es que aún no se ha conseguido bajar las tasas de prematuridad, "y eso es un problema grave", señala Sánchez Luna, ya que no se consigue poner los medios para evitar que el número de los prematuros siga siendo el mismo año tras año.
   Por el contrario, recuerda, "cada vez son mejores los resultados en cuanto al seguimiento de los niños que nacen con muy bajo peso al nacer, sobre todo porque la atención perinatal cada vez es mejor, y los cuidados están muy especializados y centralizados en lugares donde se pueden dar estos cuidado, y porque, además, año tras año siguen mejorando los conocimientos que tenemos para mejorar la atención de estos niños".
   El pasado mes de mayo, los miembros de la OMS y la Alianza para la Salud Materna, del Recién Nacido y del Niño; Save the Children y la March of Dimes publicaron la Estrategia Mundial del Secretario General para la Salud de la Mujer y de la Infancia, --que tiene como objetivo salvar 16 millones de vidas en 2015 --, en el se comprometen a reducir los problemas de salud y las vidas perdidas como consecuencia de parto prematuro con acciones específicas.
   Este expertos cree que para reducir las tasas es "fundamental" controlar los cuidados de atención en la gestación, tanto como al parto, y la atención desde el primer minuto de vida de estos niños, además del seguimiento del bebé".
   Por eso, entiende que se hace necesario tanto un Día Internacional donde "se recuerde a la sociedad el problema que supone la prematuridad en cuanto a que es un problema médico, sanitario y social".
   El parto prematuro se produce por una variedad de razones. La mayoría de los nacimientos prematuros ocurren espontáneamente, pero otros se deben a la inducción temprana del trabajo de parto o cesárea, ya sea por razones médicas o no médicas.
   Los motivos más comunes son los partos múltiples, las infecciones y enfermedades crónicas, como la diabetes y la presión arterial alta, sin embargo, también puede ser debido a causas genéticas.
   Aunque se entiende como prematuro al nacido vivo antes de las 37 semanas de embarazo completas, según la edad gestacional, serán extremadamente prematuros (menos 28 semanas), muy prematuros (de 28 a 32 semanas), y moderado a prematuros tardíos (de 32 a 37 semanas).
   Sánchez Luna advierte de que, sobre todo, son los que nacen con menos de 1.500 gramos, que aproximadamente es uno de cada 100, quienes más preocupan por la difícil atención.
   Los bebés prematuros se enfría más fácilmente y, por eso, se hace tan necesaria la ayuda de las incubadoras que controlan son la temperatura y la humedad de los bebes "que viene de una temperatura intrautero donde la temperatura la controla la madre", además consigue protegerles de las infecciones exteriores.
   Las incubadoras, que nacieron hace 60 o 50 años para proteger a los recién nacido más inmaduros que nacían antes del termino de la gestación, sobre todo para controlar la temperatura ya que "se vio que lo niños después de nacer si eran ago inmaduraos perdían algo de temperatura y podían fallecer, por el contrario si se les mantenía de alguna forma constante y controlada esa temperatura aumentaba la supervivencia.
   Las incubadoras no solo ayudan a controlar la temperatura, la humedad, la concentración del oxigeno que respiran, también ayudan a monitorizar, a conocer cuánto peso ganan o pierden, cuantas calorías consumen, etc; "son autenticas herramientas de trabajo para cuidar los recién nacido", añade.
   En el futuro estos aparatos serán cada vez mas sofisticados, "van a proteger más y mejor a los recién nacidos", ya que "se les podrá monitorizar mejor, no tener que manipularlos mucho, y serán más agradables y fáciles para el trabajo del personal y de los padres".

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